Laboratorio Reportajes

La guardiana de las abejas del Cerro de Maco

En la vereda Brasilar, a 12 kilómetros de San Jacinto, Bolívar, una joven de 19 años transformó el patio de su casa para crear un meliponario, un espacio para resguardar abejas sin aguijón en esta parte de los Montes de María. Con esta iniciativa, Mayerlis de La Hoz busca impulsar la conservación del bosque nativo y lograr que otros jóvenes quieran vivir en el campo.

Por qué es importante

La vereda Brasilar se encuentra en el Cerro de Maco, ubicado en la parte más alta de San Jacinto. Allí nacen varios arroyos que alimentan los ríos de los Montes de María, se conservan áreas de bosque seco tropical y se cultiva ñame, café, maíz, cacao, plátano, aguacate y algunos frutales, por lo que recuperar abejas nativas y propiciar su reproducción en este lugar es un aporte significativo para el ecosistema y la diversidad.

Las abejas ayudan a la polinización de las plantas y de los cultivos, lo que a largo plazo mejora la calidad de los productos e incrementa la producción. “Ni las abejas pueden vivir si no hay plantas nativas, ni las plantas nativas pueden propagarse bien si no hay abejas nativas. Entonces, cuando se promueven este tipo de prácticas se ayuda a conservar estos ecosistemas”, asegura Andrés Sánchez Tasa quien desde hace más de 10 años investiga y trabaja con Abejas Nativas Sin Aguijón (ANSA), desde Campo Colombia.

Así son las cajas que usa Mayerlis para construir su meliponario /Foto: José David de La Hoz.

La iniciativa

En abril, Mayerlis de La Hoz transformó el patio de su casa: sembró más flores que producen polen y son el alimento de las abejas, y construyó cajas para convertirlas en el hogar de las abejas que lleva hasta su casa en el Cerro de Maco. A sus 19 años, estudia enfermería y se considera una defensora del campo. Hoy es la única joven que queda en la vereda.  

“Lo que hago es que me las encuentro y las meto en la cajita, para que se reproduzcan más. O sea, en ningún momento las daño, sino que lo que busco es llevármelas con cuidado para que ellas se reproduzcan en la cajita y después de un tiempo fabriquen la miel con la que se alimentan y fortalecen”, explica.

El meliponario creado por Mayerlis tiene ocho cajones y funciona de una manera sencilla: las abejas salen de las cajas para alimentarse del polen que producen las flores del jardín, y luego vuelven al nido. Las cajas mantienen a las abejas seguras, lejos de amenazas como las moscas limón, que en la época invernal atacan a sus crías y se roban la miel. Al mismo tiempo, las abejas ayudan a la floración de las plantas, producen miel, y también polinizan otros cultivos.

José Manuel de La Hoz, el padre de Mayerlis, dice que desde que empezó este proceso ha visto cambios en las flores de los cultivos como café, maracuyá, naranjo y mango. José Manuel es un campesino reconocido en la zona por sus cultivos de aguacate, café, ñame, plátano, cacao y frutales como naranja, mandarina, mango, guayaba, maracuyá, limón tahití y guanábana. “Las flores se ven más abundantes y eso va a mejorar la producción”, comenta. Al igual que su hija, está comprometido con cuidar el medioambiente y cuenta que poco a poco ha reemplazado productos químicos por productos orgánicos y biofertilizantes, como super cuatro.

"Cada vez que talan un árbol, no se sabe si hay una abeja ahí. Cuando me dicen que en un palo hay abejas, yo voy y recupero el nido. Esto es importante porque es una ayuda para que esas especies de abejas no se pierdan."

Mayerlis de La Hoz

Hasta ahora, el meliponario que construyó Mayerlis solo alcanzaría a producir un impacto en su finca debido a la distancia que alcanzan a recorrer las abejas: unos 4 kilómetros a la redonda. Es decir, se necesitarían más iniciativas de este tipo para que el servicio ecosistémico de polinización sea significativo para el Cerro de Maco. “La producción de abejas es la única producción que entre más crece, más conserva”, asegura Andrés Sánchez. El especialista explica que si se compara con otras producciones como ganado o cerdos es la única que tiene esa particularidad, que a medida que se tienen más abejas, se aumentan los beneficios ambientales.

