Daniels Benítez, líder gay de 21 años, creció en medio de una familia campesina y minera que lo apoyó en su reconocimiento como miembro de la población LGBTI en Tadó, contrario a las voces de su pueblo en el que algunos piensan que ser gay, bisexual, lesbiana o trans es una enfermedad, un vicio e incluso un pecado.
Benítez, nacido en Pereira pero criado en Tadó, es uno de los integrantes del Consejo Municipal de Juventud desde donde ha impulsado un discurso en defensa de los derechos de las personas LGBTI, de su aceptación sin restricciones y de su participación activa en la educación, la política, el deporte y la cultura en el municipio. Y, desde el 2021, lidera un concurso de modelaje cuyo centro está en la inclusión, el empoderamiento y el liderazgo que sueña se fortalezca entre los tadoseños.
En el Mes del Orgullo LGBTI, Consonante conversa con Benítez sobre las realidades y los desafíos que enfrentan los jóvenes con identidades y orientaciones diversas en Tadó en su lucha por combatir los prejuicios, estereotipos y discriminación, pero también por abrir el camino hacia la igualdad de derechos.
Consonante: En el último año usted ha conocido a jóvenes que tienen depresión y ansiedad por miedo o rechazo a reconocerse como gays o lesbianas. ¿Por qué se están presentando estos casos?
Daniel Benítez: Tadó es un pueblo muy pequeño al que han hecho madurar a la fuerza. Lamentablemente no hay una acogida a las personas de la población LGBTI, las familias en Tadó son muy tradicionales, entonces la sexualidad diversa es rechazada porque los padres de familia, en su mayoría, piensan que es una enfermedad o un vicio. Eso marca un punto diferencial entre la actualidad juvenil y los padres, ya que ellos no permiten que los jóvenes tengan libertad para expresarse diversamente.
Ese es uno de los temas que conlleva a la depresión: no tener el apoyo de los padres, experimentar a la fuerza, el rechazo de sus amigos, las burlas. Hay demasiada discriminación contra las personas LGBTI en Tadó. Muchos jóvenes se aferran a no salir de su zona de confort por miedo a lo que diga la sociedad. Incluso nos toca tener una posición social y económica para ser una persona LGBTI respetable y que no nos vulneren los derechos.
C: ¿Cómo se ve esa desigualdad en el trato en la medida en que una persona LGBTI tiene más o menos recursos económicos?
DB: Hacen a un lado a una persona gay con buena educación y ponen por encima a alguien con una posición económica más alta. Cuando joven era víctima de bullying en las redes sociales y en mi propio entorno, me tocó posicioname socialmente para ser respetado y que nadie pasara por encima de mí, de mis ideales y de mis proyectos. Algunas personas nos siguen vulnerando a pesar de que tenemos posiciones sociales importantes que le aportan a la restauración del tejido social y sin importar si estamos más preparados que muchos de saco y corbata. Eso lo vivo en espacios políticos, porque soy político; en los sociales, pues mi vida está marcada por lo social, y en materia de juventud, porque hago parte del Consejo de Juventudes.
C: Usted es un líder LGBTI reconocido en el municipio. ¿Cómo empezó este liderazgo?
DB: Empieza desde el bullying que viví en primaria y me dije: esto tiene que cambiar. Yo quería aspirar al máximo cargo de la representación estudiantil en el colegio, que era la personería. Entonces me tocó mostrarme como esa figura fuerte y convertirme en esas personas populares para tener lo que quería, condicionar mi físico, mi mente, incluso dejé de ser yo para hacer lo que muchos consideraban que era lo pertinente. Ahora quiero convertirme en el primer alcalde de mi municipio y ser un referente nacional en miembros de la población LGBTI.
C: ¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrentan las personas para reconocerse como parte de la población LGBTI en Tadó?
DB: La familia, la sociedad, uno mismo, las parejas y los planteles educativos, porque a veces algunos docentes aceptan la sexualidad de los jóvenes solo de palabra, cuando en realidad esto es una pantalla y están inconformes.
C: ¿En Tadó se evita hablar de la población LGBTI y de las relaciones homosexuales?
