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Así se enreda la llegada de docentes en Fonseca y San Juan, dos meses sin la planta completa

El primer periodo del año académico está a punto de terminar y en los municipios de Fonseca y San Juan del Cesar aún no tienen los docentes suficientes para dictar clase. La situación no es nueva, pero se ha agravado. A la demora en la designación de profesores para cubrir incapacidades y licencias, se sumó la de designar a quienes suplirán las vacantes que dejan los docentes que son trasladados u ocupan nuevos cargos.
¿Cómo se hizo este trabajo?
Entrevistamos a padres de familia, estudiantes, docentes nuevos y antiguos en las I.E, rectores, a la secretaria de Educación de San Juan del Cesar, a un sindicalista del sector educación y a un exsecretario de Educación Departamental.

El 9 de abril, la Asociación de Trabajadores de la Educación de La Guajira (Asodegua) inició un paro en Riohacha, capital del departamento, que va hasta mañana. Según un comunicado que emitieron, el paro tiene varias razones, una de ellas es “la desidia” del gobernador y  algunos alcaldes por la demora en el nombramiento de quienes ganaron el concurso docente y “la lenta reubicación” de los profesores provisionales que cubren esas vacantes o las incapacidades.

La problemática es clave porque termina afectando el proceso de aprendizaje de los jóvenes; más en un departamento en el que hasta 2022 sólo 26 de cada 100 estudiantes se matriculan en los grados décimo y once para obtener el título de bachiller, según el informe socioeconómico de la Cámara de Comercio de La Guajira. “Por medio de asambleas informativas y de una reunión de rectores de instituciones educativas el 24 de febrero, recogimos la radiografía del departamento. La situación está diagnosticada, ya hay que actuar desde el campo administrativo. Esto es de gestión en el territorio”, dice Milad Fernando Estrada, presidente de Asodegua. 

La exigencia de Estrada es consecuencia de una problemática que se ha extendido por el departamento y que puede verse con más detalle en los municipios de San Juan del Cesar y Fonseca, al sur de La Guajira: a dos meses de haber iniciado las clases, una parte de las instituciones educativas públicas aún no cuentan con el número de docentes necesario para dictar las clases. 

El primer periodo del año académico está ad portas de terminar, los profesores que están cubriendo las vacantes de los que ganaron un ascenso o una reubicación apenas están llegando a los colegios. Hay estudiantes que no han recibido clases de materias específicas desde que entraron al año lectivo y otros que no cuentan con director de grupo. Por esa razón, para algunos estudiantes, el colegio en Fonseca y San Juan ha pasado de ser un espacio de aprendizaje activo, a uno en el que buscan ocuparlos mientras intentan solucionar la falta de profesores.

“Algunos docentes nos ayudan con turnos, las psicoorientadoras también se hacen cargo de los cursos — cuenta Ricardo Bonivento, rector de la Institución Educativa José Eduardo Guerra en San Juan del Cesar —. En los colegios estamos haciendo de tripas corazón subsanando la problemática con lo poco que tenemos, casi haciendo magia para que los niños puedan acceder a la educación, pero no es la educación integral que da el maestro”.

"En los colegios estamos haciendo de tripas corazón subsanando la problemática con lo poco que tenemos"

Ricardo Bonivento, rector de la Institución Educativa José Eduardo Guerra en San Juan del Cesar.

Por eso, Bonivento insiste en que la Secretaría de Educación Departamental debe acelerar procesos y cubrir las necesidades de las instituciones educativas. Al igual que en otros 10 municipios de La Guajira, la gestión y administración de la educación en Fonseca y San Juan del Cesar dependen de la Gobernación por ser municipios no certificados. Sólo en Riohacha, Maicao y Uribia, las alcaldías y su respectiva secretaría son las administradoras de la educación.

Los rectores no son los únicos en pronunciarse. Estudiantes y padres de familia ya han protestado para exigir que las instituciones tengan la planta de docentes completa. Por esa razón, a inicios de marzo, los estudiantes de la institución María Auxiliadora de San Juan del Cesar entraron en paro. Sólo en tres instituciones de este municipio hay más de 600 estudiantes afectados por la falta de docentes.

En Fonseca, y por la misma razón, algunos padres de familia bloquearon la Institución Educativa Agropecuaria y los estudiantes del Juan Jacobo Aragón protestaron y se tomaron la Alcaldía, exigiendo también la contratación de personal de aseo y vigilancia. A esa movilización se le unieron algunos estudiantes del Ernesto Parodi Medina. 

