En Fonseca, la oscuridad ya no sorprende a nadie. En muchos barrios del municipio, quedarse sin luz, desconectar los electrodomésticos y esperar —una vez más— a que regrese el servicio de energía se ha convertido en parte de la rutina diaria. Desde junio de este año, las suspensiones por parte de la empresa Air-e se han vuelto más frecuentes, afectando de manera directa la calidad de vida de cientos de familias.
Pero el problema va más allá de la incomodidad en los hogares. La falta de energía también golpea la economía local y deja a la comunidad en una situación vulnerable. Cuando cae la noche, hay calles que permanecen completamente a oscuras, lo que incrementa el riesgo de robos y otros hechos delictivos.
Para entender mejor la magnitud del problema, desde Consonante se realizaron encuestas en grupos de WhatsApp comunitarios. Gracias a los reportes ciudadanos, se identificó que los barrios más afectados son El Carmen, 12 de Octubre, Efraín Medina, El Cerrejón, El Retorno, Brisas del Ranchería, El Paraíso, El Campo y sectores cercanos. Los cortes de energía, además, ocurren con mayor frecuencia en horas clave: 6:00 a. m., 1:30 p. m. y 7:00 p. m., justo cuando la demanda es más alta.
Los usuarios denuncian que los constantes bajones han ocasionado graves daños en electrodomésticos, transformadores y redes. En el sector de Cristo Rey, la situación ha llegado a extremos insostenibles: unas 30 familias han pasado hasta un mes completo sin servicio de electricidad. Mientras tanto, en la urbanización Villa Hermosa, los vecinos permanecieron cinco días sin energía tras la quema de un transformador el pasado 26 de julio, un daño causado por las constantes fluctuaciones de voltaje que afectan la red eléctrica en la zona.
La comerciante María Florelba Padilla, habitante de Villa Hermosa, relata que estas fallas le ocasionaron pérdidas económicas: “Debido a las constantes fluctuaciones se quemó un transformador y quedamos cinco días sin luz. Todo lo que tenía en mi negocio se perdió: leche, carne y queso. Nadie respondió por las pérdidas que ascendieron a más de dos millones de pesos y aun cuando lo que ganamos el día a día es para sobrevivir”.
Todo lo que tenía en mi negocio se perdió: leche, carne y queso. Nadie respondió por las pérdidas que ascendieron a más de dos millones de pesos
María Florelba Padilla, habitante de Villa Hermosa
La zona rural de Fonseca tampoco escapa a esta problemática. En varias veredas se han reportado interrupciones constantes del servicio eléctrico que afectan directamente a las comunidades. Yasir Antonio Amaya Benjumea, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Los Altos, señala que la situación se ha vuelto insostenible. Explica que el 15 de junio se quemó la bomba de agua de la vereda, dejándolos una semana sin el servicio, y que otro vecino, Edwin Corzo, sufrió un daño similar el 10 de junio. A esto se suman las fallas más graves: dos transformadores quemados, uno el 8 de agosto y otro el 15 del mismo mes, producto de las fluctuaciones en el voltaje. Según Amaya, estas fallas han generado gastos superiores a los 10 millones de pesos, sin que la empresa Air-e haya dado respuesta ni soluciones. “La situación nos tiene muy afectados, tanto moral como económicamente”, lamenta.
En la vereda El Confuso, la situación no es diferente. Carlos Caicedo, presidente de la Junta de Acción Comunal, asegura que la atención por parte de la empresa Air-e en las zonas rurales es prácticamente inexistente. “Si en el casco urbano la situación es pésima, en la zona rural es totalmente deplorable”, afirma. Las fluctuaciones constantes en el servicio eléctrico han causado la quema de electrodomésticos y, más grave aún, la turbina que extrae agua del acueducto comunitario, el cual abastece a más de 800 personas.
Si en el casco urbano la situación es pésima, en la zona rural es totalmente deplorable
Carlos Caicedo, presidente de la Junta de Acción Comunal El Confuso
Caicedo relata que, tras el daño, la comunidad tuvo que organizarse, recolectar dinero entre los habitantes y asumir los costos de la reparación. “Nos tocó poner una cuota para mandar a reparar este artefacto, con el riesgo de que se nos vuelva a dañar, ya que duramos tres días sin el suministro de agua”, cuenta. La falta de respuesta de la empresa genera un profundo malestar entre los habitantes. Aunque Caicedo ha participado en varios encuentros con la gerente de Air-e y ha consultado directamente las causas de estas fallas, la respuesta —dice— siempre es la misma: que desconocen el origen del problema y que no asumirán los costos de los daños.
Comerciantes, líderes comunales y autoridades locales coinciden en que no existe una solución definitiva por parte de la empresa. A pesar de los mantenimientos programados, la poda de árboles, cambios de postes y de transformadores, no hay mejoras.
