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Monteloro, la vereda de El Carmen de Atrato que está en el olvido

Este territorio, que también hace parte del municipio antioqueño de Ciudad Bolívar, fue arrasado por el conflicto armado y quedó completamente deshabitado. Las únicas cuatro familias que han retornado reclaman el arreglo de la vía de acceso y el apoyo gubernamental para que más personas regresen.

Por qué es importante

Antes de la violencia esta vereda albergaba más de 15 familias, es decir, tenía aproximadamente 50 habitantes. Además, muchas personas de otras zonas cercanas –como el corregimiento La Mansa, la vereda La Linda o la zona urbana de Ciudad Bolívar–  iban a trabajar a Monteloro. La vereda tenía potencial agrícola y era un lugar socialmente activo. Tenía una Junta de Acción Comunal, y una  escuela. Pero esto cambió tras la última incursión paramilitar en los años 90, cuando el territorio se convirtió en un corredor estratégico para los grupos al margen de la ley. 

Hoy sus pocos habitantes claman la presencia del Estado y denuncian que las autoridades sólo llegan durante las campañas electorales. A pesar de que la vereda pertenece geográficamente a dos departamentos sus habitantes sienten que nadie los escucha.

¿Qué dice la gente?

Una de las habitantes cuenta que volvió a su tierra para vivir tranquila. En el pasado esta vereda era un lugar demasiado hermoso para vivir, allí nací, crecí y me enamoré y tuve a mi familia, pero por la violencia me tocó salir de noche como una delincuente, aun sabiendo que yo no le había hecho nada a nadie, y aunque solo estuve 6 años por fuera de mi vereda, un pueblo no es lo mismo, aquí tengo mis matas, mis animalitos, y nadie me molesta”, afirma. 

Consuelo Tabora, una mujer de la tercera edad que decidió retornar a su lugar de origen durante la pandemia, tiene razones similares. “Vivir encerrado es muy duro, yo le dije a mi hijo: me voy pa mi tierra, así sea que me meta en un rancho de plástico porque este encierro no lo aguanto más. Y me vine. Y aquí estoy, no tengo luz ni agua, pero estoy muy contenta y ya de mi tierrita no me saca nadie”.

Anteriormente la gente se movía del municipio de El Carmen a Ciudad Bolívar y a Salgar, en Antioquia, por lo que Monteloro era una parada casi obligada para los viajeros, lo que movía la economía. Ahora nadie pasa por la vereda.

Ofelia Valderrama, que es carmeleña, recuerda que “cuando era niña me tocó transitar por todos estos caminos de herradura y recuerdo que la vereda era muy bonita y poblada”.

Foto: Adrián Foronda

¿Qué piden?

  • Reabrir la escuela. Una de las personas entrevistadas cuenta que “antes la escuela estaba repleta de niños, porque vivíamos muchas familias. Pero ahora no hay niños. Únicamente hay una niña estudiando en La Mansa, que es una de mis hijas. A ella le toca madrugar mucho y yo la llevo en bestia y la recojo a las 12:00 a.m. que sale, o mi otro hijo si ya ha llegado a esa hora”.

    A pesar de que la niña desea continuar con sus estudios, siente que el esfuerzo que hace es muy grande, pues dice que la educación en La Mansa ha desmejorado y muchos de los padres de familia de esa escuela han manifestado la intención de enviar a sus hijos a estudiar en el municipio de Ciudad Bolívar.
  • Arreglar la vía que está en pésimo estado. A Monteloro la gente llega a pie y algunos en moto o en bestia, ya que únicamente pueden ingresar carros con doble tracción que deben ser pagados a altos precios. Además, la vereda en la actualidad no cuenta con transporte público. Toda esta situación dificulta la comercialización de la producción de café, mora y el transporte del ganado, además de hacer más difícil el acceso a servicios de salud, educación, entre otros.
  • Garantizar las condiciones para el retorno. Hace varios meses Consuelo Taborda Gallego, decidió retornar a su vereda de origen, a pesar de no contar con vivienda y mucho menos con servicios públicos. Sin embargo, para ella y para su esposo Tiberio la vida en el campo representa la libertad y el regreso a sus raíces. Ahora tiene un cultivo de café en levante, yuca, plátano, cebolla, tomate, cidra, aromáticas y pollos para su alimentación. Tiene dos perros que le hacen compañía y le avisan si llega algún extraño. 