Rectores, docentes nuevos y antiguos, y funcionarios y exfuncionarios públicos aseguran que la situación no es nueva, pero que se ha ahondado en este año por los retrasos para designar a los docentes en puestos temporales.

La demora en nombrar docentes de planta y temporales

Una de las razones por las cuales faltan docentes en las instituciones de Fonseca y San Juan está relacionada con el concurso de ascenso y reasignación salarial que llevó a cabo el Ministerio de Educación a nivel nacional. Este consiste en que los profesores pueden, por ejemplo, pasar de ser docentes a coordinadores, trasladarse de una institución a otra para dictar la misma clase y aumentar su salario de acuerdo a sus conocimientos, experiencia o estudios. Quienes sean elegidos en este concurso, serán nombrados por la secretaría de Educación Departamental en la nueva plaza y esta misma entidad deberá buscar un reemplazo en la vacante que dejan los docentes.

Elizabeth Mendoza, secretaria de Educación de San Juan del Cesar, dice que algunos rectores le han reportado que no han llegado los docentes provisionales (que reemplazan por un tiempo a los que se fueron) y tampoco el de planta o el que debe ser nombrado. En ocasiones también ocurre que, aunque el docente llega al puesto que le corresponde, renuncia o regresa a su anterior cargo después de unos días o semanas. De esa forma, el puesto queda disponible de nuevo y la secretaría departamental debe buscar quién lo ocupe. 

Adaulfo Manjarrez, exsecretario de educación departamental, cuenta que hay municipios en el sur de La Guajira donde los docentes nuevos de planta o provisionales tienden a renunciar después de ser nombrados. Esto sucede por varios factores, como las distancias que deben recorrer para llegar a un colegio, por tener que vivir en zonas con presencia de grupos armados ilegales, por enfrentarse a realidades más complejas de las que esperaban en el aula de clase o porque la vacante no cumple con sus expectativas.

“El caso de varios municipios al sur de La Guajira es una experiencia nefasta. Esta es una situación que pesa mucho en el sistema educativo, que siempre está ocurriendo y que genera inestabilidad. Los que no renuncian a su cargo, pasan el periodo de prueba y piden traslado, pero esto es una excepción que igual impacta en la educación de los niños”, dice Manjarrez. Aún sin la renuncia y con la solicitud de traslado, continúa la inestabilidad que comenta el exsecretario porque implica un trabajo extra al departamento de buscar un reemplazo al docente que decide cambiar.

Algo similar pasa en Fonseca. Unos días antes de semana santa llegaron algunos docentes nuevos a suplir de forma temporal las vacantes que dejaron los que se fueron. Es el caso de Leiner Carrillo, profesor de matemáticas de la Institución Educativa Agropecuaria, que explica todo el proceso que tuvo que surtir para llegar a ese puesto: “Había 51 vacantes, pero no se presentaron seis y tardaron un mes en convocar esas seis personas. De ahí los reubicaron, y las plazas que dejaron pasaron a estar en vacancia, de ahí nos ubicaron, pero como profesores temporales porque los que se fueron están en periodo de prueba y pueden regresar a su cargo si lo desean”.

Mendoza, secretaria de San Juan, dice que en la comunicación constante que tiene con la Secretaría Departamental, le ha informado que ya se han hecho más de mil procesos relacionados con estas vinculaciones, pero que el proceso de asignar docentes en las instituciones podría terminar de surtirse en octubre. “Sí, ha sido complejo, pero sabemos que la situación se va a estabilizar cuando todos estén organizados en sus plazas. Esta problemática no se va a repetir cada año, fue algo coyuntural”, explica la funcionaria.

"Esta problemática no se va a repetir cada año, fue algo coyuntural"

Elizabeth Mendoza, secretaria de Educación de San Juan del Cesar

A este contexto se le sumaron otros aspectos que han sido constantes y que han ahondado la problemática de la falta de docentes. Uno de estos son las licencias de maternidad, de luto o las incapacidades de más de tres días que requiere designar un docente temporal para evitar que se interrumpa el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Además de la burocracia que implica enviar la solicitud a la Secretaría Departamental para llenar esa vacante y las demoras que pueden llevar encontrar y designar un reemplazo, también puede pasar que las licencias o incapacidades se renueven y deba realizarse el proceso de nuevo. 

Un ejemplo de esto es lo que sucede en la Institución Educativa María Auxiliadora del municipio de San Juan del Cesar: “Aquí tengo una docente que lleva seis años en un proceso de incapacidades mensuales. No entiendo por qué el comité evaluador de la EPS o a quien corresponda no ha solucionado este problema pensionando a la docente. Con esto ya habrían nombrado un docente de planta”, cuenta el rector Darlin Gámez. En este colegio, por ejemplo, no hay docente de lengua castellana.

