Tienda de desechables en Fonseca. Foto: Oscar Peñaranda.
Tienda de desechables en Fonseca. Foto: Oscar Peñaranda.
Fonseca Reportajes

Así va en Fonseca la implementación de la ley que prohíbe los plásticos de un solo uso

Desde el pasado 7 de julio el Ministerio de Ambiente puso en marcha la Ley 2232 de 2022 que busca la eliminación gradual de los plásticos de un solo uso. Consonante habló con dueños de varios negocios y habitantes de Fonseca para saber cómo están reemplazando estos artículos y cómo va la implementación de esta medida.
¿Cómo se hizo este trabajo?
Un día estando en mi negocio escuché un debate sobre cómo la ley de plásticos entraría en vigencia. Ante los interrogantes de los comerciantes decidí realizar este reportaje y reunir voces frente a la implementación de esta ley y cómo podemos contribuir con la preservación de nuestro planeta.

La Ley  2232 de 2022 que busca la eliminación gradual de los plásticos de un solo uso lleva 87 días de vigencia en el país. Tenderos y comerciantes de pequeños y grandes negocios poco a poco han ido pidiendo a los clientes que lleven sus propias bolsas.

En la lista de plásticos que se retirarán están: bolsas de punto de pago, bolsas de rollo del Fruver, bolsas de empaque de revistas y recibos, bolsas de lavandería, soportes plásticos de bombas, copitos de algodón, pitillos y mezcladores. Según Minambiente, hasta 2030 se irán sumando restricciones a más productos.

La ejecución de la medida no ha sido fácil. En Fonseca, algunos habitantes han cumplido, pero otros insisten a los comerciantes para que les den bolsas. Además, recorriendo las zonas de comercio se evidencia que las personas están vendiendo bolsas plásticas a las afueras de las tiendas de cadena. 

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Falta de socialización

Algunos habitantes de Fonseca consideran que hace falta socialización de la ley por parte del Gobierno y las autoridades locales. Una de ellas es Ana Isabel Amaya, quien administra desde hace 2 años la tienda Granero Medellín, ubicada en la carrera 23 con calle 15 en el barrio Villa Jardín, en Fonseca. 

Ana Isabel atiende en su negocio entre 50 y 60 clientes a diario y menciona que desde que supo de la implementación de la ley en el municipio  trata de que la gente se concientice de que el plástico genera  una contaminación inmensa. Ya no despacha mercancía en este tipo de bolsas y les pide a sus clientes que lleven las propias en otros materiales, ya sea  tejidas, reutilizables o sacos.

“Aquí a muchos les ha tocado llevarse los productos en las manos porque no traen en qué llevar. La única manera para que aprendan es así. He estado en ese tira y afloje con la gente”, dice Ana Isabel. También cuenta que ha tenido inconvenientes con los clientes: “Un domingo estaba sentada afuera de la tienda cuando llega un joven y me pide que por favor le venda dos pañales, se los di sin bolsa y se enojó. Le dije que no se los llevara y le devolví su dinero”, agrega.

"Aquí a muchos les ha tocado llevarse los productos en las manos porque no traen en qué llevar. La única manera para que aprendan es así"

Ana Isabel Amaya, vendedora

Ana Isabel destaca la implementación de la ley:  “A mí me pareció bien, pero el Gobierno tiene que socializar y concientizar porque eso no ocurre de un día para otro”, puntualiza.

Otro es el caso de Arnulfo Montoya. Tiene 48 años y llegó a Fonseca hace 19 años. Es propietario del Autoservicio Medellín, un supermercado que vende artículos de la canasta familiar como: azúcar, harina, aceite, frutas, verduras, bebidas y también tiene una sección de venta de artículos plásticos. Su negocio está ubicado en la diagonal 12 con carrera 20, a pocos pasos del round point de este municipio y a diario atiende al menos a 200 personas. 

Montoya considera que la ley de plásticos del Gobierno es buena, pero que todavía falta concientizar al pueblo fonsequero de que es una medida que aplica tanto a grandes negocios como a pequeñas tiendas.  “Como somos pequeños negocios, los clientes quieren que uno les dé las bolsas y en los almacenes de cadena aceptan que deben comprarlas. Vienen y quieren que se les dé la bolsa gratis”, dice.

