Rodamin Cossio, Lenis Maria Perea, Carlos Mosquera y Alejandro Perea encabezan la lista de delegados. El evento reúne a 40 delegaciones de la región del San Juan, que cada año se congregan para preservar estos rituales mortuorios que fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Nación en 2014.
La programación: El evento es organizado cada año por la Fundación Cultural de Andagoya y el Ministerio de Cultura. Se inicia el 14 de octubre con el alumbrado a Santa Antonio y la presentación de los grupos juveniles de alabaos. El 15 de octubre, se realizarán talleres para el fortalecimiento de los rituales mortuorios, habrá un recorrido con chirimía por las calles y cerrarán la jornada los grupos de adultos de alabaos. El 16 de octubre, se realizará una misa con la participación de las delegaciones, se hará el levantamiento de tumbas, habrá presentaciones de gualíes de jóvenes y adultos, y concluirá el encuentro con el gran baile de chirimía “el pellejo”. Es decir, hasta el amanecer.
¿Qué dicen los representantes de Tadó? “Me siento muy orgulloso porque todo esto hace parte de la cultura y me siento muy complacido de hacer una buena participación del municipio para que no se pierdan las enseñanzas de nuestros ancestros”, dice Cossio. Sostiene, además, que con el apoyo que han recibido de la Alcaldía para representar al municipio tienen seguridad de su representación. “Va uno más seguro y lo que se quiere es que la tradición no se pierda pero hay que seguir intentando con los niños para que aprendan”, agrega.
¿Qué son los alabaos, los gualíes y el levantamiento de tumbas? Son rituales mortuorios que realizan las comunidades afrodescendientes y que han sido transmitidas por sus ancestros. Los gualíes son cantos se hacen para acompañar a los niños y niñas cuando fallecen, ya sus familias. “Tienen menos experiencia y es un ser que no ha pecado y se va al trono de Dios como un ángel más. Se hacen pausados, como un arrullo y una ronda”, explica Rodamin Cossio. Por su parte, el alabao es un canto para acompañar el tránsito del alma de los adultos a la eternidad. El acompañamiento del grupo se hace durante el tiempo que pidan los familiares, puede ser una hora hasta el amanecer. Finalmente, el levantamiento de tumbas es la despedida final del difunto el último día de la novena y se cierra con un nuevo altar o con el que se ha usado durante esos días.