Ilustración: Camila Bolívar
Todo el país Explicadores

Reforma pensional: los cambios para los campesinos, mujeres y trabajadores informales

En departamentos como La Guajira o el Chocó solamente entre el cinco y seis por ciento de las personas logra pensionarse, esto debido a la prevalencia del trabajo informal, el desconocimiento y la poca facilidad del sistema. En esta entrega de El Explicador, resolvemos las principales dudas sobre cómo impacta la nueva reforma pensional en estas regiones.
¿Cómo se hizo este trabajo?
La problemática para acceder a pensión nos toca pues algunos no hemos podido empezar a cotizar, de ahí surgió la idea. Entrevistamos a personas de la zona urbana y rural de Fonseca, así como a dos expertos en la reforma y un abogado especializado en pensiones.

Custodio Cantillo nació en Fundación, Magdalena, pero vive desde hace 16 años en Fonseca. Toda la vida ha trabajado la tierra atendiendo el ganado, ordeñando vacas y cultivando. Nunca pudo estudiar y solo hasta hace poco aprendió a leer y escribir. Tuvo seis hijos y con esos trabajos ocasionales, cuenta con orgullo, los sacó adelante. “Yo toda mi vida he trabajado en el campo y si vuelvo a nacer volvería a hacer lo mismo, no importa que a los campesinos no nos valoren”, asegura.

En la zona rural de Fonseca las actividades económicas comunes son trabajar la tierra o ganarse el jornal día a día en diferentes oficios que no son empleos fijos, ni formales. Por eso, a pesar de que Custodio ha trabajado toda su vida y está a ocho años de llegar a la edad de jubilación, pensionarse nunca ha sido una opción. Su oficio no implica tener un contrato laboral formal, y menos un salario fijo, por lo que nunca pudo cotizar.

En Colombia, de acuerdo con las cifras del Dane, a diciembre de 2022 había 7.739.257 personas en edad de jubilación, y de ellos solamente el 34,1 por ciento (2.641.419) tenía pensión. La mayoría de esos dos millones de personas estaban ubicados en ciudades principales como Bogotá. 

Según el  Estudio Intersectorial Reforma Pensional realizado por la Contraloría, la situación es más grave por fuera de los centros urbanos: “A nivel regional las condiciones se agudizan, ya que hay una gran brecha pensional, adicionalmente, en zonas con predominancia rural la proporción de pensionados es menor que en la urbana y el acceso a los beneficios pensionales es muy difícil”, dice el informe.

La reforma pensional en Colombia fue aprobada el 14 de junio de 2024, pero entrará en vigencia el 1 de julio de 2025. Y aunque promete ser mejor que el sistema anterior, todavía existen varias dudas que inquietan a las personas de la ruralidad. A continuación, le explicamos qué cambió y qué repercusiones tiene para los campesinos, trabajadores informales, mujeres y colombianos retornados.

¿Cuáles son los principales cambios que trae esta reforma?

Hay dos cambios principales. El primero es que se creó un amplio sistema pensional dividido en tres pilares: el pilar solidario, el pilar semicontributivo y el pilar contributivo. Esto, en otras palabras, es como si el sistema fuera una casa grande con tres cuartos, en los que el Estado ubicará a cada colombiano dependiendo del contexto en el que esté cuando cumpla su edad de pensión. Lo que sucedería así:

  • Pilar solidario: el cuarto donde entran las personas mayores de 65 años que están en situación de pobreza extrema y vulnerabilidad 
  • Pilar semicontributivo: el cuarto donde entran las personas que no lograron la cantidad de semanas necesarias para pensionarse, pero sí cotizaron mínimo 150 semanas.
  • Pilar contributivo: el cuarto donde entran las personas que lograron cotizar la cantidad de semanas necesarias para pensionarse.

