La medida propuesta por el presidente Gustavo Petro para el programa 'Caminos comunitarios para la paz', en la que se permitía a las Juntas de Acción Comunal hacer contratos directos para la construcción de las vías terciarias y placa huellas, fue suspendida cautelarmente por el Consejo de Estado debido a supuestas violaciones constitucionales y de normativas legales que regulan la competencia y la contratación pública.
Esta decisión ha sido rechazada y apelada por la Confederación Nacional de Acción Comunal, que argumenta que el Consejo de Estado tomó una decisión jurídicamente equivocada al interpretar los convenios comunales como contratos. El auto es el resultado de una demanda interpuesta por empresas privadas dedicadas a la construcción en Colombia, quienes argumentan que el presidente de la república se extralimitó en sus funciones atentando contra los principios de transparencia, selección objetiva y ejercicio de la ingeniería.
Es así como el órgano tumbó el artículo 15 del decreto 142 del 2023 en el que se permitía que las comunidades suscribieran convenios solidarios con entes territoriales nacionales, regionales y municipales para arreglar sus vías.
Conversamos sobre el impacto de esta decisión para las comunidades con Guillermo Cardona, presidente de la Confederación Nacional de Acción Comunal.
Consonante: ¿Cómo tomaron desde la acción comunal la decisión del Consejo de Estado?
Guillermo Cardona: Bueno primero, éste es un auto que admite una demanda. Lo insólito es que haya un auto de admisión de demanda cuando no hay sentencia, cuando no hay estudio de fondo. Sin embargo, hay que aclarar que los convenios siguen vivos, siguen intactos como están, tanto en la ley 1551 como en la 2166. Lo que nos parece insólito es que el Consejo de Estado tome esta decisión que afecta tanto a los comunales.
C: ¿Cuál es el impacto de esta decisión en los territorios?
GC: Mucha preocupación, porque las comunidades vienen ejecutando desde el 2012, por la ley 1551, los convenios solidarios. La pregunta es por qué en este momento el Consejo de Estado admite una demanda, cuando hubo muchas demandas de tiempo atrás que no prosperaron. Además, la Corte Constitucional ya dijo que los convenios solidarios son absolutamente constitucionales. Entonces yo creería que es como una actitud tendenciosa la del Consejo de Estado en este momento, cuando repito hay muchos municipios en Colombia que ejecutan recursos por convenios a diario, ¿por qué? Porque es como más rinde la plata. El convenio solidario no es una forma de contrato, es una forma de complementación, como dice la definición.
C: A futuro ¿Qué alcances jurídicos, contractuales o económicos podría tener este auto para las obras adjudicadas y en proceso de adjudicación a la acción comunal?
GC: No, porque nosotros logramos es que finalmente este auto deja intacta la ley 1551 y la 2166. Solamente toca, repito, un decreto en el artículo 15. Pero lo que viene a futuro es el debate interno. Nosotros ya interpusimos un recurso de apelación y vamos a interponer otras acciones, pero yo estoy seguro que el proceso lo ganamos porque hay una interpretación equivocada del concepto de convenios por parte del Consejo de Estado.
C: Tras la decisión, el presidente Petro tuiteó que esta era una forma de frenar su gobierno, ¿Cómo lo ven ustedes?
GC: La intención del presidente es buena y es un tema que ya se habló con él. Mirando un poco hacia atrás, antes de 1993 la eficiencia de la inversión pública en los barrios y veredas fue muy elevada, porque se ejecutaron los recursos de esa manera. Es decir, la comunidad siempre es la que ha construido las obras, los acueductos, las escuelas, los centros de salud y a veces llega el Estado y colabora, la mayoría de veces no. Es así como el documento CONPES 3955 reconoce que la acción comunal ha construido más de medio país.
Cuando llega la Ley 80, lo que hace es que excluye la posibilidad de que la gente acceda directamente a los recursos porque establece unos requisitos inalcanzables para una comunidad barrial o campesina. Y entonces la ejecución del recurso público se monopoliza con los particulares. Es decir, ya el recurso público no llega directamente a la comunidad, sino que a través de un intermediario que se llama contratista. Éste se queda la mayor la mayor parte del recurso, esa es la realidad.