En la I.E. Normal Superior de San Juan no hay docente de inglés ni de ciencias sociales y al menos 280 estudiantes están afectados por esto. A la institución se le suma la falta de intérpretes de lengua de señas que son necesarios para el proceso de aprendizaje de los niños en condición de discapacidad auditiva. Son cuatro docentes que requiere la institución y que cada año son contratados por el departamento por prestación de servicios; pero en estos procesos suele haber retrasos y empiezan sus funciones en abril. Eso significa que al menos los dos primeros meses del año lectivo la institución no cuenta con intérpretes.

Según Mendoza, secretaria de Educación de San Juan, esto se da por los procesos de contratación que exigen a las entidades públicas a nivel nacional: “Esta normativa que busca garantizar menor corrupción y mayor transparencia muchas veces termina siendo obstáculo para que los procesos se lleven de forma más ágil”.

Aunque no es una tarea que le corresponda, la secretaria ha intentado apoyar a los maestros teniendo una comunicación constante con la Secretaría Departamental, recibiendo las quejas diarias que le llegan por la falta de docentes y tratando de suplir las necesidades de intérpretes de señas con funcionarios que tienen estos conocimientos o a punta de convenios con instituciones para emplear practicantes.  

Debido a que los procesos de nombramiento y designación de docentes en San Juan y Fonseca dependen de la Secretaría Departamental que hace parte de la Gobernación, los rectores de diferentes instituciones han insistido en agilizar el proceso. Incluso en una reunión realizada a inicios de marzo con el gobernador Jairo Aguilar y los rectores del departamento, acordaron acelerar los procesos. 

Uno de los compromisos, según Mendoza, fue que la misma institución recomendara el docente que debía reemplazar a otro en caso de incapacidad o licencia. Aunque los rectores dicen haber cumplido su parte, siguen presentando demoras.

“Junto a la Asociación de Rectores del Sur de La Guajira hemos asistido en reiteradas ocasiones a la Secretaría de Educación Departamental y solo hemos recibido promesas. Una de ellas es que tendríamos toda la planta de docentes, dos meses después (de iniciadas las clases) el panorama sigue igual o peor, además de la falta de docentes no tenemos servicio de aseo ni vigilancia”, asegura Leonel Rizo, rector de la Institución Juan Jacobo Aragón en Fonseca.

Por eso, Milad Estrada, directivo de la Asociación de Trabajadores de la Educación de La Guajira (Asodegua), exigió respuestas por parte de la gobernación. “Las directrices deben venir del departamento. Ha habido negligencia administrativa, desidia por parte del gobernador, por eso le vamos a exigir a la ministra de Educación (Aurora Vergara) que se pronuncie”, comentó Estrada.

Por su parte, Adaulfo Manjarrez, exsecretario de Educación departamental, hace un llamado en doble vía. Primero invitando a los padres de familia a matricular de forma oportuna a los estudiantes, ya que la mayoría de ocasiones este proceso se da en abril, después de semana santa, y no permite que haya un registro actualizado de la cantidad de estudiantes reales matriculados en el departamento. El segundo es la necesidad de la ampliación de la planta docente en la Guajira, una tarea que le corresponde al Ministerio de Educación.

Según el exfuncionario, el ideal es que un profesor de básica y media tenga un promedio de 35 estudiantes a su cargo. En La Guajira hay más de 80 mil estudiantes y 3 mil docentes, por lo que las cuentas, ante el Ministerio de Educación, podrían ser acordes.

Pero la realidad en el territorio es otra, así lo explica Leonel Rizo, rector de la I.E. Juan Jacobo Aragón en Fonseca:  "Hay una percepción errada del ministerio frente a la distribución de docentes en el departamento. Según ellos aquí sobrarían docentes, pero desconocen que tenemos mucha población dispersa. Hay zonas rurales donde puede haber ocho estudiantes por  docente".

"Hay una percepción errada del ministerio frente a la distribución de docentes en el departamento"

Leonel Rizo, rector de la I.E. Juan Jacobo Aragón en Fonseca.

