Ilustración: Camila Bolívar
Caquetá San Vicente del Caguán Reportajes

Acceso a tierras, más participación y la Casa de la Mujer: lo que piden las mujeres en San Vicente del Caguán

Formalizar la titulación de la tierra, obtener mayor autonomía económica y garantías de participación, así como la construcción de una nueva Casa de la Mujer, son algunas de las propuestas y necesidades planteadas por las mujeres sanvicentunas para el Plan de Desarrollo Municipal y Departamental.
¿Cómo se hizo este trabajo?
Para este reportaje colaborativo conversamos con seis mujeres líderes de diferentes organizaciones rurales y urbanas, trabajadoras sociales e integrantes de la Mesa Municipal de Mujer y Género para conocer las principales necesidades y peticiones que esperan sean tenidas en cuenta en los planes de desarrollo del municipio y del departamento en San Vicente del Caguán.

En San Vicente del Caguán, las mujeres quieren emprender con sus proyectos productivos, pero no tienen tierras propias para cultivar. Quieren proponer planes, programas y proyectos para beneficiar a otras mujeres, pero sienten que no son escuchadas. Quieren tener autonomía económica y trabajar juntas, pero no disponen de un lugar para llevar a cabo sus encuentros. 

Por eso, entre las necesidades y propuestas que piden sean incluidas en los planes de desarrollo municipal y departamental, se encuentra la creación de políticas públicas para fortalecer el acceso y la formalización de tierras, garantizar su participación en la toma de decisiones y la construcción de una nueva Casa de la Mujer.

Estas peticiones van en línea con los objetivos establecidos en el plan de acción anual de la Mesa Municipal de Mujer y Género de San Vicente del Caguán, un espacio de interlocución y diálogo entre las mujeres y las entidades territoriales para crear iniciativas y emprender acciones a su favor dentro del municipio.

La política pública de la Mesa de la Mujer propone, por ejemplo, “contribuir a la transformación de las condiciones sociales y económicas que producen discriminación, desigualdad y subordinación en las mujeres, con el fin de avanzar en la eliminación de la pobreza y de la pobreza extrema y de las barreras que enfrentan para el ejercicio de sus derechos”. 

“Es muy importante que las mujeres participen en la sociedad, porque somos parte de ella, no somos ajenas. Somos seres humanos que buscamos una equidad”, dice Raquel Espinoza, líder rural y representante legal de la Asociación Ambiental de Mujeres Trabajadoras por el Desarrollo del Yarí.

"Es muy importante que las mujeres participen en la sociedad, porque somos parte de ella, no somos ajenas. Somos seres humanos que buscamos una equidad".

Raquel Espinoza, líder rural

En el Día Internacional de la Mujer, Consonante compila las principales peticiones de mujeres líderes de diferentes organizaciones rurales y urbanas, trabajadoras sociales e integrantes de la Mesa Municipal de Mujer y Género para los planes de desarrollo tanto a nivel municipal como departamental. Las mujeres esperan que estas propuestas se reflejen en las hojas de ruta del alcalde Luis Trujillo y el gobernador Ruiz Aguilar. 

Raquel Espinoza, representante legal de la Asociación Ambiental de Mujeres Trabajadoras por el Desarrollo del Yarí. Foto: Gabriel Linares

Acceder y ser dueñas de la tierra

Las mujeres del área rural de San Vicente del Caguán coinciden en lo difícil que es lograr la titulación de predios, legalizar las organizaciones rurales y sacar adelante sus iniciativas en medio del conflicto de tierras entre Caquetá y Meta. Esto, consideran, obstaculiza el acceso de las mujeres a los proyectos productivos en seguridad alimentaria, producción de especies menores, mejoramientos de praderas, entre otros.  

“No es suficiente con el reconocimiento como campesinos sujeto de derechos cuando los acuerdos plasmados en La Habana no han iniciado para estos territorios”, considera Raquel Espinoza, representante legal de la Asociación Ambiental de Mujeres Trabajadoras por el Desarrollo del Yarí, Aampy. “Ni porque somos municipios PDET se ha visto algo, no sé a quiénes les han entregado tierra porque en esta zona no”, agrega.

