Grafitis como este han aparecido en San Juan del Cesar /Foto: Consonante.
San Juan del Cesar Reportajes

Asesinatos selectivos y panfletos amenazantes: así siembran temor los grupos armados

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Consonante es un laboratorio de periodismo que combate el silencio informativo en Colombia.
Consonante habló con 20 líderes sociales sobre la presencia de las Agc en el sur de la Guajira. Hablaron del miedo, la desconfianza y la dificultad de reconstruir el tejido social mientras el conflicto armado continúa vigente.

“A la pregunta de por qué la gente calla, la respuesta es simple: los grupos armados no han dejado de estar. Aquí en San Juan la gente no va a hablar de lo que le pasó porque aquí no hay disidencia de las Farc: existen las Farc todavía”, sentenció una lideresa de San Juan del Cesar, un municipio del sur de La Guajira en el que desde hace más de un año se respira una zozobra que ha ido en aumento en los últimos meses. Esta lideresa respondía a la pregunta ¿por qué persiste el miedo?, y lo hacía frente a 19 sanjuaneros y sanjuaneras en una reunión privada con periodistas de Consonante. Quienes la escuchaban asentían y, en voz baja, comentaban sus preocupaciones.

¿Y a qué se le tiene miedo? “El miedo es a uno morirse”, dijo un líder de uno de los corregimientos desplazados de San Juan del Cesar, que fueron muchos en la época álgida del conflicto armado. Este líder contó que las palabras amenazantes de los paramilitares en 2002, hace 21 años, todavía le suenan en la cabeza. En esa época hacía denuncias públicas, pero se tuvo que quedar callado cuando le dijeron que podía silenciarse por cuenta propia, o si no, ellos, los armados, lo harían. Desde hace meses, cuando en San Juan aparecen panfletos con siglas similares a las de esa época, el llamado al silencio sigue pareciéndole la mejor opción. Esa cautela lo ha protegido las últimas dos décadas.

El último panfleto circuló el 29 de marzo y estuvo firmado por las “Agc”, un grupo paramilitar autodenominado Autodefensas Gaitanistas de Colombia, pero al que el gobierno Colombiano llama Clan del Golfo. En este documento, que circuló de forma física y a través de WhatsApp, este grupo ilegal declaró “objetivo militar” a al menos 24 personas, a cuatro supuestas bandas delincuenciales y a un negocio. En el papel se acusa a estas personas de ser expendedoras de estupefacientes, ladrones de celulares, motos y ganado, entre otros. Además, les dieron menos de 48 horas para irse del municipio.

El último panfleto circuló el 29 de marzo y estuvo firmado por las "Agc". En el documento fueron amenazadas al menos 24 personas, cuatro supuestas bandas delincuenciales y un negocio.

El panfleto apareció 10 días después de que el presidente Gustavo Petro anunciara el rompimiento del cese bilateral al fuego que se pactó con este grupo ilegal desde el 1 de enero de 2023, luego de un ataque de las Agc contra la fuerza pública en el Bajo Cauca antioqueño. Pero en San Juan ese no ha sido el único anuncio de que los paramilitares están en el territorio: el 23 de enero una bandera de las Agc apareció en la vía al corregimiento de El Tablazo y al menos dos panfletos donde se anunciaba “limpieza social” circularon el año pasado. 

De hecho, en octubre de 2022 se consumó la amenaza contra los hermanos Jader y Francisco Romero, quienes fueron asesinados en La Junta. Dos meses después, el líder social Javier Gámez fue asesinado, aunque se afirma que no hubo amenazas previas. 

Por ese miedo, que se cimenta en el riesgo de ser asesinados, Consonante conversó con líderes y lideresas sociales bajo la promesa de no revelar sus identidades. 

La presencia no reconocida de grupos armados

Ni el Ejército ni las autoridades municipales han reconocido públicamente la presencia de las Agc en San Juan del Cesar, a pesar de que varios muros del municipio están marcados con grafitis que nadie se atreve a borrar. A pesar de eso, la información sobre dónde se ve a los hombres armados se mueve. Los líderes los han visto.

