Fonseca Reportajes

El Hospital San Agustín: un año después de la crisis administrativa

El año pasado, la única empresa pública prestadora de salud en Fonseca estuvo inmersa en una crisis administrativa y de servicios ligada, en gran medida, a las decisiones políticas de la alcaldía anterior y la actual. ¿Cuál es la situación del hospital?
¿Cómo se hizo este trabajo?
Entrevistamos al actual gerente del hospital San Agustín, la secretaria de Desarrollo Social Municipal, la coordinadora y representante del cuerpo médico de urgencia y consulta externa, el jefe de personal de la E.S.E San Agustín, dos empleados salientes, dos empleados entrantes, y usuarios de los servicios que presta la E.S.E.

En el último año, el hospital San Agustín de Fonseca tuvo dos gerentes encargados y tres en propiedad lo que generó una crisis administrativa que puso en duda quién estaba a la cabeza de la entidad. También hubo dos paros de empleados exigiendo que les pagaran sus salarios y traspiés en la atención a los usuarios por la falta de insumos. Incluso, el recién posesionado alcalde Micher Pérez tuvo que enfrentar su primera crisis con la junta directiva del hospital por la disputa de quién debía estar en la gerencia, lo que desembocó en el bloqueo de las cuentas de la entidad y un paro de empleados que exigían sus salarios.

Un año después, Consonante le puso la lupa a la situación actual del hospital y a los anuncios que ha hecho la administración frente a este. 

El hospital en términos administrativos y de personal

“El año pasado fue un año duro para la E.S.E. por la crisis administrativa. Estamos en un plan de mejoramiento por la Supersalud y la Contraloría por cosas que encontramos cuando llegamos”, dijo la gerente del hospital, Diana Molina, sin especificar cuáles eran esos hallazgos anteriores. Agregó que el personal asistencial del hospital se ha ampliado con la contratación de enfermeras y médicos de urgencias, médicos de consulta externa y servicios de droguería 24/7. 

A la vez, indicó que están estudiando la posibilidad de reducir puestos de personal de planta sin afectar el funcionamiento administrativo. “Este primer trimestre esperamos tener el diagnóstico y proceder según los resultados que arroje el estudio. Hasta el momento sólo se ha aplicado en dos cargos: auditor de historias clínica y auditor de cuentas”, dijo la gerente Molina y aclaró que “no ha habido una masacre laboral”, esto debido a los rumores que se generaron sobre  despidos masivos en la institución.

Según Alex Romero, jefe de personal del hospital, con corte a diciembre de 2023, el personal de planta  estaba integrado por 20 personas, y 158  contratistas. Pero el año pasado, las cifras se redujeron, el personal de planta pasó a ser de 13 personas y los contratistas 74, con corte a 31 de diciembre. 

“Hay personas que culminaron su contrato y aún están laborando. Pero sí se han hecho cambios graduales en diferentes dependencias. Lo que sí es cierto es que hubo empleados que no entregaron su cargo, no se fueron de la mejor manera y algunos sabotearon bases de datos, así que nos vimos obligados a retenerles su último pago hasta que corrigieron sus acciones. Esto trajo traumatismos a inicios de año, pero fueron situaciones muy específicas”, comentó Molina. 

Así como la gerente dice que hubo empleados que no entregaron el cargo e intentaron afectar a la institución, hay extrabajadores que sienten que la forma en la que terminó su contrato no fue la mejor. Lilian Ribbon Argote, es una de ellas. Como profesional en salud ocupacional trabajó en el área de facturación, con contratos de prestación de servicios,  desde 2017 hasta diciembre del año pasado.

