Los estudiantes de La Guajira deben volver a clases el próximo 6 de febrero, pero los preparativos para el regreso a las aulas en el sur del departamento van a media marcha. A pesar de que la Secretaría de Educación ya contrató el transporte y la alimentación para los 12 municipios no certificados, varios rectores y docentes de San Juan del Cesar y Fonseca aseguran que aún hay varios asuntos pendientes.
Entre estos, arreglos a daños estructurales y contratar los servicios de aseo y vigilancia. Este último tema realmente preocupa a los rectores, quienes aseguraron que si no están listos antes del próximo mes, no iniciarán actividades.
En Consonante revisamos qué está listo y qué no para que los estudiantes regresen a las aulas. Esto es lo que encontramos:
Los contratos firmados
El 15 de diciembre, más de dos semanas después de terminado el año escolar, la gobernación contrató el servicio de transporte por 18,9 mil millones de pesos. El contrato fue firmado con la Unión Temporal del Caribe que está integrada por Transportes Sensación SAS, Lineas Escolares y Turismo SAS- Lidertur SAS.
Transportes Sensación SAS ya se había presentado a la primera licitación pública abierta para este contrato en agosto de 2022 que fue suspendida por un juez un mes después. Mientras tanto, Lineas Escolares y Turismo SAS-Lidertur SAS es una empresa bogotana que ha contratado con varias entidades públicas en la capital del país.
Sin embargo, al revisar el contrato lo que llama la atención es que la cantidad de rutas y vehículos contratados es la misma de hace cuatro años. En total, solo habrá 292 rutas y 332 vehículos para las áreas rurales y urbanas.
“Cada vereda merece un vehículo. El año pasado solo había una camioneta por dos. Como solo cabían 10 o 15 niños, y tenemos 16, nos turnábamos. Una semana iba la mitad de aquí y la otra, la mitad de allá. Este año son 20 niños”, dice Sobeida Díaz Epiayú, líder comunal de la vereda Los Toquitos, en Fonseca.
La comunidad educativa ha denunciado varias veces que los vehículos no alcanzan. Aún así, desde la oficina de Comunicaciones de la Secretaría de Educación aseguran que al momento de formular el proyecto ante el Departamento Nacional de Planeación no habían recibido estas denuncias.
Por otro lado, el contrato para el apoyo al Programa de Alimentación Escolar (PAE) se firmó otra vez con el Programa Mundial de Alimentos para los próximos 11 meses. Los padres de familia esperan que el servicio no presente intermitencias como el anterior.
Los asuntos pendientes
- Hace falta contratar más docentes
Desde 2019 no incrementa el número de plazas disponibles para maestros en el departamento a pesar de que la población estudiantil ha aumentado 13 por ciento, según cifras oficiales. Es decir, hoy hay cerca de 10 535 estudiantes más que hace tres años.
“Tuvimos un curso de 84 estudiantes y nunca le nombraron docente. Se mantuvieron en alternancia hasta fin de año y la situación sigue igual”, cuenta Nelvis Peralta, rectora de la institución Clotilde Poveda. Además, según Peralta, hay padres y madres de familia preocupados porque la falta de docentes repercute en los cupos disponibles para sus hijos e hijas. “Faltan aulas, docentes y pupitres. Muchos niños se van a quedar por fuera del sistema”, asegura la rectora. Por esta misma razón, en la Institución Técnica Agropecuaria del corregimiento de Conejo no hay cupos para estudiantes nuevos este año.
En San Juan del Cesar la situación es parecida. Sin mencionar que varios profesores y maestras ya cumplen los requisitos necesarios para retirarse.
Adaulfo Manjarres, secretario de Educación, reconoce que hacen falta docentes, y asegura que está a la espera de que el Ministerio de Educación apruebe 448 nuevas plazas. “Desde finales de 2021 hemos realizado mesas de trabajo debido a que la planta es insuficiente para atender la población estudiantil matriculada en el SIMAT”.
- Sin personal administrativo ni de aseo o vigilancia
El nuevo contrato del servicio de vigilancia y aseo no se ha firmado, y desde la Secretaría de Educación ya le confirmaron a los rectores en una reunión realizada la semana pasada que no estará listo para el 6 de febrero.