“Aquí cerquita se está organizando un grupo armado. Y siempre en el Comité de Justicia Transicional el Ejército va a decir que está todo normal. Y nosotros como comunidad tenemos tanto miedo que decimos que está todo normal. No decimos lo que vemos porque no confiamos”, agrega un líder de otro corregimiento. Se dice que en La Junta se asentaron los paramilitares. Por Marokaso, según cuentan, pasa un grupo guerrillero; en Caracolí ya han visto hombres armados, y lo mismo en Zambrano. 

“Aquí cerquita se está organizando un grupo armado. Y siempre en el Comité de Justicia Transicional el Ejército va a decir que está todo normal. Y nosotros como comunidad tenemos tanto miedo que decimos que está todo normal"

Líder social de San Juan del Cesar

Otro líder narra que, incluso, mientras se dedicaba a sus labores productivas, se encontró de frente con alrededor de 45 hombres fuertemente armados y uniformados en una zona rural cerca de San Juan del Cesar. Ahí tuvo que responder a este grupo qué estaba haciendo para que lo dejaran seguir. “Ahora tengo miedo de andar por esa zona”, confiesa. 

El problema es que las comunidades no confían en las autoridades civiles ni militares. Ninguno se atreve a hacer denuncias públicas ni privadas a nombre propio. El mismo líder que refuta el parte de tranquilidad que siempre da el Ejército, afirma que, si está en la montaña, siente más miedo de encontrarse con el Ejército que con otro grupo armado.

El miedo sigue latente

Esta desconfianza por las autoridades militares y civiles, así como por vecinos y coterráneos, tiene su origen en los hechos del conflicto armado. Según las cifras de la Unidad para las Víctimas, en San Juan hubo 315 homicidios por parte de grupos armados ilegales durante el conflicto. Sin embargo, esta cifra únicamente cuenta los casos de los familiares que denunciaron, narraron su relato y quienes fueron reconocidos como víctimas. Estas cifras, para los líderes, son inexactas. “Mucha gente se cohibió de ir a denunciar por miedo a que esa información que daban se filtraba”, afirma un hombre que fue desplazado y que no denunció este hecho en su momento.

Hay lugares en los que la población teme transitar. "Cuatro vías" es uno de esos.

Una mujer wiwa le dijo a Consonante que después de que fue a declarar a la Fiscalía por el asesinato de su esposo, recibió información de que el comandante paramilitar que en 2004 se conocía como Kevin ya sabía todo lo que ella había dicho. Por fortuna, le insistió al fiscal en que no sabía nada. 

Pero no fueron sólo las autoridades. “Nosotros como comunidad también pusimos el granito de desconfianza. Se presentaban casos de que un vecino vendía al toro y por miedo decían un nombre y así murió mucha gente inocente. La gente se cohibía de hablar, prefería encerrarse en su casa y no estar opinando con ninguno por miedo a que otro me venda”, dice una líder y víctima del conflicto. Todos los presentes estuvieron de acuerdo. “Hoy estamos hablando aquí y no sabemos quién de aquí va a malinformar a quién”, agregó alguien más. 

Ahora, con el rompimiento del cese al fuego, esa duda se hace cada vez más grande. “Que ya no haya cese al fuego sí nos genera zozobra, porque aquí no hay apoyo de ninguno y la fuerza pública no genera confianza”. 

Hace un año, cuando se hablaba aún menos de la presencia de los paramilitares, hubo una noche sin luz. Hubiera sido una de muchas, pero cuando volvió a salir el sol la comunidad de La Junta encontró paredes pintadas con las letras “AUC”. Eran las siglas viejas, que eran tan familiares. Y el miedo que revivió en ese momento aún no se va.

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  • Joaquín Segundo Córdoba
    Abr 10, 2023
    Aquí en San Juan reina el Miedo no renunciar los delitos que pasa en nuestra comunidad.

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