Ribbon cuenta que nunca le dijeron que no seguiría trabajando: “No me avisaron, no me hicieron una llamada. Ni las gracias me dieron. Regrese el siete de enero a entregar mi puesto”. Similar le pasó a una  ex trabajadora— que pidió no ser citada — y que laboró medio tiempo en el hospital desde 2018. “No me informaron que no seguía. Todo fue un silencio total, sólo escuché por los pasillos que ya me había llegado el reemplazo”, dice. Pero, para ella, la no renovación de su contrato tuvo un peso político: “Salí por temas políticos porque cambiaron la administración, no era afín a la actual y esta tiene compromisos políticos. Ya uno no cumple con los requisitos y la alcaldía quiere meter a los afines de ellos. (...) hice mi trabajo como toda una profesional y no tengo rencor con nadie. Entiendo que son procesos que hacen todas las administraciones”. 

Esa es una de las sensaciones que ha dejado la terminación de contratos y la llegada de nuevos trabajadores al hospital. Algunos de los que han ingresado a la entidad lo reconocen. Es el caso de un trabajador que, a condición de no ser citado, contó que consiguió un contrato a término fijo (con todas las prestaciones) gracias a la gestión de un concejal al que apoyó con su voto. “Los vigilantes salientes dijeron que hiciéramos las cosas bien, que ahorraramos y que invirtieramos. Ellos reconocen que esos puestos son por política y que la administración que entra dispone de ellos”, comenta.

Esa práctica, de usar a entidades públicas como fortines electorales suele ser común porque le garantiza a las administraciones de turno —o a los políticos que manejan la entidad— recursos económicos y una base y un potencial electoral importante. Por ejemplo, en 2021, según información publicada en la página web, el hospital tuvo un presupuesto de 11.435 millones de pesos. Casi un tercio del total de la alcaldía para ese momento. 

Además, contar con trabajadores afines a la alcaldía o con un contrato que dependa de ésta, es clave para convertir la entidad en un fortín político para quien presione por votos o apoyos a favor de un candidato, como ha pasado en San Juan del Cesar. 

Más allá de las contrataciones, las extrabajadoras del hospital consultadas coinciden en que los pagos al personal empezaron a retrasarse desde que Micher Pérez llegó a la Alcaldía. “Antes uno metía la cuenta de cobro de diciembre con la seguridad social de noviembre, o sea, un mes vencido. Pero ya no nos querían pagar porque teníamos que tener la planilla de diciembre, y me tocó pagarla para que me dieran el salario”, dice Ribbon.

No todos opinan igual. Arletis Gómez; representante del cuerpo médico ante la entidad y coordinadora del servicio de urgencias del Hospital San Agustín; dice que a diferencia del año pasado, esta vez el hospital está al día con los pagos: “puedo dar fe que tanto mis colegas como yo gozamos de puntualidad en los pagos salariales y se ajustan a la tabla nacional incluyendo el ajuste para la vigencia 2025”.

La exempleada que prefiere no ser nombrada dice que así como el hospital mejoró en unos aspectos, empeoró en otros: “los conocedores del tema dicen que el hospital va a pique, por querer cambiar el personal y por querer complacer a las amistades en los procesos políticos. Han perjudicado al hospital porque han metido personas que no están capacitadas para cumplir con esa función”.

Los servicios de salud

A comienzos de año, un hombre fue atropellado por una mototaxi en el centro de Fonseca, el accidente fue atendido por los bomberos que llegaron a auxiliar al peatón, esto a pesar de que estaba más cerca el hospital San Agustín que la Estación de Bomberos. La situación llevó a que el servicio de ambulancias del hospital fuera cuestionado por una parte de la comunidad por considerar que no llegaron a auxiliar al hombre. 

Molina, gerente de la entidad, aclaró que el servicio no se prestó porque nunca hubo un llamado al hospital para solicitarlo. “Si el usuario no llama al hospital es imposible prestarle el servicio, los habitantes del municipio se acostumbraron a acudir primero al cuerpo de bomberos voluntarios del municipio, a quienes le agradecemos por esta importante labor”, contó.

