El sábado 22 de julio Efraín Sánchez Mosquera, de 20 años, conducía una motocicleta Nmax en la vía que va de Tadó hacia el municipio de Unión Panamericana, cuando perdió el equilibrio de la motocicleta. El joven fue llevado al hospital San José de Tadó, pero por la gravedad de las heridas en la cabeza y las fracturas que presentaba en los brazos, el hombre debía ser remitido al hospital San Francisco de Asís, en Quibdó.
Sin embargo, en ese momento la única ambulancia con la que contaba el hospital estaba en Quibdó. Eran las 8 de la noche y la ambulancia, que pertenecía al Ejército Nacional y estaba en préstamo al hospital, había sido utilizada para transportar a otro paciente. Las dos ambulancias asignadas al hospital San José de Tadó, mientras tanto, estaban dañadas por falta de mantenimiento.
A través del apoyo de la familia Quintero, los familiares de Efraín Sánchez lograron ubicar otra ambulancia para transportarlo hasta Quibdó. La familia tuvo que cubrir los 250 mil pesos que costó el combustible hasta la capital del departamento. Efraín Sánchez tuvo que ser remitido a Medellín y finalmente falleció el domingo a causa de la gravedad de las heridas. Su familia también había logrado recaudar 8 millones de pesos para pagar el transporte de una ambulancia aérea hasta esa ciudad.
La falta de ambulancias
La falta de ambulancias en Tadó es un tema conocido para la administración municipal, la gerencia del Hospital y las autoridades locales. Ante una emergencia como la ocurrida con Efráin Sánchez, los pacientes debían esperar a que los funcionarios del hospital gestionaran el préstamo de un vehículo por parte de algún otro centro de un municipio cercano, o que estuviera disponible la ambulancia del Ejército.
“En caso de emergencia tenemos un convenio con el Ejército Nacional que nos ayuda a atender la situación, con los municipios vecinos es complejo debido a que no hay convenios y toca pagarles cuando requerimos el servicio de una ambulancia”, explica Ever Casas, gerente del Hospital San José de Tadó.
De acuerdo con Casas, esta semana se repararon los dos vehículos que estaban averiados desde hacía más de un año. Sin embargo, para Casas, el centro de salud sigue teniendo una carencia asistencial y necesitaría una más. Es decir, dos ambulancias para la zona urbana y una para la zona rural.
Aunque en el país no hay una regulación sobre cuántas ambulancias debe tener cada municipio, la Organización Mundial para la Salud (OMS) recomienda tener una ambulancia por cada 25 mil habitantes. Y en Tadó, según el último censo del Dane en 2021, hay 18.058 habitantes. Es decir, el municipio solo necesitaría una ambulancia.
Sin embargo, para Jorge Hernández, médico salubrista y profesor de la facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, para determinar el número de ambulancias que un municipio necesita es prioritario revisar cuáles son los servicios habilitados en el hospital local y qué tantos traslados se deben hacer hacia centros médicos en otros municipios. En otras palabras, el factor determinante no es el número de habitantes, sino la necesidad de la población. En este sentido, los traslados a otros centros médicos por parte del hospital de Tadó son recurrentes al ser este un hospital de primer nivel.
“En zonas de conflicto y en un departamento de difícil acceso y con tantas limitaciones como El Chocó se debe multiplicar por cuatro el número de ambulancias. En este caso es imposible que puedan suplir todas las necesidades y emergencias médicas con una. Estas ambulancias deben estar disponibles y contar con todos los instrumentos médicos ante casos graves", puntualiza.
Las quejas de la gente
Jacinto Osías Copete, habitante de Tadó, cuenta que en noviembre del año pasado tuvo que esperar cinco horas a que una ambulancia llegara para poder transportarse a Quibdó para ser operado. “Siempre nos decían que las ambulancias estaban en reparación y nuestra petición como comunidad era que debían gestionar desde la Alcaldía para conseguir ambulancias nuevas y que los pacientes no corran riesgos de quedar en el camino varados”.
Osías Copete recalca que es importante que el hospital tenga ambulancias propias para poder garantizar los derechos de los pacientes. “No es posible que tengan que esperar a que otro municipio la preste o la alquile. Si están ocupadas, el paciente se muere porque no lo trasladan a un centro médico de nivel donde le presten atención”.
Otra habitante, quien prefiere no revelar su nombre, cuestiona que sean las familias quienes tengan que entrar a resolver el transporte cuando ocurre una emergencia médica. “Lo que pasó el 22 de julio con el joven Efraín Sánchez no puede volver a suceder, una mujer tuvo que tocar puertas para conseguir una ambulancia prestada porque al hospital no le prestan ni le alquilan”.
“Uno como madre de familia se siente débil cuando busca el servicio de salud y no lo brindan o faltan los elementos para atender al paciente. Es vergonzoso que el hospital el día 22 de julio no tenía ni para tanquear la ambulancia que se consiguió por la familia Quintero. Ellos pagaron 250 mil pesos por el combustible de la ambulancia”, agrega.
La crisis hospitalaria
El hospital San José de Tadó estuvo dos meses sellado a comienzos de este año por parte de la Supersalud ante la evidentes fallas y mal manejo en las áreas de urgencias, hospitalización, farmacia y rayos x. Aunque fue reabierto el 10 de febrero, aún siguen las críticas por el servicio. Además, a la fecha, la gerencia del hospital no ha entregado el balance sobre el estado financiero del centro de salud.
Yirson Marino Ledezma Martínez, personero municipal de Tadó, señala que “se están muriendo los pacientes en los centros hospitalarios por falta de insumos y esperando remisiones”. “He hecho requerimientos y denuncias a diferentes entidades, necesitamos esfuerzos directos del alcalde y del gerente donde trabajen por la salud de nuestro municipio”, agrega.
El personero comenta que en lo que va del año la prestación del servicio de transporte a otros centros médicos de mayor nivel dependía, en últimas, de “las buenas relaciones que tenía el gerente con los demás funcionarios de los municipios para que le prestaran las ambulancias y no parar el servicio”.
“El alcalde es el responsable de la salud del municipio, nosotros hacemos los requerimientos a la Alcaldía porque se necesita una ambulancia nueva. Hoy puedo decir que lo planteado por el señor alcalde en su plan de desarrollo no se materializó”, puntualiza. El alcalde Cristian Copete prometió la adquisición de una ambulancia para el Hospital San José de la cual no se conoce ninguna gestión.
La respuesta de la Alcaldía
El alcalde Cristian Copete contempló gestionar una nueva ambulancia para el municipio en el plan de gobierno. A menos de 7 meses de su salida del cargo, esta promesa no es una realidad.
Michel Córdoba, coordinador de Salud municipal, asegura que la Alcaldía está a la espera de la asignación de recursos por parte del Ministerio de Salud para la compra de la ambulancia nueva. “Frente al compromiso del alcalde en comprar ambulancia para el hospital ya el proyecto está en espera de asignación de recursos”, dice.
Córdoba reconoce que no se gestionó a tiempo el arreglo de las ambulancias: “El hospital de Tadó viene con un problema histórico de ambulancias y no hay un programa para el mantenimiento de los automotores. Las ambulancias se dañaron porque no se les hacía el mantenimiento requerido y se deterioraron”.
Lo que sigue
Según Michel Córdoba, coordinador de salud municipal, la Alcaldía está a la espera de la asignación de recursos para la compra de una nueva ambulancia para el municipio. Además, el gerente del hospital de Tadó se encuentra en Bogotá para adelantar reuniones con el Ministerio de Salud sobre lo que se necesita en el centro de salud.