Parque biosaludable de Villas de Remolino. Foto: Francisco Mosquera
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Tadó, el municipio donde las obras se quedan en planos

Varias obras de infraestructura prometidas desde la alcaldía pasada permanecen paralizadas o incompletas a pesar de haber recibido millonarios recursos públicos. La falta de planificación, los problemas técnicos y el desfinanciamiento tienen en alerta a la comunidad, que exige al gobierno municipal y a los contratistas respuestas claras sobre cuándo y cómo se terminarán los proyectos.
¿Cómo se hizo este trabajo?
Enviamos derechos de petición a la Alcaldía, entrevistamos a la comunidad afectada y a los concejales, participando en la citación que hizo el Concejo al secretario de planeación con los contratistas de las obras.

En Tadó, las principales obras de infraestructura siguen paralizadas, sin fechas claras de entrega y con dificultades financieras y administrativas. Según el secretario de Planeación, Jixon Perea Collazos, actualmente se ejecutan cuatro proyectos impulsados por la administración de Palacios: el mantenimiento del puente del Tabor —que conecta con la comunidad de Mondó Mondocito—, el alcantarillado sanitario del barrio Escolar (sector Chambacú), la entrega de un tramo pavimentado en Jingarabá la semana pasada y la instalación del alumbrado navideño en el corregimiento de El Tabor.

Pero los mayores tropiezos están en las obras que dejó contratadas el exalcalde Cristian Copete: la cancha de Mondó Mondocito, el parque del barrio Villas de Remolino y el sistema de iluminación de la cancha sintética Emiliano Chaverra. Su retraso ha generado preocupación entre los habitantes, que hoy dudan de la capacidad de la administración de Palacios para culminarlas.

“Tadó tiene todo el potencial para ser una joya turística del Chocó, pero las obras no avanzan y la gente ya no cree en los anuncios”, expresó un líder comunitario durante una sesión del Concejo.

El panorama refleja una constante en el municipio: la distancia entre los anuncios de desarrollo y la ejecución real. A pesar de su riqueza turística, cultural y ambiental, Tadó sigue limitado por la falta de planificación, los incumplimientos contractuales y la debilidad institucional. “Estamos cansados de promesas. Queremos obras, no discursos”, reclama un habitante de la comunidad de Mondó Mondocito.

A pesar de que el exalcalde Copete aseguró que los proyectos fueron entregados con los recursos necesarios para su finalización, hoy la alcaldía dice que las obras están desfinanciadas y enfrentan numerosos inconvenientes.

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Las obras inconclusas que dejó Cristian Copete en Tadó

El caso de Mondó Mondocito: una obra que nunca inició

En la comunidad indígena de Mondó Mondocito, la promesa de una placa deportiva múltiple se quedó en el papel. El contrato, adjudicado en junio de 2023 a la empresa Representaciones EUT S.A.S. por 1.390 millones de pesos, debía entregarse en febrero de 2024. Hoy la obra está detenida: los materiales se deterioran, los pagos están en mora y la ejecución física apenas alcanza el 1,02 por ciento.

Según Perea Collazos “la placa polideportiva de Mondó Mondocito quedó inconclusa por situaciones ajenas al contratista, relacionadas con el orden público y otras dificultades”. Entre las principales causas de retraso, según los informes entregados al concejo municipal, se cuentan bloqueos de la guardia indígena, amenazas y presencia de grupos armados ilegales (Eln), falta de personal y materiales, incumplimientos en la entrega de documentación técnica y condiciones climáticas adversas.

El concejal Álvaro Valencia Valencia, líder del resguardo Mondó Mondocito, califica la situación como “muy preocupante”. Afirma que la obra lleva más de seis meses detenida, después de la compra de materiales como varilla, cemento, arena y piedra. Hoy denuncia que gran parte de esos insumos se encuentran perdidos o dañados. “Hay más de 400 bultos de cemento restrojados, todo se está deteriorando”, lamenta.

De acuerdo con el contrato N° LP-03-2023, la administración municipal del entonces alcalde Cristian Copete, se comprometió a realizar un anticipo del 50 por ciento, equivalente a 695 millones de pesos, tras la firma del acuerdo y la aprobación de las garantías exigidas. Sin embargo, la obra, financiada por el Ministerio del Deporte y Findeter, fue liquidada unilateralmente el 14 de julio de 2025, después de siete prórrogas y tres suspensiones formales.

Según la Secretaría de Planeación, el avance físico debía llegar al 62,62 por ciento, pero apenas alcanzó un 1,02, generando un retraso acumulado superior al 96 por ciento.

El contratista Yanny Mosquera Valencia señaló en una sesión del Concejo Municipal que los atrasos no son su responsabilidad: “No podemos asumir los retrasos generados por la alcaldía. Los pagos no se hicieron a tiempo y no se nos autorizó continuar con la obra”, afirmó.

