Fotografía: María Fernanda Padilla
Fonseca La Guajira Noticias

Cañahuate: la productora de cine comunitario que reúne a mujeres excombatientes y migrantes

Cortometrajes sobre madres comunitarias, el cumplimiento del Acuerdo de Paz y la resistencia de los pueblos en contra de los proyectos de las multinacionales llegan a la gran pantalla tras un proceso de formación en el AETCR de Pondores.
¿Cómo se hizo este trabajo?
Para realizar esta nota, asistimos al evento inaugural, hablamos con sus organizadores, entrevistamos a integrantes de Historias en Kilómetros, un laboratorio de cine comunitario con impacto social. También a quienes recibieron formación para lanzar Cañahuate Producciones, que son antiguos miembros del equipo de comunicaciones de Coompazcol, la cooperativa de los firmantes de paz.

Desde la firma del Acuerdo de Paz los Antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (AETCR) han recibido capacitaciones en diferentes áreas. Muchas de estas relacionadas con trabajos audiovisuales ya que excombatientes, principalmente mujeres, se inclinan por la realización documental desde las filas guerrilleras. 

Después de siete años de reincorporación y procesos formativos, el equipo de comunicaciones de Pondores en Coompazcol, la cooperativa de los firmantes de paz, fundó una productora de cine comunitario bautizada Cañahuate producciones.

Conformada por excombatientes, personas de la comunidad de acogida y migrantes venezolanos, esta productora se lanzó el pasado 16 de enero en el corregimiento de Conejo y reunió alrededor de 300 personas, tanto del territorio como de distintas partes de La Guajira.

Aunque empezó dedicada a la gestión audiovisual exclusivamente, Cañahuate producciones es el resultado de un año de formación con la escuela y productora audiovisual, Historias en Kilómetros, un laboratorio de la industria del cine alternativo que forma a equipos en regiones apartadas de Colombia y el mundo.

Esta es una oportunidad que le aporta a la reincorporación social y económica de los excombatientes ya que, a partir de la capacidad instalada, el equipo toma decisiones creativas y editoriales.

El evento contó con la presencia de la primera dama del municipio, Yenis Gamez Molina, quien se puso a disposición para apoyar las actividades culturales que aporten a la reconciliación en el territorio, además resaltó la importancia de las actividades culturales en el municipio: “Esto es interesante porque refleja algo importante de la cultura y el acercamiento a las comunidades con alegría, dejando una enseñanza”, dijo Gamez Molina a Consonante. 

La función comenzó en voz de Alcides Manjarrez y su escuela de piquería y continuó con la proyección de cuatro cortometrajes. Los tres primeros fueron documentales sobre las madres comunitarias de Conejo; los siete años del Acuerdo de Paz y un homenaje en vida al exponente y gestor Manjarrez.

El cuarto producto fue un cortometraje de ficción basado en la resistencia de los pueblos en contra de los proyectos de multinacionales mineras. Todas las exhibiciones resaltan las problemáticas del territorio y cada comunidad protagonista estuvo presente para verse en la pantalla gigante.

Daniela Uriana, una joven migrante que vive hace cuatro años en el AETCR de Pondores, cuenta que ha venido trabajando con excombatientes en los distintos proyectos de la comunidad y asegura que hacer parte de Cañahuate producciones ha sido fundamental para su integración en el extranjero: “el cine comunitario es muy hermoso. Con él puedes dar a conocer todas esas historias que están pasando en tu territorio y cumplir un sueño, a pesar de las dificultades de ser migrante”.

Durante la ceremonia la recién inaugurada productora hizo la invitación a los jóvenes de Conejo y de las comunidades visitantes a vincularse con la iniciativa de contar historias. Además, Historias en Kilómetros anunció que, luego de la presentación de los cortometrajes a las comunidades protagonistas de las grabaciones, los proyectos audiovisuales concursarán durante un año en festivales de cine comunitario nacionales e internacionales para luego ser públicos por redes sociales.

“También estoy muy contenta con que la mayoría de asistentes fueran niños y jóvenes, porque nos da la esperanza de que las futuras generaciones no dejarán morir el cine”.

Daniela Uriana

Uno de los asociados de Coompazcol e integrante de la nueva productora, Diego Gutiérrez, expresó que decidieron incursionar en el mundo del cine porque es una actividad que está relacionada directa o indirectamente con la construcción de paz y considera exitoso el proceso, ya que tuvieron buena recepción: “La aceptación en el territorio ha sido excelente; nos apoyaron y dejaron que nosotros contáramos sus historias porque saben por qué lo hacemos”.

Además, Gutiérrez cree que esta es una oportunidad que le aporta a la reincorporación social y económica de los excombatientes ya que, a partir de la capacidad instalada, el equipo toma decisiones creativas y editoriales y difunde los intereses comunitarios que muchas veces los medios tradicionales no evidencian. En ese orden, el realizador agrega que lo más valioso del ejercicio formativo fue la horizontalidad con que fueron instruidos para continuar con un camino que ya han andado.

“Para la construcción de paz tenemos diversas acciones que adelantamos individualmente pero esta es una forma de trabajar en un nodo articulado y sabemos que a través del cine hay cómo evidenciar lo que hacemos territorialmente”, dijo Gutiérrez.

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