Nosotros desde la acción comunal recuperamos el concepto de estos convenios que en la práctica se venían ejecutando. Sobre esa base algunos alcaldes y gobernadores, de todos los partidos hay que ser claro en eso, que quieren hacer eficiente la inversión pública, encontraron en esos convenios la mejor figura; porque se asignan de manera directa, sin concurso de méritos, pero en los que se maneja bien ese complemento entre el Estado y la comunidad.
Viene ahora el Consejo de Estado y dice que los convenios violan la ley de competencia. No, es que el convenio no es una forma de contratación, es una forma de complementación del esfuerzo Estado-comunidad. Eso lo entendió bien este gobierno. Pero tenemos detrás de esto a la Federación Colombiana de Municipios, a la Sociedad Colombiana de Ingenieros que quieren obstruir el acceso de la acción comunal al recurso público.
C: La acción comunal impugnó la decisión, ¿bajo qué argumentos lo hicieron?
GC: Bueno, hay varios argumentos, el primero es que no se convocó a la acción comunal para imponer esta decisión aunque sea la principal afectada. Es decir, usted como juez de la República no puede tomar la decisión sin antes oír a la parte afectada. Se está violentando aquí el debido proceso. Lo segundo que es el Consejo de Estado confunde lo que ya dijimos, el concepto de convenio con el concepto de contrato, si fuera contrato se puede argumentar la violación al derecho de la igualdad y a la libre competencia.
Porque en el contrato el Estado le entrega un recurso al contratista y el contratista devuelve un producto con derecho a quedarse con una ganancia. En el convenio no hay esa posibilidad, no hay una convocatoria pública. Hay un acuerdo del Estado con cada comunidad. Aquí la comunidad no tiene opción de una ganancia económica, esa posibilidad no existe. La comunidad tiene una ganancia en servicios, en soluciones.
C: ¿Qué acciones adelantan o han pensado adelantar en caso de que la impugnación no sea favorable para ustedes?
GC: Pues estamos pendientes de la respuesta del Consejo de Estado a la apelación en los próximos 15 días. Sino ahí procede la acción de tutela. También en la demanda que interpusimos esta semana, pedimos ser parte del proceso para poder estar en todo el debate de fondo.
C: Por último, este gobierno le ha apostado a hacer más convenios con las JAC, en especial en el tema de vías terciarias, pero esto también ha sido leído como una forma de ganar votos para futuras elecciones y fortalecer la movilización popular ¿qué opinan sobre esto?
GC: Yo creo que el argumento más generoso es decir eso. La verdad es que el gobierno ha querido ejecutar convenios con las comunidades, pero como hay un entramado de la tecnocracia en manos de la política tradicional experta en enredar, por ejemplo, exigiendo a las comunidades no los requisitos de un convenio tradicional, sino los de un contrato. Es más, el origen de esta decisión del Consejo de Estado es una equivocación de Invias y el DNP que le dieron formato de convenio a algo que cabía únicamente en contratos bajo la Ley 80. Es decir, esa política tradicional se interpone a las decisiones del gobierno porque son los que más se han beneficiado del modelo del contratista, y son ellos, particularmente los interventores del caso de Invias. Yo digo que uno de los grandes problemas que tenemos con toda esta tecnocracia del Estado es que su arrogancia y prepotencia por sus títulos profesionales le impide conocer la realidad objetiva de las comunidades.
En Fonseca, donde brilla la luna entre cardón y tunas, en la vereda de Los Altos, creció junto a sus padres y nueve hermanos la seño Facia. Esta lideresa nació el 5 de junio de 1937, hoy tiene 86 años, y empezó su carrera docente desde los 20. Es, además, un personaje destacado del municipio por su labor en la formación de niños en su primera etapa escolar, algunos de ellos con dificultades en el aprendizaje.
Bonifacia, una profesora apasionada y empírica, desarrolló métodos innovadores para involucrar a los pequeños en un entorno de aprendizaje estimulante y divertido. Gracias a su trabajo, los estudiantes salían de la escuela bien preparados. Su compromiso con la educación infantil dejó una huella imborrable en la vida de numerosos niños fonsequeros. Su popularidad creció gracias al amor y paciencia que dedicaba a su trabajo, convirtiéndose en toda una autoridad en la educación local.
