El Consorcio Guayacanal 2022, encargado de la construcción del alcantarillado en los corregimientos de Guayacanal, Corral de Piedra y Zambrano, en San Juan del Cesar, vuelve a poner en riesgo la vida de la comunidad. Los habitantes del corregimiento de Guayacanal fueron sorprendidos, el 11 de julio, con la detonación de unas rocas que afectó la estructura de aproximadamente 8 viviendas.
Las obras de alcantarillado iniciaron en agosto del año pasado y durante todo este tiempo se han denunciado varias irregularidades. En el corregimiento de Guayacanal, donde comenzó la construcción, hay alcantarillas mal construidas, desnivel en la vía principal y daños en los inmuebles. Además, se han sumado nuevas quejas en los corregimientos de Corral de Piedra y Zambrano. Y a cuatro meses de que se cumpla el tiempo de ejecución del contrato hay pocos avances.
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¿Qué dice la gente?
El alcantarillado representa para estos tres corregimientos un avance y progreso. Para sacar las aguas residuales de sus casas, la gente optó por hacer pozos de aproximadamente de dos metros de profundidad en sus patios, pero estos se llenan rápidamente y suelen rebosarse.
(La construcción del alcantarillado en Guayacanal sigue poniendo en riesgo a la comunidad)
"Es importante si lo hacen bien hecho, porque entra progreso y ya se pueden pavimentar las calles. Acá hay varias pozas y eso es antihigiénico. Pero así como lo están haciendo estamos graves, mejor nos quedamos con las pozas", recalca Argiro de Jesús, habitante de Zambrano.
Sobre la voladura en Guayacanal, la comunidad asegura la constructora no les avisó formalmente del trabajo. Según cuentan, un trabajador de la empresa les dijo que harían uso de un líquido para fragmentar las rocas y poder trabajar en ese sector, pero no les hablaron de explosivos.
"Eso lo hicieron fue con engaños, nos dijeron que era un químico lo que iban a echar. Lo más correcto era haberle hecho saber a la gente que iban a explotar eso y la gente se hubiese retirado o estaban pendiente", asegura Janier Oñate, de 50 años.
"Mi casa quedó con grietas. El techo está con huecos porque cayeron piedras encima. Esto fue bien feo, porque todo tembló”, agrega.
"Yo estaba durmiendo acostada y cuando sentí fue el tropelin aquí en la casa. Cayeron varias piedras que traspasan el techo, a mí me dio miedo, pánico y se me fue la voz. No sabía que era una voladura, yo pensaba que me venían a matar, que me habían tirado la bomba aquí en mi casa", asegura Rita Orozco, quien vive en Guayacanal a pocas casas del lugar donde ocurrió la detonación.
En Guayacanal los habitantes ya han denunciado retrasos en las obras e irregularidades como: alcantarillas mal construidas, sin sellar y con tapas que no les corresponde. Además falta nivelar la vía, por lo que aún se ven algunas zonas con huecos que ocasionan riesgos de accidentes.
El problema ahora trasciende a los otros dos corregimientos donde se está realizando la construcción del alcantarillado: Corral de Piedra y Zambrano. El 18 de enero en el sector Corral de Piedra falleció el obrero Eliecer Daza Cuello, de 47 años, cuando trabajaba en una zanja. Y en Zambrano, a los dos meses de haber empezado las obras, se han reportado paros por retraso en los pagos de los obreros y los habitantes aseguran que no se están haciendo las cosas como se deben y que no hubo una socialización.
En Zambrano también hay varias alcantarillas destapadas. Enrique Orozco, habitante de este corregimiento, comenta que hay problemas parecidos a los de Guayacanal. "Allá tenemos la obra del alcantarillado parada porque hay cuatro manjoles (alcantarillas) que todavía no están funcionando y ya están rajados, las tapas no son las adecuadas, no aguantan peso, la tubería la están metiendo como les da la gana", dice.
Teresa Orozco, presidenta de la junta de acción comunal en Zambrano, puntualiza que si estos ajustes no se realizan no aceptarán la obra: "Los manjoles están dañados, no les están metiendo varilla, ni al nivel que deberían estar, no tienen tapas. Esos manjoles (alcantarillas) así no van a servir, eso tienen que volver hacerlos de nuevo. No vamos a recibir esa obra".
En los tres corregimientos varios habitantes y animales han caído en las alcantarillas que la empresa va haciendo y dejando sin tapas y señalización, por fortuna solo han quedado lesionados.
"Mi hijo iba en su moto y cayó en un manjol destapado, que él no vio porque no tenía señalización. Afortunadamente no fue grave y solo se golpeó la pierna, además también cayó una vaca la semana pasada, la comunidad se dio cuenta enseguida y lograron sacarla", dice Teresa Orozco.
Orozco agrega que tampoco hay seguridad para los empleados: “Acordaron que debían darle la dotación a los trabajadores porque no la tienen. A ellos nada más le dieron casco, gafas y unos guantes, no les han dado pantalón, camisas y botas. Eso no lo han cumplido”.
La empresa no responde
En Consonante hemos intentado comunicarnos con la empresa pero no ha sido posible recibir respuesta.
A pesar de que los habitantes del corregimiento de Zambrano han tenido reuniones con la contratista y la Secretaria de Planeación son pocos los acuerdos que han cumplido. Los trabajadores frenaron por varios días las obras por incumplimiento de la empresa en los pagos, y aunque la constructora ya está al día, la comunidad comenta que aún no les dan las dotaciones necesarias para que puedan trabajar en este tipo de obras.
Lo que sigue
Ante las quejas de la comunidad de Guayacanal, el sábado 15 de julio la empresa se comprometió a dar solución de los daños causados. Sin embargo, a los habitantes les preocupa que estos acuerdos nuevamente solo queden en palabras.
Además, algunos habitantes del corregimiento de Guayacanal aseguran que así como van las obras, no se terminarían este año. "Esto tiene que finalizar con el periodo del mandato del alcalde actual, que va hasta diciembre y eso no lo van a terminar”, concluye Elio Gutiérrez.