Cuando Cristian Copete volvió a la alcaldía de Tadó tras ganar sus demandas electorales ante el Consejo de Estado y el Tribunal Administrativo del Chocó por una supuesta inhabilidad electoral, prometió que iba a trabajar “las 24 horas de los siete días de la semana para gestionar grandes proyectos para Tadó”. Sus palabras fueron esperanzadoras para los 19 mil habitantes del municipio que habían vivido una tormenta política durante los últimos dos años.
Sin embargo, siete meses después, poco se sabe de esos proyectos que el alcalde prometió dedicarse a gestionar. Desde que el Tribunal Administrativo del Chocó dejó en firme su elección, el alcalde ha ido pocas veces a la emisora local y no ha rendido cuentas, algo que los servidores públicos deben hacer en diciembre de cada año, como lo establece el Estatuto de Participación Ciudadana. Sus apariciones públicas más destacadas han sido durante la inauguración de un puente colgante en el corregimiento Tabor, la creación de unos convenios con los rectores de los colegios para mejorar la infraestructura de las instituciones y la mediación que realizó entre el gobierno nacional y los indígenas en las protestas del año pasado, que paralizaron al departamento.
Cuando Copete estaba en campaña era capaz de llenar una calle completa de personas que lo respaldaban. Llegó con el apoyo de la coalición Por Tadó me la juego toda, conformada por el partido de la U y Cambio Radical. Hoy, la falta de conocimiento público de sus resultados y la ausencia de señales que demuestren una mejora en la calidad de vida de la gente han perjudicado la popularidad del alcalde. Ahora son pocos quienes públicamente manifiestan su apoyo al mandatario y su principal equipo promotor son los funcionarios de su gabinete.
A pesar de que el alcalde afirma que quienes lo critican son sus opositores, lo cierto es que en el Parque Rey Barule y en las calles del municipio, donde en la época de campaña desfilaron cientos de personas con camisetas amarillas en apoyo a Copete, es común escuchar a la gente cuestionando su gestión. “Él no ha hecho ninguna obra aquí. Está muy abandonado el pueblo. Acá hay muchas necesidades y él no soluciona nada”, le dijo a Consonante un habitante del municipio. “Aquí no se han notado cambios. Pa’ qué va a mentir uno, no hay nada que se pueda resaltar”, opina Alexis Pino, un campesino de la vereda La Esperanza.
Un habitante que pidió mantener el anonimato asegura para la gente es evidente que no ha atendido los problemas fundamentales del municipio. “La gestión de la Alcaldía es mala. No pasa nada con los problemas de Tadó. La Casa de la Mujer es lo único que están haciendo. No han puesto un clavo en la zona rural”, dice. “Ya uno no espera nada. Pero hubiera sido bueno que mejorara el acueducto en Tadó, la salud, el hospital y la educación, e incentivar la producción agrícola”, agrega.
Por su parte, los consejeros de juventud reconocen que ha habido mayor articulación con la Alcaldía municipal pero no encuentran que se esté invirtiendo en la niñez y los jóvenes como prometió Copete en campaña. “Acá en Tadó cerca del 60 por ciento es joven y cómo es posible que una persona que hace poco fue joven no se ponga en nuestros zapatos. No contamos con una banda de chirimía, no se hizo la copa de fútbol Rey Barule que era una tradición. En temas de cultura y juventud no ha pasado nada. Lo que ha hecho son cosas básicas pero no ha hecho nada que impacte a la comunidad”, dice Deivis Perea, vicepresidente del Consejo de Juventud. “Esperamos que pase rápido el tiempo y pueda llegar alguien nuevo. No tengo nada en contra del alcalde pero quiero lo mejor para mi pueblo”, agrega Perea.
Para algunas personas, la baja popularidad del alcalde ya no tiene que ver con asuntos políticos. “La gente va a hablar a favor y en contra siempre pero sí hay una tristeza, una nostalgia que se siente dentro de la misma comunidad por la falta de resultados”, asegura un concejal.
