Ilustración: Camila Bolívar
Chocó Reportajes

Colombia Estéreo: la emisora militar chocoana con la infraestructura que desea la radio comunitaria

El Gobierno recibió una donación del Ejército de Estados Unidos para aumentar la cobertura de la emisora militar Colombia Estéreo al 90 por ciento de la geografía del Chocó. Mientras tanto, las radios de los consejos comunitarios, organizaciones indígenas y pueblos originarios siguen a la espera de una política pública que garantice su independencia editorial y financiera.
¿Cómo se hizo este trabajo?
Consultamos a Mónica Valdés, representante colombiana de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC). También a Gonzalo Díaz Cañadas, actual director de la Radio de la Universidad Tecnológica del Chocó UTCH y hablamos con el director de la radio comunitaria Cocomacia Stereo, Neliño Rentería Ramírez. El reportaje contiene datos recientes publicados por el MinTIC.

Los departamentos con mayor silencio informativo en Colombia son los que más han padecido la crudeza del conflicto armado. El Chocó es un ejemplo, donde la cifra de confinamiento forzado es la más alta y donde solo en siete de sus 30 municipios hay medios que producen información local.

Pese a las iniciativas del actual gobierno por conectar esta zona con pruebas piloto de internet y televisión satelital, la velocidad de conexión es inferior a la de ciudades centrales y, por eso, el servicio de radiodifusión sigue siendo el capitán.

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Entre retrasos y silencios: los desafíos para conectar al Chocó

Según cifras del Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), en 2023 había un total de 1.705 emisoras en el país entre comunitarias, comerciales y de interés público. El Chocó aporta tan solo 26 emisoras a esa cifra. Y, de esas, diez son comunitarias; cinco son comerciales y once son de interés público. 

En 2024 la cifra crece: Colombia Estéreo 100.3 FM acaba de recibir una donación de 1.500 millones por parte del Comando de Asistencia de Seguridad del Ejército de Estados Unidos para aumentar su cobertura al 90 por ciento del departamento. 

Además, deben entrar a operar las radios que fueron otorgadas en diciembre de 2023 por el MinTIC a 68 comunidades indígenas, negras, afrocolombianas, raizales, palenqueras y Rom. 

En Chocó, para la Prestación del Servicio Público de Radiodifusión Sonora Comunitario Étnico, cómo lo llamó el Gobierno, el Alto Baudó ganó por convocatoria. En esta recibieron 162 solicitudes.

De las once estaciones de interés público mencionadas, las que operan con mejor cobertura en Chocó son las de la fuerza pública, de la Policía y de la Armada Nacional, así como las cuatro emisoras de las alcaldías que hacen parte de este conteo, en el que también se registra una sola emisora de paz, creada a partir de la firma del Acuerdo Final en 2016.

Colombia Estéreo, sin embargo, no es la única frecuencia donde suena el Ejército en el Chocó. El 10 por ciento que no queda cubierto, lo tiene la emisora Colombia Estéreo Carepa, Antioquia, que transmite para Unguía, Riosucio, Acandí y Belén de Bajirá. 

Y, según información de prensa del Comando de Acción Integral del Ejército, esta es la estación número 57 en el Pacífico colombiano.

Infraestructura en la selva

Las redes de telecomunicaciones de alta velocidad en las principales cabeceras municipales del Chocó las terminó de instalar en 2018 el MinTIC, en pleno cierre del Gobierno Santos. 

La promesa de mejorar una tecnología obsoleta no es reciente, pero la ejecución, sí. La geografía, el clima y los altos costos han sido los argumentos clásicos para justificar la desconexión chocoana, como lo manifestó el entonces ministro David Luna al cierre del Proyecto Nacional de Fibra Óptica y la Red de Alta Velocidad en ese departamento.

Pero los desafíos no son visibles ahora que la infraestructura de la emisora Colombia Estéreo los supera con inversión extranjera y la capacidad instalada del Ejército. 

La frecuencia del Ejército alcanza todo el noroeste del país, incluyendo a las selvas del Darién.

Prensa Ejército Nacional de Colombia

Según el historiador y periodista Gonzalo Díaz Cañadas, actual director de la Radio de la Universidad Tecnológica del Chocó, la donación a la emisora del batallón, que hace parte de la Brigada de Quibdó, es bien recibida por una audiencia construida en el tiempo. 

“La emisora Colombia Estéreo aspira dar un viraje en su programación: es un medio de comunicación pública con énfasis en las actividades de carácter militar. Ha sido una emisora que anima la tropa para que permanezca en el frente, acompaña en todas las actividades que le competen en materia de garantizar seguridad ciudadana, entre otras”, anticipa.