Sin embargo, Molina asegura que esta situación fue una muestra de algunos de los cambios que debía hacer en ese servicio. Por eso empezó a pensarse cómo generar más confianza e informar a los fonsequeros sobre el servicio de ambulancias: “En estos momentos contamos con tres ambulancias. En los próximos días vamos a disponer de una de ellas para que preste el servicio de urgencias en donde se necesite. Vamos a difundir una línea para que los usuarios la tengan en cuenta y a la hora de una emergencia hagan uso de la misma para que el servicio de ambulancia llegue lo más pronto posible”.

El servicio de ambulancias no es lo único a lo que le apuesta el hospital. Dentro de la entidad ya han empezado a hacer mejoras que se reflejan en la prestación del servicio de salud. “Contamos con todo lo necesario para un servicio eficiente. La ventaja de contar con una droguería permanente es un gran alivio, ya que hay una gran demanda de usuarios por la alta afectación de enfermedades respiratorias”, dice la coordinadora Arletis Gomez.

“Muchas cosas están mejorando, incluso aumentaron los partos en nuestra entidad. Contamos con una sala de parto en óptimas condiciones para prestar este servicio, obviamente que cuando se presenta una situación riesgosa  procedemos a trasladar al paciente a un hospital de mayor nivel”, agrega Gómez. 

María Isabel Pinto, de 33 años, fue una de las mujeres que parió en el hospital en diciembre, dice que la atención fue buena y que, en caso de quedar embarazada de nuevo, tendría su hijo ahí. Eso a pesar de que al principio quería que su parto fuera en el municipio de San Juan del Cesar con el fin de ligarse las trompas después de tener su bebé. Pero la fecha de parir se adelantó y tuvo que hacerlo en el hospital San Agustín. 

Pinto cuenta que durante su embarazo le hicieron los exámenes de rigor, tuvo controles prenatales cada mes durante los primeros seis meses y, luego, cada 15 días. Su parto fue sin complicaciones y sin riesgos, criticó que el personal médico estuviera dormido en horas laborales, pero reconoció que la atendieron rápido a pesar de que, para ella, la sala de parto era muy pequeña y vieja. “Lo único malo es que no me dieron la orden del pediatra que dan tras el parto. Me tocó ir al médico por consulta para tenerla”, dice.

Prestar ese servicio es clave porque las mujeres en Fonseca evitaban parir en el hospital. Quienes no contaban con recursos suficientes para viajar a otro centro médico estaban sujetas a parir sus hijos en un hospital que apenas contaba con las condiciones básicas para atenderlas: una mesa de parto, instrumentos para cortar el cordón y suturar, líquidos endovenosos y vitamina K para suministrar al bebé. No había personal especializado, tampoco herramientas para atender emergencias ginecobstétricas y la ginecóloga que había solo atendía una vez por semana.

Las percepciones sobre cómo avanza el hospital en la prestación de servicios son diversas. Para algunos, como Maryuris Llama, de 31 años, la atención es buena, aunque aún debe mejorar. Según cuenta, su hija, a la que acompaña siempre a las citas, es usuaria frecuente del servicio de consulta externa. “Me parece que la atención fue rápida, no tuve que esperar para pasar a pedir cita, pero la que me dieron es para el 17 de febrero, es un tiempo largo y los exámenes deben hacerse rápido.

Adrimar Castro, de 25 años, también tiene quejas y aplausos para el hospital. Reconoce que la asignación de citas ha mejorado porque, hace unos meses, tenía que llegar a las cuatro de la mañana para que le asignan una cita alrededor de las ocho. Pero no todo es tan bueno. Castro critica que en urgencias no la atienden rápido aunque, según ella, haya personal disponible. “Vine con mi hija de nueve años, me tomaron los signos vitales y los médicos estaban dentro. Me asomé para ver si tenían pacientes y estaban hablando. Esperé dos horas. Aquí hay que esperar que cambien de turno para que lo atiendan a uno”.