Ante la parálisis, el Ministerio del Deporte y Findeter revisan actualmente la viabilidad técnica del proyecto. Según el secretario de Planeación, Jixon Perea, se estableció un plan de manejo de cuatro meses para definir cómo reanudar los trabajos, aunque hasta el momento no se ha reiniciado la obra. “Después de la declaratoria de incumplimiento que hizo la alcaldía, una comisión viajó a Bogotá junto a representantes del contratista y de la administración municipal para reunirse con Findeter y el Ministerio del Deporte, pero hasta ahora no hay resultados visibles”, explicó el concejal Luis Eduardo Moreno.

Desde la alcaldía de Tadó no se ha fijado una fecha clara para retomar los trabajos ni para la entrega final, pese a que ya han pasado 21 meses desde el plazo original de culminación. Lo único cierto, insiste Perea, es que los recursos están disponibles: “Yo creo que con esa plata sí se podría terminar la obra”.

Mientras tanto, la comunidad sigue a la espera. Con 988 habitantes, el resguardo indígena de Mondó Mondocito ve en esta obra una oportunidad para sus niños y niñas, que hoy no tienen un espacio adecuado para el deporte ni la recreación. “Estamos muy preocupados. Nadie nos ha informado qué pasará con la cancha”, afirma el concejal Valencia.

Villas del Remolino: un parque desfinanciado

Foto: Francisco Mosquera.

El Parque Recreo Deportivo de la Urbanización Villas del Remolino, concebido como un espacio para el encuentro familiar y el esparcimiento de los niños de Tadó, hoy se ve abandonado y sin presencia de obreros. La obra, valorada en 1.662 millones de pesos, fue contratada entre la Corporación Mixta para el Desarrollo Integral, la Sostenibilidad Social y Ambiental de las Regiones (CORPISSA) y la Corporación Prosperar Social de Colombia, designada como ejecutora por el municipio de Tadó mediante el acto administrativo N.° 1655 del 26 de diciembre de 2023.

El Contrato de Obra N.° 010 de 2024 fijó un plazo inicial de ocho meses, con fecha de inicio el 15 de mayo de 2024 y entrega prevista para enero de 2025. Sin embargo, para el 21 de junio de 2024, los trabajos ni siquiera habían comenzado. Poco después, el proyecto fue suspendido por problemas técnicos, presupuestales y climáticos, lo que prolongó la ejecución por dos meses y seis días.

Las condiciones topográficas del terreno obligaron a realizar confinamientos no previstos en el presupuesto, lo que implicaba una modificación contractual. A esto se sumaron las fuertes lluvias registradas en julio y agosto, que impidieron continuar las labores. La suspensión se formalizó mediante el Acta N.° 01, firmada entre septiembre y noviembre de 2024 (según distintas versiones), y fue avalada por la interventoría.

El Acta de Reinicio N.° 01 se firmó el 7 de enero de 2025, una vez superadas las causas que originaron la suspensión. A partir de entonces, el contratista se comprometió a actualizar las pólizas para reflejar el nuevo plazo contractual. No obstante, pese a los trámites administrativos, las fechas de entrega siguen siendo inciertas. El concejal Luis Eduardo Moreno asegura que no existe una fecha clara de culminación, mientras el personero municipal confirma que las fechas iniciales no se cumplieron “por temas administrativos, técnicos y del clima”.

A pesar de que después de la suspensión el valor final del contrato registrado en el Acta de Reinicio fue exactamente el mismo valor inicial, hoy la respuesta es que la obra está desfinanciada. Fuentes del Concejo municipal dicen que faltan más de 480 millones de pesos para culminar el proyecto. “El parque biosaludable de Villas del Remolino está desfinanciado, está a medias. En las sesiones del Concejo pasado se dijo que estaban revisando el tema presupuestal, pero hasta hoy no se ha puesto una sola piedra más”, advierte el concejal Moreno.

“El parque biosaludable de Villas del Remolino está desfinanciado, está a medias. En las sesiones del Concejo pasado se dijo que estaban revisando el tema presupuestal, pero hasta hoy no se ha puesto una sola piedra más”

Luis Eduardo Moreno, concejal.

Desde la Secretaría de Planeación dicen que la obra presenta un 47 por ciento de ejecución, pero no hay claridad de si se podrá terminar. “Quizás hubo falta de planificación por parte de las personas que en su momento hicieron los estudios y diseño y una mala estructuración del presupuesto”, afirma Perea Collazos. Según su diagnóstico, el proyecto fue dividido en dos fases: la primera muestra avances significativos, pero la segunda carece de los recursos necesarios.

“Como administración estamos evaluando si es posible completar la obra con recursos de regalías. Si el contratista aseguró que con ese dinero alcanzaba para terminarla y luego aparecieron dificultades, eso refleja una mala planificación. Y ahora, con el presupuesto de 2026 en discusión, el municipio difícilmente podrá asumir esa carga con recursos propios”, explica el funcionario.

