Los habitantes de los corregimientos Playa de Oro y Carmelo, en el municipio de Tadó, llevan esperando más de nueve meses para que comience la pavimentación de la vía en la que la administración invirtió $ 982’961.524. En los últimos cinco meses la obra ha sido detenida en tres ocasiones y a la fecha, no se tiene claro hasta dónde va.
La licitación fue celebrada entre la Alcaldía de Tadó y el contratista Juan Carlos Ponce Cabeza el 15 de junio de 2022. Estipulaba la pavimentación de 703 metros en placa huella, 4 box culvert y 4 alcantarillas en tubería de concreto reforzado, a un plazo de 5 meses, que se cumplieron en diciembre del año pasado.
Sin embargo, el 21 de noviembre, la Alcaldía de Tadó le solicitó al Invías el cambio de placa huella a pavimento rígido. El diseño inicial de la vía no cumplía en la exigencia requerida, ya que es una carretera que comunica a dos municipios -Bagadó y Tadó- lo que lleva a que sea una vía secundaría y no terciaria.
Según señaló el Invías, la propuesta fue aceptada el 19 de diciembre y “se solicitó al ente territorial la apropiación de los recursos faltantes con el fin de garantizar la meta física del proyecto”.
“Con el cambio de la estructura la meta física pasa de 703 metros en placa huella a 411 metros en pavimento rígido. Los recursos faltantes ascienden a la suma de $565.516.670 para garantizar la meta de física inicial de 703 metros”, informó el Invías a Consonante.
Por todos estos cambios, la obra ha sido paralizada en tres ocasiones. En noviembre estuvo detenida durante 23 días y a finales de diciembre volvió a quedarse en pausa y se extendió por más de dos meses. Y nuevamente el lunes, 13 de marzo, se comunicó que la obra estaba frenada porque una máquina se dañó.
La preocupación de los habitantes en El Carmelo radica en que no se sabe por cuánto tiempo la obra estará en pausa. Los trabajos en la vía llevaron a que se desviara una quebrada y ahora, con las fuertes lluvias se deterioró más la carretera y es más peligrosa para los transeúntes.
(Vea acá los detalles del contrato)
Los reclamos de la comunidad
Carlos Córdoba, conductor de mototaxi y quien vive hace más de 12 años en El Carmelo, afirma que “dejaron la obra tapada y la vía está muy mala, peor de lo que estaba. Eso está afectando que el agua se está desbordando a la vía. Ojalá arreglen pronto la vía y que esa plata no se vaya a perder”.
Córdoba brinda servicio de transporte entre El Carmelo y Tadó y asegura que el estado de la obra lo afecta “porque se daña el mototaxi, una piedra le puede romper una tapa. Los pasajeros también se perjudican porque hay muchas piedras sueltas, tramos peligrosos en los que la moto brinca mucho y trata de voltearse. Cuando llevo a personas de emergencias, por enfermedad o por accidentes, la situación se hace más complicada. Uno quisiera ir rápido pero el estado de la vía no lo permite”.
Kelly Mosquera, madre cabeza de familia y quien se dedica a la minería, indica que “no tiene sentido que pavimenten la mejor parte de la vía y que en las partes críticas solo hagan un mantenimiento. Cuando debo ir a Playa de Oro, a hacer cualquier diligencia o a una reunión de padres de familia en el colegio, a veces prefiero caminar porque considero que me rinde más, puedo tardar de 30 a 40 minutos, aunque a veces me da miedo por los enormes pozos que hay en la vía”.
Mosquera cuenta que un trayecto en mototaxi le cuesta 4.000 pesos y puede tardar entre 15 a 20 minutos, más el tiempo de espera mientras consigue uno. El actual estado de la vía no permite que, como cuenta Mosquera, se pueda ir rápido.
Lucinda Sánchez es docente y debe transitar la vía de lunes a viernes para ir al colegio de Playa de Oro donde dicta sus clases. “Me transporto en una moto y del trayecto al colegio voy siempre preocupada porque llevo material que se puede dañar, no es tranquilo transitar por esa vía porque la moto está inestable. La pavimentación de esta vía es importante porque nosotros somos habitantes del corregimiento de El Carmelo y vamos a Playa de Oro frecuentemente”.
