ESPECIAL | Apoyo psicosocial e inversión pública: lo que pide la gente en El Carmen de Atrato

Chocó El Carmen de Atrato Agenda Ciudadana | Elecciones 2023
Fotografías: Gabriel Linares López Texto: Manuela Saldarriaga Hernández
Consonante recorrió las calles y veredas de El Carmen de Atrato, en Chocó, para escuchar las solicitudes más urgentes que le hacen al nuevo alcalde, Jaime Arturo Herrera, de cara a su próximo mandato.

En la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en el parque principal de El Carmen de Atrato, hay un altar para las víctimas. Niños, jóvenes, mujeres, ancianos reposan en retablitos con los que sus familias les recuerdan y a los que encienden velas. Son víctimas de la violencia del Ejército, paramilitares, guerrilla (principalmente el frente 34 de las Farc) y del Ejército Revolucionario Guevarista ERG —que nació en Guaduas—. “Incluso hubo quienes mataron a sus familiares”, dice al servicio de un puesto de comida Maria Eugenia, de 52 años.

Cruz en la cumbre de la montaña, cordillera occidental El Carmen de Atrato, Chocó.

Para ella la reparación integral a las víctimas es algo todavía lejano. “Yo soy desplazada de Guaduas y mi esposo va a cumplir 70 años y tiene discapacidad para caminar. Sufro de estrés y depresión porque tengo un hijo con problemas de salud mental también. Somos víctimas pero creemos que, en reparación, le fue mejor a los victimarios que a nosotros, que cada año nos maman gallo”, dice.

Aunque de la restitución, rehabilitación, compensación, satisfacción y garantías de no repetición hay un Estado responsable, la gente le pediría a Jaime Arturo Herrera, que iniciará su mandato el primero de enero del 2024, se haga una reparación integral orientada, sobre todo, en el apoyo psicosocial. El rector de la Institución Corazón de María, Melvin Domingo Becerra Palomeque, asegura que tiene estudiantes cuyos padres se enfrentaron a muerte y que repasar la historia en un salón de clase genera tensión entre los alumnos. 

“Más del 70 por ciento de la población en Colombia padece un trastorno nervioso o falencias en su salud mental. Estoy seguro que gran parte tiene que ver con la guerra y en algún momento tendrán que destinar recursos para eso”, dice el rector. 

La guerra, además, ha dejado secuelas notorias en la relación cargada de desconfianza entre los habitantes y en la necesaria inversión en generación de empleo, proyectos de agricultura e infraestructura urbana y levantar espacios que alberguen oficios sanos y desincentiven el consumo en el municipio.

Botas campesinas en El Carmen de Atrato
Cañón del Río Atrato, Chocó

Consonante recorrió las calles de El Carmen de Atrato y su vereda La Argelia, así como el resguardo indígena de Sabaleta, para conocer peticiones de mujeres, educadores, tejedoras, víctimas y artistas que tienen necesidades urgentes de cara al próximo mandato. Estas son sus peticiones.



Petición #1: Generación de oportunidades e infraestructura

La vía del sector El Siete que conecta a la comunidad indígena de Sabaleta para El Carmen de Atrato es una urgencia para los sectores del municipio. Es justo la conexión con Quibdó, la capital del departamento, y durante años se ha proyectado la construcción y reparación de daños aledaños pero ni la voluntad política así como la fuerza de la naturaleza (desbordamientos de la montaña) ha permitido que la obra se realice.

Cancha vereda Argelia, zona rural El Carmen de Atrato.

Este es uno de los pedidos ciudadanos que se unen al deseo de más obras: una pista de patinaje, un coliseo, proyectos agroindustriales, liderazgo en la industria cafetera o aulas para el arte y la cultura.

Llergmandi Rivera Ibarra, de la vereda La Argelia, le diría al alcalde Herrera que es necesaria la señalización porque están a una distancia de una hora y cuarenta minutos del pueblo; mejoramiento en las viviendas para quienes no tienen parcela y recibieron un pedazo que está a medio caer. “Y también un mejoramiento en cuanto a la selección de docentes de las escuelas y la creación de un puesto de salud porque aquí un niño se enferma y nadie lo lleva lloviendo al hospital por miedo a un deslizamiento”, asegura.

Conductor de jeep particular en El Carmen de Atrato

“Aquí en la vereda se vino un derrumbe y dañó un salón de la escuela y mi padre, que en ese momento estaba vivo, prestó el billar y aquí los niños trajeron pupitres y sillas para recibir clase”, dice Diana Isabel Foronda Valderrama, desde su local. “Aquí se requiere mucho trabajo de los alcaldes con las Juntas de Acción Comunal porque no tienen en cuenta las asociaciones sino que otorgan cargos de liderazgo a personas que no lo tienen, al menos en la vereda”. 

