Por qué es importante
Los consejos de juventud fueron creados para garantizar la participación y concertación de esta significativa porción de la población en la gestión pública. En Colombia, los y las jóvenes representan cerca del 25 por ciento de la población. Es decir, esta figura debería servir para que sus necesidades y preocupaciones sean tenidas en cuenta en las decisiones y actividades que las autoridades territoriales deberían tomar para solucionar problemas como los que enfrentan los y las jóvenes en Tadó y otros municipios del país: la falta de empleo, los embarazos a temprana edad, y el consumo de sustancias psicoactivas, por mencionar algunos.
El profesor Fabián Acosta, director del Observatorio de Juventud de la Universidad Nacional, advierte que si las autoridades no reconocen la importancia de los jóvenes y garantizan su participación a través de los CMJ, “los jóvenes se van a movilizar y van a seguir haciendo sus demandas porque no tienen garantías de derechos para su educación plena, no tienen trabajo”. “La situación es muy grave”, advierte Acosta.
Qué está pasando
Han pasado tres meses desde que los nueve integrantes del Consejo Municipal de Juventud (CMJ) de Tadó comenzaron sus funciones. En este tiempo, según lo establecido en la ley, debían haber empezado a hacer veeduría de las acciones de la administración municipal y a participar en la toma de decisiones que lleven a mejorar la realidad de los y las jóvenes del municipio. Sin embargo, el CMJ se ha reunido apenas una vez con la Alcaldía, no tiene presupuesto para trabajar y tampoco han trabajado con el Concejo municipal.
Los consejeros determinaron reunirse dos veces al mes (al principio y al final de cada mes). En estas sesiones, aunque no han asistido todos los integrantes, han estado trabajando en los temas de su plan de acción. Para esto han discutido algunos que les preocupan, como el consumo de sustancias psicoactivas que crece cada vez más en Tadó, estrategias para mitigar el aumento de embarazos a temprana edad y la necesidad de hablar de las infecciones de transmisión sexual. Además, han estado trabajando en su reglamento interno. Sin embargo, hacia afuera no han tenido impacto.
Las razones que dan los y las jóvenes
- La administración municipal y el Concejo no han cumplido con sus obligaciones: La administración municipal debería garantizar que el CMJ tenga las garantías para trabajar. Así lo define la Ley Estatutaria 1622 de 2013, que establece que la alcaldía debería “promover, incentivar y fomentar la participación de los jóvenes para que integren los Consejos Municipales de Juventud en el menor tiempo posible, además de disponer de los recursos, para apoyar su efectivo y real funcionamiento”. Pero funcionarios de la administración municipal de Tadó solo se han reunido una vez con los miembros del CMJ para discutir la necesidad de un auxilio económico, camisetas de dotación para que los identifiquen y un computador en el que puedan trabajar. En esa ocasión no hubo ningún acuerdo. La Alcaldía tampoco ha definido un presupuesto para que pueda funcionar el consejo. Para Karoll Sofía Idárraga, consejera, no tienen garantías para trabajar. “Luego de que la registraduría preparara unas elecciones, con los consejos de juventud no ha pasado nada”, afirma. Esto mismo sienten otros jóvenes, como Wilman Arrieta, presidente del CMJ. "El apoyo que tenemos por parte de la alcaldía es superficial. Los consejeros están un poco desmotivados con el proceso, algo se ha manifestado es el tema del auxilio económico, el cual les permita a los consejeros que están por fuera (en Quibdó, porque estudian) transportarse al momento de sesionar”.
Por otro lado, el Concejo Municipal, que debería reunirse con los jóvenes al menos dos veces al año, todavía no lo ha hecho. Eduardo Moreno, concejal de Tadó, afirma que para el Concejo “sería muy importante trabajar de la mano (con el CMJ) para conocer de primera mano las proyecciones que ellos tienen”. “Esperamos en algún momento poder articular con ellos, poder trabajar, podernos apoyarnos entre sí” dice el Concejal. Sin embargo, todavía no hay una fecha tentativa para la reunión.
- Aún no tienen un lugar para sesionar. Según la ley 1885 de 2018, el CMJ debería sesionar “en las instalaciones de los Concejos Distritales, Municipales y en las Asambleas Departamentales y Congreso de la República. Para lo cual, estos órganos dispondrán de un espacio físico para el correcto funcionamiento de los Consejos de Juventud”. En Tadó esto no ha pasado y, hasta ahora, los integrantes del CMJ se han encontrado siete veces en el auditorio María Garcés, específicamente en la oficina del secretario de Cultura, Darlington Yurgaky.