El segundo gran cambio es que dentro del pilar contributivo, las personas ya no podrán elegir si su dinero irá al fondo público (Colpensiones) o a los fondos privados (las sociedades administradoras de fondos de pensiones-AFP) como funciona actualmente, sino que todos los aportes entran inicialmente a Colpensiones. Y sólo si el aporte es mayor a 2.3 salarios mínimos legales mensuales vigentes, el restante podrá entrar en un ahorro individual dentro de las AFP.

¿Por qué era necesaria hacer una reforma?

La razón principal, según varios expertos, era la desigualdad del sistema actual. Juliana Morad, codirectora del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana y especialista en derecho de la seguridad social y derecho, explica que la mayor parte del dinero de los aportes se va a pensiones millonarias de las personas más ricas, mientras la mayoría de adultos mayores no tiene ningún ingreso.

 “Con el régimen actual tenemos un problema de inequidad muy grande. Porque ahora se puede llegar a causar pensiones multimillonarias con un alto componente de subsidios, cuando los subsidios deberían estar concentrados en las poblaciones más vulnerables. Con esta reforma los subsidios se concentran en otros lugares como El Pilar Solidario, donde está la gente más vulnerable, como lo ordena la equidad”, explica Morad.

La desigualdad, además del dinero, también estaba relacionada con el limitado acceso a la información para decidir cuál de los regímenes (privado o público) era la mejor opción. “Somos el último país, según la Ocde, con el nivel más bajo de educación financiera. Y mucha gente tenía que escoger uno de los dos regímenes sin verdaderamente entender las consecuencias de hacerlo”, agrega Kevin Hartmann, doctor en derecho e investigador en temas de pensiones de la Universidad de Lovaina en Bélgica.

A esto se suma que mantener este modelo le costaba al Estado varios billones de pesos del presupuesto General de la Nación: “En los últimos 10 años llevamos pagando aproximadamente 18 billones de pesos por tener a los cotizantes en el régimen privado de pensiones y a los pensionados en Colpensiones. Es decir, teníamos a todos los pensionados en un sistema cuya sostenibilidad a corto plazo requería de cotizantes que cubrieran esas pensiones, pero los cotizantes no los teníamos ahí, sino en el régimen privado. Entonces ese hueco teníamos que pagarlo de alguna forma”, indica Hartmann.

Además, era urgente incluir un enfoque de género: “Cada vez es más evidente estas brechas de género que existen en el mercado laboral y que se replican en el sistema pensional. Es muy necesario que las políticas públicas estatales tomen decisiones con enfoque de género”, explica Morad.

“Cada vez es más evidente estas brechas de género que existen en el mercado laboral y que se replican en el sistema pensional. Es muy necesario que las políticas públicas estatales tomen decisiones con enfoque de género”

Juliana Morad, codirectora del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana

¿Qué tan grande es la población que no logra pensionarse en municipios como Fonseca, donde predomina el trabajo informal?

En las regiones donde predomina la ruralidad, y el trabajo informal, son muy pocas las personas que logran pensionarse. Según datos del informe de la Contraloría, en la Guajira hay 60.469 personas mayores de 60 años y de esos solo  3.789 son pensionados, es decir, el 6,27 por ciento. Mientras que en regiones como Bogotá, San Andrés o Valle del Cauca, el porcentaje de cobertura en pensión es de 49,32, 44,88 y 39,04 respectivamente.

Según datos actualizados a julio de 2024, el número de fonsequeros pensionados en Colpensiones era solamente de 313 personas. “La informalidad en esos municipios puede llegar incluso al 80 por ciento y la pensión depende enteramente de la formalidad, entonces podríamos estar hablando de una informalidad pensional del 80 por ciento”, dice Juliana Morad.

En el municipio la mayoría de pensionados son docentes que fueron nombrados y trabajaron con el Estado, o son personas que fueron empleados de la mina El Cerrejón. Esto debido a que son trabajos formales, constantes y donde es obligatorio el aporte a la pensión. “La situación pensional es buena en el sector minero, son sectores que tienen la legalización de sus contratos, hacen sus aportes al sistema  y eso le da la opción de pensionarse. A diferencia de las personas del común que no tienen los recursos para aportar: en el sector del comercio, agricultura o la ganadería es casi nulo, no hay esa cultura de aportes al sistema”, explica Adail Alfonso Bolívar Pinto, abogado de Fonseca.

