Por qué es importante
El Pueblo de la Memoria Histórica es una comunidad que está conformada por víctimas del conflicto provenientes de Antioquia, Chocó y Valle del Cauca.que, tras vivir diferentes hechos como el desplazamiento forzado, construyeron sus viviendas allí. Según Adanies Palacios Rivas, personero municipal, hasta hoy continúan llegando personas desplazadas y vulnerables para asentarse en este lugar. El mal estado de la única vía de acceso, para la población, constituye una vulneración a sus derechos como víctimas, pues no les permite vivir dignamente.
¿Qué está pasando?
La vía que conduce de la vereda El Porvenir al Pueblo de la Memoria Histórica (PMH) es una trocha que se convierte en un barrizal cada vez que llueve con fuerza. La vía es angosta y tiene una curva pronunciada, además, está al lado de una montaña inestable en la que cada tanto hay deslizamientos de tierra. El punto más crítico de los 200 metros de vía es por el que pasa la quebrada Honda, pues este afluente baja desde las montañas y no necesita que llueva demasiado para crecer y llevarse todo lo que encuentra a su paso. Cuando esto sucede, las 100 familias que viven en la zona deben saltar por encima de palos y piedras y arreglárselas para lograr llegar a sus lugares de trabajo, la escuela o el casco urbano.
Desde el inicio de la época invernal, en marzo, son más frecuentes las emergencias que han debido enfrentar en la zona por los problemas con la vía. Además, varios habitantes de la comunidad temen que se generen avalanchas y derrumbes que los terminen por dejar atrapados.
El último de estos incidentes se presentó el 19 de abril, cuando tras una noche de lluvia, varias personas de la comunidad del PMH emprendieron la ruta hacia sus trabajos y los niños y niñas hacia el colegio, y se encontraron con que la vía estaba intransitable. La quebrada se había crecido durante la noche y había arrastrado piedras, lodo y palos que taparon el tubo de cemento que pasa por debajo de la vía, y el camino era pura agua y barro.
Ese día, Cicerón Tirado recuerda que tuvo que cargar a muchos niños y niñas para que fueran al colegio, así como a mujeres y otras personas de la comunidad. “Iba con botas y ellos no eran capaces de pasar. Me fui para el trabajo con las botas llenas de agua”, dice Cicerón. Algunos días después, la administración municipal envió una máquina, la comunidad puso su mano de obra y el Consorcio Vías y Equipos Pacífico 2021, que está a cargo de un tramo de la Transversal El Carmen-Quibdó, aportó los tubos para reponer los que se habían dañado. En dos días arreglaron la vía, pero la comunidad sabe que volverá a suceder.
El problema de la titularidad de la tierra
La población ha pedido en varias ocasiones que la Alcaldía arregle el camino que conduce a sus viviendas. Incluso, en noviembre de 2020, hicieron un paro y cerraron la carretera Medellín-Quibdó para protestar por este y otros problemas que enfrentan como la mala atención en salud. Para ellos y ellas, es evidente la falta de inversión en el territorio. Pero la respuesta a sus reclamos es que los terrenos son un baldío de la Nación y que, por esta razón, es imposible invertir recursos públicos allí.
Y es que las víctimas del Pueblo de la Memoria Histórica se asentaron alrededor del antiguo Sanatorio de Tuberculosis, inaugurado en 1951 y abandonado a principios de los años 90, cuando no se necesitó más. Los pobladores, agrupados en la Organización de Víctimas de la Violencia, llevan más de 15 años ahí, por lo que le han exigido a las autoridades que les titulen la tierra aledaña y el propio sanatorio. Pero, según Froilán Zapata, representante legal de la organización de víctimas, las diferentes administraciones municipales han sido negligentes con las peticiones de la comunidad, pues dicen que el Pueblo de la Memoria Histórica es una invasión y unos terrenos baldíos sobre los que no cabe inversión social. “Se nos ha prometido de manera recurrente la titulación de los predios del PMH para que de esta manera se pueda invertir en él y no se siga argumentando que no hay atención a las problemáticas del lugar, debido a que son baldíos del Estado”, dice Zapata. Sin embargo, esto todavía no ha pasado.
Tras el paro de 2020, la Gobernación del Chocó y la Alcaldía municipal se comprometieron a “ver el estado jurídico real del predio y generar una ruta y un cronograma de trabajo” para transferir la infraestructura del sanatorio del departamento al municipio. Además, ordenaron un estudio de título del lote, según consta en un acta de la reunión. El personero municipal dice que en ese momento “se explicó que este (el sanatorio) estaba envuelto en un proceso de liquidación, con la empresa Dasalud. No obstante, los predios aledaños eran baldíos del Estado, y el compromiso de Gobernación y Alcaldía era solicitar la adquisición de los predios para asimismo hacer el proceso de titulación y de inversión social”.
