¿Por qué es importante?
Más de 3.000 estudiantes estaban esperando recibir clases de forma presencial después de casi dos años de intermitencia educativa por la falta de conectividad y las dificultades del seguimiento remoto de los profesores en el municipio de Tadó. Los padres y madres de familia aliviarán sus bolsillos al no tener que comprar planes de internet para las clases virtuales. Para los docentes será una oportunidad de volver a hacer más eficiente el proceso de enseñanza.
Los detalles
- El 6 de julio, la Normal Demetrio Salazar Castillo retomó la presencialidad con el ciclo complementario, es decir, los estudiantes que se preparan para ser maestros. El 7 de julio, en Nuestra Señora de la Pobreza y el Instituto Técnico Agroambiental (ITA) retornaron los grados décimo y once. El regreso a clases de sexto a noveno se realizó de forma gradual y el 4 de octubre todos los colegios terminaron de recibir en sus sedes a todos los grados de bachillerato.
- Los rectores de las tres instituciones educativas firmaron convenios con la Alcaldía para el mantenimiento de la planta física y las adecuaciones para el cumplimiento de los protocolos del Ministerio de Educación que incluyen horarios específicos para el lavado de manos (mínimo cada tres horas), el distanciamiento físico de un metro en los salones de clases y de dos metros en otras áreas, y el esquema de vacunación completo, incluso para niños entre los 2 y los 5 años.
- Sin embargo, los directivos y los estudiantes afirman que aún hay varios trabajos pendientes. Por ejemplo, las sedes primarias alternas de las tres instituciones educativas todavía están en mal estado. Les hace falta pintura de las paredes, los baños no funcionan y los techos están desgastados por la humedad.
¿Qué está pasando?
Para el regreso a clase de los colegios Nuestra Señora de la Pobreza, la Normal Superior Demetrio Salazar Castillo y el ITA fue necesario que padres y madres de familia, y directivos gestionaran recursos de la Alcaldía municipal, la Gobernación del Chocó, el Ministerio de Educación y otras entidades nacionales. Hoy las instituciones se encuentran en un 60% adecuadas para el recibimiento de los estudiantes con las condiciones mínimas de bioseguridad.
“Siguiendo las directrices del Ministerio de Salud y Protección Social, así mismo como el Ministerio de Educación, la administración municipal dotó a todas las instituciones de elementos de bioseguridad que permitan el manejo y la no propagación del virus Covid-19. También se hizo acompañamiento psicosocial a docentes y estudiantes, y se establecieron convenios interadministrativos para realizar mejoras locativas y adaptación al ambiente escolar”, afirma Liceth Perea, secretaria municipal de Salud y Educación.
Así se están invirtiendo los recursos:
La Institución Nuestra Señora de la Pobreza recibió 27 millones de pesos para compra de papelería, impresión y distribución de las guías a los estudiantes. Recientemente, la alcaldesa Yocira Lozano adjudicó 54 millones de pesos, que se invertirán de manera proporcional hasta noviembre para reparaciones de la infraestructura principalmente de la sede primaria El Esfuerzo y la sede Carlos Hernán.
Gabriel Copete, rector de Nuestra Señora de la Pobreza, recibió de la Secretaría de Educación departamental un poco más de 3 millones de pesos que fueron invertidos en el pago a las aseadoras. Además, Copete gestionó 3. 600 millones de pesos con el Ministerio de Educación y el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (FONADE) para infraestructura, pero sólo le desembolsaron 140 millones de pesos. Estos recursos están siendo invertidos en la sede San Pedro para renovar los baños.
“Yo no sé qué criterios tomaron para asignarnos solo 140 millones de pesos, a sabiendas que la reparación costaba 3.600 millones de pesos. Solo dijeron que habían asignado eso y con base a eso miráramos qué podíamos hacer para la institución. Decidimos que lo fundamental era el cambio de la batería sanitaria y de pronto cambiar la cubierta que tenemos de asbesto y cemento, detalla Copete.
