Por qué es importante

El consejo tendrá entre sus funciones garantizar la participación de los habitantes de San Juan del Cesar, concertar entre el Estado y la sociedad civil, asesorar al gobierno local en el diseño e implementación de políticas públicas, y planificar estrategias para impulsar el turismo, articulando la cultura al desarrollo del municipio. Esta iniciativa hace parte de las estrategias de la administración municipal para reactivar la economía golpeada por la pandemia. 

Qué está pasando

La elección se realizó en las instalaciones de la Alcaldía municipal, y fue presidida por la secretaria de Desarrollo Económico, María Auxiliadora Amaya. En el acto participaron varios actores del sector turístico. 

El órgano de coordinación está encabezado por el alcalde Álvaro Diaz y la secretaria Amaya, y tendrá como integrantes a un representante de cada sector del turismo en el municipio. Por ejemplo, Hernando Añez es el representante étnico, y José Arias de las agencias de viaje.  Consulte aquí los demás integrantes.

La elección del consejo municipal se realizó en el marco de la estrategia "Reactivate Guajira", que es impulsada por la Gobernación departamental y la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato) y se ha implementado desde el año pasado para reactivar el turismo en cinco municipios guajiros, entre ellos San Juan del Cesar.

Jornada de elección de los representantes ante el Consejo de Turismo. Foto: Alcaldía de San Juan del Cesar

La estrategia también busca impulsar los sectores agropecuario, ovino-caprino, de comercio y pesca. Para esto, la Gobernación ha realizado junto a la Corporación Universitaria Americana jornada de fortalecimiento en ciencia, tecnología e innovación para pequeñas y medianas empresas. En el caso de San Juan del Cesar serán escogidos 10 negocios que recibirán el acompañamiento.  

Los detalles

Los vacíos

Los operadores turísticos, los dueños de restaurantes y casa-campos, las agencias de viaje y los guías turísticos ven con esperanza la elección del nuevo consejo municipal. Fénix Arocha, representante del sector cultural, asegura que "esta estrategia le permitirá a la zona rural demostrar su cultura desde el turismo y generará la reactivación económica desde los territorios". 

Sin embargo, algunos dudan si el turismo, por sí solo, logrará dinamizar la economía. La secretaria de Desarrollo Económico, María Auxiliadora Amaya, no tiene una cifra concreta de cuántas personas, de las más de 40 mil que tiene el municipio, se beneficiarían económicamente con la actividad turística, pero asegura que “la mayoría de los habitantes vive en la zona rural y allí es donde está la mayor cantidad de sitios turísticos”. Y lanza un cálculo al aire: “se vería beneficiado: el artesano, el vendedor ambulante. El tema del turismo es tan amplio que beneficia a todos los que están alrededor”.

El agente turístico y gestor cultural Martín Castillo aplaude la estrategia pero teme que esta se quede en el papel. “Se debe seguir motivando a los turistas para que lleguen a los territorios y se enamoren de su gastronomía y de los sitios turísticos”, puntualiza.

Además, algunos operadores señalan que todavía hace falta regular algunos aspectos de la actividad turística para evitar que se afecte el medioambiente. Luzmila Pinto, representante de las Asociaciones de Turismo, opina que se debe replantear la forma en que se desarrollarán las actividades en reservas naturales como el manantial de Cañaverales, que será uno de los puntos de ecoturismo. “No vi viable que se haga en la zona del manantial porque este le da el agua a los agricultores y a las casas. Yo propuse que se haga en el arroyo El Sequión porque si no, el agua no nos dura ni un año. No nos cambiaría de sitio la mina sino nosotros mismos porque si no tenemos agua, no hay nada”, asegura Pinto.

La representante de las Asociaciones, quien lleva 11 años al frente de una fundación que protege el manantial, agrega que es importante que se tengan en cuenta a las comunidades para proyectar los planes turísticos y definir los sitios de intervención. Asimismo, considera que aunque el turismo se plantea como una gran alternativa de empleo, se debe evaluar cuántos puestos generará cada atractivo en los corregimientos. Sobre el caso de Cañaverales dice que “cantidades de empleo no va a haber porque el lugar es pequeño. Hay que analizarlo”. 