“Nos tomamos la oficina de Air-e el 29 de julio, bloqueamos las entradas y encadenamos las puertas. Solo así logramos que nos escucharan y nos instalaran un nuevo transformador al siguiente día. Sin embargo, siguen los bajones y temo que vuelva a ocurrir lo mismo”, advierte la comerciante María Florelba Padilla. Ante la falta de respuesta, la comunidad está documentando las quejas para enviarlas a la Superintendencia de Servicios Públicos.
Los bajones de energía no cesan y los usuarios temen que estas fallas dañen más transformadores y electrodomésticos. Carlos Krichilski, habitante del barrio Cristo Rey, indica que la comunidad tuvo que asumir la compra del transformador: “En nuestro sector además de la sobrecarga que posee el transformador nos vimos perjudicados por los bajones de energía. Duramos más de una semana sin el servicio, desde el 12 hasta el 20 de agosto, a pesar de los múltiples llamados que hicimos a la empresa Air-e a la línea 115. Nunca nos solucionaron y nos tocó entre todos los vecinos reunir dinero y comprar un transformador que costó 4 millones de pesos. Se nos dañó mucha comida y medicamentos que eran necesarios tener refrigerados y lo más triste es que nadie responde por eso”.
Nunca nos solucionaron y nos tocó entre todos los vecinos reunir dinero y comprar un transformador que costó 4 millones de pesos. Se nos dañó mucha comida y medicamentos que eran necesarios tener refrigerados y lo más triste es que nadie responde por eso
Carlos Krichilski, habitante del barrio Cristo Rey
Diana Amaya, líder del barrio El Paraíso, expresa su inconformidad por el mal servicio y las fluctuaciones de voltaje: "En mi sector cada vez que tenemos estos altibajos de energía se queman los electrodomésticos con voltajes que llegan hasta los 25 voltios. Se me dañó un computador, un televisor, dos ventiladores y llama uno a la línea de atención al cliente al 115 y nadie da solución”.
“Mis facturas son muy altas para estar pagando por un servicio deficiente. Anteriormente me llegaban por 170 mil pesos y hoy me facturan hasta 800 mil, esto me tiene al borde de un colapso. Nos quitan todo el día la energía para hacer mantenimientos y el servicio es cada vez peor”, rechaza.
Mis facturas son muy altas para estar pagando por un servicio deficiente. Anteriormente me llegaban por 170 mil pesos y hoy me facturan hasta 800 mil
Diana Amaya, líder del barrio El Paraíso
Arnold Brito Pérez, presidente del Concejo Municipal, cuestiona la falta de respuesta de Air-e: “Esto es un dolor de cabeza para todos. Citamos a la gerente de Air-e en La Guajira al Concejo, pero la respuesta fue decepcionante porque nos dijo que desconocía las causas del problema”.
“Sabemos que se debe a la sobrecarga de los circuitos porque la subestación de Fonseca no solo atiende al municipio, sino también a barrios de Barrancas y a los corregimientos de Carretalito y San Pedro. Esa sobrecarga desbordó la capacidad instalada. Es claro que la empresa Air-e es la encargada de prestar este servicio y debe responder”, agrega.
Brito recalca que antes se hacían mantenimientos programados, pero hoy los cortes son repentinos, sin aviso y no mejora el servicio. “Lo único que sí aumenta es el valor de la factura. La empresa Air-e sólo se limita a informar a través de sus líneas de atención al cliente en el número 115 que se está trabajando para corregir las fallas, mientras que es muy difícil conseguir algunas declaraciones de estos frente a las deficiencias del servicio de energía eléctrica”, dice.
Jesús Cobo Toncel, veedor de servicios públicos domiciliarios, también mostró su inconformidad con la falta de compromisos: “En la mesa de trabajo con la gerente de Air-e en el Concejo Municipal de Fonseca el 30 de julio de 2025 no se obtuvo ningún resultado concreto. La empresa no se comprometió en nada, solo dijeron que seguirían investigando la causa del problema”.
“Lo más grave es que reconocieron que a la subestación de Fonseca le sumaron barrios de Barrancas, a pesar de que ese municipio tiene su propio transformador. Esa decisión generó una sobrecarga evidente. No se nos ofreció ninguna solución real", agrega Jesús Cobo, quien trabajó en la subestación Fonseca.
Marco Antonio Jaramillo, abogado y usuario del servicio, afirma que es un problema estructural: “El martes 19 de agosto la luz se fue entre tres y cinco veces, en lapsos de media hora. Esta situación no es nueva, es la constante en Fonseca y en todo el sur de La Guajira. El problema radica en que la capacidad instalada ya no responde a la demanda actual. Las subestaciones se diseñaron para una población menor, y hoy la infraestructura es insuficiente, hay más zonas conectadas y sigue el mismo transformador”.