"Como somos pequeños negocios, los clientes quieren que uno les dé las bolsas y en los almacenes de cadena aceptan que deben comprarlas. Vienen y quieren que se les dé la bolsa gratis"

Arnulfo Montoya, vendedor

Fanor Montoya tiene 45 años y lleva 8 meses viviendo en Fonseca. Es administrador de un almacén llamado Desechables y Lencería Fonseca. En este sitio se puede encontrar gran variedad de artículos plásticos como: vasos desechables, bolsas, tenedores, cucharas, platos, bolsas de empaques, entre otros. Montoya cuenta que el valor de estos productos asciende a más de cien millones de pesos, por lo que deshacerse de estos insumos no es una opción. “Estamos esperando a ver qué hacen las empresas y el Gobierno. Sin embargo, para uno tomar una decisión de dejar este negocio es muy difícil”, agrega.

Montoya considera que la medida del gobierno actual es muy buena para salvar el planeta, pero pide que se implemente poco a poco: “Es una idea que requiere tiempo, no es de un día para otro. Se debe implementar poco a poco porque hay muchos desechables en los depósitos y negocios”.

"Es una idea que requiere tiempo, no es de un día para otro. Se debe implementar poco a poco porque hay muchos desechables en los depósitos y negocios"

Fanor Montoya, vendedor

Montoya cuenta que la ley se ha ido implementando poco a poco y ha escuchado nuevas propuestas de platos, tazas y tenedores en material de bagazo de caña. Mientras tanto él sigue despachando sus productos en bolsas plásticas hasta que se tomen acciones definitivas por parte del Gobierno.

Por su parte, los almacenes de cadena como Ara, El Canasto, D1 y Olímpica están implementando la ley de plástico. Los clientes llevan bolsas de papel, de saco, fique y diferentes técnicas de bordados, que en estos establecimientos puede costar entre 2.000 y hasta 7.000 pesos. Otros llevan bolsas biodegradables que pueden variar entre 200 y 500 pesos.

Roberto Burgos tiene 57 años y vive en Fonseca hace tres años. Es cliente de la tienda Granero Medellín y considera que hace falta mayor socialización y difusión en medios de comunicación como televisión y redes sociales, ya que no todas las personas saben cómo les afecta esta ley. 

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Una ley para tomar conciencia del uso de residuos 

Sergio Luis Iseda Suárez, ingeniero ambiental y especialista en gestión ambiental de la Universidad de La Guajira, ratifica que la implementación de esta ley es un poco apresurada y que los habitantes necesitan adaptarse primero a esos cambios. “Me parece que está un poquito acelerada y que no hubo socialización”, dice. 

Iseda considera que es un trabajo educativo, publicitario y de sensibilización ya que la medida no es fácil de digerir y las personas necesitan tiempo para acostumbrarse a ese nuevo ritmo de vida.

“Se debe divulgar a través de la radio o televisión, por canales nacionales, regionales,  locales, comunitarios y del Estado para que la información llegue constantemente a las personas. En las redes sociales se ha hecho un trabajo, pero sabemos que no todos tiene redes sociales y que no es fácil tampoco”, agrega. 

Iseda considera que la medida traerá efectos positivos al medioambiente, para proteger y contribuir a la conservación. “Necesitamos productos que los reemplacen en el mercado. Pero todo se va a ir normalizando a medida que pasen los días”, dice el ingeniero Sergio Iseda.

‘Basureros’ satélites en Fonseca. Foto: Dalis Bolivar.
‘Basureros’ satélites en Fonseca. Foto: Dalis Bolivar.

En el recorrido por Fonseca se encontró que en ninguno de los negocios hay carteles que hablen de la implementación de la ley. Si bien la medida se está cumpliendo a mayor escala en los almacenes de cadena como Olímpica o en El Ara, con bolsas de papel y biodegradables, es evidente que hace falta articulación entre el comercio, las autoridades locales y una mayor responsabilidad social.

El aumento en la demanda de bienes y servicios ha llevado a un consumo exhaustivo de recursos naturales y por ende mayor producción de residuos.  De acuerdo con un estudio realizado por el Departamento Nacional de Planeación – DNP, para 2015 la mala calidad de aire generó alrededor de 8.052 muertes en el país, con costos asociados de aproximadamente 12,2 billones de pesos, cifra que equivale al 1,5% del PIB de ese año.

Según Minambiente, el no cumplimiento de la norma podría traer sanciones entre los 100 hasta los 50.000 SMLMV, el decomiso de los elementos plásticos y hasta la clausura definitiva del establecimiento.

Lo visto en Fonseca es una muestra de que el cumplimiento de esta ley es una tarea de todos, no solo de los tenderos y los almacenes de cadena. El Gobierno debe hacer frente a esta situación y los usuarios, que son los consumidores finales, tienen una gran responsabilidad con el planeta. Así lo sostiene Ana Isabel Amaya, administradora del granero Medellín: “La contaminación nos está matando, eso es verdad. Debemos cuidar los ríos, los mares y la tierra. Las bolsas acaban con todo, es hora de tomar conciencia”. 

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