Foto: Gabriel Linares
Chocó Reportajes

Azteca, la empresa detrás del monopolio del internet en el Chocó

La empresa mexicana es la dueña de la única infraestructura que lleva la fibra óptica al departamento, después de que en 2011 ganara una licitación en el gobierno de Juan Manuel Santos. A pesar de las constantes fallas en su operación, al contrato todavía le quedan por lo menos cuatro años más. Mientras tanto, el servicio de internet sigue siendo intermitente y las fallas han dejado al Chocó incomunicado durante varios días.

El 21 de abril los celulares no sonaron en el Chocó. No hubo llamadas, correos, ni mensajes de WhatsApp. En las oficinas de la Gobernación, en Quibdó, casi todo se detuvo. Las operaciones bancarias también se retrasaron. Desde entonces, y hasta el jueves 25 de abril, el departamento estuvo incomunicado.

El 26 de abril la situación mejoró. La gobernadora Nubia Carolina Córdoba ya había presionado al Ministerio de las TIC para que mediara entre las dos empresas encargadas del mantenimiento de la red: Azteca, la proveedora de internet, y ATP, la empresa encargada de arreglar el daño en la infraestructura que estaba causando el problema. Al séptimo día el internet ya estaba funcionando y la señal de celular había regresado, pero nadie sabía por cuánto tiempo. En el departamento, más o menos, cada 15 días hay una o dos jornadas en las que el internet no funciona y los celulares, otra vez, dejan de sonar.

La causa del  problema está bien identificada. En el Chocó solamente hay una línea troncal de fibra óptica que entra por el límite con Pereira, y de la que dependen todas las conexiones de internet por cable del departamento. Es como si solamente un gran tubo de agua fuera el encargado de llevar el líquido hasta ciertos lugares de los que ya salen otras conexiones. Así que si ese gran tubo tiene una fuga, inevitablemente el agua dejará de llegar.

El dueño de ese “gran tubo” es la empresa mexicana Azteca Comunicaciones, quien desde 2011 se encargó de desarrollar, operar, mantener y gestionar la fibra óptica para todo el departamento del Chocó, y en más de 700 municipios en todo el país. Un trabajo contratado para durar, por lo menos, 15 años. 

Sin embargo, la calidad del servicio también ha sido cuestionada en otros departamentos del país decenas de ocasiones , pues el internet muchas veces no llega, o llega de manera intermitente. En el Chocó la gobernadora Córdoba, incluso, ha denunciado que la empresa ha faltado a sus obligaciones financieras en varias ocasiones, afectando a más de medio millón de personas, prácticamente a todos los habitantes del Chocó, debido a que es la única conexión a internet de fibra óptica en el departamento.

Según el Boletín Trimestral de las TIC, que contiene las estadísticas del sector durante el cuarto trimestre de 2023, en el Chocó solamente hay 3 accesos fijos a internet por cada 100 habitantes. Una estadística muy por debajo del promedio nacional, que llega a los 17 accesos. En lugares como Bogotá, por ejemplo, hay 28 accesos fijos por cada 100 habitantes.

A esto se suma que el Chocó está dentro de los cinco departamentos del país con menor velocidad de descarga promedio, es decir, el tiempo que tarda en llegar la información desde internet al usuario final es uno de los más altos del país. Su promedio es de menos de 40 Mbps, mientras que Bogotá, que lidera la lista, alcanzó 247,2 Mbps. 

Esto se traduce en un aumento de las desigualdades sociales y, además, un factor de discriminación. Así lo explica el informe “Desigualdades digitales. Aproximación sociojurídica al acceso a Internet en Colombia” de Dejusticia: “el acceso a internet tiene una relación funcionalmente necesaria para la realización de la dignidad humana, en tanto permite a todo ser humano concretar su plan de vida y adelantar un papel activo en la sociedad que habita. Además, guarda una especial relación con la realización de la igualdad real y material, y en general con las condiciones necesarias para el ejercicio de todos los derechos fundamentales”.

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¿Por qué falla tanto el internet en el Chocó?

¿Cómo llegó Azteca a ser el único proveedor de fibra óptica en el Chocó? 

Azteca comunicaciones Colombia es parte del conglomerado empresarial Grupo Salinas, un conjunto de empresas mexicanas entre las que se destacan TV Azteca (un grupo de medios categorizado como la segunda mayor generadora de contenidos en español en el mundo), Grupo Elektra, Advance America, Banco Azteca, Seguros Azteca, Afore Azteca, Totalplay, entre otros.

Esta empresa aparece en el mercado de internet en Colombia en el 2011, durante el gobierno de Juan Manuel Santos. En ese entonces, el ministro de las TIC Diego Molano Vega lanzó el proyecto Nacional de Fibra Óptica, uno de los proyectos más ambiciosos en temas de conectividad en el país. El proyecto buscaba instalar conexiones de fibra óptica en 753 municipios y 2000 instituciones públicas en 20 departamentos, entre los que estaba el Chocó.

