Bloqueo de la vía en marzo de 2022. / Foto: cortesía.
Chocó El Carmen de Atrato Entrevista

“La minga es la única forma de lograr que nos escuchen”: líder indígena

Julio César Querágama, líder de la Mesa Municipal Indígena de El Carmen de Atrato, explica la situación de pobreza, falta de acceso a la salud y la educación que viven las comunidades de este municipio, y que los ha llevado a bloquear la vía Quibdó-Medellín en múltiples ocasiones. La situación es tan grave que el año pasado se reportaron siete suicidios en jóvenes y 15 intentos debido a la desesperanza.

Casi todas las semanas hay un bloqueo en la vía Quibdó-Medellín, usualmente en el trayecto entre El Siete y Quibdó. En los últimos años han sido las comunidades indígenas de El Carmen de Atrato (y en ocasiones algunas de Quibdó) quienes han cerrado la vía para llamar la atención de las autoridades municipales, departamentales o nacionales. La minga pocas veces se mantiene más de dos días, pues usualmente se levanta cuando el alcalde Jaiberth Ríos o sus secretarios hacen presencia en el punto de cierre. Estos bloqueos afectan la movilidad de un departamento que solo tiene dos vías y han generado rechazo por parte de los transportadores, pasajeros y campesinos mestizos que son mayoría en El Carmen de Atrato. Sin embargo, poco se sabe sobre las razones detrás de los bloqueos. 

Consonante habló con Julio César Queragama, cabildo mayor del resguardo indígena El Doce quebrada Borbollón y líder de la Mesa Indígena de El Carmen de Atrato, quien en esta entrevista explica el grave panorama de acceso de derechos a la salud y la educación para las comunidades, los incumplimientos a los acuerdos que ha hecho el gobierno nacional en materia de vías y tierra, y las posibilidades de parar los bloqueos en la medida en que haya diálogo. 

¿Por qué la comunidad del resguardo La Piuria salió a protestar la semana del 20 de marzo?

Salieron a protestar por el incumplimiento de algunos acuerdos por parte del Ministerio de Transporte sobre la construcción de vías terciarias desde la carretera central hacia el resguardo La Puria. Es un compromiso que se viene debatiendo desde hace dos años. Vienen firmando acuerdos, pero hasta ahora no ha pasado nada.

¿Qué afectaciones ha traído no tener esa vía en buen estado?

El resguardo La Puria desde la vía Quibdó-Medellín está a una distancia de cuatro a cinco horas. Es un camino difícil. La afectación que genera es que, como está lloviendo mucho, hay derrumbes. A veces las quebradas están muy crecidas y ponen en riesgo a los niños, pues algunos puentes están en mal estado. La movilidad del territorio a El Carmen y a otras partes es muy difícil.

En el momento del cierre la comunidad también decía que no tienen acceso a salud. ¿Cómo acceden ustedes a los servicios de salud?

La situación en salud es crítica. Han muerto niños y mayores de edad porque toca sacarlos en bestia, si la hay. A veces mueren en el camino o llegando al hospital, o incluso allá mismo. Muchas veces mueren niños cuando los trasladan o cuando los atienden. Como algunas comunidades viven a tres, dos o una hora del casco urbano, llegan en la tarde al hospital y no los atienden. Lo que exigen es que los atiendan, no dejar citas para dentro de ocho días. Eso es lo que más les causa molestia a las comunidades indígenas.

¿Por qué mueren los niños?

Este último año, no solo en La Puria, estamos enfrentando que los jóvenes mueren por ahorcamiento, están muriendo por suicidio. Las comunidades lo están percibiendo como un maleficio… Hasta ahorita no lo han podido resolver. Por parte de instituciones y grupos de antropólogos que han llegado a la zona dicen que el suicidio se da por problemas familiares, económicos, por problemas en la zona, el desempleo, la pobreza, entonces eso está causando esa situación. Pero los indígenas, desde nuestro punto de vista, no lo entendemos de esa manera. La gente entiende que es un maleficio y se requiere acompañamiento del gobierno, de las organizaciones nacionales para esclarecer esa situación. El año pasado hubo siete muertos por ahorcamientos, más 15 intentos de suicidio, de jóvenes que se han salvado.

La situación que usted describe es muy grave, pero pareciera que para las autoridades los temas de las comunidades indígenas no son prioritarios. ¿Ustedes qué lectura tienen de por qué no les responden?

Desde años atrás venimos luchando y exigiendo nuestros derechos a través de la minga, pero no ha habido buena respuesta. Acá lo que nos falta es más acompañamiento por parte de las instituciones del orden departamental y de las organizaciones indígenas nacionales. Vemos que no hay acompañamiento, sino que están dejando que cada resguardo exija sus derechos. Para el caso de El Carmen de Atrato parece que no hay doliente. Y si por esto no se preocupan las instituciones departamentales y las organizaciones indígenas nacionales, pues la minga va cansando… para cualquier ciudadano y para nosotros también.