“En Cañaverales, cantidades de empleo no va a haber porque el lugar es pequeño. Hay que analizarlo”

Luzmila Pinto, representante de las Asociaciones de Turismo

El turismo es, precisamente, uno de los sectores estratégicos de su Plan de Desarrollo 2020-2023, con el que busca dinamizar la economía, fomentar el empleo y posicionar al municipio “como la mejor esquina turística del departamento de La Guajira en el horizonte 2040”, detalla el documento. Sin embargo, a pesar de que Díaz llegó al poder hace casi cuatro años, todavía no existe una estrategia integrada para organizar el trabajo en este frente. Las acciones y los anuncios que se han dado a conocer han sido de manera desordenada. 

En julio de 2021, por ejemplo, en las redes sociales de la Alcaldía se anunció la remodelación de la plaza Simón Bolívar, una decisión que fue cuestionada por varias voces locales que advirtieron la necesidad de invertir en otras obras públicas como la plaza de mercado, el terminal de transporte y el acueducto municipal. El debate público sobre la inversión de 11 mil millones de pesos en la obra, llevó a la modificación de los planos de intervención.

Estado actual de la plaza Bolívar, que es la más antigua del municipio de San Juan del Cesar. Foto: Alejandra Duque

El 18 de enero de 2022, la Alcaldía anunció que solo se invertirán 4 mil millones de pesos en la remodelación de la plaza Bolívar y se dejaría más arborización. Los 7 mil millones restantes serán destinados para el mejoramiento de otros parques públicos “En la Plaza Santander, que es la plaza donde mayormente se hace turismo en San Juan, en razón de que allí se celebra el Festival Nacional de Compositores en cada anualidad, y lo otro sería adecuar el viejo mercado para construir allí el Parque del Compositor”, detalla el secretario de Planeación Rafael Humberto Frías.

Frente a este tema, Amaya dice que “la idea es que los proyectos no queden como elefantes blancos, como el terminal de transporte”. “Sabemos la responsabilidad administrativa como fiscalmente. La idea es apropiarnos y tener sentido de pertenencia por las cosas del municipio”, añade.

La secretaria María Auxiliadora Amaya asegura que por el momento no se ha definido un presupuesto fijo para impulsar el resto de acciones de turismo y articularlas al ambiente, el agro, la economía y la cultura. Sin embargo, detalla que “se están consiguiendo recursos” del Fondo Nacional de Turismo (Fontur), el Ministerio de Turismo y la embajada de Estados Unidos. 

Lo que sigue

El dato: San Juan del Cesar fue escogido como uno de los 25 municipios que enamoran por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Fondo Nacional de Turismo (Fontur). Para este nombramiento, tuvieron en cuenta la amplia oferta cultural del municipio: el Festival Nacional de Compositores (patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco), el corregimiento La Sierrita y la Plaza Simón Bolívar (declarados patrimonio arquitectónico y arqueológico por la Unesco), la gastronomía, la medicina tradicional y la música de acordeón. 

¿Por qué es importante?

Históricamente, los nombres que más han sonado en el mundo del vallenato han sido aquellos de los hombres. Como compositores y cantantes, ellos han sido los mayores expositores de la música de acordeón. A pesar de que el vallenato fue reconocido por la Unesco como patrimonio inmaterial de la humanidad, siguen predominando las creaciones de los hombres y la baja participación de las mujeres. 

El Festival Nacional de Compositores de San Juan del Cesar, que es un pilar cultural y una vitrina para impulsar a quienes se inician en el arte de componer canciones, refleja esta situación. De los 57 compositores y compositoras aficionadas y profesionales que llegaron a la semifinal en la edición de este evento, solo dos son mujeres. Una cifra que no dista mucho de los años anteriores: en 2018 de 29 artistas que pasaron a la semifinal, tres eran mujeres, y en 2019 participó una mujer entre 20. 

“El festival es el único escenario para mostrar nuestras letras y melodías, y demostrar que tenemos vigencia. Participamos muy pocas mujeres porque el género vallenato es machista. Ana del Castillo y Karen Lizarazo nos motivaron a seguir componiendo. Pero ahí también está el machismo porque ellas son mujeres y no nos dan la oportunidad a otras mujeres para grabar nuestras composiciones”, dice Yanina Gámez, una de las compositoras más reconocidas de San Juan del Cesar y dos veces ganadora en la categoría de aficionados.