“No es suficiente con el reconocimiento como campesinos sujeto de derechos cuando los acuerdos plasmados en La Habana no han iniciado para estos territorios”.

Raquel Espinoza, líder rural

Para  Espinoza, es vital acceder a la tierra, ya que “no podemos hablar de proyectos productivos cuando no hay donde sembrar la mata de cebolla”. Por eso, dice, las mujeres esperan que el Programa de Adjudicación para Mujeres Rurales, establecido en el Plan Nacional de Desarrollo, se trabaje para este cuatrienio en colaboración con la administración municipal y la departamental. Así quedó consignado en el documento de propuestas de la Mesa Municipal de Mujer y Género de San Vicente del Caguán para el Plan de Desarrollo Municipal 2024-2027.

“Esperamos se pueda trabajar de la mano de la Gobernación del Caquetá para la adjudicación y  formalización de la propiedad rural a nuestras mujeres campesinas urbanas y rurales (...) Vemos la necesidad de que el fortalecimiento de sus procesos sea en formulación, presentación, gestión y ejecución de proyectos, para de ésta manera gestionar recursos de otras fuentes de financiación como son los recursos de cooperación”, se lee en el oficio enviado al alcalde Luis Trujillo.

De acuerdo con las propuestas de las mujeres, es necesario que “desde la Gobernación del Caquetá se maneje una plataforma que permita informar los procesos sociales en general, así como las convocatorias públicas y privadas, motivando la búsqueda de recursos para el cumplimiento de sus funcionalidades”, dice el documento. 

De acuerdo con Lizeth Ramírez, quien trabaja en iniciativas sociales para mujeres y jóvenes, son las mujeres las que proponen iniciativas ambientales y de seguridad alimentaria. “La creación de huertas caseras nos llama la atención. Siempre han sido las mujeres pensando en sostener su familia, pensando en sostener sus hijos”, dice.

Un grupo de mujeres integrantes de la Mesa Municipal de Mujeres y Género de San Vicente del Caguán.

Contar con la nueva Casa de la Mujer 

En San Vicente las mujeres han reclamado por más de diez años la construcción de un espacio para hacer reuniones, actividades y trabajar en proyectos. En diciembre del 2019 recibieron una casa en comodato por parte de la Alcaldía. Sin embargo, la misma administración advirtió sobre el riesgo de ocupar ese lugar, ya que el inmueble se encuentra en mal estado: la cocina y los baños están destruidos, el techo tiene goteras, las paredes presentan humedad y no hay servicio de energía eléctrica ni de acueducto. Por esta razón, las mujeres no han podido utilizar la casa y reclaman la edificación de una nueva.

Para Oneida Escobar, presidenta de la Mesa Municipal de Mujer y Género, “esa es la gran urgencia y el llamado que le estamos haciendo tanto al ente territorial, departamental como municipal. No disponemos de un espacio, y siempre que queremos reunirnos, nos toca alquilar un lugar", cuenta. 

No contar con la Casa de la Mujer, explica, “afecta nuestros emprendimientos”. “El año pasado quisimos capacitarnos en modistería, pero no pudimos hacerlo en la casa porque no teníamos lugar ahí. Al principio nos ubicamos en el solar de otra casa, pero era incómodo. Al final logramos que la sede del Centro Tecnológico de la Amazonía nos brindara un espacio un poco mejor”, recuerda Escobar.

Por eso, Dionilde Rodríguez, líder del barrio Oliverio Castillo, considera fundamental contar con “un espacio para el crecimiento y desarrollo de nosotras las mujeres”. “Si hubiera un computador o la oportunidad para trabajar en artes en la Casa de la Mujer, allá estaría aprendiendo”, dice. 

“Queremos un espacio donde nos podamos sentar y apoyarnos. Tenemos el deseo de aprender muchas cosas, pero no tenemos la casa, no tenemos esa oportunidad. Ojalá que Dios permita que algún día tengamos ese lugar”, concluye Rodríguez. 