El problema radica en que la capacidad instalada ya no responde a la demanda actual. Las subestaciones se diseñaron para una población menor
Marco Antonio Jaramillo, abogado y usuario del servicio
La personera municipal de Fonseca, María Auxiliadora Medina Pitre, manifiesta que están atentos a las quejas radicadas por la comunidad y realizar el respectivo acompañamiento: “Realizamos el respectivo acompañamiento esperando a que la empresa Air-e pueda optimizar el servicio de energía. Anunciamos a los usuarios que velaremos porque se les garantice un servicio óptimo y atendiendo quejas donde se sientan vulnerados para que no haya abusos por parte de Air-e”.

Una problemática que exige soluciones urgentes
El pasado 5 de septiembre se realizó una reunión junto con la gerente de Air-e, Martha Iguarán; los presidentes de las juntas de acción comunal, la personera municipal María Auxiliadora Medina Pitre, el veedor de servicios públicos Jesús Cobo Toncel y miembros de la comunidad. En el encuentro manifestaron que son varios los barrios afectados, entre ellos: Cristo Rey, 12 de Octubre, San José, Caraquitas, Brisas del Ranchería, Cerrejón, Los Olivos, El Carmen, Efraín Medina, El Campo, José Prudencio Padilla, 11 de Noviembre, Urbanización Cristo Rey, Villa Hermosa y 15 de diciembre.
Francisco Pedrozo, presidente de la junta de acción comunal del barrio Cristo Rey, recalcó que en esa zona completaban casi un mes sin servicio de energía: "Nuestro barrio ha sido uno de los más afectados y no ha sido atendido por la empresa. Lamentable, el sector de donde se hace el reporte es subnormal y con un recaudo muy bajo, por lo que la empresa no hace trabajos de reparación en esa zona. Le corresponde a la comunidad realizar esa gestión ante la alcaldía municipal”.
La denominación de zonas “subnormales” son barrios que no cuentan con proyectos de redes, postes, transformadores y tienen que tomar la energía a más de 100 metros de las redes principales. Air-e les instala un medidor comunitario y el consumo total de ese medidor los divide en el número de viviendas.
Maritza Corzo, presidente de la junta de acción comunal del barrio Altoprado, indicó que ni siquiera teniendo los recibos al día tienen un buen servicio: "Mi barrio es uno de los sectores donde el comercio, pequeñas industrias y zona hospitalaria se ven afectados por las fluctuaciones de energía. La queja de los usuarios no cesa, por eso pido a la gerencia de esta empresa adoptar medidas urgentes para estabilizar el servicio de energía, somos los que de alguna manera representamos los mayores recaudos por este servicio y, por tal razón, exigimos soluciones para esta problemática".
Alexander Jiménez, presidente del Barrio 15 de diciembre, se sumó a las voces de protesta y reclamó que no hay soluciones: “Con algunos arreglos adelantados en mi barrio varias zonas quedaron desconectadas. Ahora Air-e responde que no ha terminado los proyectos porque no hay presupuesto destinados para tal fin”.

Air-e no informa la causa de las fallas
La gerente de Air-e, Martha Iguarán, indicó en el encuentro con la comunidad que están revisando las fallas: “Esta anomalía no solo se presenta en Fonseca, es algo que está ocurriendo en todo el departamento de La Guajira. En algunos municipios como Fonseca se han registrado más cortes de energía, pero estamos trabajando en algunas adecuaciones en la subestación San Juan del Cesar, la cual manda la energía a la subestación Fonseca, para mejorar el servicio porque hasta el momento no se ha determinado la causa de esta problemática”.
Esta anomalía no solo se presenta en Fonseca, es algo que está ocurriendo en todo el departamento de La Guajira
La gerente de Air-e, Martha Iguarán
Sin embargo, Iguarán reconoció que aunque se han realizado pruebas, las fluctuaciones siguen ocurriendo y pide a las familias reportar las fallas: “Los usuarios deben presentar los casos puntuales para revisarlos y determinar jurídicamente si se pueden indemnizar", agregó.
Por último, la empresa envió un comunicado en el que informa que “desarrollará un estudio de calidad de potencia, que incluye la instalación de analizadores de redes en las zonas donde se han presentado incidencias en el servicio y que permitirá comprender mejor el comportamiento de la carga eléctrica”. Según Air-e, una vez recopilada y evaluada la información obtenida, se procederá con el análisis técnico y la implementación de la solución correspondiente. Sin embargo, los meses pasan y el servicio no llega o, en algunos casos, es intermitente.