La Normal Demetrio Salazar Castillo recibió el dinero de gratuidad que fue girado por el Ministerio de Educación en marzo, el cual fue utilizado en mantenimiento de la institución. La Secretaría de Educación departamental giró 11 millones de pesos, de los cuales 10 millones fueron destinados para comprar elementos de bioseguridad, y 1 millón de pesos para comprar ventiladores.
Eudes Celina Ramírez, rectora de la Normal, firmó un convenio con la Alcaldía municipal por 88 millones de pesos para el mejoramiento de la infraestructura de la institución que serán girados durante tres meses. El primer desembolso es de 44 millones de pesos y los dos meses restantes, de 22 millones de pesos cada uno. La Escuela Miranda será la sede que más inversión recibirá para el cambio de pisos y el sistema de drenaje en los techos.
¿Y la bioseguridad?
En Nuestra Señora de la Pobreza y la Normal Demetrio Salazar Castillo los estudiantes y docentes están preparando jabón líquido, gel antibacterial y desinfectante para los protocolos de bioseguridad de las instituciones y el personal educativo.
El Instituto Técnico Agroambiental solamente ha recibido lavamanos e insumos de bioseguridad. Falta arreglar el restaurante del colegio para la preparación de los alimentos que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) entrega a los estudiantes. El coordinador del colegio, Luis Enrique Guio Ledezma, asegura que ”hasta ahora ninguno ha dado recursos. Solo nos dieron como para comprar tapabocas, alcohol y unos lavamanos que puso la Secretaría de Educación. Hasta ahora la Alcaldía no ha metido un peso ni para arreglarnos las tinas, todo ha sido con los recursos propios de la institución”.
Pero aún hay temas pendientes:
A pesar de que la comunidad educativa destaca los esfuerzos que se han hecho para lograr el regreso a la presencialidad, afirman que aún hay varios asuntos a resolver.
Por ejemplo, Luis Enrique Guio, coordinador del ITA, detalla que “la parte física de la infraestructura no está del todo bien, hay unas baterías sanitarias deshabilitadas. Agua tenemos porque las tinas se arreglaron pero tenemos un problema con el servicio de transporte, porque el bus se dañó y no se ha arreglado, por lo tanto no están viniendo todos los estudiantes”.
¿Qué dice la gente?
- “Con el regreso a la presencialidad hemos experimentado sentimientos encontrados: temor porque el virus aún está latente y alegría porque hemos vuelto a vivir el proceso educativo en vivo, de cerca con nuestros estudiantes y compañeros de trabajo”, dice Leidy Mosquera, docente del ITA.
- “Regresar a la presencialidad es muy chévere porque podemos entender mejor las clases que los profesores nos explican. Esa explicación que obtenemos es mucho mejor en comparación con el método virtual”, dice Jhon Fredy Perea Córdoba, estudiante de once del ITA.
- “En la presencialidad tenemos mucha más oportunidad de poder obtener conocimiento y captarlo para nuestra vida. En la virtualidad se dificulta más porque muchas veces no entendemos, no todos tenemos la forma de comunicarnos vía virtual para poder aclarar las dudas con los maestros, no todos contamos con celulares o algunos viven en regiones donde es muy mala la señal”, manifiesta Fabian Andrés Vivas Perea, estudiante del grado décimo del ITA.
- El rector de la institución educativa Nuestra Señora de la Pobreza, Gabriel Copete asegura que con la presencialidad espera que “los niños se eduquen y no cojan el camino del facilismo".
Lo que sigue
Los rectores de los tres colegios esperan que la Alcaldía siga trabajando en la adecuación de las diferentes sedes primarias para que los estudiantes puedan terminar el año escolar asistiendo a las horas de clases completas. Para la rectora Eudes Celina Ramírez es importante además que “los estudiantes se sigan vacunando para evitar el contagio. La institución se está preparando también para recuperar los niños y niñas que pudieron perder el ánimo al estudio por la pandemia”.