"Queremos un espacio donde nos podamos sentar y apoyarnos. Tenemos el deseo de aprender muchas cosas, pero no tenemos la casa, no tenemos esa oportunidad".

Dionilde Rodríguez, líder del barrio Oliverio Castillo
Integrantes de la Mesa de Mujer reunidas para la construcción del Plan de Desarrollo Departamental.

Tener garantías de participación y ser escuchadas

En San Vicente, buena parte de las mujeres están vinculadas a procesos organizativos y participan activamente en espacios como los consejos territoriales de planeación, paz y de juventudes, así como de las Juntas de Acción Comunal. Incluso desde el Concejo Municipal cinco mujeres intentan abrir el camino de proyectos que beneficien a otras. A pesar de esa representación, las mujeres sienten que no son realmente escuchadas y que sus propuestas no son tenidas en cuenta. 

“Siento que todavía necesitamos ser más reconocidas. Normalmente en las organizaciones y las comunidades, a pesar de que participan un número grande de mujeres, quienes toman las decisiones siguen siendo los hombres, ocasionando que las mujeres no se sientan totalmente representadas o tomadas en cuenta. Hemos venido trabajando fuertemente por la equidad de género, pero se siguen presentando barreras”, cuenta Lizeth Ramírez.

"A pesar de que participan un número grande de mujeres, quienes toman las decisiones siguen siendo los hombres, ocasionando que las mujeres no se sientan totalmente representadas o tomadas en cuenta".

Lizeth Ramírez, trabajadora social

Para Jennifer Rodríguez, concejal del municipio y líder social del área rural, aunque “la mujer está ocupando espacios importantes en la política, el nivel de inclusión no es marcado porque es una lucha que lleva muchos años”. Por eso, cuenta Rodríguez, se trabaja en la formulación de un proyecto de acuerdo ante el Concejo para crear la Comisión de Género para la captación de iniciativas, planes y proyectos en pro de las mujeres. 

Esto teniendo en cuenta la falta de garantías de derechos de participación, que van más allá de cumplir con la cuota de género. De acuerdo con Ramírez, las mujeres necesitan que se tengan en cuenta las implicaciones que hay para ellas cuando asisten a encuentros lejos de su hogar y de su hijos, el costo del transportarse de un lugar a otro y el peligro que corren al levantar su voz. 

“Realmente no se tienen en cuenta las necesidades de las mujeres como mamás y esposas a quienes se les presentan responsabilidades por ser mujeres. A veces no tienen en cuenta los horarios para reunirnos ni las situaciones de riesgo cuando vamos a dirigirnos a ciertos lugares. Hay mucho machismo todavía, es muy difícil. Las parejas a veces no creen en los liderazgos de las mujeres y éso hace que ellas retrocedan, desistan de los liderazgos”, dice Ramírez.

Para Rodríguez es fundamental que las voces de las mujeres de la zona rural trasciendan. “Yo soy del campo, mi representación siempre ha sido en el campo, pero hay muchos espacios a los que no podemos llegar”, lamenta.

Blanca Gutiérrez, presidenta de la Asociación de Mujeres A Sabor de Campo, de la inspección de Campo Hermoso, lo reafirma,  para ella, las oportunidades de participación no se garantizan a todas las mujeres: “Creo que nosotras las mujeres rurales también tenemos derecho a participar en todos los encuentros que haya” Gutiérrez. 

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  • Edilberto
    Mar 10, 2024
    Felicitaciones excelente trabajo. Merecido aplauso
  • Olga Patricia Arenas Trujillo
    Mar 9, 2024
    Un ejercicio local, donde queríamos resaltar las voces y peticiones de las mujeres de San Vicente del Caguán. Por ello a pesar de que son muchas las necesidades, aquí están escuchadas Mujeres rurales y urbanas; ver "cumplimiento" y poder avanzar como lo hemos soñado desde hace tiempo. Seguir aportando a la construcción de Paz de nuestro territorio. Y lograr los objetivos propuestos en el concejo municipal, los acuerdos de Paz y otras instancias. Agradezco a la red de apoyo, mis compañeras y consonante.

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