Por qué es importante
La invasión del espacio público no es un problema nuevo en el municipio. Desde hace unos 26 años hay vendedores instalados en las calles del centro vendiendo de todo: desde frutas y verduras hasta teléfonos celulares. A pesar de que no existe un censo que dé cuenta del total de vendedores ambulantes y estacionarios en el municipio, sí se sabe que hasta el momento han sido desalojados al menos 30 personas que trabajan vendiendo frutas, legumbres, carnes, algunos cacharrerías, frituras, entre otros.
El mercado público municipal, el lugar donde debería estar ubicado el comercio informal, existe pero no cumple con las condiciones de ventilación ni de servicios básicos como agua, alcantarillado y energía para funcionar. La estructura se convirtió en un ‘elefante blanco’ pues su construcción terminó hace más de doce años, pero nunca entró en funcionamiento.
Qué está pasando:
La Alcaldía municipal, a través de la secretaría de Gobierno y Educación, comenzó en septiembre una serie de intervenciones para recuperar el espacio público en los andenes de la carrera sexta, entre las calles 8 y 16, desde la virgencita y la plaza Juancho Rois hasta el supermercado D1. Con este plan, la administración municipal busca liberar espacio en las calles y los andenes para facilitar la circulación de los peatones y los vehículos.
Sin embargo, los vendedores formales e informales del sector aseguran que desde la Alcaldía pretenden solucionar un problema sin brindarles alternativas para mitigar las afectaciones. Afirman que sus ventas han disminuido a la mitad. Marcela Cantillo, vendedora de ropa, cuenta que pasó de vender casi ochenta mil pesos diarios a menos de veinte mil. “Me toca estar en otro lugar distinto al habitual y acá en la mitad de la plaza no se estacionan los carros ni llega gente a comprar”, dice.
Los detalles
- La secretaria de Gobierno y Educación, Angélica Maestre Beltrán, y su equipo de trabajo adelantan el llamado plan de recuperación del espacio público con acompañamiento de la Policía Nacional.
- La estrategia combina jornadas de desalojo de andenes y vías de acceso en el centro. También, acciones pedagógicas, es decir, charlas de sensibilización sobre el derecho al espacio público para toda la comunidad, en las que los funcionarios de la Alcaldía advierten sobre la ilegalidad de su uso informal.
- En la práctica, los funcionarios de la Alcaldía llegan al centro a las siete de la mañana y permanecen hasta el mediodía, de lunes a sábado, para evitar que los vendedores se ubiquen en las calles. Los domingos, la Policía hace presencia en la zona. Durante las jornadas, la Policía ha impuesto comparendos a los vendedores y a los conductores o mototaxistas que se parqueen en la vía. Hasta la fecha, según Rafael Sánchez, comandante de estación de policía, se han aplicado al menos diez. Quienes han recibido los comparendos aseguran que tienen como base el salario mínimo legal.
La controversia
Los vendedores que están siendo desalojados no tienen dónde reubicarse. Afirman que el mercado municipal no tiene condiciones de seguridad ni acceso para ser ocupado por lo que no tienen dónde ir. Además, reclaman que no hubo una socialización previa de la estrategia. “Nosotros llegamos a las cinco de la mañana, ya las vallas estaban puestas; no nos dieron ninguna solución”, afirma Elkin Alonso, vendedor de yuca.
La estrategia de recuperación del espacio público está afectando la economía familiar de los vendedores, que en su mayoría no tienen otra alternativa para conseguir dinero. “Desde que me quitaron de mi puesto me ha ido mal, soy padre de tres hijos, y mi mujer y yo. Por eso tengo que andar en esta carretilla”, cuenta Alonso. Además, se queja de que pareciera existir un tratamiento diferencial. “La inconformidad que me da es porque nos quitan a unos y a otros no, parece que hubiera preferencia”, agrega.
Alberto Loperena coincide. Loperena vende yuca en las calles de San Juan desde hace 10 años, y reconoce que no se ha visto afectado directamente porque nunca ha tenido un único espacio para vender y recorre el pueblo buscando su clientela. Sin embargo, ha observado que algunos vendedores sí han podido permanecer en las calles. “Lo que no me parece bien es que el desalojo no es totalmente como debería ser, pues alguna gente sigue en el mismo lugar obstaculizando la vía. Pareciera que existiera ley para unos y para otros no”, afirma.
Los propietarios de locales aledaños también se han visto afectados. “La estrategia me ha perjudicado en un cien por ciento, porque han bajado las ventas. La estrategia que ha utilizado el señor alcalde no ha servido para nada (…) La Policía llega cuando un carro se estaciona frente al negocio y las personas deben irse antes de que le apliquen un comparendo. [La gente] siente miedo y no quiere arriesgarse a una multa”, cuenta el dueño de un local que prefirió no dar su nombre.
Algunos compradores, que acudían a esta zona en busca de productos de bajo costo, señalan que se han visto afectados porque han aumentado los precios. “Como no hay tanta venta, no hay tantos vendedores, entonces los que han quedado han incrementado el precio”, comenta Yadith Velazquez, habitante y cliente frecuente del sector.
Qué pide la gente
Los vendedores ambulantes y estacionarios piden una solución a largo plazo que les brinde garantías para continuar trabajando de manera digna.
Marcela Cantillo coincide, pero además de la reubicación pide que “la Policía al menos guarde prudencia porque todo el tiempo está cerca y no nos deja vender”.
Las exigencias redundan en que los dejen trabajar. Incluso Yacseli Sivada, vendedora de aguacates y mandarinas, quien confesó haber perdido un millón de pesos de su inversión inicial, propone que “generen [la Alcaldía] un plan donde me cobren por el metro cuadrado que ocupo, porque para qué nos sacan si no tienen dónde ubicarnos. No puedo tener más pérdidas y deudas”.
La necesidad de una solución es apremiante, porque los vendedores afirman que al tener que moverse de un lado a otro van perdiendo sus clientes y con ello sus ingresos.
Qué responde la Alcaldía
Aunque las visitas de los funcionarios a la zona céntrica se hacen de manera reiterada, Angélica Maestre, secretaria de Gobierno y Educación, dice que “la idea no es hacer un desalojo continuo y permanente, es darle un orden al espacio público, que está siendo tomado para usos no pertinentes que no son adecuados para lo que fue construido”.
Sobre las afectaciones que ha generado la estrategia, Maestre afirma que “algunos se verán afectados”. Sin embargo, asegura que “a largo plazo ellos van a entender que esto no se está haciendo con un mal plan de afectarlos sino de beneficiarlos y de recuperar lo que por mucho tiempo nos hemos visto afectados“. Maestre no aclaró qué alternativas ofrece la Alcaldía para la gente que ya ha sido afectada.
Por su parte, Rafael Humberto Frías, secretario de Planeación, dice que han “tratado de proponerles un sitio sustituto para que ellos [los vendedores] puedan realizar sus actividades y no ir en detrimento del derecho al trabajo”. Pero los vendedores afirman que no les han informado cuáles son ni dónde quedan ubicados estos espacios.
Frías asegura que está avanzando en la estructuración y formulación de la recuperación de la plaza de mercado público, pero aún no tiene una fecha de entrega de la obra.
Lo que sigue:
La Alcaldía afirma que continuará con esta estrategia hasta el mes de diciembre. Así las cosas, los vendedores se preguntan qué alternativas tendrán. ¿Cómo van a seguir trabajando? ¿Cuándo estará listo el mercado público municipal? Y mientras tanto, ¿de qué van a vivir?