La escuelita de la seño Facia ganó renombre y su reputación se mantiene intacta hasta el día de hoy, tanto así que los padres de familia todavía buscan sus servicios para dar refuerzos. Sin embargo, debido a su vejez y problemas de visión, tuvo que dejar de dar clases.
Hoy, Blanchar se ayuda de un bastón para desplazarse por toda la casa, la misma en la que ha vivido desde hace más de 50 años. Todos los días, mientras escucha las noticias matutinas en la emisora local Fonseca Stereo y comienza con las tareas del hogar, vende zapatos de tela desde su casa. A pesar de tener problemas de visión, también en las piernas y la voz algo apagada por el polvillo de tiza, trata de mantenerse muy activa.
La seño Facia es conocida en la comunidad por su dedicación y estilo de enseñanza a niños y niñas en las primeras etapas de aprendizaje. A través de su trabajo, ha contribuido a mejorar la calidad y generar confianza de más de 1.000 estudiantes de Fonseca, lo que le valió una gran reputación entre los padres a lo largo de los años, que mantiene hasta el día de hoy.
Consonante : ¿ Cuándo inició su labor como docente ?
Bonifacia Blanchar : Comencé a trabajar como docente en 1957, cuando apenas tenía 20 años en la vereda de Sabaneta, allí estuve por más de cinco años y con ayuda de los padres de familia de la comunidad fue que gestionamos la construcción de la escuela.
En el internado en Sincelejo comencé mis estudios de pedagogía, pero solo estudié un año porque era pago y mis padres no contaban con los recursos para que pudiera continuar, todavía por aquí no había escuelas de bachillerato, luego se me dio la oportunidad de hacer un curso de profesionalización en La Vocacional (hoy I. E. Agropecuaria) en la que ocupé el primer puesto. Ese curso me sirvió para convertirme en docente y me abrió las puertas para trabajar con el Magisterio. Sin embargo, a mis 26 años, después de estar casada me fui con mi familia a vivir al corregimiento de Conejo.
A penas tenía el primero de 8 hijos, y por circunstancias ajenas a mi voluntad me tocó presentar mi renuncia, el alcalde de ese momento me preguntó: “¿cuál es el motivo de su renuncia? Si es por el cambio de domicilio no hay problema, yo le gestiono su traslado”. Sin embargo, mi esposo dijo que no quería que trabajara más, argumentando que ya teníamos un hogar y un niño que atender . Viendo esta situación, el alcalde me dijo: "piénselo, doña. Usted tiene una hoja de vida intachable. Le doy 15 días para que lo piense. Si acepta usted va a Fonseca y le hacemos su traslado". Al no asistir perdí una gran oportunidad en mi vida, hoy podría ser pensionada del Magisterio.
C: ¿Dónde inició la escuela ?
B: La escuelita inició en los años 70, en una enramada de palmas de coco aquí en Fonseca. A medida que fuimos construyendo la casa, la fuimos moviendo de puesto. Después funcionó en la sala hasta llegar aquí al fondo del patio de la casa familiar; así yo seguí y seguí educando a niños y niñas, que era lo que me gustaba, pero con esta labor también pude educar a mis hijos. Ellos fueron mis primeros alumnos porque cuando se fueron a estudiar a la escuela Anexa ya les había enseñado las primeras letras.
Recuerdo que un día, mientras trabajaba en la escuelita, vino aquí un alcalde (no recuerdo su nombre) y me dijo: vamos a registrar su escuela, yo la ayudo. Usted es una excelente profesora y le reconocemos el trabajo que viene desempeñando en la comunidad. Creí que eso no me hacía falta y que ya no estaba para eso y respondí: “para lo que me falta”, cuando eso pasó yo tenía 40 años.
Aún hoy, a mis 86 años, aquí vienen muchos padres a pedirme que les dé refuerzo a sus hijos, pero ya no puedo porque mi problema de la vista no me lo permite, sino, todavía estaría dando clases.
C: ¿Hasta qué año desempeñó su labor de docente?