Sus proyectos
Al inicio de su mandato, Copete presentó un programa de gobierno en el que proponía trabajar por el mejoramiento de la infraestructura de las instituciones educativas, pavimentar vías rurales, construir escenarios deportivos, reestructurar la plaza de mercado, y remodelar y entregar dotaciones a los puestos de salud. El documento incluía, además, temas que le preocupan a la ciudadanía. Se comprometió con el desarrollo de proyectos productivos agrícolas, la formación a jóvenes para que desarrollen emprendimientos y puedan emplearse, la construcción de la Casa de la Mujer, impulsar la economía naranja a través del fomento del turismo, y fortalecer las expresiones culturales.
Pero hasta la fecha, la única obra finalizada durante el tiempo que Copete lleva en la alcaldía ha sido el mejoramiento y adecuación del puente de madera que pasa sobre el Río San Juan en el corregimiento del Tabor. Esta obra fue propuesta por él en el plan de gobierno y se empezó a ejecutar desde inicios de este año. Costó 32 millones de pesos y fue entregada el 10 de febrero.
La construcción de la Casa de la Mujer, proyecto que ha impulsado la gestora social Sandra Perea, debía ser entregada en septiembre del año pasado pero la construcción tuvo varios retrasos. A finales de febrero de este año, Copete aseguró que la Casa Social de la Mujer Margaret Cristal iba a ser entregada la primera semana de marzo, con los emprendimientos de las tadoseñas instalados. “Estamos haciendo unos remates. Pero en una semana máximo recibiremos la casa para inaugurarla. Tenemos ya la dotación para cocina, maquillaje, manicure y peluquería”, dijo Copete a finales de febrero. Aunque ya pasó la fecha de entrega, no hay certeza sobre cuándo la van a inaugurar.
Además de estas dos obras, Copete dio inicio a dos proyectos de pavimentación de vías: uno en el barrio San Pedro y otro en la vía que conecta a Playa de Oro con Carmelo. Sin embargo, ambas obras han tenido tropiezos en su construcción. El primer proyecto contempla el mejoramiento de la malla vial mediante pavimentación en concreto rígido en los barrios San Pedro y Reinaldo mediante la intervención de 1.963 metros cuadrados divididos en 18 tramos por 5.600 millones de pesos.
El proyecto está suspendido desde hace tres semanas por presuntas irregularidades en los procesos y materiales de construcción. A finales de febrero, la Junta de Acción Comunal le envió a la Alcaldía municipal una carta en la que solicitan la documentación completa del proyecto y enumeran las preocupaciones de la comunidad frente a la obra. “A pesar de que uno no es ingeniero, no es arquitecto, a ojímetro se ve que no le están echando base ni sub-base. La excavación que están haciendo es una leve como a ras con los andenes de las casas”, le dijo una lideresa del barrio San Pedro a Consonante.
Por su parte, el proyecto de la vía Playa de Oro - Carmelo tuvo problemas desde sus inicios pues la Alcaldía anunció en un primer momento que se construirían 704 metros de la vía con placa huella, pero luego dijo que se harían 400 metros en pavimento rígido. Por este motivo, la construcción permaneció en pausa durante 23 días mientras la Alcaldía le solicitaba al Invías que ajustara los diseños del proyecto. “Esta vía no es terciaria, sino secundaria, porque comunica a dos municipios: Tadó y Bagadó. Además, en esa vía el tráfico es bastante pesado, por ahí se abastece Bagadó, tanto para víveres como para materiales de la construcción, entonces con ese diseño vial esa vía no iba a durar”, le explicó Mosquera a Consonante a finales de diciembre de 2022.