Este 29 de marzo, tras una minga relacionada en el sector Alto del Consuelo, la Alcaldía acudió al lugar para ayudar a solucionar el incumplimiento de un pago a docentes, a cargo de la Gobernación del Chocó.

¿Qué es la minga y cómo funciona?

La minga se da cuando las comunidades o pueblos se convocan, analizan y de manera colectiva declaran una minga para exigir los derechos al Estado. La minga no se da sólo en las vías de hecho, sino, por ejemplo, cuando se realizan trabajos comunitarios en la comunidad, una limpieza, una instalación de una asamblea o un evento virtual. Son varias formas, pero para el caso del Estado, para exigir derechos, más bien se declaran mingas a través de vías de hecho.

Cuando la necesidad está planteada a nivel general, participamos todas las comunidades. Pero hay casos específicos en cada resguardo. En el municipio de El Carmen de Atrato hay siete resguardos indígenas y en cada resguardo hay ciertas comunidades que se aglutinan con una organización, y si el acuerdo es directamente con ellos, pues sale a minga ese resguardo. A veces coadyuvamos ahí. Pero a veces hay resguardos que tienen acuerdos con entidades y que no se han cumplido, entonces salen a la minga.

Al ser tantos resguardos que a veces protestan por su lado, la gente siente que no hay unidad sino que cada uno reclama lo suyo. ¿De qué manera se han articulado?

A pesar de que somos una organización indígena del municipio, El Carmen de Atrato cuenta con 28 comunidades indígenas en siete resguardos, que están distribuidos en cuatro organizaciones: Asorewa, Fedeorewa, Pueblo Katío y Unión Temporal. La verdad es que no hay una unidad como antes, un solo criterio, sino que cada uno busca en su organización y llegan a acuerdos. A veces entre las organizaciones no llegan a acuerdos para apoyar a todas las comunidades. En vista de esto conformamos una Mesa Municipal Indígena, a ver si podíamos organizarnos en medio de las opiniones que están divididas. Pero no siempre las organizaciones toman en cuenta la Mesa. Yo represento esta mesa, pero hace falta articulación.

La mesa municipal la conformamos hace unos tres años, y desde entonces se controlaron un poquito las protestas. Organizamos un pliego de peticiones generalizado y todo se alivió por un tiempo, pero luego no hubo buena coordinación por problemas internos, como los suicidios, temas de justicia y las organizaciones regionales empiezan a competir para recoger su gente.

La población indígena ha bloqueado en varias ocasiones la troncal. ¿Sienten que esta forma de protesta es efectiva? Porque nos dice que no hay suficientes avances

Lo cierto es que a través de la minga a duras penas hemos logrado el diálogo con las instituciones y en algunas ocasiones hemos llegado a soluciones, aunque algunos puntos están atrasados. Desde nuestro punto de vista no queda otra opción: la minga es nuestra única forma, aunque a veces no funcione. Debemos estar insistiendo.

La comunidad de El Carmen se pregunta si no hay otras formas de protesta. ¿Han utilizado otras maneras que no sean el cierre de las vías?

Los transportadores y comerciantes han manifestado esto. ¿Por qué en todo momento tiene que ser la vía? Nos dicen que afectamos a muchas personas, docentes, estudiantes, pasajeros. Nosotros entendemos eso. Nosotros hemos pensando en cambiar la estrategia por el diálogo con el ministerio y otras formas de presión. Esto lo hicimos en enero con el acompañamiento de la Mesa Departamental Indígena. A través del acompañamiento con las organizaciones, el alcalde y el personero hemos podido abrir el diálogo. 

¿Por qué no se sostiene el diálogo y por qué no se cumplen los acuerdos?

Acuerdos ha habido. Hay más de cuatro acuerdos firmados en el marco de varias mingas que se han instalado en la zona, pero no hay avances porque, por ejemplo, el Ministerio de Transporte e Invías nacional han respondido que como es construcción de una vía terciaria no es cualquier recurso el que se necesita, teniendo en cuenta la situación geográfica. Al parecer los recursos no se han conseguido, no hay disponibilidad, pero dicen que están en gestiones. Con eso despachan a los indígenas, levantan el paro y cuando no hay comunicación ni información ni visitas en campo, a nivel municipal ni departamental tampoco hay competencia para responder, entonces no hay otra forma de llamar la atención. Por eso la gente toma las vías de hecho.

El alcalde Jaiberth Ríos nos dijo que hay comunidades indígenas que cambian las peticiones y acuerdos a los que se llegan. ¿A qué se deben estos cambios?

Pasó el año pasado con Invías. Ese problema se analizó y hasta ahora no he escuchado que la comunidad de El Fiera diga algo, no me han manifestado nada. El año pasado esa situación fue muy tensionante. 

¿La Alcaldía los ha tenido en cuenta?

El alcalde sí nos ha acompañado para entablar comunicaciones con ministerios y mesa departamental.

¿Cuáles son los acuerdos que están más rezagados?

