Eran las 6:29 p.m. del domingo 26 de marzo cuando se reportó una llamada de emergencia al celular del cuerpo de bomberos del municipio de Fonseca. Desde el otro lado de la línea, un hombre alertaba sobre un accidente de tránsito en la vía que conduce de la cabecera municipal de Fonseca al corregimiento de Conejo. El equipo de bomberos prendió las alarmas y se dispuso a atender la emergencia a bordo de la máquina extintora y cuatro unidades bomberiles.
Al llegar al sitio del siniestro en el kilómetro uno de la vía, los bomberos se encontraron con la colisión de dos motocicletas. Había cinco personas involucradas: una mujer, tres hombres y una menor de cuatro meses de nacida, a quienes les brindaron los primeros auxilios a los heridos.
El grupo de bomberos llamó al Hospital San Agustín de Fonseca para solicitar el apoyo de una ambulancia y de personal médico profesional. En este hecho fallecieron dos personas: José Aroca, conductor de una de las motocicletas y Luis David Nieves, de 15 años de edad, quien se transportaba como pasajero en un mototaxi. El conductor del mototaxi, Yoni Osorio, sigue en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos en un centro médico de segundo nivel en San Juan del Cesar.
Este es solo uno de los casos que atiende el cuerpo de bomberos, que ya cumple 13 años de presencia en el municipio. El grupo se encarga de apagar los incendios en zonas residenciales e incendios forestales, rescatar animales y apoyar a las víctimas de accidentes viales. En promedio, a la semana atienden cinco incidentes o emergencias.
El cuerpo de bomberos voluntarios de Fonseca está integrado por 17 personas (12 hombres y cinco mujeres) quienes trabajan en dos turnos: a las 6 de la mañana y a las 6 de la tarde. Su labor es acompañada por tres caninos de raza labrador, con sus respectivos rangos: la sargento Luzma, el cabo Red y la bombera Estela.
Ovier Mendoza, comandante de la estación de bomberos de Fonseca, cuenta que todos son voluntarios y reciben aportes mensuales de 700 mil pesos. “Nosotros trabajamos por la protección y defensa de las personas. Atendemos casos de desastres naturales, socorro y emergencias, de forma solidaria. Aunque es un trabajo voluntario y prima la voluntad de querer servir a la comunidad, nuestro equipo tiene gastos personales, hijos y una familia, por eso entregamos una ayuda económica mensual”, cuenta.
El trabajo de este grupo también incluye capacitar empleados de empresas y hacer recargas de extintores e inspecciones locativas, desde donde sale gran parte de los recursos y sostenimiento del equipo.
Falta de personal, insumos, y equipos óptimos
Pese a la labor que hace el grupo, hasta la fecha no cuentan con un edificio propio. Deben pagar un arriendo de 1’250.000 pesos por una casa que han adaptado a sus necesidades: una guardia, una oficina administrativa, un comedor, dos habitaciones, una cocina y un área de parqueo para los automotores. “Hemos crecido durante estos 13 años de presencia, pero hay muchas falencias y faltan muchas cosas por conseguir, por ejemplo: equipos óptimos para sofocar los incendios, la dotación adecuada en uniformes para enfrentar las emergencias, sobre todo los incendios y contar con una sede propia. Aquí en donde nos encontramos es una casa que adaptamos a las necesidades, pero no es lo más adecuado”, cuenta el comandante Mendoza.
El equipo ha buscado los recursos por su cuenta para atender las emergencias, pero reclaman que no han tenido el apoyo necesario de la división nacional y las administraciones municipales. “Necesitamos buenos convenios con entidades como Corpoguajira, por ejemplo. Hacer alianzas para lograr capacitaciones con la comunidad para que sepa qué hacer ante una emergencia”, agrega.
Una labor a la que se han unido más mujeres
En la estación de bomberos del municipio de Fonseca hay un total de cinco mujeres. Una de ellas es Luz Lenis Caballero, de 21 años, quien dice que es todo un orgullo su labor: “Ser bombera para mi tiene mucho significado, sobre todo brindarle todo el amor, respeto y cariño a la comunidad. Estar siempre dispuesta cuando la comunidad lo solicite”, cuenta Luz, quien lleva tres años en la institución.
Luz Lenis tiene una hija de 4 años y cuenta que cuando ella la ve con el uniforme le dice que también quiere ser bombera. Sin embargo, esta mujer señala que ha sido un trabajo difícil, sobre todo por el machismo que hay en el municipio: “Un día llegó un señor a la estación solicitando un servicio. Yo me presenté y me dijo que necesitaba hablar con un bombero, que yo era una mujer, una secretaria. Me sentí mal ese día, pero luego entendí que no debía prestarle atención porque conocía mis capacidades y por qué estaba allí”.
“Algunos suelen criticarnos, nos maltratan verbalmente, nos gritan que no podemos ni con la manguera, que no damos para apagar un incendio. Sobre todo lo dicen por mi aspecto físico, porque soy delgada y de baja estatura, pero hemos demostrado con mis cinco compañeras que sí podemos”, puntualiza.
Habitantes destacan el servicio
Hendris Brito Ortiz, profesor de la zona rural de Fonseca, destaca la pronta respuesta de los bomberos: “Para mí prestan un buen servicio. Es una ventaja cuando tienes quién te socorra. Yo recuerdo que antes, cuando se presentaban los incendios forestales, había que esperar y pedirle a dios que no se esparciera o esperar que quemara todo lo que encontrara a su paso. Hoy basta con una llamada y aparecen a brindarnos apoyo. Me gustaría que fueran muchos más”.
Lenio Arocha González, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Primero de Julio, expresa que los bomberos aportan un gran trabajo a la sociedad y siempre están listos al llamado. “Ellos brindan charlas a la comunidad para que sepan qué hacer en momentos en los que se registre cualquier emergencia, a los niños y niñas les gusta mucho verlos y les prestan mucha atención porque sueñan con ser bomberos. Nosotros siempre que tenemos actividades los invitamos y nunca se niegan. Ojalá aprendamos a valorar su esfuerzo y trabajo, eso les daría moral”.
¿Qué sigue para los bomberos?
Actualmente se construye una nueva sede entre los municipios de Fonseca y Distracción. Para ello se requieren recursos del gobierno departamental y la división central de bomberos, los cuales se esperan recibir entre junio y julio de este año. También se requiere más personal, más equipos y capacitación para poder lograr una sede completa y ponerla a funcionar. Los bomberos y bomberas de la villa de San Agustín esperan que se logren los recursos pronto para continuar cumpliendo con su labor y poder sortear los obstáculos que a menudo se presentan al atender las emergencias en la zona urbana y rural.