Escucha esta carta aquí:
Soy Vivianey Balvín, periodista local de Consonante en El Carmen de Atrato. Esta es una historia diferente a las que siempre cuento y escribo para mi municipio. Esta es la presentación de mi pueblo, en donde vivo y donde nací.
Hablar sobre todas las riquezas que tenemos siempre será un placer para mí, y más cuando amamos y tenemos nuestro corazón en este territorio. El Carmen de Atrato es cuna de campesinos y campesinas resilientes al conflicto armado en Colombia, hay comunidades indígenas con mucha fuerza y que respetan su cultura. Por supuesto, también población afro y mestizos con mucho perrenque para el trabajo.
Y hablando de maravillas, tenemos nuestra joya más preciada: el río Atrato. Sí, es cierto que se ha hablado mucho de su contaminación, pero ¿sabían que hace parte de los ríos más extensos del mundo? Nace majestuosamente en el cerro plateado, fluyendo con fuerza y conectando todo el Chocó. Es impresionante. Quién se puede resistir a conocer el nacimiento del río Atrato o a hacer una caminata ecológica al Cerro de La Cruz que siempre está iluminado y se puede visitar en la noche.
Pero la magia no termina allí. En El Carmen puedes hacer avistamiento de aves. Desde Proaves se ven las tangaras, que son unas aves endémicas de la región y en el que te llevarás un recuerdo hermosos de nuestra naturaleza.
Les quiero hablar también sobre los deliciosos charcos que tenemos en las veredas como la Arboleda, el 9, el 17, el 18.y muchos otros que se me pasan. Además, hay unas cascadas muy fenomenales y se puede comer cachama frita donde Don Pedro, en la vereda El 18. Son lugares que nos regala la naturaleza, perfectos para refrescarse en días calurosos y conectar con la biodiversidad que nos rodea en el Chocó.
En cada vereda, ya sea en Guaduas, La Argelia, El Porvenir, van a encontrar una biodiversidad hermosa que nos recuerda la riqueza natural que nos rodea. Y, por supuesto, el Museo de la Memoria Histórica, que cuenta las historias de nuestro pueblo y las luchas de más de dos décadas de este territorio chocoano.
Pero El Carmen de Atrato no es solo un lugar de ríos y quebradas, también es una tierra de sabores frescos. No puedo dejar de mencionar esas delicias gastronómicas que nos identifican. ¿Han probado el quesito de hoja? Una exquisitez que se puede conseguir principalmente en la vereda El Ocho. Está el chorizo carmeleño. ¡Es delicioso, a mí me encanta! Y no olvidemos el queso guadueño, un manjar delicioso y se pueden dar el gusto de probar los que hace Doña Gertrudis con panelita.
Además, este texto lo estoy escribiendo al frente del “Trapiche Los Zapatos". Por si quieres conocer el proceso de la panela, cómo la hacen y comer blanqueado.
Tampoco puede dejar de visitar el asilo. Ahora, en Navidad, está hermoso. Es un lugar cargado de historias y sabiduría, un testimonio vivo de nuestra memoria carmeleña. Allí, don Jesús Gallego conoce todo lo que ha pasado en el pueblo. Es nuestro historiador.
Como olvidar contarles sobre el arte, la cultura y la actividad artística que realizan los grupos de danza y las dos bandas marciales de los colegios, así como la escuela de música. Sus presentaciones son hermosas y conmovedoras tanto para nosotros, los carmeleños, como para las personas que visitan nuestra comunidad. Acá hay talento y personas muy tesas que se han formado y han logrado llegar muy lejos.
Sé que a muchos nos ha ocurrido que, al visitar otros lugares y al decir que somos del Chocó, la gente reacciona entre preguntas: ¿Son chocoanos? ¿Cómo es posible? ¿Dónde está el acento? Hablamos como paisas y no parecemos chocoanos, pero al igual que toda mi comunidad, nos identificamos y nos presentamos como chocoanos. Nos encanta ser de este territorio y disfrutamos diciendo de dónde venimos.
Así que, con la piel clara acariciada por el viento y la negrura latente en cada latido de nuestra sangre, nos mostramos como verdaderos carmeleños, fieles a nuestras raíces, a nuestra gente y a la tierra que nos vio nacer y crecer. En Chocó, la verdadera riqueza no reside sólo en los recursos naturales, sino en la diversidad de sus habitantes y en la cultura que nos hace únicos, especiales y, sobre todo, chocoanos de corazón.
Vengan a conocernos, a sentir la magia de lo que somos. Les aseguro que una vida no será suficiente para contarles todas las maravillas que mi lugar tiene para ofrecerles. Los esperamos en las fiestas de Reyes Magos que inician el próximo cuatro de enero. Van a estar buenísimas.