Por qué es importante
La escuela primaria Clotilde Poveda, adscrita al Colegio Roig y Villalba, recibe a cerca de 570 estudiantes de los barrios periféricos de Fonseca, niños y niñas que están bajo custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), y otros a quienes sus padres no le pueden pagar un colegio privado. Las directivas de la institución han intentado mantener las clases virtuales, pero los problemas de conectividad en el municipio son un gran obstáculo. Muchas familias no pueden asumir el costo de los planes de datos para que reciban clases virtuales.
Además, la Escuela Clotilde Poveda es patrimonio cultural para muchos fonsequeros y fonsequeras
¿Qué tan grave está la escuela?
Las directivas de la sede Clotilde Poveda se han negado a regresar a clases hasta que la institución cuente con las condiciones mínimas para el buen desarrollo de las clases y el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad.El rector del Colegio Roig y Villalba, Álvaro Amaya Sardoth, y la coordinadora, Nelvis Peralta, han enviado varias cartas a las autoridades competentes detallando el mal estado de la escuela. La carta más reciente es del 30 de agosto. En estas cartas dicen que:
- No hay agua en los baños permanentemente.
- No hay luz. Durante la pandemia se incrementaron los robos de las turbinas, las tuberías y el cableado eléctrico, lo que dejó sin servicio a la escuela.
- Los docentes no tienen baño ni sala de maestros. En total, son 12 docentes, una coordinadora académica y de convivencia, y una psico-orientadora (ambas atienden otras tres sedes adscritas al Roig y Villalba).
“Cuando los profesores quieren ir al baño, deben pagar una mototaxi que los lleve hasta sus casas o alguien que les preste y el resto nos quedamos cuidando. Todos los años denunciamos eso pero no se ha arreglado el baño ni siquiera para lavarse las manos”, dice Nelvis Peralta, coordinadora de la institución.
- Solo hay 8 salones aptos para las clases. Hay cuatro salones más pero están en mal estado. El salón más grande mide nueve por cinco metros. Antes de la pandemia, cerca de 40 estudiantes cabían en cada una de las aulas. Sin embargo, con la necesidad del distanciamiento social, solo pueden albergar a diez.
- Falta personal. Un padre de familia presta el servicio de celaduría de forma voluntaria. Apenas un par de semanas atrás, la Gobernación de La Guajira nombró una aseadora para las cuatro sedes del Roig y Villalba. Sin embargo, es una solución poco efectiva pues las cuatro sedes reúnen a más de 2.000 estudiantes.
¿Qué dice la gente?
- “Como madre de familia no enviaría a mi hija a mi hija a la presencialidad por el mal estado de la institución. Las aulas tampoco cumplen con lo requerido. Por eso los niños que van pueden traer el covid. Mi hijo tiene 4 años y no tiene un nivel de conciencia de la pandemia, y el personal no es suficiente para estar pendiente de todos”, dice Yandra Toncel, una de las madres de la Escuela Clotilde Poveda.
- “La escuela da tristeza porque todo está en mal estado. No envío a mi hijo porque hasta los techos se le pueden caer encima, pues están podridos y llenos de nidos de comején”, dice Leidy Rubio, madre representante ante el Consejo Directivo del Roig y Villalba. “[El 3 de agosto] se lo dijimos a una comitiva que vino de la Alcaldía. Los padres de familia están de acuerdo en no enviar a sus hijos porque si pasa algo, quién nos responde”, agrega.
- “No tenemos luz ni agua pero eso no le duele a nadie, solo a nosotros que vivimos dentro de la escuela. Por eso cuando nos reunimos con el Alcalde insistimos en el mejoramiento de la institución; en que los niveles de comunicación de la administración municipal deben ser más eficientes; deben darse visitas a las escuelas y nombrar celadores y aseadoras para las instituciones”, detalla Nelvis Peralta.
¿Qué han hecho las autoridades?
Los gobiernos municipales y departamentales son los responsables de garantizar que las instituciones educativas públicas cuenten con las condiciones mínimas para que sus estudiantes regresen a la presencialidad o a la alternancia.
La semana pasada, el alcalde Hamilton García Peñaranda y su secretario de Planeación Deimer Torres recorrieron la sede principal del Colegio Roig y Villalba y se comprometieron a intervenir el techo de dos bloques de la institución. Por su parte, García informó que la Secretaría departamental tiene priorizado al Roig y Villalba y no a sus demás escuelas. Sin embargo, todavía no se ha ofrecido una solución para el problema de la falta de agua y luz.
No es la única escuela en mal estado
El panorama en otras escuelas anexas no es el más alentador. La Mariluz Álvarez, una escuela ubicada en la zona central del municipio y que recibe a estudiantes de transición a quinto de primaria es un ejemplo. La directora de la institución, Bernarda Solano, asegura que hasta la fecha no le han “puesto un chinche a su sede” y por esto se han negado al regreso a clases presenciales.
Aunque el alcalde Hamilton García y sus funcionarios hicieron visitas para conocer las condiciones de la sede, aún no han ofrecido una solución.
El Centro Educativo Agro Industrial José Pérez, su sede anexa Centro Educativo Agro Ambiental, y la Institución Técnica Agropecuaria de Conejo -escuelas rurales del corregimiento El Hatico- ya cuentan con agua, electricidad y lavamanos. Sin embargo, persisten las deficiencias en la infraestructura: cielos rasos rotos y techos llenos de humedad. Tampoco tienen celadores para evitar que se roben los equipos de informática o los cables de la luz y de internet.
El personero municipal Juan Jaime Peralta ha acompañado el proceso de diálogo entre la Alcaldía y las directivas del Colegio Roig y Villalba para buscar soluciones a la crisis de infraestructura y personal. Peralta explica que se necesitan inversiones sustanciales para mejorar la infraestructura de las instituciones educativas públicas del municipio.
A todo esto, ¿quién fue Clotilde Poveda?
Fue una profesora fonsequera que desde los 14 años se dedicó a la pedagogía y se convirtió la precursora del Método Montessori en Fonseca, según el libro Retratos Ilustres Fonseca-La Guajira. Poveda creó una pequeña escuela en su casa que después se convirtió en el Colegio La Divina Pastora. Durante la Alcaldía de Emiro Peralta, la Escuela Urbana de Niñas No. 1 recibió el nombre de Clotilde Poveda. Si quiere conocer más sobre la historia de Clotilde Poveda, haga clic aquí
Lo que sigue
Los directivos y padres de familia de la Escuela Clotilde Poveda esperan que se cumpla el plan de acción al que se comprometió el alcalde Hamilton García, principalmente las adecuaciones de luz, agua, adecuación de baños, la sala de maestros y el nombramiento de aseadoras y celadores. Por su parte, los rectores y coordinadores de las escuelas, que aún no regresan a clases, esperan que la Gobernación de La Guajira priorice presupuestalmente a sus instituciones para seguir recibiendo a los estudiantes. Sin embargo, la inestabilidad política con la reciente restitución del gobernador y la renuncia de todo su gabinete son un mal augurio.