El primer Yariseño sonó en 1971, después de que el maestro Jorge Villamil Cordovez compusiera una canción para San Vicente del Caguán. Para ese entonces se realizaba la primera semana cultural del municipio, con la participación de las instituciones educativas que en ese momento funcionaban. Desde el Colegio Nacional Dante Alighieri, se hizo una convocatoria con la finalidad de buscar un emblema, un baile, una representación del municipio, algo que dijera ¿qué era ser sanvicentuno?
El Yariseño, como se conoce hoy, es una combinación de ritmos que busca dar respuesta a la necesidad de una identidad cultural en San Vicente del Caguán; en él se mezclan el bambuco, el pasillo y el joropo, ritmos que llegaron a la región gracias a la convergencia de diferentes personas que se asentaron en el municipio. Según Miriam Zeidad López de Campos, la creadora de El Yariseño consultada por Consonante: “Este baile no solo refleja la riqueza cultural de la región, sino que también se ha convertido en un símbolo de orgullo y pertenencia para la comunidad”.
A la canción del maestro la acompañó la coreografía y así empezaron a darle cuerpo y forma al baile para llevarlo y presentarlo en el concurso, cuyo premio era la representación del municipio. Dos niñas que cursaban quinto de primaria, Cecilia Castillo y Nubia Morales, fueron las primeras en danzar El Yariseño.

El colegio no tenía grupo masculino, así que Cecilia Castillo se vistió de hombre y su pareja fue Nubia Morales. Zeidad López de Campos cuenta que montó esa coreografía con los pasos de un bambuco tradicional, “para demostrar cómo el hombre campesino quiere conquistar a una mujer, a su querida, a su amante, a su amada".
Otra de las gestoras de este baile fue la profesora Nelly Perdomo de Falla, quien lideró el diseño del traje que iban a llevar las participantes. Ella, muy conocedora de la región, aportó muchas ideas para crear las figuras que llevaría. “Fue un vestido muy hermoso que se pintó bajo la dirección de la hermana Reginalda Moyne, una religiosa italiana. Las dos niñas fueron las primeras que bailaron ese bambuco”, finaliza de Campos.
A partir de un conversatorio realizado en el año 2013 sobre El Yariseño, en el que se identificó la necesidad de tener un evento cultural que representara a la región, nació el encuentro Surcolombiano de El Yariseño. Este se realizó inicialmente durante las fiestas de San Pedro, buscando atraer a la mayor cantidad de personas y facilitar su participación. “Con el tiempo, el evento creció en popularidad y se ajustaron las fechas para evitar cruces con otras festividades, lo cual estableció un encuentro cultural significativo en el departamento del Caquetá”, dice Wilton Muñoz, exdirector de la Casa de la Cultura del municipio.
Melquisedec Paredes, actual coordinador de la Casa de la Cultura, manifiesta que el Encuentro Surcolombiano del Baile de El Yariseño es un evento cultural que celebra y promueve las tradiciones, danzas y costumbres de esta región de Colombia, específicamente en San Vicente del Caguán:
“Este encuentro reúne a diferentes municipios y departamentos, lo que permite el intercambio cultural y la visibilización de la identidad local a nivel nacional. Además, busca consolidar la paz y el tejido social a través del arte y la cultura”.
Según el coordinador, el encuentro es fundamental para visibilizar la identidad cultural de San Vicente del Caguán, dado que permite la participación de diversos municipios y fomenta el intercambio de tradiciones y danzas, lo que contribuye a cambiar la percepción del territorio a nivel nacional. Además, busca seguir trabajando en la salvaguarda del patrimonio cultural.

Por su parte, la Señorita Surcolombiana del baile de El Yariseño 2023-2024, Natalia Pascuas Muñoz, manifiesta que El Yariseño es mucho más que una tradición; representa una celebración de las raíces, la cultura y la identidad de su región. “Es una forma de mostrar al mundo el orgullo de ser sanvicentuno y caqueteño, llevando la historia del pueblo a través de la danza”, afirma. También considera que El Yariseño es una oportunidad para empoderarse y expresar alegría y creatividad. Destaca que su experiencia como Señorita Surcolombiana del baile de El Yariseño ha sido enriquecedora y desafiante. Su papel en la promoción del baile incluye participar en diversas actividades culturales y transmitir la importancia de preservar esta tradición. También anima a las niñas a brillar y a sentirse orgullosas de sus raíces culturales a través de la danza.
Miriam Zeidad López de Campos considera que El Yariseño es la expresión cultural que representa a San Vicente del Caguán, en el que se destaca su evolución partiendo desde el bambuco tradicional hasta convertirse en una manifestación cultural significativa. Ocampos ha trabajado arduamente para promover El Yariseño, y para contribuir a su desarrollo y presentación en eventos importantes, lo que ha fortalecido su impacto cultural en la región.
Alrededor de El Yariseño han nacido otros bailes. San Vicente del Caguán es pionero en las danzas investigativas, como la danza del aserrador, que tiene sus raíces en el mismo municipio desde hace muchos años. También tiene la danza de la elaboración del quesillo, la danza de la siembra y cosecha del fríjol cargamanto, la danza del tapir, la danza del pájaro cudillo, la danza del envuelto de choclo, la danza tinigua y el baile de El Yariseño. Todas estas buscan fortalecer el desarrollo artístico y afianzar los valores culturales entre los sanvicentunos.
Los investigadores Wilton Muñoz Ocampo y la maestra Lidia Giovanna Montenegro han sido parte de estas investigaciones. “Yo he participado en la investigación del quesillo y he creado la danza de la siembra y cosecha del fríjol cargamanto en homenaje a la inspección de Guayabal”, explica Paredes, director de la Casa de la Cultura en San Vicente del Caguán.
Los retos a los que se enfrenta la tradición de El Yariseño incluyen la necesidad de mantener su autenticidad frente a las modificaciones que algunos instructores han propuesto, lo que ha llevado a la creación de parámetros establecidos desde 2013. Por otro lado, “la falta de organización y espacios ha dificultado la enseñanza del baile en todos los colegios, limitando su difusión. También la competencia con otros bailes y la necesidad de adaptarse a eventos importantes también representan retos para su preservación y proyección cultural”, comenta De Campos.
Para conocer San Vicente del Caguán es esencial participar en el Encuentro Surcolombiano. Aquí se puede disfrutar de la riqueza gastronómica y artesanal, y admirar las danzas presentadas. Este evento permite conocer el legado, la cultura y las tradiciones de los diferentes municipios del departamento. Además, es el evento cultural más grande del Caquetá, destacándose a nivel regional por su importancia cultural.