B: Hasta el año 2015 estuve trabajando aquí de forma continua, me tocó retirarme, porque me operaron de la pierna, de la vista y me prohibieron permanecer mucho tiempo de pie; sin embargo los nietos y algunos muchachos, hijos de mis estudiantes, me han permitido seguir prestando el servicio a muchos.
C: ¿Qué es lo que más le gustó de su labor?
B: Lo que más me gustó del trabajo que realicé con mis alumnos fue entregarles mis conocimientos, darles buenos consejos e inculcarles valores, que todo en la vida salga a relucir como Dios manda, que fueran honestos y que velen por sus padres.
Recuerdo que una vez, cuando ya tenía mi escuelita en la sala de la casa, estaba matriculando a mis hijos y era Pepe Manjarrés el director de esa escuela y les preguntaban a los papás dónde estudió el niño y ellos respondían: el niño viene de la escuela de la seño Facia. Y él preguntó ¿quién es la seño Facia? yo, que me encontraba en la fila, levanté la mano y le dije: profe soy yo.
C: ¿Qué características cree que se deben tener para ser un buen profesor?
B: Ser profesor es una vocación donde debe primar el buen trato para los alumnos, dialogar con ellos ya que es muy importante que conozcan el significado de lo que es la educación y a qué los lleva.
C : ¿A cuántos profesionales de Fonseca enseñó?
B : Es difícil detallar cuántos muchachos eduqué, desde que empecé a trabajar en la zona rural diría que a más de 1000 niños les di clases. Muchos de ellos ahora son médicos, ingenieros, licenciados, abogados. Varios han emigrado para otras partes por falta de oportunidades laborales aquí en el municipio.
C: ¿Algunos de estos estudiantes vienen a visitarla o se acuerdan de usted?
B: Muchos de mis estudiantes vienen a visitarme y recuerdan la labor que he desempeñado por años, ellos todavía me traen a sus hijos cuando tienen algunas dificultades de aprendizaje, diciéndome: “Seño, yo sé que con usted aprende”. Mostrando la confianza depositada en mi labor.
A veces llegan profesionales que fueron mis estudiantes a felicitarme, diciendo: “vengo a traerle este diploma, que he recibido gracias a usted por las enseñanzas que nos dio”. Algunos se toman fotos conmigo y otros no, pero sé que muchos de los alumnos que pasaron por mi escuela, me recuerdan.
C: ¿Qué la impulsó a seguir enseñando?
B: Cuando mis hijos estaban en edad de ir a la escuela, yo le dije a mi esposo que nos fuéramos a vivir a Fonseca, porque los niños necesitaban ir al colegio. Él me dijo que los pusiéramos a estudiar en los Toquitos, una de las veredas de la región de Almapoque, zona rural del municipio de Fonseca. A lo que respondí que no, porque no quería que se quedaran solo con los dos primeros años de educación. Así logré convencer a mi esposo para irnos a vivir a Fonseca.
Mis hijos fueron ese motor para seguir mi vocación de servicio como profesora, enseñándoles a ellos vi que tenía que seguir haciendo lo que había descubierto antes, una labor que abandoné por el matrimonio, pero que luego retomé y mis hijos fueron el impulso para hacerlo nuevamente. De ahí pude seguir educando a niños de todas las edades, incluso algunos de ellos con dificultades de aprendizaje. Todos en esa etapa que hoy llaman “de inicio”. Los niños salían de aquí a hacer primero, ya que los alumnos que iban de esta escuela no tenían necesidad de hacer el examen de admisión.
C: ¿Cuál es la deuda del Estado colombiano en materia educativa con el municipio de Fonseca?
B: Fonseca en la zona rural y urbana necesita que se mejoren las aulas y se nombren los profesores que hacen falta en los diferentes colegios para que puedan recibir los alumnos una educación de calidad.
C: ¿Por qué es importante la educación?
B: La educación, es fundamental y necesaria para el ser humano, el conocimiento y habilidades que se adquieren nos ayuda al crecimiento personal para desenvolvernos en la vida y de esa manera podemos contribuir con el desarrollo de nuestro pueblo y prestar un buen servicio a la comunidad.