Díaz Cañadas, también director del Archivo Fotográfico y Fílmico del Chocó, explica que es importante no solo por lo que significa para su audiencia, también porque demuestra que en el Chocó esa tecnología es posible.

“Hay carencia de medios de comunicación y la radio chocoana se ha ido apagando poco a poco, lo que es muy preocupante para una región que requiere de una comunicación asertiva y de la capacidad de cobertura de todos los 47 mil kilómetros cuadrados que en la actualidad solo la tiene Colombia Estéreo”, dice Díaz Cañadas.

Ahora la emisora cuenta con una cobertura del 90 por ciento  en toda el área, según expresó a medios el coronel Campo Elías López, y está dotada con equipos de 5.000 kilovatios, es decir, un radio de cobertura de 100 kilómetros a la redonda, como informó Presidencia.

La emisora de la Universidad Tecnológica del Chocó, que tiene 42 años de existencia y 5 kilovatios, logra una cobertura de un 40 a 50 por ciento de la geografía departamental. Eso, explica el investigador, limita el alcance de la información que a través de estos medios se proyecta, como pasa con la emisora Ecos del Atrato, que tiene también cerca de 40 años de estar al aire y una cobertura menor.

“Esas emisoras comunitarias y muchas otras han tenido problemas en los últimos años con el MinTIC, que aprieta y ahoga a la radio local con sus exigencias y con los cobros de Sayco Acinpro: eso es un desangre”, añade Díaz Cañadas.

Además, el alcance sigue siendo hiper local o localista, como dice el investigador. En el Chocó, un mensaje que se emite desde Quibdó no llega a Unguía, a Riosucio, tampoco a la Costa Pacífica. “Lo que sale de la sierra difícilmente llega a algunos municipios de la zona del San Juan”. 

En cambio, la frecuencia del Ejército alcanza todo el noroeste del país, incluyendo a las selvas del Darién.

De acuerdo con Mónica Valdés, representante colombiana de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), en el Chocó también hay emisoras comunitarias que tienen una audiencia ganada, como Cocomacia Stereo o Radio Canalete, que visibilizan a la sociedad civil y agregan valor a la agenda del movimiento social. 

Asimismo, están las emisoras de interés público que funcionan en esta región y en otras zonas periféricas o fronterizas de Colombia con condiciones diferentes a las de las radios comunitarias.

“Obviamente tienen más restricciones en la normativa las emisoras comunitarias cuando la exigencia debería ir orientada a todo el ecosistema de medios. Por eso, hemos exigido que haya una política pública que involucre recursos y que se amplíe esa posibilidad de sostenibilidad y financiamiento”, dice Valdés. 

Para la experta, en algunos casos las emisoras de las fuerzas armadas han sido espacios más para fortalecimiento institucional que social sin una propuesta de comunicación pública, “que deberían tenerla, en tanto tienen recursos de la nación”, dice. 

Por las declaraciones del coronel Campo Elías López, Colombia Estéreo “será la voz del departamento”. Aseguró que la emisora difundirá “mensajes enfocados a combatir la minería ilegal y a impulsar la prevención del reclutamiento de niños, niñas y adolescentes”, así como denuncias de presuntos actos de extorsión y terrorismo.

Pero Díaz Cañadas comenta que, en el relanzamiento de la emisora, aseguraron abrir sus micrófonos a otros sectores de la comunidad por orientación del Gobierno: “Aseguraron que no puede ser una emisora para la guerra o para la comunicación militar, como anteriormente estaba más o menos preconcebida”, dice a Consonante.

La deuda histórica

La participación ciudadana en los medios sigue siendo escasa. Y, como este gobierno habilitó diales para poblaciones étnicas, ahora debe garantizar su funcionamiento. 

“Sin este antecedente”, anticipa Valdés, “diría que cómo van a priorizar una fuerza pública sin antes hacerlo con las organizaciones sociales. Pero ahora que hay una asignación de frecuencias amplia y suficiente en los territorios, estos proyectos necesitan el fortalecimiento técnico a través de una política pública”, reitera.

Los apoyos del gobierno no se ven como el pago de una deuda histórica, explica la experta, sino como una posible pérdida de autonomía editorial de las organizaciones sociales o incluso como ejercicios de comunicación gobiernista. Pero no se trata de una competencia por el espectro. “Porque en el espectro caben todos”, asegura la representante ante la AMARC. 

De hecho, la experta cree que entre más pluralismo mediático haya, más democracia se puede garantizar.

“Entiendo el debate nacional sobre ese tema, pero también hay una gran necesidad de informar sobre la gestión del Gobierno y poner un relato donde el Estado tenga la agenda de la ciudadanía y donde la ciudadanía también interpele a ese Gobierno que, hoy en día, tiene un liderazgo muy significativo en el Chocó”, dice Valdés.