DB: Es como un 50 y 50, la verdad, porque muchos lo hablan pero al tiempo lo ocultan. Se evita hablar cuando están en el plantel, cuando comparten con personas desconocidas y en el entorno familiar, cuando no son aceptados o no hay confianza.
C: ¿Hay algún caso en particular que haya acompañado que nos permita entender qué tan grave es la situación?
DB: No he tenido la oportunidad de acompañar a alguien. Incluso manejar mi propio equilibrio entre existir como una persona diversa es algo difícil. Aun siendo líder y trabajando los temas de salud mental es difícil terminar de madurar.
C: En Tadó también hay población indígena. ¿Hay alguna particularidad con ellos? ¿Cómo está la situación en los resguardos?
DB: Conozco a los embera katio que viven en la zona del Alto San Juan. Ahí está prohibido tener una orientación social diferente y si la tiene, la persona es sancionada o es expulsada definitivamente del resguardo indígena. Las sanciones que enfrentan son trabajos comunitarios bastante pesados. En Tadó no he tenido la oportunidad de ver un miembro de la población LGBTI porque está netamente prohibido entre ellos. Tengo entendido que hay casos de jóvenes que se suicidan por los castigos que sufren.
C: ¿Qué atención psicosocial reciben los jóvenes indígenas y afro de la población LGBTI?
DB: Bueno, desde la administración municipal no hay atención, porque no he visto que los jóvenes tengamos participación ni alguna posición social para que nos puedan capacitar o incluso nosotros capacitar a los miembros de la población. El Hospital de Tadó tiene psicólogas y en algunas ocasiones hay charlas, pero no son temas que se frecuenten. Se habla del tema pero no es lo que en realidad se necesita para seguir madurando la voz y la mente de la juventud.
C: ¿Hay algún tipo de mesa departamental o municipal que trabaje directamente los temas LGBTI?
DB: Aquí en Tadó tenemos unos miembros de la población LGBTI muy activos. Si hay mesas no he sido partícipe, sé que hay un grupo, pero no se llevan muy bien. No he visto proyectos relacionados con el fortalecimiento de los miembros de la población LGBTI en Tadó. Si hablamos del Chocó, sí hay una mesa que trabaja por el fortalecimiento, el reconocimiento y los derechos de la población tanto en Colombia como en el mismo departamento. La tarea he visto que la hacen.
C: ¿Cree que las personas LGBTI de Tadó enfrentan barreras adicionales para desarrollar su vida? Por ejemplo, en materia de educación, salud o acceso al trabajo.
DB: Si vamos a hablar de política, los miembros de la población LGBTI tienen que ser demasiado inteligentes para poder participar porque les cierran las puertas por el simple hecho de pertenecer a una minoría poblacional con orientación sexual diferente. Las posturas y decisiones tienen que ser muy inteligentes para poder ser aceptados.
Las barreras son muy grandes, te cuestionan por no tener capacidades intelectuales para aportar a un proceso político. Cabe aclarar que dos de los partidos o movimientos políticos tradicionales en el municipio de Tadó tienen representación en los Consejos de Juventudes, que son el Partido Liberal y el Partido Conservador, pero realmente no pueden tener una participación tan abierta porque no cuentan con los factores intelectuales que piden tener para que ellos participen. Me parece también una falta grave ahí porque no dejan crecer nuevos liderazgos.
En el deporte es muy difícil que puedan participar en un espacio donde se juegue por género, simplemente por ser LGBTI. Hay incluso barreras sociales cuando están compartiendo en paseos y actividades de rumba o baile.
C: ¿Cómo está la garantía de derechos para las personas LGBTI que son indígenas?
DB: Aquí los movimientos se radican por la política e incluso para poder trabajar el miembro de la comunidad indígena tiene que ser una persona preparada intelectualmente para que pueda aportar, porque para entrar ellos necesitan conocer las problemáticas, pero no les dan esa participación que necesitan por el simple hecho de que no estuvieron en un proceso político, entonces no se les da la oportunidad para conocer y trabajar.
