La planta física del hogar infantil de Tadó, centro que recibe a 135 niños desde los seis meses y hasta los cinco años de edad, está totalmente abandonada. Hay humedad, goteras, grietas en las paredes, láminas de hierro sueltas, los sanitarios y lavamanos en mal estado y la cubierta está a punto de caer.
El hogar es uno de los más importantes del municipio, con casi 50 años de servicio, y busca garantizar el acceso a la educación, el cuidado y la nutrición de los niños y niñas menores de 5 años de familias en situación de vulnerabilidad y víctimas de desplazamiento forzado. Hoy, los padres de familia y profesoras de la institución temen por la vida de los menores.
La directora de este hogar, Flor Perea García, indica que en varias ocasiones han informado al alcalde Cristian Copete, al Ministerio Público y a la gestora social Sandra Perea, sobre el deterioro de la planta física del hogar infantil y el riesgo para los niños, sin recibir una respuesta. “Le pido al alcalde que se ponga la mano en el corazón y venga y vea cómo estudian estos niños. Necesitamos que nos ayuden, nos da miedo porque está lloviendo mucho y un día vamos a tener una tragedia”, dice.
“La planta física lleva cuatro años sin mejora, sabemos que las lluvias son constantes en nuestro departamento y eso causa que se deteriore cada vez más. Tenemos muchas goteras, grietas en las paredes, toda la planta física está en mal estado”, agrega Perea. “Esta es una institución muy grande y no se arregla con cualquier peso, pero al menos que vengan, que tengan la voluntad de actuar”, pide.
Flor Perea García puntualiza que hace unos años hubo una propuesta de demolición y construcción de un nuevo hogar, pero nunca se concretó: “Nos toca esperar directrices del operador para ver dónde nos albergamos. La idea no es suspender la atención porque sabemos que son papitos que necesitan de nuestro trabajo”.
Hay temor entre padres de familia y profesores
María Leidy Palacios Murillo es docente del hogar infantil Tadó, y cada día sufre por las condiciones en las que debe trabajar. “Tengo el salón más pequeño, que es sala cuna, y está en muy mal estado: las paredes están con grietas y en cualquier momento puede pasar algo que uno no quiere. Cuando pasan esos carros pesados siento que la pared se mueve. En verdad siento mucho miedo y temor de que a los niños les pase algo”, dice.
Palacios, junto a una auxiliar, está a cargo de 15 niños y niñas menores de un año, por lo que teme un accidente. “Si pasa algo, que Dios no lo quiera, no puedo salvar la vida de todos”, recalca.
Esta preocupación también la sienten los padres y madres de familia. Julissa Rivas Palacios, madre de una niña que asiste al hogar infantil Tadó, pide a las autoridades competentes una intervención urgente ante el notable deterioro de la planta. “Necesitamos que se invierta en la educación de nuestros hijos, hace mucho llevamos pidiendo mejoras, son nuestros hijos los perjudicados. Mi hija mayor estudio aquí y ahora tengo a mi hija menor, este hogar me gusta porque la enseñanza es integral y merece una inversión”, dice. Rivas invita a las autoridades “para que, en conjunto con nosotros, podamos restaurar o hacer las mejoras necesarias al hogar”, agrega.
De igual forma Leviston Mosquera, quien tiene un niño en este hogar, considera que hay ausencia de las autoridades: “Siento un poco de tristeza ya que uno observa que en las grandes ciudades se esmeran demasiado por tener un establecimiento adecuado para nuestros niños, pero lastimosamente en el municipio de Tadó no observa uno lo mismo, estamos prácticamente abandonados”.
Estefany Armijo, docente del hogar, insiste en que se debe proteger a la población infantil. “Sabemos que esta es una de las instituciones donde se forman los primeros pasos de los niños, que son los más importantes. En este momento está en unas condiciones no óptimas para prestar un buen servicio para los niños, no está en un ambiente adecuado. Aquí estamos en riesgo no solo los niños, sino también el talento humano y todas las personas que vienen a la institución”, puntualiza.
“No sabemos en qué momento caiga una lámina de hierro o una pared, porque tenemos paredes que están con grietas. Son niños pequeños y en caso tal de una emergencia sabemos que no van a salir corriendo”, reclama.
Qué dicen las autoridades
La situación también fue alertada por la veeduría ciudadana del municipio, que envió un derecho de petición el 16 de marzo a la alcaldía municipal y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
Por parte del Bienestar Familiar la respuesta fue que, como la infraestructura es propiedad del municipio, es a este quien corresponde el mejoramiento o mantenimiento de la misma. “Adelantaremos las acciones pertinentes a fin de requerir al señor alcalde para que se lleven a cabo labores de mejoramiento o mantenimiento de dicha infraestructura”, informa la institución.
La Alcaldía, por su parte, ya respondió reconociendo el problema y anunciando acciones. El 23 de marzo, el secretario de planeación Deiner Mosquera indicó que se “atenderá de manera inmediata el evidente deterioro que hay sobre todo de la cubierta, es un daño de la infraestructura. Lo que está allí se va a seguir deteriorando porque se sigue entrando el agua. Nosotros vamos hacer una intervención rápida, ya el alcalde conoció todo lo que está pasando”.
Mosquera también comentó que estaban esperando este año para un nuevo presupuesto y que el Concejo Municipal le diera la facultad al alcalde. Según contó, el proceso ya está listo y van a proceder con los arreglos del hogar.
“A más tardar en ocho días empezarían los trabajos en el hogar infantil Tadó, necesitamos mirar cómo vamos a trabajar con las mismas autoridades del hogar, vamos a estar cambiando cubiertas y no puede haber niños ni personal administrativo porque podemos incurrir en algún accidente”, dijo Mosquera.
Lo que sigue
Desde el viernes 24 de marzo los niños y niñas fueron trasladados a una casa que el operador del hogar infantil tomó en arriendo, donde pagan 850.000 pesos. Sin embargo, no se sabe las fechas de inicio de reparación del edificio ni cuando tardarán los arreglos.
Por su parte, los padres de familia esperan que se socialicen los trabajos pertinentes y se logre dar solución a las necesidades de sus hijos.