Foronza Valderrama quiere inversión para huertas caseras, para costureras y para mujeres campesinas que trabajan la tierra y que podrían recibir tecnificación para producir el campo.

Petición #2: Inversión en educación 

Durante casi ocho meses los estudiantes de El Carmen de Atrato estuvieron sin alimento escolar como reportó Consonante, excepto en las instituciones indígenas. Los profesores sacaban de su bolsillo para que todos, al mediodía, tuvieran comida en la mesa. Por eso, la encargada de la tienda de la institución educativa Corazón de María le pediría a este alcalde, y a los próximos, que no permitiera que esto vuelva a pasar. “La comida del restaurante escolar se perdió y entre todos velando para que los niños tuvieran una aguapanela, una colada con pan”, dice.

Lavamanos Carmeleño

El rector Melvin Domingo Becerra Palomeque asegura que aunque con cada periodo electoral obtiene algo para su institución (2011, 1017 y 1019 un bloque nuevo en cada año), pero no entiende por qué El Carmen de Atrato sigue siendo uno de los municipios del Chocó que menos recursos por calidad educativa recibe. 

“Sólo nos otorgan 240 millones de pesos que, tranquilamente, podrían irse en el tema del transporte escolar”, explica Melvin Domingo Becerra y cree que no es suficiente con el afán de ampliar el tema de conectividad y el mejoramiento tecnológico en toda la región.

Lo que sigue entre las prioridades que le pediría al siguiente mandato el rector sería inversión en tecnología, infraestructura para la instalación de un laboratorio y una biblioteca, así como dotación. 

Petición #3: Atención psicosocial para recuperar el tejido

Elizabeth Cardona Londoño le pediría al alcalde fortalecer las instituciones porque, asegura, han perdido legitimidad. “Hace falta el interés colectivo para satisfacer las necesidades de la población. En las veredas, en el campo, en el casco urbano porque El Carmen de Atrato todavía tiene un flagelo y se requiere de ayuda psicológica y humanitaria”.

Cardona tiene un hijo desaparecido y recibe, de la Unidad de Víctimas, un bono para mercar. “Yo soy muy de tirar calculadora y el mercado que nos dan oscila entre 70 y 80 mil pesos colombianos, aunque nos dan un bono de 120 mil pesos. ¿Dónde o quién se queda con lo que sobra?”, se pregunta.

Asegura que como el gobierno no le ha quedado bien con nada, ni con la ayuda psicológica, la pidió en una ONG internacional. “Y no solo para mí, la pedí para 30 familias pero es una asociación de la que todavía nos llaman, cada mes, que nos alienta. Pero no es colombiana. No solo hay víctimas de desaparición forzada, también de violación u homicidio porque, ¿a cuántas mamdres no les matan a sus hijos en frente? El Carmen de Atrato necesita reparación emocional”, declara Cardona.  

Dice la tejedora de la Asociación de Artesanas Carmeleñas, Luz Dary Castañeda Restrepo, que el consumo de sustancias psicoactivas está disparado. “Pediría al alcalde que, primero que todo, nos diga cómo recoger a esos niños que están en la drogadicción y que genere trabajo para la juventud que, como no tiene ocupación, recurre al vicio”. 

Tejedora de la Asociación de Artesanas Carmeleñas, Luz Dary Castañeda Restrepo

Lo anterior es algo que afecta a la población adulta también en su salud mental, como declara Blanca Cecilia Álvarez Vargas. “Soy madre de cinco hijos que levanté con mucha cordura pero veo que los jóvenes necesitan resocialización porque, como dice un hijo mío, la mente desocupada hace cosas malas”.

El joven Juan David Vásquez, de 20 años, que trabaja con animales y está sobre un caballo en el casco urbano, le da la razón a Castañeda y erradicar el consumo en El Carmen de Atrato es lo único que pediría al próximo alcalde, además de renovar la feria de animales que asegura se ha deteriorado. “Aquí hay mucho quien consume porque hay mucho quien vende”. 

“Las cárceles en el Carmen de Atrato deberían ser en la montaña”, anticipa Blanca Cecilia Álvarez Vargas, ama de casa de 44 años. “Los jóvenes presos podrían sembrar su alimentación si un alcalde invierte en proyectos productivos para que, ahí dentro, puedan ayudar a sus madres que están afuera”. A pesar de la drogadicción, dice ella, los jóvenes con oportunidades harían algo distinto de lo que hacen incluso estando reclusos.