La decisión sobre una eventual adición presupuestal aún no está tomada y dependerá de lo que determine una mesa técnica de la alcaldía. Desde la Secretaría de Planeación se han hecho requerimientos a la empresa CORPISSA y seguimiento a la ejecución del contrato. “Encontramos varias falencias, elaboramos documentos para conocer el estado real del proyecto y, al no obtener respuesta, reiteramos la solicitud con copia a la Personería y a la Procuraduría”, señala el secretario Perea.

La incertidumbre también preocupa a los líderes comunitarios. Fausi Yurgaky Perea, presidente de la Junta de Acción Comunal de Villas del Remolino, asegura que la comunidad no ha recibido información clara sobre la suspensión ni sobre el futuro de la obra. “Hay riesgo de que el parque no se culmine como debe ser. Al no terminarlo, se perjudica mucho al sector y se priva a los niños y jóvenes de un espacio para su recreación. El lugar está tan abandonado que algunos lo usan para tender ropa. Necesitamos que los entes de control hagan seguimiento y que esta obra no se pierda”, cuenta.

Una cancha que no se ha podido terminar

Una de las obras más visibles de los últimos años se ha convertido también en una de las más controversiales: la cancha de fútbol sintética Emiliano Chaverra, promesa principal de la administración del exalcalde Cristian Copete. Aunque hoy es utilizada por la comunidad, el escenario deportivo sigue inconcluso: no tiene luminarias y la segunda etapa —que incluye graderías, camerinos y zonas de descanso— no se ha empezado a ejecutar.

“La cancha sintética, aunque ya fue entregada, es una obra incompleta. Se puede usar durante el día, pero en la noche es imposible porque no tiene iluminación”, explica el concejal Luis Eduardo Moreno, recordando que la promesa de instalar luminarias fue hecha hace más de seis meses sin resultados visibles.

La incertidumbre también rodea la segunda fase del proyecto. Según Moreno, tanto la Gobernación como la Alcaldía se comprometieron públicamente a aportar recursos para su ejecución, pero hasta el momento “no hay absolutamente nada”.

El secretario de Planeación reconoce fallas en la planificación inicial: “Quizás las personas que recibieron la propuesta no hicieron las observaciones pertinentes. Si uno compara, las luces de la cancha junto a la iglesia son mejores que las instaladas en la sintética. Hubo una muy mala planificación de la iluminación”. La cancha que debía convertirse en símbolo del impulso deportivo de Tadó hoy refleja los vacíos de planificación y seguimiento que marcan buena parte de las obras públicas del municipio.

Lo que sigue

En una sesión reciente del Concejo Municipal de Tadó, los corporados expresaron su preocupación por los retrasos y la falta de transparencia. El concejal Luis Eduardo Moreno Murillo manifestó su decepción ante los contratistas: “Nunca hay una explicación clara y concreta. Cada vez que los citamos, llegan con excusas”.

Desde el Concejo aseguran tener conocimiento de las gestiones que adelanta la alcaldía para garantizar la entrega de las obras, aunque persisten las dudas sobre su efectividad. “Solo escuchamos que hay voluntad, pero soy escéptico frente a los procedimientos administrativos que se han venido realizando. Ha habido dificultades con las obras que dejó la administración anterior y han argumentado que muchas no quedaron en el empalme. Pero considero que son excusas. No veo claridad, ni la verdadera intención de la administración actual de sacar estos proyectos adelante”, puntualiza el concejal Moreno.

Hoy no existen fechas de entrega para ninguna de estas obras, ni la seguridad de su continuidad. Mientras tanto, el personero Guillermo Andrés Cuesta Paneso, asegura que ha recibido innumerables quejas de la comunidad tanto por obras no entregadas como por aquellas que sí se han culminado. Las principales afectaciones y quejas reportadas incluyen: la afectación a la calidad de vida y ambiental, pues el alargamiento de los plazos de ejecución conlleva afectaciones ambientales y sociales para los residentes que viven cerca de las obras, como calles destapadas, exposición a la inclemencia de la lluvia y problemas de mosquitos.

A esto se suma que algunas obras terminadas han dejado residuos en alcantarillas, lo que provoca represamientos, inundaciones y afectaciones a las viviendas de los ciudadanos. La personería también ha recibido quejas por el no pago de salarios, prestaciones sociales e indemnizaciones. El Personero calificó como una "violación suprema" y de “mala costumbre”, que los contratistas no contratan debidamente al personal que trabaja en estos contratos, que son catalogados como de riesgo, incluyendo la falta de vinculación a la seguridad social.

Mientras las obras permanecen inconclusas y las explicaciones se reparten entre administraciones, la comunidad espera que los entes de control intervengan y que, finalmente, los recursos públicos se traduzcan en resultados visibles.

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