Castro dice que esas demoras la han llevado a ser violenta: “Me ha tocado patear puertas, porque tenía al familiar ahí muriéndose y llorando y ellos no atendían  la urgencia, iba a parir una prima mía y no la atendieron y le tocó irse para San Juan del Cesar”. Por esos inconvenientes, ha optado por viajar al municipio de Distracción para que la atiendan a ella o a su hija, ya que dice que el servicio allá es más rápido.

A pesar de las quejas, la apuesta de la gerencia y de la administración municipal es meterle la ficha al hospital para mejorar la prestación de servicios y ofrecer, a futuro, otras especializaciones y un nivel de complejidad más alto.

El futuro del hospital

Parte de las mejoras que propone esta administración pasa por el trabajo mancomunado entre la gerencia del hospital y la secretaría de desarrollo social que fusiona las secretarías de salud y educación. Por ejemplo, la falta de comunicación entre la entidad y la secretaría en enero de 2024, llevó a la disputa entre la junta directiva del hospital y el alcalde Micher Perez por la elección del nuevo gerente encargado.

“En la mente de la comunidad está la idea de que el hospital y la administración trabajan por separado —le dijo a Consonante Angélica Solano, quien fue secretaria de desarrollo social de Fonseca hasta el 31 de enero—. Estamos haciendo todo lo posible para romper esa premisa. Este cargo fue creado con ciertas funciones y dentro de esas está trabajar de la mano con el hospital San Agustín. El hospital no debe ser visto como una república independiente, como lo cree la gente (...). En esta vigencia hubo muchas cosas que corregir de la anterior en la que nos fuimos poniendo de acuerdo y entendimos cuál es la responsabilidad de cada quien”. 

Más allá de esos acuerdos, la gerente Molina ya está proyectando el crecimiento del hospital en cuanto a apertura de servicios de salud. “Los usuarios reclaman la prestación de medicina especializada, en estos momentos el único servicio que se está prestando es el de Ginecología, pero para este año ya se está planificando para ofertar otras especializaciones”, dijo Molina. Entre estas nombró medicina interna, pediatría y un servicio más completo de ginecología. 

“El documento RED (Reorganización y modernización de la red pública hospitalaria) nos obliga a cumplir con unos requisitos, lo que lo hace un poco complejo, pero ya se hizo la solicitud ante el ministerio de salud para poder implementar estos servicios lo más pronto posible”, comentó la gerente. Este podría ser un primer paso para elevar el servicio de salud de los fonsequeros para que, a futuro, puedan pensarse un hospital de segundo nivel, es decir, que cuente con atención especializada con servicios como medicina interna, psiquiatría y cirugía general. 

Esa ha sido una solicitud de los fonsequeros, pero al municipio le juega en contra que es un municipio de sexta categoría, es decir con pocos habitantes (menor o igual a 10 mil) y pocos ingresos propios de libre destinación (ingresos corrientes de libre destinación anuales menores o iguales a 15 mil salarios mínimos legales mensuales). Sin embargo, tiene a su favor que es un municipio PDET (Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial), es decir, es uno de los territorios priorizados tras el acuerdo de paz para cerrar brechas sociales. 

“Ser uno de los 170 municipios PDET es una esperanza, pero habría que hacer una serie de gestiones que requieren un compromiso de todas las partes: desde lo municipal hasta el gobierno central”, dijo la secretaria municipal Angélica Solano.

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  • Jeider Martinez Peralta
    Feb 7, 2025
    Mí opinión es muy relevante él E.S.E,a dado un giro ➰ muy positivo para nuestro municipio Fonseca y siempre llegan personas 👥👤 y más los emigrantes qué a pesar de no tener ningún 🪪 seguro, sé les atiende muy bien 😊❤️‍🩹 y seban satisfecho con sus fórmulas y medicamentos qué le ponen yá sea por consulta externa o por urgencia 🚑.

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