¿Qué está pasando?

Después de un año de pausa por la pandemia, en San Juan del Cesar se realizó la 44 edición del Festival Nacional de Compositores. Este evento, que es el más importante de este municipio y uno de los más característicos del sur de La Guajira, ha sido cuna de grandes compositores como Hernando Marín, Máximo Móvil y las dinastías artísticas de los Calderones, los Núñez y los Celedón. Durante el 6, 7 y 8 de diciembre tuvo lugar la semifinal y la premiación del concurso de canciones inéditas de compositores aficionados y profesionales, un conversatorio sobre la poesía en el vallenato, y un homenaje a quienes fallecieron por Covid-19. También se realizaron homenajes musicales a Poncho Zuleta, Fernando Meneses y Omar Geles.

El concurso de canciones inéditas de aficionados tuvo como ganadores a Lisandro Sierra con una composición en homenaje a San Juan del Cesar: San Juan de mis amores; en el segundo lugar estuvo Julio Alberto Fernández con Adiós te diré, y el tercer puesto lo ocupó Luis Sergio Junior Torres Escobar con Testamento de un amor. En la categoría profesional resaltaron las creaciones: Luna Morena, un paseo de Efraín Quintero Molina; La lista de arique, un merengue de Franklin José Moya Ariza, y Soy de San Juan, un paseo de Brayan Andrés Oñate.

Para Rodrigo Celedón, coordinador general del Festival y artista vallenato, lograr el evento este año fue difícil principalmente por el aumento de los casos de Covid-19 en el municipio en el último mes que llevó a que muchas personas se opusieran al festival. “Como impulsores de nuestra música realizamos todos las reuniones, los acuerdos, el plan de contingencia y las explicaciones necesarias para hacer entender que ya Colombia estaba reactivando la economía y que los compositores y verseadores necesitaban a gritos una ayuda económica y promoción de su talento”, detalla. 

A pesar del debate que generó el festival, para esta edición  aumentaron las inscripciones de compositores. Se presentaron 121 personas. “Se hubiera logrado más si se realizara la piqueria infantil y el concurso intercolegial pero preferimos dejar a los más pequeños en casa”, dice Celedón. Sobre la baja participación de mujeres, reconoce que “el vallenato es machista y los padres, en su mayoría, no quieren ver a sus hijas en este oficio”. Pero afirma que tal vez ahora “está cambiando la forma de ver las cosas”.

“El vallenato es machista y los padres no quieren ver a sus hijas en este oficio”

Rodrigo Celedón, coordinador general del Festival y artista vallenato

Consonante habló con las dos compositoras que están participando en la categoría de aficionadas para conocer sobre sus creaciones, sus triunfos y los obstáculos para componer en un género musical en el que la mayoría de voces son masculinas.

Andrea Barros: crecer con el vallenato

Andrea Barros tiene 18 años y desde los tres años ha vivido entre el folclor vallenato de Valledupar. Inició como cantante con la Escuela de Andrés “el Turco” Gil y a los diez años compuso su primera canción en honor al entonces recién fallecido Diomedes Díaz. Un año después la cantó en la misa de aniversario del Cacique de La Junta. El talento musical, asegura, lo heredó de sus familiares: la dinastía Valbuena. “Soy familia de Jorge, Nolan y César Valbuena. Uno de ellos es compositor, otro actualmente es corista de Silvestre (Dangond) y el otro creo que sigue tocando con Poncho Zuleta”, cuenta.

Hasta la fecha, Barros ha compuesto diez canciones y ha participado en diez festivales de composición vallenata, de los cuales ha llegado a la final en cinco. Aunque afirma que ha conocido a varias compositoras como Rita Fernández, sostiene que todavía hay machismo y discriminación en la música vallenata y este tipo de eventos. “He tenido la experiencia. A veces me dicen ‘esas canciones no son tuyas”, ‘tú no puedes componer esas canciones’. Pero yo digo que el que me quiera creer que me crea”. Por esto, uno de sus grandes sueños es presentarse en el Festival de Compositores de San Juan del Cesar, en el que quedó clasificada por primera vez. 