Para ese proyecto el gobierno Santos lanzó una licitación para firmar un “Contrato de Aporte con Recursos de Fomento”, en el que el estado aportaba más de 415.000 millones de pesos y el contratista tenía que desarrollar para su uso propio, una red de fibra óptica. Así como operar, mantener y asumir la gestión de los servicios en los términos y condiciones establecidos en el contrato.

A la licitación se presentaron cuatro oferentes: la Unión Temporal Fibra Óptica Colombia, conformada por las sociedades mexicanas Total Play Telecomunicaciones y TV Azteca; la filial en Colombia de la empresa mexicana Telmex; la Unión Temporal Conectividad Para Todos, conformada por las compañías colombianas Media Commerce Partners SA y Anditel SA, la sucursal en colombia de la empresa china ZTE y la empresa india Exicom INC; y la Unión Temporal Telefónica, compuesta por Colombia Telecomunicaciones SA Y Telefónica Móviles Colombia SA (que hoy operan bajo la marca comercial Movistar).

Después de un proceso de adjudicación mediado por varias dudas que manifestaron los competidores, el ganador fue la Unión Temporal Fibra Óptica Colombia y Azteca quedó encargado del proyecto. Según un derecho de petición respondido a Consonante, el MinTic asegura que la propuesta de Azteca fue la mejor opción: “(...) agotada cada fase del proceso de evaluación de las propuestas presentadas por los oferentes, que contenían los requisitos habilitantes y otros documentos contentivos de cada una de las propuestas presentadas en el marco de la Licitación Pública No 002 de 2011, se realizó el análisis del comité evaluador que presentó a la entidad contratante las conclusiones de la evaluación, y dicha contratación se realizó según la ley”.

El problema ha llegado con el paso de los años. Expertos del sector aseguran que aunque Azteca sí cumplió con el objetivo de llevar la infraestructura de fibra óptica a lugares del país en donde no había y a nadie más le resultaba rentable llevarla, el servicio de internet no es bueno, y a veces incluso ni siquiera llega. “La fibra óptica sí está llegando a los pueblos, pero no la banda ancha. Es como construir un acueducto y no tener agua”, dice Nicola Stornelli Garcia, analista de tendencias digitales, columnista de Portafolio, y quien ha hecho seguimiento a las fallas de Azteca en el Cesar. 

A esto se suma que los altos costos en el despliegue de la infraestructura causaron que la prestación del servicio sea sumamente costosa en departamentos como el Chocó. Esto terminó permitiendo que la empresa tenga una posición monopólica con recursos del Estado. Todos los proveedores de internet por cable de fibra óptica, incluyendo a Claro, Tigo, o los pequeños proveedores conocidos como ISP deben comprarle a Azteca. Y si la red de Azteca falla, todas las demás lo hacen también.

Según datos del Ministerio entregados a Consonante, en el departamento hay 33 Proveedores de Redes y Servicios de Telecomunicaciones (PRTS). Según Marvin Córdoba, gerente de la ISP MakroSistem, que funciona en los municipios de Tadó, Cértegui y Las Ánimas, estos proveedores son los que han llevado el internet a municipios pequeños, llenado los vacíos que ha dejado Azteca en especial desde que esta empresa dejó de ofrecer servicios de internet a usuarios finales. “Ellos (Azteca) decidieron seguir sosteniendo el mercado con los proveedores y que fueran ellos los que se encargaran del servicio final a los usuarios”, agrega.

Esta situación con Azteca no solo pasa en Colombia, en Perú, por ejemplo, el gobierno de ese país firmó con la empresa un contrato similar y no funcionó bien. En 2016 Azteca terminó el despliegue del 100% del cableado en 180 ciudades pero por las constantes fallas en la operación y debido a que instituciones públicas como hospitales y colegios nunca pudieron conectarse, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) canceló el contrato con Azteca en 2021 y quedó en manos de Programa Nacional de Telecomunicaciones (Pronatel). Infobae Perú accedió a un documento donde se revelaba que hasta 2023 sólo operaba el 8 por ciento de la red. En Colombia el contrato tiene una duración de 17 años, terminaría entre 2028 y 2029.

Además del Proyecto Nacional de Fibra Óptica, el MinTic firmó otro contrato con Azteca en 2013 para el Proyecto Conexiones Digitales I, por un valor de 58.865 millones de pesos. El objeto del contrato era diseñar, instalar, operar, administrar y hacer mantenimiento de la infraestructura necesaria para la construcción de nuevas redes de acceso fijas o móviles que permitan la prestación de servicios de banda ancha en hogares de estratos 1 y 2, Viviendas de Interés Prioritario e Instituciones Públicas de 617 municipios distribuidos en 20 departamentos del país. El contrato tenía una duración de 34 meses, y según el Ministerio, actualmente está en proceso de liquidación.