Los desafíos

Mayerlis no ha logrado vincular a otras personas al meliponario. Los demás jóvenes salieron de la vereda y los mayores se interesan más por cultivar, en lo que son expertos y conocedores, que por el tema de las abejas. “Los jóvenes piensan que en el campo no van a encontrar un futuro y yo pienso al revés”, afirma.  

José David, de 21 años, hermano de Mayerlis cree que es muy difícil que otras personas se dediquen al campo. “Ahora es muy difícil, el campo siempre es muy golpeado, la violencia lo golpeó muy duro y aunque eso ya pasó, el comercio también lo golpea mucho. Por ejemplo aquí en los Montes de María suelen vender el bulto de ñame, en ocasiones cuando está escaso, en 200mil y cuando cae llega hasta 15 mil el bulto. Donde el día del trabajador cuesta 25mil, el transporte vale unos 10 mil pesos, entonces, ¿qué le queda a uno?”, dice. 

José David se dedica a la comunicación y la producción audiovisual. Trabaja en una iniciativa propia: una productora audiovisual que se encarga de mostrar y resaltar la cultura de San Jacinto, Bolívar y los Montes de María. Está radicado en San Jacinto y solo va de visita a la Vereda Brasilar. “Haciendo mis cálculos y desde el punto de vista, no lo veo rentable por algunas cosas. De pronto es rentable en cuanto al ecoturismo, de pronto por ahí. Creo que hay que encontrar otras formas de estar en el campo”, afirma. 

Andrés Sánchez coincide en que uno de los mayores retos a la hora de impulsar la conservación de las abejas sin aguijón es poder llevar el conocimiento a más comunidades. “La mayoría de la gente no sabe que existen abejas sin aguijón”, dice. Además identifica otros dos desafíos:

  • La normatividad: al tratarse de una especie nativa, la abeja sin aguijón podría ser sujeto de restricciones de zoocría. En Brasil y México, por ejemplo, se estableció que esta especie no se restringe como una zoocría, y no es posible intercambiar especies entre departamentos. “Esas cosas hay que aclararlas en Colombia, para que el sector no crezca bajo una incertidumbre jurídica”, dice Sánchez.

  • Falta conocimiento: aún hay aspectos desconocidos sobre las abejas sin aguijón. “Por ejemplo, la parte sensorial no se ha trabajado. No se han hecho los descriptores, para describir las notas de la miel, así como pasa con el café, por ejemplo. Eso también hay que desarrollarlo para las abejas”, agrega.

“Hay todo un mundo por descubrir. Sobre todo en zonas más alejadas donde no se han hecho tantos estudios. Definitivamente, las comunidades que están en contacto con la zona y los medios, son los más indicados para contar la historia de los territorios en términos de las abejas.”

Andrés Sánchez tasa, Campo Colombia
La especie de abejas que predomina en el meliponario, es la Tetragonisca angustula, más conocida como angelita. /Foto: Mayerlis de La hoz.

Lo que sigue

Mayerlis espera fortalecer la iniciativa y recuperar más abejas, con la llegada del verano. Cuando finalice el invierno podrá dividir los nidos y tendrá 14. En enero iniciará de nuevo la recolección de abejas, y espera tener por lo menos 24 cajones a inicios del próximo año. Sin embargo, reconoce que su principal obstáculo es económico: la fabricación de las cajas es costosa y no siempre puede mandarlas a hacer. 

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  • Jose Hamburger
    Dic 7, 2021
    Felicitaciones a Mayerlis por esa gran iniciativa. Últimamente me he estado documentando sobre ese tema, sobre todo el la dimensión de las cajas En estos momentos tengo tres especies en cajas y para enero pienso dividir. Angelita, carga barro y la negrita. Adelante Mayerlis con gusto en lo que te pueda ayudar.
  • Diego Armando Vanegas
    Dic 4, 2021
    Excelente labor lo importante es protejer la vida en la biodiversidad nesecitamos jóvenes y profesionales q sigan este ejemplo. Felicidades
  • María Esther Mendoza Toloza
    Dic 4, 2021
    Felicitaciones por este buen artículo.... Es algo muy constructivo.. Sin Abejas no hay vida... Si las cuidamos tendremos un mejor mañana... Seguridad alimentaria y mucha Bio diversidad... Excelente este planeta necesita más Mayerlis...
  • Carlos Astudillo
    Dic 4, 2021
    Una iniciativa y un relato hermoso!! Gracias por compartir esta historia que insiste en la necesidad de proteger nuestros polinizadores.

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