Blanca Cecilia Álvarez Vargas, artesana, tejedora y ama de casa.

Petición #4: Inversión para expresiones culturales

El grupo de danza del municipio ensaya en el segundo piso del gimnasio, a una cuadra del aula principal. “Se necesitan espejos: aquí usamos los vidrios de las ventanas para mirarnos pero yo tengo la ventaja de que soy alto. Usted puede sentir que baila muy bien, pero mirarse es necesario”, dice el bailarín Alfred Torres. “Y es necesario un lugar dónde guardar los vestuarios y un piso de madera, porque el piso impide pasos y compases porque nos frena”. 

Bailarines del municipio, grupo de danza y cuerpo liderado por Hernán Machado.

Como el baile, está el patinaje, el microfútbol y el basquetbol sin coliseo o instalaciones para practicarlos. La casa cultural del municipio es la biblioteca que no cuenta tampoco con los espacios necesarios y, cuando llueve, el segundo piso se inunda y no es posible para la danza, tampoco para la pintura.

El maestro del pincel en el pueblo es Héctor Arboleda Cano, para quien son necesarias instalaciones para el arte porque cree que hacerlo de manera colectiva es diferente a la creación individual. “Aquí es importante que la gente tenga la mente ocupada porque lo sacamos de las redes sociales, de la drogadicción o lo desconectamos de una realidad violenta”, señala. “Niños, jóvenes, adultos, entre los que están muchas personas con capacidades diferentes, merecen recibir clases de arte quiteño, óleo, acuarela, lo que sea, porque aquí no hay nada qué hacer”.

Héctor Arboleda Cano, maestro de pintura del municipio.

La biblioteca tiene solo cinco computadores que ya están obsoletos y, aunque tiene buenos tomos, las personas encargadas de brindar el servicio público de acceso al conocimiento creen que los habitantes se están perdiendo de una bibliografía universal al no tener suficiente dotación de equipos de uso general. Asimismo, les gustaría tener una cinemateca en el pueblo pues es la policía la que, por instrucción de un concejal, enciende un video beam en el parque principal y, cuando no, es en la biblioteca. “Pero aquí no damos a basto”, dice la bibliotecaria.  

Petición #5: Instalación de salud intercultural 

Alejandra Yagarí pide desde el resguardo de Sabaleta reparación de vivienda para la tercera edad, la restauración de la casa ceremonial de las parteras, los jaibaná y los médicos tradicionales y, asimismo, una casa de medicina para los animales de su comunidad. “Tiran los animales por ay y hay mucho maltrato; los envenenan, los matan y aquí es necesario aprender sobre su cuidado”.

Resguardo Indígena de Sabaleta, zona rural de El Carmen de Atrato

Yagarí es hija de una mujer independiente, María Dolores, que quisiera un trapiche para poder vivir del jugo de caña pero mira los palos arrojados al suelo de un costado de su casa, y dice que lo seguirá haciendo artesanalmente jugo de caña hasta que recoja los tres millones que necesita. “Eso no es nada para un alcalde”, advierte.

“Aquí vienen los políticos y creen que no nos damos cuenta de lo que hacen. Cuando llegó Puntillo (como se le conoce a Jaime Arturo Herrera), llegó con media de aguardiente para cada persona, yo le dije: ‘usted me ve cara de borracha’? Yo con licor no lleno la barriga”, cuenta María Dolores y reconoce que si toca su puerta y pide tres bolsas de bienestarina, nadie le contesta. 

Para el segundo gobernador del resguardo, Marco Tulio González, el puesto de salud es más apremiante que nada. Y, como Yagarí, también lideresa en el resguardo, cree que si es intercultural hablarían el mismo idioma con el próximo alcalde que tomará posesión. 

“No tenemos saneamiento aquí en el resguardo y no es solo en Zabaleta un beneficio pendiente de vivienda y salud, sino de todos los pueblos. Sin salud no vivimos y el hospital que tenemos es pésimamente porque la enfermedad no pide cita y ellos sí. Nosotros necesitamos medicina occidental, de afuera, y la tradicional de nosotros que curamos toda clase de enfermedades, que tenemos sembradas aquí o que buscamos en las montañas”.


CRÉDITOS

Texto

Manuela Saldarriaga Hernández

Reportería

Vivianey Balvin
Manuela Saldarriaga Hernández

Fotografías y videografía

Gabriel Linares López

Edición general

Jonathan Bock Ruiz
Carolina Arteta Caballero

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