Aunque el programa Vive Digital logró llevar internet a lugares desconectados del país, todavía existen dudas sobre la forma en la que se ejecutó el proyecto por parte de Azteca. Fuentes del sector piensan que la principal falla del proyecto fue enfocarse solo en el desarrollo de la infraestructura, es decir, en dedicar los esfuerzos y los recursos a instalar la red de fibra óptica y no pensar en cómo iba a operar la red ni tampoco cómo iba a sostenerse. Tampoco pensaron en la apropiación social de esta tecnología, lo que llevó a que estrategias como los puntos de internet Vive Digital en parques y otros espacios públicos dejaran de usarse y de mantenerse.  

Sin embargo, en la instalación y posterior mantenimiento de la red de fibra óptica también hubo problemas.

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Entre retrasos y silencios: los desafíos para conectar al Chocó

La capilaridad de la red y la poca capacidad, dos raíces del problema

Stornelli piensa que uno de los grandes problemas de la red desplegada por este proveedor es la baja capilaridad, es decir, la poca disponibilidad de conexiones desde un nodo para que el internet llegue a los hogares o a los usuarios. Estas conexiones están mediadas por el número de hilos que tiene un cable, a más hilos, más capacidad de conexión. La baja capilaridad, según Stornelli, tiene que ver con los cables que Azteca utilizó cuando instaló la red. “Los cables de fibra óptica tienen hoy, en promedio, entre 120 y 140 hilos. Los que usó Azteca tienen 96 hilos y por obligación contractual tienen que dejarle al MinTic 25 hilos para alguna necesidad estatal”, cuenta.

La fibra óptica está compuesta de filamentos delgados de plástico, a través de los cuales viajan pulsos de luz donde están contenidos los datos. Foto: Gabriel Linares.

La principal consecuencia de tener una baja capilaridad es que se está obligado a tener menos usuarios conectados, lo que incrementa los costos del servicio para sostener la operación. Sin embargo, Azteca sigue ofreciendo sus servicios a un alto costo a los Proveedores de Servicio de Internet locales (ISP, por sus siglas en inglés) y a otros grandes operadores como Claro, Tigo y Movistar así tengan 50, 100, 200 o miles de usuarios.

Marvin Córdoba piensa que hay otro factor que está vinculado a las fallas de operación y es la capacidad de internet, es decir, las gigas disponibles. “Para mí, el problema principal de Azteca es la capacidad, es por eso que a veces navegamos con un 30 o 50 por ciento de operatividad. Cuando hay buena capacidad, en el momento en el que se presenta una anomalía, se puede trasladar capacidad como respaldo y eso hace que cuando haya una falla sea imperceptible para el usuario”, dice. Esto deriva en otro problema y es la saturación de la red, que hace que el servicio se caiga y sea inestable. Esta situación se hace más problemática en departamentos como el Chocó, donde Azteca es el único proveedor de fibra óptica. 

“Para mí el problema principal de Azteca es la capacidad, es por eso que a veces navegamos con un 30 o 50 por ciento de operatividad. Cuando hay buena capacidad, en el momento en el que se presenta una anomalía, se puede trasladar capacidad como respaldo y eso hace que cuando haya una falla sea imperceptible para el usuario".

Marvin Córdoba.


La duración de los equipos es menor en lugares húmedos y lluviosos

Otro aspecto que no se tuvo en cuenta a la hora de desplegar la infraestructura fue considerar las características climáticas y su variabilidad en los territorios en donde se instalaron las redes, como el departamento del Chocó, húmedo, selvático y con lluvias todo el año. De acuerdo a fuentes del sector TIC, los equipos para trabajar en zonas húmedas se dañan con mucha facilidad dado que se oxidan y  alcalinizan. Esto hace que la vida útil de los equipos sea menor comparada con la de otros lugares.

Marvin Córdoba coincide y agrega que incluso factores como la densidad de la selva chocoana afectan el servicio. “Estamos en un departamento con una selva muy espesa. La fibra fue tirada por lugares donde hay árboles grandes y que pueden causar daños cuando hay lluvias fuertes o tormentas, puede partir la fibra”. Esto se vuelve en un problema mucho más grave si se le suma que el mantenimiento o el reemplazo que le hace Azteca a estos equipos es casi nulo. “Si yo traigo un cable y tardo 10 años en cambiarlo, en la intemperie, soportando temperaturas de 37 grados y luego lluvias incluso en el mismo día, pues me va a durar mucho menos, se va a degradar más rápido que en otras ciudades o departamentos”, puntualiza.

