Por qué es importante
El objetivo de las plataformas es que las personas de entre 14 y 28 años se organicen para llevar sus inconformidades, propuestas y peticiones ante las administraciones municipales u otras autoridades. Con la plataforma en El Carmen de Atrato puede abrirse la puerta para que los jóvenes rurales, que han sido los más olvidados por las autoridades locales, alcen la voz.
Para Luisa Alejandra Duarte, coordinadora de la Escuela de Liderazgo de la Corporación IFT que trabaja acompañando a los y las jóvenes del municipio, la plataforma “se convierte en una oportunidad para que los jóvenes hagan propuestas, generen proyectos y reconozcan las diferentes oportunidades de hacer”.
¿Qué está pasando?
Desde el año pasado los y las jóvenes de El Carmen de Atrato se han organizado con apoyo de la Corporación IFT, una organización que contrató la Alcaldía municipal para fortalecer la organización juvenil. El 5 de diciembre eligieron al Consejo Municipal de Juventud (CMJ) y el 29 de enero se eligieron los directivos de la plataforma juvenil.
A pesar de estos esfuerzos, la participación de los jóvenes rurales ha sido poca. Por un lado, la información de las reuniones muchas veces no les llega, pues en veredas como La Argelia, Guaduas y el sector de La Trocha no hay señal de celular. Y por otro lado, entre quienes viven en las veredas reina la desconfianza y la desesperanza: no creen que se pueda cambiar su realidad y muchos piensan en encontrar una manera de irse del municipio.
En El Carmen, al menos 3.262 niños y jóvenes (entre 12 y 28 años) fueron víctimas del conflicto. De estos, alrededor de 1.792 permanecen en el territorio, de acuerdo con la Unidad para las Víctimas. La mayoría son desplazados, y aunque deberían ser sujetos de especial protección constitucional, no cuentan con las condiciones mínimas de acceso a sus derechos fundamentales, tales como la educación, la salud y la vivienda digna. Al contrario, muchas veces ven truncados sus sueños.
Según Adriana Marulanda, psicóloga del equipo de Víctimas de la Alcaldía de Medellín, esto se relaciona con el trauma generacional del conflicto armado. “Los daños y traumas que generó y genera el conflicto armado en una persona o familia y que no se han podido sanar son transmitidos a través de patrones de conducta, maneras de relacionarse y vincularse con sigo mismo y con el otro”.
Qué dice la gente
Los y las jóvenes rurales de El Carmen tienen tres reclamos claros.
- Mejor educación secundaria para no desertar. El municipio solo cuenta con dos instituciones educativas en la zona urbana que tienen las condiciones de infraestructura y personal docente para cada área del saber, mientras que en las veredas hay sedes rurales con básica primaria bajo la modalidad de nueva escuela, es decir, un docente para todas las áreas del saber y para todos los grados. Además, solo hay educación secundaria en cuatro veredas, también bajo el mismo modelo.
Janier Alonso Ibarra, de 17 años, vive en la vereda La Argelia y se retiró de la escuela cuando cursaba el séptimo grado. “Yo deje de estudiar por tanto problema con la profesora y para ponerme a camellar, cuando eso mi mamá todavía no se había vuelto a casar y yo tenía que ayudar, porque a mi mamá le tocaba muy duro…mi mamá me dijo que volviera a entrar y yo le dije que no, por la forma en que se enseña, es que esta escuela no funciona”, afirma. Ahora su proyecto de vida es prestar el servicio militar apenas cumpla los 18 años.
Mariana Rivera, también de 17 años, no está estudiando porque, dice, “con un solo profesor explicando todas las materias es muy duro, no hay como un profesor para cada área: matemáticas, inglés, español . Es más fácil entender”.
- Prevención de embarazos a temprana edad. Según el Dane, entre enero y octubre de 2021, hubo 96 nacimientos en El Carmen de Atrato. De estos, dos fueron de niñas de entre 10 y 14 años; y 23 fueron de adolescentes y jóvenes de entre 15 y 19 años. Esto a menudo significa que las niñas y jóvenes dejan de estudiar, pues deben dedicarse a tareas de cuidado.
Valentina Rivera dejó el colegio cuando quedó en embarazo. “Me gustaría estudiar en la nocturna pero aquí no hay cómo”, sentencia. Y sin esa opción es realmente difícil para ella pensar en terminar el bachillerato. La posibilidad de la universidad se aleja aún más.