    Hasta el momento no han recibido ningún tipo de apoyo para su retorno por parte de la Unidad para la Atención y Reparación a Víctimas y tampoco ha contado con el apoyo de la Alcaldía Municipal para el mejoramiento de su vivienda, que hoy es de tapia, con piso en tierra y techo de zinc. No han logrado instalar el agua y por ello deben bajar por ella hasta la quebrada y subirla en baldes, o recoger el agua lluvia. Tampoco cuentan con servicios sanitarios y mucho menos con pozo séptico. 

    Frente a este tema, Francisco Javier Puerta, líder de la vereda, dice que “los jóvenes terminan la escuela y se desplazan a otros lugares por falta de oportunidades y los jóvenes y adultos que se desplazaron por la violencia no quieren regresar por la misma razón”.
  • Aún sin Junta de Acción Comunal. Jesica Vargas, líder de la vereda,  ha liderado algunas actividades en el territorio en compañía de su esposo. También con Francisco Javier Puerta. Ambos manifiestan que están tratando de conformar o “revivir” la junta de acción comunal “con el apoyo de propietarios de fincas que aún no retornan, pero si trabajan sus parcelas, sin embargo aún no hemos logrado hacer el registro legal”.
Foto: Adrián Foronda y Laura Giraldo

¿Qué dice la Alcaldía?

El alcalde municipal también se refirió al tema de la vía: “En el año 2020, antes de la pandemia, hicimos un convite con la Alcaldía de Ciudad Bolívar en donde ambos préstamos maquinaria para organizar la vía. Efectivamente no está en el mejor estado que digamos y un carro que no tenga doble no puede ingresar a la vereda”. 

El alcalde Jaiberth Ríos Oquendo explica que “hasta el año 2019 había como dos alumnos y un docente que estaba allá. Para el 2020 se cerró la sede porque el profesor se pensionó y ya no había ningún tipo de estudiantes, entonces no soportaba tener un docente allá sin haber estudiantes”. Después del cierre algunos habitantes han solicitado el uso de la sede para reuniones o habitación, pero la Alcaldía se ha negado para “evitar problemas jurídicos posteriores”.

“Nos encontramos realizando las gestiones con la alcaldía de Ciudad Bolívar para el mantenimiento de la vía, que en la actualidad se encuentra un poco descuidada”, aclara Omar Benítez, secretario de planeación 

Sobre el tema de la Junta de Acción Comunal, Piedad Montoya, secretaria de Gobierno de El Carmen, explica que en la Gobernación no se encontraron registros de la junta de Monteloro. Sin embargo, dice que esta junta debe registrarse, pero que ella no ha logrado establecer contacto con los líderes de la zona. Sobre este mismo tema el alcalde manifiesta que “en la vereda sí están organizados y se identifican dos representantes de la zona”. Algunos líderes de la zona se han acercado a la Alcaldía solicitando acompañamiento en temas productivos, relacionados principalmente con el cultivo de café.

Lo que sigue:

Los habitantes de la vereda y propietarios de los predios esperan que tanto las entidades públicas como las privadas puedan acompañarlos en el acceso a sus derechos. Esperan que, con urgencia, arreglen la vía, pero también quieren tener la posibilidad de ingresar a los programas educativos, culturales, recreativos y de salud que adelanta el municipio de El Carmen en las demás veredas. Para esto esperan conformar pronto su Junta de Acción Comunal.

Por otro lado, la señora Consuelo espera tener mejores condiciones en su proceso de retorno y que su vivienda pueda contar con energía eléctrica, agua y alcantarillado, ya que a pesar de las múltiples solicitudes que ha hecho al municipio de Ciudad Bolívar y a El Carmen de Atrato, los avances de su casa son gracias al trabajo propio y de su esposo, de más de 80 años, además del apoyo de su único hijo.

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