“Hace falta que uno de los grandes de la música apoye a la mujer, le grabe una canción”

Andrea Barros

Para Andrea Barros la discriminación y el machismo también se ven entre artistas. “Hace falta que uno de los grandes de la música apoye a la mujer, le grabe una canción. Eso es lo que falta. Como Rafael Orozco que grabó la canción Sombra Perdida de Rita Fernández”, dice. Esto contribuiría a que se reconozca “la capacidad que tenemos las mujeres para componer y para cantar”.

Fanny Contreras: de las aulas a la tarima 

Durante 40 años, las canciones compuestas por Fanny Contreras estuvieron guardadas en los cajones de su casa en Villanueva, La Guajira. Fue después de la muerte del compositor sanjuanero Hernando Marín, que entendió que era hora de sacar sus creaciones a la luz. “Cuando falleció, yo le saqué una canción que impactó y mis compañeras de trabajo me llevaron obligada a inscribirme y presentarme en el Festival Cuna de Acordeones”, recuerda Contreras. Hoy tiene 64 años y más de 30 composiciones de paseo, merengue, puya y algunas de ranchera. 

“Desde que era joven comencé a componer canciones. Pero por la sociedad en la que vivimos, el machismo y eso, a uno como mujer le da pena dar a conocer sus sentimientos. Decir me estoy muriendo por ti, estoy enamorada de ti”, dice. Es por esto, que desde su labor como profesora de Español y Literatura intenta convencer a sus estudiantes de darse a conocer. “Yo utilizo la estrategia de hablarle a mis estudiantes que hay que perder la pena y mostrar los sentimientos porque nos hemos quedado rezagadas. Muchas me agradecen que están sacando sus canciones”. 

“En esta cultura son los hombres los que se creen con el derecho de expresarse libremente”

Fanny Contreras

Contreras, quien heredó el arte de componer de su padre y su tierra de cantores, se ha presentado en algunos festivales regionales desde 1999, pero su trabajo y las tareas del cuidado en su casa limitan su tiempo para salir a las presentaciones. En los pocos eventos en los que ha estado, asegura, “los hombres nos miran mal como si quisieran que no participáramos. Siente uno el rechazo”. “En esta cultura son los hombres los que se creen con el derecho de expresarse libremente”, agrega.  

Esta es la tercera vez que Fanny Conteras participa en el Festival de Compositores. Espera sorprender a los jurados y al público con su canción Fabiola González, en honor a una profesora que ella admiraba. Asimismo, quiere que con el trabajo que ella misma y otras mujeres están haciendo en la música vallenata, más compositoras se decidan a escribir. “Hay muchas personas que están despegando. Yo creo que en unos 10 años va a haber más. Tengo una nieta que ya está empezando a componer sus canciones y tiene una voz hermosa”. 

¿Cómo impulsar a más compositoras?

Las compositoras coinciden en la importancia de que más mujeres participen en los proceso de formación en los colegios y de las escuelas artísticas, que se han convertido en semilleros de artistas en la mayoría del municipio del sur de La Guajira y en Valledupar. Rodrigo Celedón reconoce que son pocas las mujeres que participan y que allí está el reto de la Fundación del Festival de Compositores. “Ahí es donde hay que trabajar más. El vallenato en esta zona es más de los varones pero la mujer poco a poco se ha ido incorporando y haciendo hermosas canciones. En los colegios esto es parejo”, asegura. 

Yanina Gámez coincide desde su experiencia de vida. “Yo comencé a componer desde los 14 años, 15 años, creando mis propias melodías y letras. Pertenecía a una escuela de danza que se llamaba El Chicote del profesor Martín Anaís Calderón Palacios. Ahí lo veía componer y de allí hemos salido varias personas que componemos”. Por esto considera fundamental que, para fomentar la presencia de las mujeres en los escenarios culturales, “desde los colegios se motive a las niñas a hacer arte y expresar a través de la literatura su sentir”. 

Pero para Gámez también es importante que exista apoyos económico. Según ella, “los festivales están saliendo muy costosos. Yo llevo tiempo sin participar. Antes el cantante y los coristas lo hacían por amor. Ahora hay que tener un presupuesto para pagarles porque ese es su trabajo y eso está bien. Si uno como compositora les está pagando, ellos deben darle un incentivo al compositor que ayude a mitigar esos gastos”.

Lo que sigue

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