Por qué es importante
Yeimar Pastor Gómez es el primer tadoseño en jugar en la Selección Colombia. Su convocatoria ha sido motivo de orgullo para la población de este municipio futbolero del que han salido otros jugadores, como Anderson Perea, que juega en Bolivia y Yeicar Perlaza, jugador del Atlético Nacional. Esto se notó el pasado 27 de diciembre, cuando el defensor visitó a su familia y jugó un partido en honor a los amigos que murieron. Alrededor de 120 personas se reunieron para verlo jugar.
Este domingo muchos tadoseños y tadoseñas verán el partido en casa de los hermanos de Yeimar y esperan verlo jugar sus primeros minutos con la Selección.
Quién es Yeimar Gómez
Gómez comenzó a jugar a sus seis años de la mano del profesor Dalio Murillo, quien hasta hoy sigue entrenando a los niños de Tadó, y pasó a jugar a las divisiones menores del Boyacá Chicó. Ahí tomó la decisión de migrar a Argentina. Al igual que Carlos Sánchez, jugador oriundo de Quibdó que se inició en el fútbol profesional jugando en Uruguay, Gómez logró una oportunidad para debutar en el sur del continente. En Argentina, Yeimar Gómez jugó en los planteles del Rosario Central, Tiro Federal, Arsenal de Sarandí, Independiente Rivadavia y Unión (Santa Fe).
El tadoseño, que desde 2020 juega en el Seattle Sounders de la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos, creció admirando a tres grandes defensas: Amaranto Perea en Colombia y Rio Ferdinand y Nemanja Vidic del Manchester United. En esta posición jugó 32 partidos con su equipo en 2021, 28 de ellos como titular. Según el portal AS, “Gracias a su buen año, hizo parte del juego de las estrellas de la liga”. Además, la MLS lo escogió el año pasado como uno de los jugadores del equipo ideal.
Aunque todavía no suma un solo minuto de juego con la selección, Gómez dice que ser llamado es un sueño cumplido. Consonante entrevistó al jugador que, con un leve acento argentino, habló sobre su proceso futbolístico.
Consonante: ¿Cómo empezó en el fútbol?
Yeimar Gómez: Empecé a jugar fútbol desde muy temprana edad, seis o siete años. Yo vivía en el barrio Popular y después por cuestiones familiares me mudé al barrio Independencia y me encontré con muy buenos amigos en el barrio San Pedro sector Pantanito y de ahí empezó toda una odisea en el ambiente futbolístico.
C: ¿Quién lo entrenó?
Y.G: Acá en Tadó me entrenó Dalio y siempre estoy agradecido con él porque siempre me ayudó en lo que más pudo.
C: ¿Qué posición ocupaba cuando decidió jugar fútbol?
Y.G: Yo siempre cuento esta anécdota. Cuando empecé a jugar fútbol fui con unos amigos de barrio Popular y nos fuimos a presentar a la escuela de Dalio. Éramos cinco y ellos ya sabían lo que iban a jugar. Dalio preguntaba: ¿usted qué juega? Y ellos decían: yo, el arquero. Cuando llegó mi turno yo dije: yo no sé. Y él me puso a defender. Y de ahí, siempre me gustó defender. Al día de hoy creo que esa va a ser mi posición.
C: ¿Cómo fue el proceso para jugar en un equipo?
Y.G: Fue un proceso muy duro. Es lo que siempre le digo a la gente allegada a mí: si no tienen disciplina es complicado. En el camino siempre me topé con gente muy buena.
C: ¿Cómo fue irse a vivir a otro lado?
Y.G: En el momento en que tomé la decisión fue duro porque dejaba todo lo que había construido acá, a mi familia, a mis hermanos, mis amigos... Pero sabía que lo que me iba a encontrar por allá era el sueño que yo tenía, que era ser futbolista. Siempre que salí de acá era solo. Por ahí cuando fui al Chicó fue con unos amigos, pero cuando me fui del país siempre fue solo.
C: ¿Qué significó la convocatoria a la Selección Colombia?
Y.G: Fue un orgullo. Una caricia a todo este esfuerzo que llevo dando año tras año y la verdad que fue una emoción para mí. Y aquí en mi pueblo y mis allegados me la hicieron sentir, estaban muy felices por la convocatoria porque la hicieron sabiendo de dónde yo vengo y el esfuerzo que hice para estar ahí.
C: ¿Siente que ya cumplió su sueño?
Y.G: Eso pensaba hasta que me llamaron a la Selección Colombia, así que yo creo que nunca se cumplen los sueños hasta que el corazón deje de latir. Yo creo que cuando uno tiene un sueño, hay que ir por él. Por ahí hay momentos en los que uno se siente frustrado, pero hay que seguir. Si uno va, consigue algo. Si no va, no consigue nada.
C: Si tuviera la oportunidad de venir a jugar a Colombia ¿en qué equipo le gustaría jugar?
Y.G: En Colombia hay muchos buenos, pero siempre me gustó y soy hincha del América de Cali y me gustaría siempre sacarme la espinita de jugar acá en Colombia y si puede ser, en el América de Cali.
C: ¿Cómo ve los escenarios deportivos y el apoyo al fútbol en Tadó?
Y.G: Cada vez que vengo acá me entristece mucho porque Tadó siempre ha tenido buenos jugadores y siempre apoyó el deporte, pero no ciento por ciento. Yo creo que síi se puede apoyar un poco más, Tadó puede ser una potencia a nivel departamental y nacional.
C: ¿Qué le diría a los niños tadoseños que quieren ser futbolistas?
Y.G: El consejo que yo les doy, por lo que yo viví, es que por ahí hay mucho futuro, pero por influencia del trago, el amiguito o hasta la novia se van y por extrañar a la novia, regresan y están un mes o dos meses y la novia los deja. Entonces digo que si ellos quieren algo, deben esforzarse. Nada es fácil. Si uno quiere algo, algo le va a costar.