Algunos rectores de San Juan del Cesar contrataron personal de aseo durante los primeros días del año con recursos propios. “Yo negocié con la aseadora que trabajó el año pasado para poder tener una buena presentación al momento de culminar la jornada de matrícula. No sé cómo haré la semana entrante”, confiesa Clotilde Urbina, rectora de la IED María Auxiliadora.
Pero al rector de la Institución Educativa José Eduardo Guerra el problema que más le preocupa es la inseguridad pues en varias ocasiones han sufrido hurtos.
Por su parte, Alexander Martinez, rector de la Institución Agrícola de Fonseca, asegura que no cuenta con el personal suficiente para administrar la escuela. “Hacen falta administrativos, un coordinador y una psicorientadora para poder atender a 1 700 alumnos”, dice.
- Faltan soluciones para las deficiencias de infraestructura
Aulas en mal estado, baños que funcionan a medias, filtraciones en los techos, conexiones eléctricas obsoletas y salones sin pintura. Este es el escenario que se repite en varios colegios. A pesar de que los rectores han alertado sobre estos daños desde hace varios meses, desde la Secretaría de Educación aseguran que todavía están reuniendo información para hacer los arreglos necesarios.
“Estamos realizando el levantamiento de información de infraestructura, legalización de predios y titularidad de estos para la formulación de un proyecto que será financiado con recursos de regalías”, respondió la entidad a una solicitud de información enviada por Consonante. La Secretaría, sin embargo, no aclara qué obras se priorizarán en el proyecto ni en qué estado está.
La situación en algunas instituciones no da espera. Por ejemplo, en la IED de El Carmelo, en San Juan, los estudiantes no tienen un restaurante en buenas condiciones.
Y en el Colegio Clotilde Poveda, en Fonseca, hay hacinamiento: en un salón que fue diseñado para alojar entre 20 y 25 estudiantes, hubo entre 38 y 42 estudiantes durante 2022. Esto, a pesar de que el año pasado la ONG Save the Children y la alcaldía municipal hicieron arreglos en la institución.
- No hay un plan para mejorar el rendimiento escolar
El año pasado la suspensión del servicio de transporte escolar durante los últimos cuatro meses se tradujo en pupitres vacíos. Aunque no hay cifras, los rectores aseguran que muchos estudiantes dejaron de ir al colegio porque debían caminar largos trayectos, o porque sus padres a veces no tenían el dinero necesario para pagar el transporte.
“No alcanzaron a lograr todos los Derechos Básicos de Aprendizaje (DBA) porque estuvieron ausentes”, dice Nelvis Peralta. “La situación para nivelarlos es complicada, porque un profe alcanza a tener hasta 40 estudiantes. Entonces, los niños quedan con muchas lagunas y esto repercute en su nivel académico”, agrega.
Sin embargo, desde la Secretaría de Educación departamental sostienen que no se reportó deserción escolar por la falta de transporte, por lo que tampoco tienen una estrategia que les permita a los docentes y rectores enfrentar la situación.
A esto se le suma lo que varios estudios han señalado: la interrupción de clases presenciales por la pandemia de Covid-19 generó un rezago académico que aún no se ha subsanado. Según Unicef, tres de cada cinco niños y niñas de América Latina y el Caribe perdieron un año escolar durante la pandemia.
Entonces, ¿qué se puede esperar?
A quince días del inicio de clases no hay muchas alternativas a la vista. En Fonseca, el alcalde Hamilton García le dijo a los rectores que los 800 millones de pesos del presupuesto municipal no alcanzan “para hacer una obra significativa en cada institución y que la solución sería la construcción de un megacolegio”, cuenta Alexander Martinez, rector de la Institución Agrícola de Fonseca.
El 25 de enero los rectores tendrán una reunión con el secretario de educación departamental Adaulfo Manjarrez en el corregimiento de Papayal, y cada rector debe llevar un oficio con las necesidades de su institución. Apenas ese día esperan tener un plan de acción definido para el inicio de clases.