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Los peligros de comprar carne en las calles de San Juan del Cesar

Muchos habitantes de este municipio del sur de La Guajira consumen carne de dudosa procedencia comprada en puestos de venta improvisados. Una práctica que protege sus bolsillos, pero representa un enorme riesgo para su salud.

Por qué es importante: En San Juan del Cesar no hay un matadero certificado que garantice un buen manejo de las medidas sanitarias desde hace cuatro años, y las autoridades no están haciendo lo suficiente para evitar que la carne sea comercializada en puestos de venta informales. 

Además, el hurto de ganado es un delito cada vez más común en la zona. Solo en la última semana se conocieron dos casos de robo y sacrificio de ocho cabezas de ganado. La carne robada usualmente termina siendo comercializada en los expendios no autorizados.

Qué está pasando:

  • Se vende carne barata: si usted vive en San Juan del Cesar y devenga un salario mínimo, necesita trabajar por lo menos seis horas para comprar un kilo de carne que cuesta entre 22 mil y 24 mil pesos. Por eso, muchas personas optan por comprar la carne que algunos comerciantes ofrecen en puestos de venta improvisados en tiendas y puestos en la calle: sin refrigeración sobre los baúles de los carros y mesas de madera. El ahorro es significativo: un kilo de carne en la calle cuesta  alrededor de 12 mil pesos.
  • El matadero certificado más cercano está en Villanueva: de los quince municipios que tiene La Guajira, solo dos cuentan con mataderos certificados: Villanueva y Maicao. La alternativa más viable para sacrificar ganado en San Juan del Cesar, es hacerlo en la planta de beneficio de Villanueva, que está a diez minutos. Esto implica que además de pagar el sacrificio de los animales, hay que pagar el traslado de los animales hasta el otro municipio. Este incremento en los costos hace que muchos matarifes prefieran hacer el proceso por cuenta propia sin salir de San Juan.
    Tanto ganaderos como matarifes aseguran que el costo en el matadero certificado es alto. A los 130 mil pesos que cuesta el sacrificio, con el traslado en furgón hasta San Juan, hay que sumarle alrededor de 160 mil que cuesta llevar el ganado hasta Villanueva. 

“Es muy preocupante, porque la gente se cohíbe de llevar el ganado al matadero para evitar el impuesto. El consumidor final no tiene las garantías para poder decir que está comiendo carne certificada porque ese ganado no tendría la guía sanitaria del ICA y menos el visto bueno de sanidad”.

Rafael fragozo, concejal de san juan del cesar
  • No hay control: “¡Aquí en San Juan sacrifican hasta en los patios!, en la rivera del río, a veces sacrifican el ganado en las mismas fincas donde se lo roban, inclusive en los graneros y los expendios, así de fácil”, asegura Rafael Fragozo, actual concejal y quien estuvo encargado del matadero municipal hace casi diez años.

¿Cuáles son los riesgos para el consumidor? 

Según Sebastian Duque Patiño, Veterinario y Zootecnista, a la hora de comprar carne es importante saber de qué finca provenían los animales, cuáles eran los manejos sanitarios que se hacían, y por qué matadero pasaron los animales. Estos datos se ven reflejados en la guía sanitaria de movilización interna que expide el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), entidad encargada de la vigilancia y el control de los riesgos sanitarios. Este documento es una herramienta de control sanitario fundamental. Sin matadero, no existen estas guías y no hay registro del proceso. Entonces, los consumidores quedan expuestos a:

  • Enfermedades estomacales: Duque explica que es importante saber que durante el proceso se mantuvo la cadena de frío para conservar la carne en buen estado. Si se rompe la cadena de frío, la carne empieza a descomponerse y su consumo puede producir episodios diarreicos, gastroenteritis, infecciones en el colon, entre otras enfermedades.
     
  • Enfermedades más graves: cuando el animal es sacrificado en un matadero se certifica que se sabe de dónde viene y en qué condiciones estuvo. Sin este proceso, es imposible conocer qué enfermedades tuvo el animal o si tenía el esquema de vacunación completo. Esto es grave porque algunas enfermedades pueden ser transmitidas del animal al humano, como la tuberculosis, la encefalitis y la brucelosis, que se puede transmitir por el consumo de leche o “criadillas” o testículos del toro. Las enfermedades de tipo parasitario que haya tenido el animal también pueden ser transmitidas al consumidor.

Qué dice la gente:

  • Antes de la pandemia, un kilo de carne certificado costaba 16 mil pesos. Según Luis Altahona, como a mitad de 2020 el precio subió a 22 mil pesos se convirtió en un producto costoso para muchas personas. 

  •  Ana Margarita Oñate dice que en el municipio se vende carne de cualquier tipo de procedencia.  “Si se compra la carne en la calle, no se sabe si el ganado fue robado y metido en el vagón de un carro, también se vende mucho la carne de perro. Entonces cuando uno compra en la calle, no sabe qué está consumiendo”.

  • Los ganaderos dicen que el abigeato ha llevado a algunos a la quiebra pues en la zona se han llegado a robar más de 40 cabezas de ganado en un año. Afirman que falta más control de las autoridades para prevenir los robos y, a su vez, sancionar la compra de carne para la venta, en lugares no autorizados.

Entonces, ¿cuál es la solución? Para detener esta situación es fundamental que ocurran dos cosas: primero, que las autoridades habiliten un matadero municipal y controlen el robo de ganado y la venta de carne en lugares no autorizados. Al mismo tiempo, las y los consumidores deben comprender los peligros y se abstengan de comprar carne no certificada. 

Laín López, secretario de Salud, asegura que las dependencias de Salud y Gobierno del municipio han realizado dos jornadas este año para prevenir la venta de carne en tiendas y establecimientos no autorizados. Según López, en la primera jornada decomisaron e incineraron alrededor de 200 kilos de carne. Sin embargo, esta medida ‒que ha sido la principal estrategia de la administración‒ se queda corta para controlar la situación.

En el municipio debería existir un trabajo articulado entre la alcaldía y el ICA.  Esta articulación permitiría completar la información que hace falta para la trazabilidad del ganado, de cara a que este sistema funcione y cumpla con lo esperado. Pero en San Juan el trabajo conjunto ha sido casi nulo. “Desde el ente territorial no se tiene un control de los expendios de productos cárnicos, ni hay un seguimiento a la cadena de frío que debe tener la carne”, afirma James Aragón, Gerente del ICA en La Guajira.

Por eso, para las autoridades la principal responsabilidad recae en la gente, que en muchas ocasiones no tiene otra opción para alimentarse. López, por ejemplo, afirma que la administración ha socializado los riesgos y las medidas que deben tener en cuenta a la hora de comprar y vender carne. “Muchas personas lo hacen para bajar costos y no entienden que hay un delito y un riesgo a la salud en el medio”. En esto coincide James Aragón quien dice que hace falta educación y sensibilización en la comunidad, “para generar conciencia en el consumidor de los riesgos que representa consumir estos productos”.

Lo que sigue:

No hay perspectivas de que esta situación cambie por ahora. Desde la alcaldía municipal se está elaborando un proyecto para construir el matadero municipal, que beneficiará incluso especies menores. Sin embargo todavía no se conoce una fecha concreta del inicio de la construcción y la entrega.

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