Según Wilman Arrieta, presidente del CMJ, esto ha desmotivado a algunos jóvenes. “No tenemos un sitio adecuado para sesionar. A muchos les ha incomodado, pero como presidente les digo que si vamos a esperar que la administración nos brinde todas las garantías, pues nunca vamos hacer nada”.
- La desilusión de algunos jóvenes. Las dos situaciones anteriores han llevado a que algunos jóvenes sopesen la importancia del trabajo que hacen teniendo en cuenta que las autoridades no han demostrado que realmente les interesa garantizarles su participación en la actividad democrática. Hoy, varios han perdido el interés en participar del proceso. Esto nos lo aceptaron algunos jóvenes en conversaciones informales con Consonante. Eliana Marcela Mosquera Perea, que también hace parte del CMJ, dice que está desmotivada porque estudia en Quibdó, y a veces no cuenta con los recursos para transportarse en momentos de sesionar. "Hemos ido a hablar con el alcalde para algunas cosas que necesitamos, pero hasta el momento no han dado respuesta de nada".
Aún así, el consejero Daniel Benítez, dice que “los consejeros de juventud no hemos desertado. Aún estamos en el tema de realizar nuestro plan de trabajo y unificar ideas”.
Qué dice la gente
El sentimiento generalizado entre los integrantes del CMJ y otros jóvenes cercanos al proceso es que no tienen el apoyo necesario para trabajar. A pesar de que algunos reconocen que han logrado algunos avances, sienten que su trabajo no tiene impacto.
- Leifer Mosquera, un líder juvenil que aspiró al consejo de juventud, pero no fue electo, dice que los jóvenes de Tadó acogieron la posibilidad del CMJ porque necesitaban sentirse representados. “Pensamos que íbamos a tener mayor respaldo por parte de la administración municipal, pero he dialogado con algunos compañeros (...) y considero que no se han brindado las garantías, no se han adecuado las instalaciones. Es triste que no tengan un espacio para sesionar”.
- Deyvis Américo Perea Mosquera, consejero de Juventud, coincide. "Pedimos más colaboración por parte de la Alcaldía. No tenemos ni siquiera dónde sesionar, no tenemos un computador para sentarnos a realizar el plan de acción, es más, ni siquiera tenemos una camiseta que nos identifique cómo consejeros de Juventud.".
El problema de fondo
La falta de apoyo que denuncian los y las jóvenes de Tadó no es una situación exclusiva de este municipio. Según el profesor Fabián Acosta, director del Observatorio de Juventud de la Universidad Nacional, el Estado nunca estuvo interesado en que los jóvenes realmente participaran. “Creo que tal vez en razón del estallido social del año pasado, el levantamiento juvenil que hubo, el gobierno se apresuró a ofrecer las elecciones de los Consejos de Juventud”, dice el profesor Acosta, pues los Consejos realmente se ordenaron con la Ley 375 de 1997, pero solo hasta 2021 se convocaron las elecciones. “Hubo algún entusiasmo, pero esto (la falta de apoyo) demuestra que el Estado no ha estado interesado en realmente escuchar y asumir las problemáticas de los jóvenes. A la hora del té las instituciones no asisten (a los llamados de los jóvenes) ni toman las acciones para que los Consejos funcionen bien”, agrega.
Para el experto esto envía un mensaje desalentador, pues el incumplimiento de la ley alimenta la desconfianza que los jóvenes siempre han tenido en el Estado y desilusiona rápidamente a muchos.
Para él lo que debe pasar es claro: “las autoridades deben cumplir la ley”. Esto es, garantizar que los consejos funcionen y estar realmente interesadas en sus problemas. Es decir, que aunque no tengan presupuestos, sí deben incluirlos en las negociaciones de posibles políticas públicas y decisiones que los afecten. “Y que se aprovechan las potencialidades de un mundo juvenil que es muy potente, porque no solo unos son nativos digitales, sino que son la generación que más ha tenido acceso a la educación en este país”.
Lo que sigue
- Los consejeros de juventud esperan tener listo su plan de acción este 25 de abril. De esta forma piensan que podrán trabajar de la mano con la administración y el Concejo municipal.
- Los miembros del CMJ le dijeron a Consonante que esperan que esté lista pronto la Casa de la Mujer, pues la administración municipal les dijo que trasladará allí la biblioteca municipal para que las y los consejeros puedan trabajar tranquilamente en la Casa de la Juventud.
- Los jóvenes esperan que la administración municipal les dé las garantías necesarias para hacer su trabajo de veeduría. Es decir, que disponga de los medios económicos y físicos que requieren.
*La red Consonante buscó insistentemente una entrevista con la coordinadora de juventud de la Alcaldía, Mileidy Mosquera, desde el 23 de marzo y durante casi tres semanas, de forma presencial y telefónica, pero la funcionaria no la concedió.