Sin embargo, un líder de la comunidad aseguró que habían llamado la atención sobre el tipo de vía durante la jornada de socialización realizada en octubre. Este proyecto tiene un costo de 960 millones de pesos y, según el texto del proyecto, debía estar lista en diciembre de 2022. A pesar de que la construcción se reinició la segunda semana de marzo, el 13 de ese mismo mes los trabajos se volvieron a detener por daños en la maquinaria. En estos momentos, el Invias está gestionando la prórroga del contrato hasta el 15 de abril.
A la hora de dar explicaciones sobre los retrasos y las interrupciones de las obras, tanto el alcalde como sus secretarios aducen que el tiempo que pasaron por fuera de la alcaldía defendiéndose de las demandas por asuntos electorales todavía les afecta, o culpan a los habitantes del pueblo porque, en vez de hacer veeduría, se dedican a “hacer oposición”. Por ejemplo, al preguntarle a Deyner Mosquera, secretario de Planeación, sobre las quejas de los habitantes del barrio San Pedro en diciembre de 2022, el secretario dijo: “hay desinformación en la calle y es debido a la situación política del municipio. Eso ha mantenido en Tadó una división sobre todo lo que la administración ha venido haciendo. Hay un grupo que mantiene desinformando a los demás”.
Frente a los programas de inversión social, el alcalde Cristián Copete priorizó en su plan de gobierno a los jóvenes, el campesinado, las personas en condición de discapacidad, las mujeres, los adultos mayores, los indígenas y las víctimas del conflicto armado. Al respecto, Copete asegura que su administración se ha centrado en atender la salud mental en el municipio y avanzar en la certificación de personas en condición de discapacidad. Sin embargo, este último proceso no es un logro de la alcaldía sino un trámite con el que deben cumplir todas las alcaldías, según lo estableció el Ministerio de Salud y Protección Social en julio del año pasado.
Copete saca pecho porque en el municipio solo el 50 por ciento ya cuenta con el certificado, que les permite acreditar su discapacidad y acceder a los servicios del Estado y a empleos de manera diferencia. “Este año vamos a contratar nuevamente a una entidad para hacer el proceso. También, el año pasado tuvimos una actividad con ellos muy bonita donde hicimos el día de la discapacidad celebramos, les llevamos juegos, regalos, servicios de peluquería, baile y concursos. Salieron muy felices”, dice el alcalde. “Siempre tratamos de que esa población esté en cualquiera de los ejes en los que la Administración tenga que hacer inversión”, agrega.
El desarrollo rural, que era otro de los grandes fuertes del plan de gobierno, establecía convertir de nuevo al campo en un sector del empleo del municipio. Para esto, Copete propuso el suministro de insumos agrícolas y mejorar la comercialización de los productos que se siembran en Tadó y reestructurar la plaza de mercado. Sin embargo, los campesinos han cuestionado en varias oportunidades que no haya una política pública estructurada que permita cumplir estos objetivos. Afirman que no hay procesos para tecnificar el campo que les permitan mejorar la calidad de su producción. Por ahora, la mayoría de productores comercializan sus productos en los andenes de la vía principal.
“No he visto que por el campo se la haya jugado toda, seguimos abandonados. Venimos como campesinos a recibir los insumos, que son poquitos, miseria que uno puede comprar. A veces ni los recibimos porque ya los tenemos en casa. Él tiene una idea de desarrollo del campo y nosotros tenemos otra”, dice Alexis Pino, un campesino de la vereda La Esperanza que es conocida por ser la despensa agrícola del municipio.
La falta de transparencia
Una de las mayores críticas que le hacen los ciudadanos al alcalde Copete es su falta de transparencia a la hora de hablar sobre lo que está haciendo su equipo de gobierno. En estos meses de gobierno, Copete se ha abstenido a dar declaraciones o entrevistas por la emisora La Soberana Stereo, una práctica común para mandatarios pasados.
