Escuela de Mumbú. Fotografía: Yurlis Mosquera
Foto: Yurlis Mosquera
Chocó Tadó Noticias

En Mumbú los niños y niñas no estudian desde el año pasado

Por falta de profesores en este corregimiento de Tadó, nueve estudiantes de primaria no han recibido clases en lo que va del 2022. Además, la escuela está abandonada: no tiene ventanas, el techo se está cayendo y los estudiantes no tienen un solo pupitre donde sentarse.

Por qué es importante

Los estudiantes sufrieron dos años de intermitencia escolar debido a la pandemia de Covid-19, y esta nueva interrupción profundiza el rezago escolar acumulado. Además, la comunidad de Mumbú está compuesta por familias desplazadas que han retornado paulatinamente al territorio luego de una incursión paramilitar en 2002. Hoy, cerca de 50 familias han regresado e intentan reconstruir sus vidas en el corregimiento ubicado a media hora de la cabecera municipal de Tadó.

Qué está pasando

En Mumbú, nueve niños y niñas, de entre 4 y 12 años, aún no han podido comenzar el año escolar. La Secretaría de Educación no ha enviado un profesor que acompañe a los estudiantes de primaria que no han recibido una sola hora de clases en lo que va del año.

Sin embargo, los problemas para estudiar en Mumbú vienen de tiempo atrás. El año pasado los estudiantes del corregimiento tuvieron que recibir las clases en la caseta comunal, porque la sede de la escuela está abandonada: no tiene ventanas, el techo se está cayendo y no hay un solo pupitre donde sentarse. Para adaptar la caseta fue necesario que Carlos Copete, rector de la Institución Educativa Nuestra Señora de Fátima de Playa de Oro a la que pertenece la escuela, se encargara de instalar un tubo provisional para que la estructura por lo menos tuviera agua. Aún así, el profesor que se encargaba de las clases de primaria solo iba unos días sí, y otros no. En noviembre dejó de asistir por completo.

Esta es la caseta comunal donde los niños de Mumbú recibieron clases el año pasado. Foto: Yurlis Mosquera

Carlos Copete, rector de la Institución Educativa Nuestra Señora de Fátima de Playa de Oro, a la cual pertenece la escuela de Mumbú, explica que la asignación de un profesor para los estudiantes le corresponde a la Secretaría de Educación departamental. Afirma que a inicios de año no se abrió la matrícula por falta de estudiantes, pero que tenía previsto trasladar una docente de Guarato a Mumbú. “Luego vinieron con cinco niños matriculados”, cuenta el rector quien asegura que ya se están realizando las diligencias para que la escuelita de Mumbú vuelva a funcionar. “Yo he estado muy interesado en la situación de la falta de maestros pero no soy ente nominador, hablé con el secretario de Educación departamental, se investigó en el SIMAT y de hecho aparecen 6 niños matriculados, lo cual es viable para enviar un docente que probablemente se asigne para el segundo semestre del año lectivo”, dice Copete.

Qué dice la gente

En la comunidad mumbuseña la mayor preocupación, además del atraso en materia de educación, es la cantidad de tiempo libre que tienen los niños que no están asistiendo a clases. Los padres de familia creen que pueden adquirir malos hábitos e, incluso, perder las ganas de volver a estudiar.

  • “Le pedimos al secretario de Educación departamental que nos envié su maestro porque nuestros niños se sienten abandonados por falta de un docente y pueden llegar a cogerle pereza a la escuela”, dice Rosa Claudia Mosquera, una matrona de la comunidad.
  • “Estamos preocupados porque no tenemos escuela, la planta física no sirve y, para completar, los niños no han recibido clases ni siquiera en la casa comunal que fue donde se les dictó clases el año pasado”, dice Yeraldina Mosquera, madre de familia de Mumbú. Para Mosquera, la situación es preocupante porque “los niños y niñas pueden llegar a coger malos vicios porque no tienen qué hacer. Muchos padres se los llevan para el trabajo por no dejarlos solos, otros se están sacrificando y llevándolos a estudiar a otra parte, los que no tienen cómo sacarlos, pues simplemente los dejan aquí sin clases”.
  • “Este corregimiento es muy antiguo, es mayor que Bogotá, pero estamos abandonados, no tenemos docentes en la primaria, porque los de bachillerato van a Playa de Oro”, dice Martha Mosquera una habitante y nativa de la comunidad mumbuseña.
  • Daisury Arias Mosquera, una estudiante de 12 años, afirma que está triste porque no ha recibido ni un solo día de clases este año. “Yo debiera estar cursando el quinto grado porque el año pasado hice cuarto grado. A veces me pongo a leer y a realizar sumas”.