Pero después de dos años, el proceso no ha tenido mayores avances. El alcalde Jaiberth Ríos se refirió al tema durante una entrevista con Consonante en marzo. “Hay unas mesas de trabajo instaladas con la Gobernación y hay que organizar con la Agencia Nacional de Tierras el tema de la titulación”, dijo. El estudio de títulos que acordaron las autoridades, según la Personería, el líder Froilán Zapata y la Alcaldía, se hizo, pero la comunidad no tiene el resultado ni la Alcaldía ha solicitado la titulación ante la ANT.
Aún así, el 14 de febrero Omar Benítez, secretario de Planeación municipal, técnicos de la Secretaría, el personero Adanies Palacios y la inspección de Policía se trasladaron a la vía para verificar el estado del camino y planear acciones para mitigar el daño.
En esa ocasión, algunos líderes de la comunidad conversaron con los funcionarios y se plantearon alternativas como un puente o un box culvert. Para Cicerón Tirado, la segunda puede ser una opción viable para resolver las avenidas torrenciales de la quebrada. “Un puente va a valer un viajado de plata. No nos lo van a hacer. Pero lo que hemos conversado es que nos hagan siquiera un box culvert, que lo que baje, pase por ahí”, afirma. El informe técnico de la Secretaría de Planeación reconoce los problemas de la vía y recomienda hacer un canal, estabilizar los taludes y “modificar el radio de la curva” para que no sea tan angosta. Sin embargo, no es claro que estas obras se puedan hacer, dado el problema de la titulación.
Una comunidad organizada
El Pueblo de la Memoria Histórica nació como un grupo de familias que se negaron a desplazarse y decidieron hacer resistencia pacífica en el territorio que en 1996 era utilizado por grupos armados, quienes finalmente abandonaron el sitio. “En el Pueblo de la Memoria Histórica, sus habitantes prohibieron el ingreso de actores armados, resignificaron espacios como el antiguo hospital para enfermos de tuberculosis, la capilla y el convento, e impulsaron proyectos productivos y autosostenibles como los trapiches de caña y el cultivo de café”, reseñó el Centro Nacional de Memoria Histórica.
Desde entonces, el PMH viene luchando el reconocimiento como víctimas del conflicto armado en condición de discriminación y vulnerabilidad. Su identidad está asociada a la frase “somos un pueblo que tiene memoria y que tiene historia”, pues reclaman que las autoridades no invisibilice la comunidad ni su proceso de exigencia de derechos. En este territorio, además, hicieron la Casa Museo de la Memoria (CMM), ubicada en un antiguo convento de monjas, donde guardan los archivos de su resistencia.
Para la gente, el Pueblo no es una invasión. Está organizado, tiene unos líderes visibles y por eso buscan mejorar la calidad de vida de las familias víctimas que residen allí, exigiendo los mínimos: atención en salud, recreación para niños y niñas y una buena vía para salir a trabajar y a estudiar. Para esto se han acercado a distintas entidades, incluida la ANT, pero no ha habido respuestas.
¿Qué dice la gente?
- Gladys Guevara, habitante del Pueblo de la Memoria Histórica, cuenta que “la basura se acumula acá porque el camión no tiene por dónde entrar. Los trabajos que se han hecho allí se los lleva la quebrada, porque es algo como artesanal”, cuenta. Además, el bus escolar tampoco puede entrar a buscar a los niños. “Si hay un enfermo, ¿cómo lo sacamos? Es la única vía de acceso”.
- “Me da miedo que en un momento uno esté pasando y lo alcance de pronto una piedra o la misma avalancha se lo lleve a uno”, dice Milton Rodríguez, quien vive en la comunidad hace pocos meses. Para él la vía necesita una ampliación y el box culvert. Además, como en El Carmen siempre llueve, “por lo regular a uno le toca andar más lento porque se llena de barro, la moto se llena de barro y hay mucho charco, mucho hueco”, agrega.
- Ubeimar Flores dice que este problema no es nuevo, pues en 1953, este paso de Cañada Honda cobró la vida de tres de sus tíos (Silvio, Héctor y Gilberto) que eran arrieros, así como a sus mulas.
Lo que sigue
La comunidad sigue a la espera de que la Administración municipal, de acuerdo con lo que observó en la visita de febrero y en el arreglo que hicieron en abril, decida con qué obra puede mitigar el impacto de la Cañada Honda, pues temen que en otra de estas crecientes haya heridos o muertos.