Hay acuerdos que están quedados, como la construcción de un colegio en la comunidad indígena de El Dieciocho y la construcción de una vía terciaria al resguardo La Puria. En el caso del resguardo El Doce Borbollón, El Fiera y el resguardo Río Playa se trata de ampliación y saneamiento del territorio. Son acuerdos que están muy lentos.

¿En cuáles sí ha habido avances?

En cuestiones regionales. Por ejemplo, se ha organizado la contratación de docentes indígenas para la primera infancia. También la creación del centro educativo en El Doce Borbollón y la construcción de aulas en el resguardo El Dieciocho. Son temas que se han venido cumpliendo. En los últimos días se llegó a un acuerdo para el fortalecimiento de la guardia indígena de la zona, que está aprobado.

¿Esperan algún día dejar de recurrir al bloqueo?

Como líderes y organizaciones soñamos con descansar de las vías de hecho. No renunciar, sino que no sea constante ni individual o por cada resguardo. Algún día esto debe estar organizado: si vamos a hacer minga, que sea departamental o municipal. Pero con las vías de hecho hemos logrado algunas necesidades, como la electrificación. Y ahora la trocha está electrificada, solo faltan cuatro comunidades. Es un avance que se logró a través de la minga. Contamos con dos colegios indígenas y dos centros educativos, y también son resultado de la minga. A través de la minga hemos logrado que instalen redes de Claro, porque nos hacía falta comunicación. Debemos seguir y más adelante trabajar de otra manera.

Si hubiera un gobierno que agilice los acuerdos, ¿tendrían la necesidad de bloquear las vías?

No habría necesidad de bloquear la vía, siempre y cuando haya voluntad y se demuestre el cumplimiento de los acuerdos. 

En El Carmen hay un problema de tierras y los campesinos mestizos dicen que no hay tierra y que las exigencias que ustedes como indígenas hacen de ampliar el resguardo va en contravía con la necesidad que tienen de realizar sus proyectos productivos. ¿Cuál es el origen de este problema?

El tema de las tierras es uno de los más fuertes y el que más dificultades causa en la zona. Nosotros somos siete resguardos que antes estaban alejados de la carretera, algunos hasta a cuatro horas. Las solicitudes de tierras que hemos hecho son de hasta hace 25 años. En esa época pedimos territorios cercanos a la carretera, porque el conflicto armado era muy fuerte por la presencia de guerrilleros del Eln, las Farc, el Erg y los paramilitares. Nosotros como población indígena estábamos en confinamiento, desplazamiento y bajo amenazas. Algunas familias pensaron que una forma de proteger la vida de la población era estar a la orilla de la carretera, porque si nos quedábamos en la montaña los grupos no respetarían.

Queríamos que el gobierno comprara los predios cerca de la carretera, pero nunca hubo voluntad, la gente se cansó y finalmente decidieron venirse a la carretera, en diferentes lugares. Además, cuando los indígenas empezaron a ocupar áreas privadas, no había campesinos. Los campesinos también habían salido por temas de conflicto armado. La trocha estaba sola y pensaron que no había propietarios. También pasó que cuando los indígenas salieron a la carretera también empezaron a intervenir la carretera y fue cuando los campesinos empezaron a regresar y a reclamar, que esto era de mi papá, que esto era de mi familia. Algunos tienen razón y otros no. Ahí empiezan unos problemas de territorio.

Lo otro es que nosotros tenemos territorio, pero no todos son aptos para el cultivo. Como vivimos en la cabecera del río, aproximadamente el 50% del terreno no es cultivable, son peñas o tierras que no sirven para cultivo. Entonces lo que pretendemos es tener más tierra para buscar donde cultivar, tierras fértiles.

¿Cuál cree que es la solución?

En noviembre del año pasado nos reunimos con la Agencia Nacional de Tierras y la Unidad de Restitución de Tierras, y tuvimos la oportunidad de reunirnos con los propietarios, con los líderes de los resguardos, los afros y los presidentes de las Juntas de Acción Comunal. Cada uno expuso su situación. Ahí la ANT no dio solución, pero gracias a Dios se esclarecieron muchas dudas para todos sobre cuáles son los derechos relacionados con el territorio. Llegamos a unos acuerdos. Los propietarios están ofertando las áreas para que el Estado compre las tierras ocupadas por los indígenas. Solo los campesinos y los afro están peleando la tierra de la orilla de la carretera. Alegan que si van a constituir, ampliar o sanear territorios a los indígenas, al menos que dejen libres las carreteras y caminos, y que el Estado deje todo organizado para que haya una convivencia. Sin embargo, hay campesinos que tampoco tienen papeles, solo la posesión de algunas áreas desde hace años. Tras esa reunión, se dio un paso para ver cómo se le va a dar salida al problema. Con eso avanzamos un poco. 

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  • Benito Queragama Cheche
    Abr 1, 2023
    Muy importante la apreciación del compañero Julio César Queragama. Tiene toda la razón. Si el gobierno nacional, departamental y local tuvieran voluntad, las comunidades Indigenas no acudirían constantemente a las vías de hechos.

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