Esto no solo sucede en La Guajira, los departamentos con el alcance pensional más bajo son Vichada, con una cobertura de solo el 2,49 por ciento; Putumayo  con 3,13 por ciento; Guaviare con 3,80 por ciento, Arauca con 4,25 por ciento, Vaupés 4,6 por ciento y Chocó con 5,25 por ciento. Estás regiones tienen un factor común: son territorios muy rurales y rurales dispersos.

“La cobertura regional de pensiones está más concentrada en los territorios urbanos, mientras que en las zonas con predominancia rural es muy escasa, con lo cual estamos ante una situación inequitativa que debe ser corregida por medio del desarrollo de esos territorios que permita generar empleo formal y formal rural, y mejore los indicadores de cotización pensional y acceso al Sistema de Seguridad Social o a mecanismos de protección de la vejez”, dice la Contraloría.

Entonces si nunca he cotizado a pensión y ya tengo la edad, ¿Qué opciones tengo?

Carmen Elena Daza es una fonsequera de 65 años que ha invertido más de 40 años de su vida trabajando como modista, de forma independiente. A pesar de que ya tiene la edad de pensión, nunca cotizó, y asegura que nunca había pensado en qué iba a hacer cuando no pudiera trabajar más: “Eso nunca me ha llegado a la mente (ríe), voy a trabajar hasta que pueda, hasta que alcance a valerme por mí misma. Mi mamá murió a los 105 años y hasta los 90 trabajó duro y tuvo este arte también”, cuenta.

Con la reforma pensional, las personas como Carmen podrían acceder al pilar solidario. Es decir, podría recibir una renta de 223.800 pesos mensuales. Para esto, los requisitos son: tener 60 años o más si es mujer, y 65 años o más si es hombre, estar en situación de vulnerabilidad y/o pobreza extrema. Esto, aunque no constituye una pensión (se considera pensión cuándo la renta es de por lo menos un salario mínimo), es una ayuda que beneficiaría a más de dos millones de adultos mayores en el país.

Sin embargo, una de las críticas que ha recibido la reforma es que no está explícito qué es pobreza extrema y vulnerabilidad: “Este concepto va a depender de un decreto reglamentario que aún no conocemos, y ese decreto se va a poder cambiar en cada gobierno. Esa es una de los grandes cuestionamientos”, expresa Juliana Morad. 

Las personas que no puedan acceder a este pilar, tienen la opción de acceder al subsidio de Colombia Mayor. Un programa de asistencia social con el que el Gobierno nacional entrega un subsidio de 80.000 pesos a adultos mayores en pobreza extrema. Sin embargo, actualmente menos de la mitad de adultos mayores en estas condiciones pueden acceder a este programa debido a la falta de cupos.

Por su parte, Hartmann asegura que aunque el pilar solidario es un gran avance, es necesario crear otros mecanismos más accesibles para que cualquier persona pueda cotizar: “Se necesitan mecanismos que permitan que las personas que tengan hoy 10.000, pesos extra, por ejemplo, puedan cotizar para su pensión fácilmente. Existen en países de África del Norte las pensiones por Whatsapp, que permite hacer unas cotizaciones a un fondo pequeño, pero que va a permitir hacer capitalización de esa plata para que al final de tu vida tú puedas tener más plata a través del interés compuesto. Eso sirve de cierta manera para solventar algunas necesidades que tengas en tu vejez”. 

Si he cotizado, pero no me alcanzan las semanas, ¿Qué puedo hacer?

Para estos casos está el pilar semicontributivo, en el que se entrega una renta básica durante toda la vejez vitalicia. Esto aplicaría para las personas que tengan mínimo 300 y máximo 1.000 semanas cotizadas. El valor va a depender de las semanas cotizadas y si eres hombre o mujer.