Aunque el gerente de MakroSistem piensa que los factores climáticos ayudan a que el servicio de Azteca sea inestable, asegura que las vandalizaciones a los cables (cortes que se hacen en los predios por donde pasa la fibra) y la mala operación de esta empresa deben tenerse también en cuenta. “Las ralentizaciones o las caídas que se dan suceden porque no tienen los equipos completamente actualizados, incluso hasta hace poco no tenían baterías en los puntos donde ellos tenían sus equipos”, explica.

“Siempre nos llega el mismo correo”


Córdoba asegura que el servicio de Azteca a sus clientes, ISP o proveedores grandes, es deficiente. Cuando se presenta una falla es difícil encontrar un canal de comunicación directo con la empresa y una razón clara por la cual el servicio está lento o inestable. “Los últimos días hemos estado navegando a un 30% a 50% de la capacidad y la justificación de ellos es que hubo saturación en el país. Siempre nos llega el mismo correo”, dice. También cuenta que Azteca tiene problemas en los pagos con las empresas que contrata para el soporte de la infraestructura.

Pantallazo del correo de Azteca.

No tener una respuesta rápida y clara de Azteca los pone en problemas, ya que son las ISP y los otros proveedores los que deben darle la cara a sus clientes. Y también los preocupa, pues el precio por el servicio que les cobra Azteca es bastante alto. Hasta junio de este año, por 1.2 GB, Marvin tenía que pagarle a Azteca más de 10 millones de pesos mensuales. “Ahora me subió a 16 millones, porque tengo 3.2 GB”, dice.

Factura de MakroSistem junio de 2024.

Para hacer sostenible la operación, MakroSistem debe cobrarle a sus usuarios entre 50.000 y 70.000 pesos mensuales por 10 o 15 megas. “Azteca nos cobra entre 8.000 y 12.000 pesos la mega en Tadó, pero no sabemos qué criterios utilizan para hacer esos cobros”, explica. Estos valores, según Córdoba, no son competitivos y los ponen en desventaja frente a otros ISP que no están organizados. “Ellos ofrecen el servicio por debajo de lo que realmente cuesta para captar clientes y eso hace que no podamos tener un crecimiento sólido”, agrega.


¿Qué va a pasar?

Por ahora, la única apuesta del gobierno es la implementación de su programa ‘Conectividad para Cambiar Vidas’, con el que busca conectar a los municipios con menor acceso a internet. Para lograr esto hará una alianza con el proveedor de internet InterNexa, que promete ser una alternativa de servicios de fibra óptica en los departamentos donde hay baja conectividad y que, como en el caso del Chocó, solo dependen de Azteca. Sin embargo, este programa ha presentado muchos retrasos y aún en este departamento no ha comenzado a funcionar la red de InterNexa. 

Kevin Yurgaky, ingeniero de telecomunicaciones, explica que otra línea de fibra óptica es urgente para el departamento, para generar más competitividad, mejores precios y tener la posibilidad de usar otra red cuando la de Azteca falle: “Se necesita conectar el departamento por Antioquia, que la fibra entre también por Antioquia para que en caso de que haya algún fallo, se tenga un respaldo, un segundo canal. Esa es la solución”.

Desde la Gobernación del Chocó también buscan que se haga realidad esa segunda línea: “Es aún más importante que avancen los anuncios del gobierno nacional: la segunda línea de fibra óptica y el fortalecimiento de la conectividad  para el Chocó”, escribió la gobernadora Córdoba en sus redes sociales.
Pero mientras este programa se siga retrasando, el panorama actual no va a cambiar. Córdoba ha encontrado en la asociación de los ISP una alternativa para comunicarse con el gobierno nacional y que escuchen sus peticiones.“Nuestra corporación que se llama Conexión Chocó busca ser una representación legal, clara y organizada de los ISP y hemos empezado a ver los frutos, nos hemos reunido con el ministro de las TIC e incluso con Azteca, para comunicarles nuestras inconformidades”, dice.

Una de las soluciones que se está conversando con el gobierno es la estructuración de una ley que proteja el transporte de la fibra, que, por ejemplo, regularía los valores que debe pagar Azteca a los dueños de los predios por donde pasa la fibra y, sobre todo, haría ilegal los cortes que se le hacen al cable. “Si las cosas están reguladas y acordadas se garantiza el paso de la fibra, evitamos cortes y la suspensión del servicio”, explica.

Aunque en este momento existen alternativas de conectividad como el internet satelital que ofrecen empresas como Hughesnet Colombia y Starlink, la fibra óptica sigue siendo el canal más estable y financieramente más viable para los ISP. “En departamentos como el Chocó el internet satelital puede ser inestable por temas climáticos, su capacidad para ofrecerle a los usuarios también varía mucho y para nosotros es insostenible por los costos que manejan para las empresas. La fibra óptica sigue siendo el mejor medio de transmisión, el costo es mucho más económico y es más eficiente porque te brinda el acceso a internet de una manera más limpia”, concluye.

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