“Hay una falta de información hacia los concejales y la gente”, afirma Juan Anilio Asprilla, concejal por el Partido Verde en Tadó. “Un administrador debe rendir un informe a la comunidad, que fue la que legalmente lo eligió, sobre cómo está administrando los bienes e intereses de la misma comunidad. Es una falta de respeto que un administrador, valga la redundancia, administre de espaldas a la gente”, dice el concejal. “Eso hace con todos los entes de control que le hacen solicitudes y nunca da información de nada. Solamente se dedica a decir que son persecuciones políticas”, agrega.
En una entrevista concedida a Consonante a finales de febrero, el alcalde sostuvo que él prefiere dejar que sean los miembros de su gabinete quienes aparezcan en la radio. “Yo salgo poco porque a mí me gusta salir a cosas puntuales. No me gusta mucho la confrontación”, dijo Copete. Según el mandatario, quienes lo critican son opositores que lo quieren ver fuera del cargo. "Quedaron ardidos conmigo”, sostuvo.
A esto se suma el hecho de que son pocos quienes logran hablar directamente con él. Conseguir una cita con el alcalde Cristián Copete no es una tarea fácil. Para agendar un encuentro hay que primero hablar con sus secretarios de Hacienda y Planeación, quienes son los más cercanos al mandatario. Sin embargo, no es seguro que Copete llegue a la hora acordada. Alexis Pino, un campesino de la vereda La Esperanza, y cuatro de sus compañeros esperó afuera de la Alcaldía durante un día completo al alcalde para pedirle que interviniera la vía de acceso a su vereda con el fin de que los campesinos puedan transportar sus productos. A pesar de que Copete los había citado a las 10 de la mañana, eran las 5 de la tarde y no habían obtenido respuesta.
“Me siento frustrado. Siento una tristeza inmensa. Vinimos cuatro personas de la comunidad para saber qué había pasado con el alcalde pero nos tiene acá tirados en el parque. Siempre nos dice que sí va a solucionar pero nunca nos presenta un proyecto o una solución”, cuenta Alexis Pino. “No lo hemos visto. No sabemos en qué parte del municipio está. Queríamos hablar sobre dos kilómetros de vía carreteable para tener acceso a la comunidad. De aquí nos tenemos que ir a las ocho de la mañana porque, si el invierno se presenta en la cuenca del río Tadocito, no tenemos por dónde pasar”, agrega.
Copete niega que no esté en su despacho cuando la gente lo busca. “Soy el alcalde que más dura en la Alcaldía atendiendo los temas administrativos y a la comunidad. Eso lo tengo absolutamente claro. No lo reconocerán algunos”, le dijo a Consonante. Pero el alcalde no siempre trabaja desde la sede de la Alcaldía, a pesar de que su despacho fue remodelado en el 2021. Copete utiliza una oficina a unas cuadras del palacio municipal, y pertenece a su hermano, Holman Copete. El lugar está amoblado y cuenta con un escritorio,una silla de rodachines, una biblioteca con libros de derecho, una impresora, y una mesa de juntas. En las paredes hay diplomas de su hermano y un cuadro del Papa Juan Pablo II. Allí, según él, encuentra tranquilidad para reunirse virtual o presencialmente con quien lo requiera.
Lo que sigue
El alcalde tiene planeado echar a andar la mayor cantidad de obras públicas posible durante los últimos meses de su gobierno. Entre estas están: la construcción de una placa polideportiva en el resguardo Mondo Mondocito, el alcantarillado del barrio Reynaldo, la cancha sintética, la remodelación del hospital, y la instalación de 400 paneles solares para los indígenas del municipio. Deyner Mosquera asegura que tienen “unas tijeras grandes” para cortar las cintas de todas las obras que van a entregar en los próximos nueve meses antes de que Copete termine su periodo de gobierno.
Mientras tanto, la comunidad está a la espera que se completen las obras que el alcalde ha anunciado, especialmente los dos proyectos de mejora de vías que están en desarrollo. De lo contrario, temen que en las campañas para las elecciones locales de este año los candidatos se aprovechen del descontento de la gente.