"La mayoría de las personas en Colombia, más o menos el 56 por ciento de la gente no alcanza a cumplir con las semanas mínimas de cotización. Entonces lo que hacen es como una especie de operación imaginaria en donde cogen esas semanas que cotizaste, te la convierten a un capital actualizado con el IPC, suman un interés del tres por ciento anual, más un subsidio del 20 por ciento si eres hombre o 30 por ciento si eres mujer, eso se vuelve como una especie de capital imaginario y lo convierten en una renta hasta el final de tu vida”, explica Kevin Hartmann.

Sin embargo, una de las solicitudes que le hicieron al Gobierno cuando presentó la reforma, fue que se aseguraran de que el valor de la renta del pilar solidario fuera inferior al del pilar semicontributivo, pero esto no pasó. “Si tenemos en cuenta que el 45 por ciento de la población cotiza sobre un salario mínimo, la renta va a ser entre 145.000 y 260.000 pesos si cotizaste entre 300 y 800 semanas. Ese es el desfase entre los dos pilares y eso se convierte en un problema de deslegitimidad del sistema”, agrega el experto.

En el caso de que una persona tenga menos de 300 semanas puede acceder al pilar solidario en caso de que cumpla las condiciones. Si no, cuando cumpla la edad puede solicitar que le devuelvan lo que cotizó, esto se llama una indemnización sustitutiva de una pensión de vejez.

Si soy campesino, o tengo un trabajo informal ¿la reforma me beneficia en algo?

Custodio Cantillo trabajando en Conejo, Fonseca. Foto: Betsabé Molero.

Para casos como el de Custodio Cantillo, o de cualquier trabajador informal, está la opción de cotizar por semanas o días y pertenecer al sistema semicontributivo, o contributivo si logra cotizar 1.300 semanas a la edad de pensión. Aunque esto está regulado desde 2013, antes de la reforma solamente era posible si se tenía un contrato de trabajo formal. Ahora podrán cotizar de esta forma también las personas que sean independientes.  

Si una persona trabaja de uno a siete días al mes, puede cotizar solo una semana y la base sería un cuarto del salario mínimo. Si trabaja entre ocho y 14 días, cotiza sobre la mitad de un salario mínimo. Y si trabaja desde 15 a 21 días cotiza sobre tres cuartas partes del salario mínimo.  “Es conveniente sumar semanas porque antes decían que iban a devolver la plata y eso no es nada, pero ahora si suma semanas puede acceder a una renta (pilar semicontributivo) que posiblemente no va a ser un salario mínimo, pero sí lo va a acompañar durante toda su vejez”, agrega Juliana Morad.

Dentro de la reforma se plantea también para los campesinos la opción de cotizar de forma anticipada cuando sean las temporadas de venta de su cultivo. Es decir, que cuando llegue la temporada de la cosecha la persona podrá hacer un solo pago que incluya las semanas que quiere cotizar por todo el año, en vez de ser un abono mensual.

Adicionalmente, desde el Gobierno se plantearon condiciones diferenciales para que las personas raizales, palenqueras, afrodescendientes, campesinas e indígenas puedan acceder al pilar solidario. Así como las personas que tengan el rol de cuidadoras o personas en situación de discapacidad. Sin embargo, eso también va a depender de un decreto que aún no ha sido publicado.

¿Cuáles son los cambios para las mujeres y madres de familia?

Belky Adriana Arrieta tiene 29 años, es de la vereda de Conejo pero vive en Fonseca. Belky estudió para ser auxiliar de enfermería, pero sólo ha podido ejercer y cotizar pensión durante seis meses, cuando la contrataron en el hospital: “No trabajé más porque eso fue en circunstancias políticas. Uno aquí encuentra trabajo cuando apoya algún partido, o sea siempre como por favores políticos. Depende mucho de tener alguna palanca para poder encontrar un trabajo formal y poder cotizar”, cuenta.

