Glenis Bula es caficultura desde pequeña, hoy trabaja con otras 10 mujeres. Foto: Betsabé Molero.
Glenis Bula es caficultura desde pequeña, hoy trabaja con otras 10 mujeres. Foto: Betsabé Molero.
Fonseca Reportajes

En las montañas del sur de La Guajira también se cultiva café

En la Serranía del Perijá, zona montañosa del sur de La Guajira, se cultiva uno de los mejores cafés del país a manos de las mujeres de Asmuperijá. La organización ha ganado en tres ocasiones el concurso del Festival de Café y ahora le apuesta a un laboratorio para examinar los granos.
¿Cómo se hizo este trabajo?
Como periodistas locales de Fonseca conversamos sobre la importancia de la tradición cafetera en el municipio. En este reportaje resaltamos el trabajo de las mujeres que están detrás de esta labor y de las familias que viven de la caficultura. Entrevistamos a tres mujeres cafeteras de la comunidad de Conejo, así como al coordinador de la Federación Nacional de cafeteros, comité La Guajira.

En las verdes laderas de la Serranía del Perijá, el café se ha convertido en un legado que se hereda entre distintas generaciones. En este paisaje montañoso, las mujeres cafeteras han encontrado una oportunidad para vivir y crear una tradición a partir de los cafetales.

Glenis Bula, de 61 años, es una de ellas. Vive en el corregimiento de Conejo con su familia y se desplaza a 12 kilómetros, en la vereda Las Marimondas, para cuidar de sus cultivos de café. Durante toda su vida se ha dedicado a la siembra, el cuidado y el procesamiento del café y con esos ingresos sacó adelante a sus 4 hijos.

En su hogar, en el corregimiento de Conejo, se siente el aroma de plantas aromáticas y a café tostado que procesa artesanalmente en el fogón de su casa.

Glenis Bula en su casa secando los granos de café. Fotos: Betsabé Molero.
Glenis Bula en su casa secando los granos de café. Foto: Betsabé Molero.

Glenis es la menor de 14 hermanos, de los cuales solo 4 son mujeres. Según cuenta, desde que era una niña le gustó la caficultura, aunque su padre le decía que ese no era trabajo para mujeres: “Cuando obtuve mi herencia yo tenía 20 años y me dije: Voy a continuar el legado del café, lo que hacía mi padre, aunque a él no le gustaba que las mujeres hicieran esa labor”.

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“Con mis hermanas nos quedábamos en la casa cuando había cosecha. Mi papá no nos dejaba salir a coger café porque decía que las mujeres debían quedarse en casa”, recuerda.

"Con mis hermanas nos quedábamos en la casa cuando había cosecha. Mi papá no nos dejaba salir a coger café porque decía que las mujeres debían quedarse en casa"

Glenis Bula

En los meses de marzo, abril y mayo, Glenis se dedica a la siembra de las plántulas y podas del cafetal, para, así, garantizar una buena producción en la temporada de cosecha durante octubre, noviembre y diciembre.

“El café siempre ha sido mi sustento y aunque solo se cosecha anualmente, cubre las necesidades de mucha gente, alcanza para pagarle a los trabajadores y salir de deudas”, indica Glenis. Ella vende la libra de café a 25.000 pesos y la media libra a 13.000. 

Glenis, junto a 10 mujeres caficultoras, se registraron legalmente ante Cámara y Comercio en 2013 como Asmuperijá (Asociación de Mujeres Caficultoras del Perijá). Esto con el fin de incluir a las mujeres caficultoras y víctimas del conflicto armado en un grupo organizado que pudiera gestionar beneficios para este sector.

Según la Federación Nacional de Cafeteros, en el corregimiento de Conejo existen varias veredas dedicadas al cultivo del café, como Las Colonias, Las Marimondas, Puerto López y Las Bendiciones. En el municipio de Fonseca, por su parte, hay 253 hectáreas destinadas a este cultivo y de las cuales 219 están en plena producción.

Juan Carlos Angarita, coordinador regional de la Federación Nacional de Cafeteros en La Guajira, sostiene que el café de la Serranía del Perijá es de una variedad excepcional por su grano pesado y de alta calidad. “Es un grano resistente a enfermedades, además tiene una cascarilla delgada, lo que lo hace más valioso. Es importante que se reconozca y se promueva la identidad cafetera guajira, ya que es un café especial cultivado sin fertilizantes, lo que lo hace aún más valioso en el mercado especializado”, puntualiza.

"Es un grano resistente a enfermedades, además tiene una cascarilla delgada, lo que lo hace más valioso. Es importante que se reconozca y se promueva la identidad cafetera guajira, ya que es un café especial cultivado sin fertilizantes"

Juan Carlos Angarita

Según Angarita, este café posee atributos especiales que lo hacen altamente apetecido en el mercado. Una de sus principales ventajas es su peso: la cascarilla es más delgada, lo que reduce la merma durante la trilla en un 12 % mientras que en el interior del país es aproximadamente un 15 %. Esto significa que el pergamino del café producido en el municipio de Fonseca es más delgado, lo que a su vez se traduce en una almendra de mayor peso y excelente calidad.