- Posibilidad de ir a la universidad. Este sigue siendo un sueño de muchos. Jhon Faber Ibarra, de 17 años, dice que quiere terminar su bachillerato para “comenzar una carrera, alguna que tenga que ver con los números porque a mí se me facilita eso, por ejemplo, una ingeniería”. Ana Jimena Rivera, de 16 años, quiere estudiar ingeniería agropecuaria. Para otras jóvenes, como Yurley Uran, de 17 años, estudiar en la universidad y hacerse profesional puede ser una posibilidad para ayudar económicamente a su familia.
El problema es que para lograr esto, se tienen que ir. Karen Dayana Rivera quiere ser veterinaria, pero para hacerlo tendría que irse a estudiar en Medellín. “En El Carmen de Atrato, la verdad, no veo futuro”. Sin embargo, pocas familias tienen la posibilidad de enviar a sus hijos a estudiar en otras ciudades.
Yireny Leal es una de las que ha podido acceder a la educación superior. Estudia para ser auxiliar de enfermería. “Se dificulta un poco estudiar fuera de la vereda por lo del trayecto, porque muchas veces no se encuentra transporte”, dice. Sin embargo, cada día ella y su familia hacen esfuerzos por lograrlo. “Hace falta comunicación y apoyo de esas personas de afuera, del alcalde y otras instituciones para mejorar el bienestar en los jóvenes, ya que muchos de ellos no estudian por falta de un transporte o de los recursos”.
¿Qué puede hacer la Plataforma juvenil?
La Plataforma Juvenil hace parte del Sistema Municipal de Juventud del municipio. Éste está conformado, por un lado, por la administración municipal en cabeza de la Secretaría de Gobierno, y por el otro, por la plataforma y el Consejo Municipal de Juventud. En este Sistema debe haber espacios de interlocución y concertación. Es decir, cada parte puede presentar sus ideas, propuestas o proyectos y ponerse de acuerdo para actuar.
Ahora que ambas instancias están funcionando, el reto sería que tanto la Plataforma como el CMJ escuchen ampliamente y tengan en cuenta las necesidades de los jóvenes rurales. “Hemos visto que los jóvenes del Carmen a veces no aportan mucho, porque, de qué vale uno estar pidiendo oportunidades si los jóvenes no las van a aprovechar”, afirma Alexis Rivera, coordinador de la Plataforma.
Sin embargo, cuenta que buscará atraer a los y las jóvenes a través del arte. Puntualmente, el rap. Para él es necesario que las estrategias que planteen, las puedan cumplir. Desde la Corporación IFT aseguran que la idea es acercarse a la mayor cantidad de jóvenes posible, incluyendo a las veredas, aunque esto sigue siendo un reto.
Para lograrlo, deben involucrarse las autoridades, a nivel logístico y presupuestal. “La ley dice que debe existir un sistema de participación juvenil, en todos los municipios debe crearse una oficina, tener personal calificado que trabaje con los jóvenes y presupuesto. En El Carmen de Atrato no existe eso”, opina Roberto Luis Cardona, acompañante de este proceso. Por su parte, la Alcaldía nombró a un funcionario para encabezar la interlocución con los jóvenes y, a través de la Corporación IFT, empezarán a trabajar en la reformulación de la Política Pública de Juventud.
“Hace años se construyó un documento de política pública, pero se quedó en el papel. Vamos a actualizarla y esperamos que los jóvenes del municipio tengan un rol importante. La Alcaldía es la coordinación general de esto, es la garante principal. Para la construcción de los instrumentos debería estar presente”, explica Lubin Torres, coordinador del proyecto “Fortalecimiento de la participación juvenil en el Carmen de Atrato”.
Lo que sigue
En los próximos meses la administración municipal y la Corporación IFT planean propiciar unos encuentros de discusión para la construcción de la política pública y del Plan de juventud, que deberá estar en el plan de desarrollo del siguiente mandatario municipal.
Por ahora están desarrollando una caracterización socioeconómica de la juventud del municipio a través de un formulario virtual. Falta ver si los jóvenes rurales, que no tienen señal, harán parte, así como cuál será su participación en los siguientes pasos.