La experta considera que lo importante es reconocer que las emisoras de la sociedad civil llevan años batallando por conseguir equipos, apoyos, por gestionar para cumplir con todo lo que exige el MinTIC, “y en ese sentido, sería mucho mejor que si el Estado va a invertir como prometió en diciembre, apoye a estas emisoras”. 

Para Díaz Cañadas, en cambio, sería propicia y muy bien llegada la ayuda de la cooperación internacional, como sucedió con Colombia Estéreo. “Ojalá se mire hacia los medios de comunicación alternativos, que cumplen un rol informativo muy importante”, asegura. 

"Las emisoras reciben apoyos gubernamentales sin ánimo de lucro pero con ánimo de quiebra".

Neliño Rentería Ramírez

La emisora de la Universidad de Chocó fue, de hecho, una donación que en su momento hizo el gobierno de los Países Bajos con la embajada holandesa y con apoyo de Radio Nederland, que apadrinó los primeros 10 años de funcionamiento, “pero la cooperación es asistencialista porque se va de los territorios cuando cumple un ciclo y allí vienen la dificultades en materia de sostenibilidad de estas empresas de comunicación”, dice el investigador.

El director de la emisora comunitaria Cocomacia Stereo, con alcance en cinco municipios del Chocó y tres de Antioquia, dice también que esta funciona gracias a la inversión extranjera. “Alabamos que Colombia Estéreo pueda lograr una cobertura significativa y lamentamos no tenerla. Contamos con 26 kilovatios y emitimos para una población significativa, que son los 124 consejos comunitarios afro. La cobertura es muy corta para que el mensaje llegue a las personas que están en los lugares más lejanos”, dice Neliño Rentería Ramírez.

Para el periodista es preocupante que el MinTIC todavía no garantice ese robustecimiento para las emisoras comunitarias. “Cocomacia Stereo es la voz de las comunidades, pero si no podemos hacer que llegue a ellas, la tarea no está hecha”, repara. 

Rentería Ramírez cree, como el historiador Díaz Cañadas, que la cooperación extranjera juega un papel fundamental. “Cocomacia Stereo nace también con el apoyo de la inversión extranjera y con el mismo apoyo se sostiene. Pero hemos estado en riesgo de sostenimiento por las mismas limitaciones en el tema de la pauta para medios comunitarios”. 

El apoyo público no es desinteresado, según dice Rentería. Las emisoras están en detrimento económico desde hace años y las comunitarias tienen a la comunidad como única fuente de sostenimiento, explica. 

“Las emisoras reciben apoyos gubernamentales sin ánimo de lucro pero con ánimo de quiebra. Porque los medios comunitarios no tienen cómo cumplir con los requerimientos institucionales, ni el Estado ofrece una alternativa para garantizar la permanencia en el tiempo mediante una política pública sólida”, concluye el periodista.

Nunca ha existido en Colombia la voluntad política que ofrezca ambientes de financiación al pluralismo mediático. Esa es la conclusión de Valdés, para quien el ecosistema de medios diverso ha sido una gran conquista de los movimientos sociales. Por eso, dice, sin la Constitución del 91, cuando por legislación se asignaron espacios de participación, no se habría garantizado la libertad de prensa en Colombia. 

“Pero sigue haciendo falta que se garantice la libertad de recursos y también entender que el escenario de la participación ciudadana abarca los medios pero no se restringe a estos; entonces no puede haber una buena apropiación sin un fortalecimiento de la relación de las organizaciones sociales con el Estado”, explica la experta. 

En esta medida, el debate es mucho más amplio sobre qué pasa si se abre un nuevo medio de comunicación, según Valdés, porque aunque el derecho a emitir y recibir información es de toda la ciudadanía, “todavía hay que trasladar la pregunta a los medios comerciales, que se llevan la mayor parte de la tajada de la publicidad y de los fondos privados, inclusive de los públicos, ¿qué pasa con la ciudadanía para que la respeten, respeten a los territorios y le den un lugar a la palabra de la gente?”. 

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  • Juan Pablo Jaraba García .
    Abr 12, 2024
    En Ovejas sucre, pleno corazón de los Montes De María, tenemos una Emisora Comunitaria Florida Stereo 97.8 MHz FM licencia 03939 del 30 de diciembre de 2021 min tic. Trabajamos con las uñas, haciendo actividades venta de asados bingos hemos mantenido la Radio en nuestro municipio, ojalá se nos haga un pequeño aporte para seguir sirviéndole a la gente.

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