"El café de la Serranía del Perijá se mezclaba con el de la Sierra Nevada de Santa Marta sin realizar una diferenciación entre ambas producciones. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que el café de la Serranía del Perijá posee una calidad superior", asegura Angarita.

La zona montañosa del Perijá presenta un relieve que se divide en tres pisos térmicos -cálido, templado y frío-. Esta biodiversidad favorece que los cultivos de café resistan y que se realice el proceso de polinización de manera natural, hay una variedad de insectos y aves polinizadoras que garantizan la salud y fertilidad del suelo, el equilibrio ecológico y el tratamiento de los cafetales.

Falta un laboratorio para analizar el café

Aunque en la Guajira se produce café en siete municipios (Villanueva, El Molino, Barrancas, Fonseca, Hato Nuevo, Urumita y Dibulla), en el departamento no existe un laboratorio especializado de café, lo que dificulta a los caficultores conocer la calidad del grano que producen.

Al no tener un laboratorio especializado, las mujeres de Asmuperijá no han podido determinar el valor comercial adecuado del café, lo que puede generar pérdidas económicas y afectar la sostenibilidad de la producción cafetera.

Para las mujeres cafeteras, la adquisición de una maquinaria especializada es crucial para poder evaluar la calidad de su producto en tiempo real y mejorar factores como el secado y la fermentación. 

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Mayerlys Aragón, líder de Asmuperijá y caficultora de la vereda Las Marimondas, agrega que un laboratorio les permitiría optimizar el proceso de producción de sus fincas cafeteras, desde la recolección hasta la selección final de los granos. “Sin un laboratorio nos vemos obligados a enviar muestras a otras ciudades del país, lo que encarece el producto”, cuenta. 

El 2 de junio -Día Nacional del Campesino- del año pasado la asociación salió favorecida en una convocatoria del Fondo Mujer Emprende y promovieron el desarrollo de un laboratorio, sin embargo este se encuentra en proceso de adecuación.

Las mujeres buscan con este laboratorio ofrecer servicios de análisis de calidad para quienes deseen conocer el potencial de su café y los factores que influyen en su sabor, aroma y textura. “Con un laboratorio, los productores de café de la región podrán analizar la humedad, la acidez y otros elementos que afecten o mejoren la calidad del café”, agrega. 

Mairelis Contreras, una de las asociadas de Asmuperija, llegó a la organización luego de huir por más de 18 años del conflicto. “Regresar a Conejo, mi pueblo natal, fue bastante difícil, pero los recuerdos me llamaban. Sentí la valentía de empezar de nuevo y en mi territorio encontré la asociación conformada, eran mujeres que también fueron víctimas del desplazamiento y me motivaron”, cuenta.

Desde el 2016 Mairelis hace parte de la asociación y, junto a Glenis Bula, tomaron la iniciativa de elaborar productos derivados del café, como dulces y tortas e incluso una bebida ancestral, que elaboran con plantas nativas de la región y granos de café, luego de capacitarse en el SENA y aprender de otras transformaciones de la materia prima del café.

Según Mairelis, estos productos derivados del café, han tenido buena aceptación por el público ya que han teniendo buena comercialización. “En el festival puse mi puesto con café, dulces, arequipe y galletas. Eso fue un éxito, la gente estaba muy curiosa de probar”, agrega.

"Cultivar café es un proyecto que se ha llevado nuestras vidas enteras. Cada día siento más amor a nuestro café, a nuestra cultura y a nuestra asociación que ha sostenido a nuestras familias"

Mairelis Contreras

La asociación cuenta con dos locales para la comercialización de los productos: uno en Conejo, que funciona como planta procesadora de café; y el otro en el municipio de Fonseca, que redirige a los amantes del café a un recorrido por los lugares donde trabaja la asociación, desde la planta procesadora del café en Conejo hasta las rutas del café en la Serranía del Perijá.

Las mujeres cafeteras buscan llegar a otros municipios de La Guajira para fortalecer su marca y acercar sus productos a más personas. Para ello, sueñan con fomentar fincas cafeteras donde se garantice una producción de excelencia y amigable con el medio ambiente.

“Cultivar café es un proyecto que se ha llevado nuestras vidas enteras. Cada día siento más amor a nuestro café, a nuestra cultura y a nuestra asociación que ha sostenido a nuestras familias y a nuestros cultivos. Una tradición que cobija a todo el pueblo”, puntualiza Mairelis.

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  • Joaquín Padilla castro
    Feb 15, 2025
    Excelente..en cartagena tengo pensado una cadena de cafés bares con el café guajiro como insumo

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