Hoy se dedica al trabajo de cuidado de manera informal: todos los días cuida a un niño de tres años, y además, cuida a sus tres hijos. Uno de sus propósitos es poder tener una pensión en su vejez, pero no ha sido un camino fácil. En Colombia, según datos de Colpensiones, solamente una de cada 8 mujeres se pensiona.

En Colombia, según datos de Colpensiones, solamente una de cada 8 mujeres se pensiona.

La nueva reforma plantea dos tipos de reducciones para las mujeres. La primera es la reducción de las semanas de cotización: actualmente para que una mujer (y un hombre) puedan pensionarse tienen que cotizar 1.300 semanas, esto a pesar de las desigualdades de género en el mercado laboral. A partir de 2025 las semanas se reducirán gradualmente hasta que se llegue a 1.000 en 2036.

La segunda es la reducción de semanas por cada hijo. Las mujeres que no estén en régimen de transición, es decir, que no tengan cotizadas todavía 750 semanas, podrán tener la reducción de 50 semanas por cada hijo que tengan, hasta máximo tres hijos. Sin embargo, para poder acceder a este beneficio la mujer tendría que haber cotizado pensión por lo menos por 850 semanas. “Esto probablemente será un fenómeno de mujeres que han tenido la fortuna de estar en el mercado laboral formal, sobre todo en las grandes ciudades”, complementa Juliana Morad.

¿Los jóvenes cómo quedaron?

La posibilidad de cotizar por semanas y días como independiente hace más fácil el camino para formalizarse y empezar a cotizar. Sin embargo, según los expertos las pensiones de las personas que hoy son más jóvenes van a ser mucho menores de las que existen actualmente: “En términos de justicia, somos la generación más preparada, con los salarios más bajos a pesar de incrementar los estudios, y somos la generación que va a recibir las pensiones más bajas, somos algo así como la generación del sacrificio”, plantea Juliana Morad.

“Las pensiones de 15 o 16 millones de pesos que podemos ver hoy no van a existir en un futuro cercano, por lo que los jóvenes van a tener que cargar con el peso de tener que pagar las pensiones del pilar solidario y al mismo tiempo aguantar el hecho de tener pensiones contributivas más bajas. A los jóvenes se les va a hacer cargo de la mayor parte de los costos de la reforma pensional”, agregó Kevin Hartmann.

¿Hay cambios para los migrantes o colombianos retornados que cotizaron en Venezuela?

En otra situación confusa se encuentran los colombianos retornados, que en medio del anuncio de la reforma pensional se pregunta qué beneficios traerá para ellos, que han retornado a Colombia después de haber vivido y trabajado en un país extranjero.

Ese es el caso de Henrique González, un colombiano retornado que trabajó y cotizó 12 años en Venezuela. Allí trabajó formalmente en una empresa como encargado del mantenimiento de tuberías. Hoy Henrique tiene 52 años y trabaja por días como mecánico o albañil en Fonseca. “Trabajé prácticamente 13 años en esa empresa donde cotizaba para mí pensión, pero después como se paró todo por la situación de Venezuela, la cosa se puso dura, todo era escaso y la empresa cerró. No encontraba trabajo así que decidí regresar aquí a Colombia”, cuenta.

Para casos como el de Henrique no hay mucho qué hacer. Actualmente Colombia tiene convenios solamente con 12 países para transferir las pensiones cotizadas: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana y Uruguay. Venezuela no está en la lista.

Por su parte, el pilar solidario solamente aplica para colombianos residentes en Colombia. Y la única forma de que las personas migrantes puedan obtener su pensión es si tienen contrato laboral en el país y cotizan las semanas requeridas.

Sin comentarios

Deja tu comentario

Utiliza un correo electrónico válido

Recibe nuestros contenidos. Es gratis.

Puedes cancelar en cualquier momento.
Quiero recibirlos
cross