Manjarrez coincide con el déficit de docentes frente al número de estudiantes: “La planta de docentes actual no se ha actualizado frente a los 8 mil niños nuevos que han sido matriculados y que tampoco se reflejan en el SIMAT (Sistema de Matrículas Estudiantil). Hoy faltan al menos 435 maestros en el departamento, y para suplirlos toca asignar horas extras o contratar por prestación de servicios”. Pero la peor parte la llevan los estudiantes porque son ellos los directamente afectados al interrumpir sus procesos educativos.

El aprendizaje truncado y el reto de los docentes nuevos por nivelarlo

“Los de grado once no tenemos profesor de Economía. Este mes se acaba el periodo y en el boletín no vamos a tener esa nota”, dice Valeska Pitre, estudiante de la institución Juan Jacobo Aragón de Fonseca. “Algunos sextos, séptimos y octavos no van a tener notas de Español, porque nos hace falta una docente de esa área. En primaria faltan tres directores de grupo y por eso hay cursos con 50 o 60 estudiantes a cargo de un profesor”, continúa. Según el rector Rizo de la institución, hay más de 100 estudiantes afectados, pero hasta el momento no han tenido una respuesta departamental ni municipal. 

No sólo se trata de las estrategias que hacen los rectores para suplir las necesidades de la institución, sino de las consecuencias que acarrea esto en el proceso de aprendizaje de los estudiantes. “La ausencia de un docente rompe el proceso pedagógico. El niño puede perder el hábito de la lectura, la escritura y la concentración, y se van borrando las competencias que se habían sembrado en ciclos anteriores. Aparte del descontento de los padres de familia y de la apatía de aportar al colegio, los niños también se desmotivan y aumenta la probabilidad de deserción”, explica María Fernanda Guerra, docente de Ciencias Naturales de la institución María Auxiliadora de San Juan.

Para hacerle frente a la deserción y no perder el hábito de asistir al colegio, en instituciones como José Eduardo Guerra en San Juan, evitan suspender las clases por la falta de docentes y buscan cómo ocupar a los estudiantes.

“A los niños no los podemos mandar a la casa, tenemos que darles el servicio educativo, vamos a seguir haciéndolo el tiempo que sea necesario”, dice el rector Ricardo Bonivento. Una de sus preocupaciones es que ante la demanda de matrículas ampliaron la cobertura, crearon un salón más en cuarto de primaria, pero después de dos meses de arrancar las clases no tienen un docente que dirija el grupo.

Incluso, si los profesores requeridos llegan a las instituciones en este momento, se supliría la necesidad, pero no significa que el proceso educativo se subsane. En realidad, los docentes nuevos llegan con el reto de nivelar al grupo, avanzar con los temas que ya debían ser dictados y continuar con los que están estipulados en la materia. 

Esa es una labor que debe hacer Leiner Carrillo, un docente nuevo de la Institución Educativa Agropecuaria de Fonseca: “Los estudiantes tienen aproximadamente un año sin docente de Matemáticas. Encontramos la problemática de unos muchachos con unos conocimientos no muy nivelados y unas condiciones mínimas en el área”.

Carrillo cuenta que una de sus labores es sondear el nivel académico de los estudiantes y de acuerdo a esto ir generando contenido en la materia. “Si empiezo las clases de acuerdo a los estándares establecidos por el Ministerio obviamente que los muchachos no me van a responder”.

Para los estudiantes también representa un cambio importante y un choque académico. Ángel Calderón, estudiante de grado once y personero de la I.E María Auxiliadora en San Juan del César, considera que se están viendo afectados durante y después de que se dan los procesos de contratación.

“Cuando estos docentes se incorporan no tienen notas nuestras, así que tienen que tratar de sacar la mayor cantidad de notas posibles para darnos una definitiva a final de periodo. No me parece que esto sea así, porque no aprendemos nada", cuenta Calderón quien considera que se privilegia la nota por encima del conocimiento.

Con problemas permanentes y otros coyunturales, la preocupación de estudiantes, padres de familia, rectores y docentes va de la mano con la realización de las Pruebas Saber que son las que evalúan el desempeño y los conocimientos de los estudiantes al final de la educación básica (grado noveno) y media (grado once).

“¿Qué rendimiento pueden tener esos niños en las pruebas Saber de este año?, ¿cómo el Estado, el Ministerio de Educación, la secretaría de Educación municipal y departamental exigen calidad académica en una institución donde faltan los docentes?”, se cuestiona Patricia Guerra, madre de familia de dos estudiantes en San Juan.   

*Consonante intentó comunicarse con la secretaría de Educación de Fonseca, pero no contestó los mensajes enviados. Al momento de publicar esta historia tampoco obtuvimos respuesta a las preguntas enviadas a la secretaría de Educación Departamental.

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