¿Por qué es grave?

Arturo Charria, exsecretario de educación de Cúcuta y experto en pedagogía, explica que la intermitencia en la educación de los niños y niñas de Mumbú es preocupante por varios motivos. “No solamente es este año, con la pandemia se podría decir que son más de dos años de educación interrumpida”, aclara. Charria enumera tres razones para entender la gravedad de esta situación:

1. Se está vulnerando su derecho a la educación
La falta de una sede en buenas condiciones y un profesor o profesora encargada, lleva a que los nueve niños de primaria se les esté respetando el derecho a la educación consagrado en la Constitución de 1991. “La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura”, explica el experto.

2. Profundiza los problemas de aprendizaje
“Hay etapas para aprender ciertas cosas, en términos de motricidad, lenguaje, habilidades socioemocionales que no se pueden aprender el siguiente año. No funciona así”, dice Charria, quien asegura que la educación en primera infancia es fundamental para el buen desarrollo de los niños y niñas.

“Si a un niño no se le fortalecen ciertas habilidades de movilidad gruesa, trabajos con el hombro, el codo y la muñeca, luego no va a tener la fuerza para agarrar el lápiz o para poderlo sostener durante periodos de tiempo más largos. Y eso no se logra simplemente aprendiendo a jugar en el parque o con los primos. Son ejercicios que van de la mano con la motricidad fina de la escritura. Perder eso a una temprana edad implica que el niño más adelante va a tener problemas de lectoescritura y espacialidad”, ejemplifica.

Asegura también que es fundamental trabajar el lenguaje desde temprana edad. “Cuando no se está en el colegio, el vocabulario no aumenta. Las palabras son fundamentales para nombrar el mundo y tener una comprensión de él. Es una pérdida que hace que su comprensión del mundo sea más limitada. Si no sabemos nombrar las cosas, no existen”, dice. “Eso pasa cuando hay educación interrumpida”.

3. Aumentan los factores de riesgo
Además de los atrasos en educación, el contexto también puede agravar la situación de los niños. La escuela es un lugar seguro para los niños y niñas. Charria asegura que cuando los estudiantes están por fuera de las aulas de clase aumenta su exposición al trabajo infantil, la violencia intrafamiliar y a las dinámicas de un entorno con economías ilegales. Todo esto puede poner en riesgo la condición física de un niño.

Lo que sigue

  • Pedro Fidel Hurtado Orejuela, secretario de Educación departamental, le ha asegurado a la comunidad que asignará un nuevo profesor o profesora para el segundo semestre de este año lectivo. La gente también espera que la secretaría arregle la planta física de la escuela para que los niños tengan un lugar fijo y seguro para recibir sus clases.
  • Arturo Charria opina que el Estado debe crear mejores incentivos para los maestros rurales. “Los docentes entran por concurso público, y el que llega a esos territorios muy posiblemente es el que peor le fue, porque nadie quiere estar allí, lejos de su familia. Por eso, cuando cumple su tiempo inmediatamente busca la forma para conseguir un traslado, así sea con favores políticos” dice.
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  • Ángel Ezequiel Salinas Piedrahita
    Jun 22, 2022
    Muchas gracias Consonante(seño Yurlis) por la información. Ojalá esta denuncia sirva para el mejoramiento de la calidad de vida y educación de los niños, niñas y adolescentes del Departamento del Chocó.

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