Hace once meses que no se presta el servicio de vigilancia en ninguna de las sedes de las instituciones educativas de Fonseca. Esto, sumado a la delincuencia arraigada en el municipio, disminuye la calidad del servicio educativo de los cerca de tres mil estudiantes matriculados en al menos cinco centros que han sido blanco de hechos delincuenciales.
El 20 de septiembre cinco colaboradoras encargadas de la preparación de alimentos de la Institución Educativa Ernesto Parodi Medina, de la sede Calixto Maestre, denunciaron ser víctimas de hurto y agresiones por parte de dos sujetos que entraron a la escuela con armas blancas.
Las mujeres, además de haber sido ultrajadas, aseguran que les fueron robados sus celulares y que pudieron ser víctimas de abuso sexual por tocamientos y forcejeo previo. Entre ellas alarmaron a los vecinos del sector para evitar que el episodio vandálico llegara a mayores.
Este es uno de los hechos más recientes, por el que Lenio Arocha, presidente de la Junta de acción Comunal del Barrio Primero de Julio, manifiesta: "es momento de hacer un pronunciamiento público frente a la problemática que hemos tenido con las instituciones educativas, donde personas inescrupulosas no piensan en esos niños y jóvenes que buscan formarse y recibir alimentación, que además nos brinda el gobierno nacional”.
La problemática
Muchas instituciones se han visto afectadas por el flagelo de la delincuencia focalizado ante la falta de vigilancia escolar. Las denuncias, asimismo, son desatendidas por parte de los entes encargados y las autoridades competentes.
Alexander Ibarra, rector de la IE Juan Jacobo Aragón, también denunció padecer el problema. “La falta de vigilante nos ha afectado mucho, sobre todo en la sede de Rafael Manjarrez donde este año, en tres oportunidades, la delincuencia ha hecho de las suyas”. Asegura que ingresaron y se llevaron abanicos, un video beam, televisores y otros enseres y hasta lograron entrar al restaurante escolar e irse con gran parte de los alimentos de los estudiantes.
Esa fue la misma situación de la IE Ernesto Parodi Medina, donde además del asalto a las mujeres, reportaron el robo de electrodomésticos, materiales didácticos y de los alimentos que reciben del Programa de Alimentación Escolar PAE.
La Institución Educativa Roig y Villalba también ha sufrido las consecuencias de las prácticas delincuenciales al igual que la Institución Educativa Agropecuaria, donde también hubo robos. Nelvis Peralta, coordinadora de tres de las sedes de esa institución, manifiesta que durante todo este año no han tenido el servicio de vigilancia pese a que ha sido una solicitud permanente, “por eso las escuelas están vueltas nada, pero no ha llegado nadie a prestar ese servicio”, reitera, y agrega que no tiene información de ningún tipo por parte de la Secretaría Departamental, ente encargado de operar este servicio.
“Aquí en Fonseca, en todas las escuelas de primaria, no es nada más es que miren que llega la alimentación de los niños, para meterse y robarse todo”, asegura Peralta. “En el caso de la sede Clotilde Povea, todo el mundo sabe que hasta las varillas y los tubos del parque se los han llevado. Ya no tenemos nada. La sede Tomás Emilio, que fue focalizada en el municipio para tener una sala de informática, la destruyeron por completo”, concluye.
Qué dicen las autoridades
A cargo de la prestación del servicio de vigilancia está la Gobernación de La Guajira a través de la Secretaría de Educación que, según las fuentes consultadas, no ha hecho ninguna gestión por contratar una empresa que preste el servicio a las instituciones ni por brindar escucha y soporte.
La situación para la coordinación escolar ha hecho que hoy los centros de enseñanza y sus estudiantes sean vulnerables a los delincuentes. Pero ni eso ha llamado la atención de los entes públicos.
La Secretaría de Educación municipal, en cabeza de Luisa Margarita Acosta, reporta que la respuesta que ha recibido a nivel departamental es que desde el Ministerio de Educación girarán recursos que aún no llegan. De estos se destina el rubro para la vigilancia y habría que esperar hasta el próximo año, 2024, pues tomará tiempo el empalme electoral regional para que se comiencen a hacer las gestiones pertinentes.
La información ha sido la misma en la vigencia de 2023 y lo que preocupa a los rectores es el comienzo del período vacacional donde las IE estarán aún más desprovistas de seguridad y no es suficiente con la que ya cuentan. “En la sede principal de la Juan Jacobo Aragón, por ejemplo, muy a pesar de que tenemos unos vigilantes, no son suficientes para cubrir todo el perímetro de la institución”, agrega Alexander Ibarra, rector.
Qué sigue
El panorama de fin de año para los centros educativos es desalentador. En años anteriores, Ibarra recuerda que el personal de vigilancia llegaba contratado mínimo por cuatro o seis meses, pero ahora, en una temporada en que suele haber refuerzos en sus sedes, no los tienen.
La problemática, además, lo amerita. “A pesar de que la alcaldía hizo una entrega de 150 abanicos, no fue sino que nosotros los instaláramos para que los malhechores se los llevaran”. Por eso, el rector pide a las autoridades que, para este cierre de año, haya contratación. “Pero no solo hasta el 31 de diciembre, como se acostumbra, sino que se proyecten los contratos del 2024, para que al menos contemos con las cosas que hemos dejado en las instituciones cuando retornemos, y durante el próximo calendario escolar”, dice.
Lenio Arocha, el presidente de la Junta de Acción Comunal del Barrio Primero de Julio, asegura que no es la primera vez que hacen ruido para que haya acciones ministeriales. “Siempre hemos venido denunciando estos robos y haciendo el llamado a las autoridades competentes, al gobierno departamental ―por medio de la Secretaría de Educación― para que implemente una estrategia clara para solucionar esta problemática que nos acosa a todos”, declara.
“Están expuestas las instituciones y pedimos a la fuerza pública que nos brinde ese apoyo incondicional mientras que llega la solución del gobierno, más cuando se aproximan las vacaciones y los malhechores pueden saquear las instituciones”, concluye el líder.