C: ¿Qué debería hacerse en el municipio para que cambie la discriminación y haya mayor garantía de derechos?
DB: Empezar a generar un proyecto que sea una bomba de concientización en núcleos familiares, explicarles la importancia y que se haga dentro de las instituciones educativas para que el mensaje sea masivo y enmarcado en lo institucional, que incluya a los padres y docentes. También promover escenarios para exaltar los talentos, porque muchos miembros de la población LGBTI son súper talentosísimos. A veces basta un reconocimiento que los anime a seguir trabajando para que se sientan cómodos consigo mismos y con el entorno. Además, darle participación sí o sí a los miembros de la comunidad indígena, ya que esto nos ayuda a conocer los factores de riesgo. Además, tratar de concientizar a los cabildos y gobernadores para que entiendan que esto no es una enfermedad, no es un pecado, solo son condiciones que se presentan y que deben aceptar a los jóvenes con una orientación sexual diferente.
C: ¿Se ha impulsado el respeto y la garantía de derechos para las personas LGBTI por parte de las autoridades de Tadó? ¿Cómo?
DB: He visto que en algunos escenarios los miembros de la Policía de Infancia y Adolescencia hablan sobre estos temas para dejar un mensaje, pero no para impulsar nada. Incluso cuando llego al Comando de la Policía a dejar alguna carta para solicitar acompañamiento en mis actividades en materia de juventud, algunos me ven maquillado y empiezan a especular y se ríen, entonces no, no ha habido ningún avance ni nadie que impulse nada. Solo los miembros de Infancia y Adolescencia que dan una que otra charla, pero las cosas continúan tal cual como están.
C: ¿Qué acciones han impulsado desde el Consejo de Juventud para los jóvenes LGBTI?
DB: Las acciones empiezan desde los jóvenes. Somos tres consejeros con orientación diferente que decidimos enrutar a otros jóvenes para que vean que esto es motivo para seguir e inculcar el liderazgo. Nosotros trabajamos ese enfoque en materia de género. Nos enfocamos en la música, el arte, el deporte y el liderazgo para combatir los estándares sociales. Cada consejero de juventud tiene su propia escuela de liderazgo. Hay de arte y baile, de deportes y modelaje con un enfoque de empoderamiento juvenil.
C: ¿Qué acogida han tenido sus concursos y desfiles? ¿Cómo se relaciona la belleza con el empoderamiento de la población LGBTI?
DB: La aceptación ha sido fantástica porque trabajo con un enfoque diferencial. Este año el enfoque es la salud mental, mostramos que la mujer no es solamente belleza sino inteligencia. El día del certamen final cada una debe dar un mensaje de empoderamiento y liderazgo relacionado con la salud mental. En el concurso cada miembro es importante en la sociedad, siempre hay representación de la comunidad indígena y de la población LGBTI.
Los comentarios han sido positivos y negativos. Por ejemplo, me preguntan por qué dejar participar a un miembro de la población LGBTI si son concursos para mujeres. Mi mensaje siempre es que cada miembro de la sociedad será recibido para transformarle la mente a cualquier tipo de asistente que crea que estos escenarios no son para ellos.
C: ¿Qué reacciones hay cuando asume una postura política con el maquillaje?
DB: La verdad yo lo hago de aposta, porque me gusta. Desde la política no es normal que uno vea un miembro de la población LGBTI siendo un líder político grande y en materia de juventud, que haga aportes significativos para la sociedad. Lo hago para madurar la mente de las personas, especialmente cuando hablamos de política. En lo social las reacciones son “wow”, causa cercanía y admiración en las mujeres, pero pena en los hombres.
C: ¿Cómo se imagina que puede ser Tadó en el futuro para las personas LGBTI?
DB: Un espacio donde los niños puedan jugar con libertad y seguridad, tengan aceptación familiar y su voz sea escuchada. Donde tengamos restauración social e igualdad de género. También donde los miembros de la población LGBTI adulta sean aceptados sin ningún tipo de recriminación. Que Tadó pueda decir que somos potencia en materia de diversidad y mostrar que somos más que promiscuidad, que damos aportes positivos y signif