“Esta vía une a dos comunidades y debemos cruzarla para salir a la central a tomar un bus para viajar a Quibdó, Risaralda o a Medellín. También es importante para las personas que trabajan en sus parcelas, porque muchos de ellos lo que cultivan lo llevan a vender a Playa de Oro”, agrega Sánchez.
¿Por qué es importante esa obra?
A diario los habitantes de El Carmelo frecuentan está vía para lograr desplazarse a otros corregimientos y a otros destinos del departamento, principalmente Quibdó. En las mañanas, por ejemplo, varios estudiantes van rumbo al Colegio Nuestra Señora de Fátima, ubicado en Playa de Oro, y se evidencia el paso constante de empleados.
Además, al ser una vía que comunica a Bagadó con el resto del departamento, es por esta donde entran las principales provisiones en camiones, tractomulas, camiones cisterna, entre otros vehículos.
Aunque la vía es altamente transitada, los habitantes de El Carmelo cuestionan que las obras están en abandono y le falta mantenimiento. En el recorrido que hizo Consonante por la zona se evidenció el desgaste y mal estado de la vía, que ha provocado que sea intransitable y peligrosa. Hay charcos y pozos por la vía y en forma de burla la gente dice que se pueden cultivar peces.
Estos trayectos intransitables son consecuencias del abandono y falta de mantenimiento que ha sufrido la vía con el paso del tiempo. Las alcantarillas y box culvert han caído y sellado lo que lleva a que las quebradas se desvíen por la vía.
¿Qué dicen las autoridades?
El alcalde Cristian Copete dijo en entrevista con Consonante que, aunque la obra está detenida están haciendo “toda la gestión para mejorarla. La obra no está abandonada, estamos mejorándola”. “La vía pasa por dos corregimientos y por eso es secundaria. El Ministerio de Transporte nos avaló el cambio de diseño a pavimento rígido, pero el Invías nos dice que debemos mantener el alcance del proyecto, que son 703 metros. Para mantenerlo, necesitamos 500 millones de pesos que el municipio no tiene. Nos toca reducir el alcance a 411 metros con los recursos que tenemos”. Sin embargo, Copete dijo que todavía no se sabe desde dónde comienzan las obras.
Deyner Adolfo Mosquera Moreno, Secretario de Planeación y Obras Públicas de la alcaldía de Tadó, indicó que luego de proponerle a Invías el cambio de diseño, ellos estuvieron de acuerdo, pero para mantener el alcance de los 703 metros iniciales necesitarían un presupuesto superior a los 980 millones de pesos. “A nosotros no nos dan los recursos. La Alcaldía e Invías tenemos un convenio y para nosotros (Alcaldía) adicionarle a ese convenio no podríamos superar el 50 % de lo que nosotros aportamos (360 millones), porque si superamos el 50 % ya es otro contrato. En ese caso si fuéramos a hacer un aporte a ese convenio tendríamos que aportar 180 millones”, indicó Mosquera.
Lo que sigue
Durante los 3 meses que duró paralizada la vía, las partes interesadas (Alcaldía, Invías y Contratista) estuvieron en proceso de rediseño de acuerdo a las exigencias de la vía y llegaron a la conclusión de hacer pavimento rígido o convencional. Se estudiaron dos propuestas: mantener los 703 metros iniciales, pero en pavimento rígido, lo que aumentaba el presupuesto; o la segunda, mantener la misma inversión y reducir el trayecto a 411 metros.
Finalmente, se decidió que se van a construir solo 411 metros de pavimento rígido. Sin embargo, los habitantes de Playa de Oro y de Carmelo cuestionan que a la fecha no se ha socializado cómo quedará el proyecto y cuáles son los puntos exactos de la obra.
Por su parte, Invías informa que actualmente se encuentra en trámite el proceso de prórroga por un mes más hasta el 15 de abril de 2023 “Tanto el convenio suscrito con el municipio de Tadó como el contrato de interventoría fueron prorrogados con el fin de garantizar la ejecución de las obras”.