Tadó, la tierra legendaria de la negra Agustina y el Rey Barule, es un tesoro hídrico enclavado en la parte alta del San Juan. Sus aguas han sido, por décadas, un imán para viajeros que buscan sumergirse en la belleza natural del Chocó. Corregimientos y veredas como Mumbú, Guarato, Tapón y Bochoromá se distinguen por sus ríos cristalinos, lagunas serenas y otros cuerpos de agua que parecen sacados de un paraíso intacto. A esto se suman sus imponentes bosques y una riqueza biológica única —fauna y flora endémica del llamado Chocó Biogeográfico— que hacen del municipio un destino ideal para explorar la biodiversidad. Es, además, una oportunidad para que las comunidades locales compartan con orgullo su territorio, su memoria y su naturaleza viva.
Sin embargo, la guerra que protagonizan actores armados en la región ha debilitado estas iniciativas. Hay temor de lo que pueda pasar en el San Juan, entre confinamientos, desplazamientos y reclutamiento forzado. Entre enero y mayo de este año, más de 19.700 personas vivieron confinadas en Chocó, atrapadas por el miedo y la violencia. En ese mismo periodo, se registraron 1.311 desplazamientos masivos y 3.358 casos individuales, según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Son cifras que reflejan una crisis silenciosa, donde comunidades enteras se ven obligadas a abandonar sus territorios o a resistir en medio del fuego cruzado.
La comunidad demanda la presencia integral del Estado en este municipio, pero esa presencia no debe limitarse solo a la de las Fuerzas Militares. Varias familias desean que se empodere a la comunidad local a través de capacitaciones y programas de formación en manejo de turismo sostenible y la conservación del patrimonio natural y cultural. Incluso, encontrar la manera de hacerlo en medio de la guerra.
La comunidad no se rinde
“El turismo nos beneficia económicamente porque con ello podemos sostener a nuestras familias y también más estabilidad a las personas que nos visitan”, expresó la señora Marta Mosquera, habitante del corregimiento de Mumbú. Sin embargo, lamentó los desafíos que se deben superar, en especial, la falta de seguridad.
La profesora Eude Celina Ramírez, rectora de la Institución Educativa Normal Superior de Tadó, lo tiene claro: el principal obstáculo para el turismo en la región es la presencia de actores armados ilegales. “La gente se lo piensa mucho antes de visitar estos sitios”, advierte, refiriéndose a parajes como Bochoromá, Arrastradero y Mumbú, que antes atraían visitantes por su belleza natural. La zozobra y el miedo se han instalado en la comunidad, y con ellos, una disminución en el flujo turístico que golpea directamente la economía local.
A la guerra, Mosquera le suma la deuda de infraestructura turística. La región carece de quioscos donde las familias del municipio puedan ofrecer productos a los turistas, así como senderos para llegar a las lagunas y cascadas del municipio, principalmente para mejorar la seguridad a la hora de movilizarse hacia los ojos de agua de Sábalo, la quebrada Mumbú y la cascada de Santo Domingo.
Lineth Machado, propietaria de un pequeño restaurante en el mismo corregimiento, coincide en la necesidad de que el Estado invierta en los senderos de su territorio. Así, Charco Sábalo, la Quebrada San Antonio y otros podrían ser de mayor acceso para todos los visitantes.
Machado manifestó su preocupación por la disminución del turismo en la región y expresó su inquietud por la estigmatización de la zona del alto San Juan, lo que podría estar alejando a los turistas de todo lo que el municipio tiene por ofrecer. En corregimientos como el suyo se respira tranquilidad y espera poder mostrar la buena vida que allí viven, a pesar del abandono y la violencia.
Para Machado y Mosquera se hace necesario que la administración municipal o el gobierno departamental, volteen su mirada hacia el turismo de manera real, puesto que Tadó resalta como uno de los corredores turísticos de la región, pero sigue siendo una joya sin explotar.
“Si el gobierno apoya a la comunidad para que trabaje, la comunidad mejora su economía y con ello todo lo demás”, dijo Machado. “Necesitamos capacitaciones en todo, cómo atender a los turistas: hotelería, restaurante, culinaria y salud para brindar primeros auxilios en caso de emergencia”, agregó Marta Mosquera.
La necesidad de capacitar a la comunidad y mejorar la infraestructura también lo resalta Wilson Mosquera, docente y líder comunitario. Para él, hay una gran oportunidad de hacer crecer el sector en el municipio. Cree que el gobierno local debe apostarle a crear “una ruta turística atractiva que incluya sitios como el puente de San Juan, el parque Rey Barule y la catedral de Tadó, así como otros lugares de interés en las comunidades cercanas. El epicentro de esta ruta podría ser el Parque Balneario y Ecológico en Mumbú, que ofrece condiciones naturales únicas y atractivas para los visitantes".

Los tadoseños esperan acciones
Para Yadid Martínez, secretaria de Turismo del departamento, el turismo en la región enfrenta una serie de desafíos que no se pueden seguir postergando. “Falta ordenamiento turístico, no hay procesos formativos sólidos para el talento humano, y la inseguridad sigue siendo un reto enorme”, señaló. A ello se suma una infraestructura física precaria y una conectividad deficiente, factores que limitan el desarrollo de un turismo sostenible y competitivo en el Chocó.
A pesar de estos desafíos, los atractivos turísticos del municipio están participando a nivel nacional en escenarios de promoción como vitrinas turísticas de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato) y Colombia Travel Expo, una feria de promoción y comercialización de destinos turísticos.
Para abordar estos desafíos, desde la alcaldía creen que se debe apostar por suprimir las brechas existentes entre el sector turismo en el departamento y fortalecer el conocimiento mediante formación desde el nivel central, realizando talleres de innovación territorial y encuentros que permitan generar alianzas y desarrollar programas.
Pese a los múltiples desafíos, Darlington Yurgaqui, secretario de Cultura y Turismo de Tadó, mantiene una mirada esperanzadora. Reconoce que la situación de orden público en la región del alto San Juan “nos ha afectado demasiado” y que “nos golpea a todos”, pero no pierde la fe en un cambio. “Creo que todo va a mejorar”, afirma con convicción, confiando en la resiliencia de su comunidad y en el potencial que aún guarda el territorio para el desarrollo cultural y turístico.
Asegura que han habido avances y se han registrado visitas importantes en corregimientos como el Tapón y Bocholomá. “Está creciendo nuevamente y tomando fuerza nuestro turismo”, señaló. A inicios de este mes, el municipio experimentó un incremento de visitas por La Jotatón, el festival de danza que cada año reúne a decenas de agrupaciones artísticas de todo el país en el municipio de Tadó.
La alcaldía ha buscado promocionar las actividades turísticas y capacitar a la población para aprovechar el sector. “Hemos estado muy pendientes de cómo se desarrollan las labores turísticas y buscando la manera de que se vaya creciendo y de que este sector de la economía le genere grandes dividendos a nuestras poblaciones”, dijo Yurgaqui.
En cuanto a infraestructura y servicios turísticos, mencionó que la administración municipal está realizando un proyecto con el Fondo Nacional de Turismo (Fontur), el brazo técnico del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo para el crecimiento del sector, para realizar un plan de desarrollo turístico y se detallen lineamientos para que lleguen y se ejecuten recursos para infraestructura turística.
Nota: Consonante contactó a la oficina de prensa del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo para conocer la inversión que está realizando para Chocó y las estrategias para fortalecer el turismo en medio del conflicto, pero no envió la respuesta que prometió.