En Fonseca el mercado de la compra y venta de votos está abierto. Al igual que en las elecciones regionales anteriores, las negociaciones para asegurar votos a favor de los candidatos a las Alcaldía se han intensificado en los días cercanos al domingo de votación. Pero ahora el negocio es a otro costo: los votos se están comprando hasta por $250.000 mientras en años anteriores los montos negociados no superaban los $50.000.
El intercambio de votos por dinero en el municipio está lejos de reflejar la transparencia electoral que esperan las autoridades para esta jornada.
En los últimos días, el Gobierno Nacional ha intentado mostrar que han incrementado los controles para evitar la ocurrencia de delitos como la corrupción o el constreñimiento al sufragante o la trashumancia electoral. El presidente Gustavo Petro incluso anunció la entrega de recompensas a cambio de información veraz y eficaz sobre compra y venta de votos. “Se pagará entre un millón a cinco millones de pesos a quienes denuncien con pruebas a los compradores de votos. Le solicito a la ciudadanía grabar toda actividad irregular que detecte en las campañas y enviárnoslas”, señaló después el Presidente en la red social X.
“Yo mismo, entregaré todas las recompensas de las personas que efectivamente nos hagan judicializar compradores de votos y recuperar los dineros de la politiquería corrupta”, escribió Petro en la misma red social el 25 de octubre.
Un comprador de votos fonsequero de vieja data, sin embargo, explica que las autoridades son menos estrictas en el municipio. Esta persona —que ha trabajado con varias campañas durante la época electoral en los últimos años— asegura que el botín que está en juego justifica el riesgo.
*Consonante publica esta entrevista y se reserva la identidad de la fuente con el fin de visibilizar las dinámicas de un negocio vigente de cara a las elecciones de este domingo 29 de octubre.
Consonante (C): ¿En cuanto se está comprando el voto?
Comprador: Esto ha cambiado hace 12 años. O sea, tres campañas atrás el voto se compraba entre $20.000 y $30.000. Luego pasó a costar $50.000, pero hoy se ha encarecido. Al menos acá en Fonseca está costando entre $100.000 y $250.000, dependiendo de cuántos votos sean y de quien lo esté vendiendo… No se negocia igual con todo el mundo.
C: Las personas que venden el voto, ¿son siempre las mismas?
Comprador: Sí, ya uno las conoce. Este dato queda registrado y,, si se trata del candidato del alcalde de turno, este le pasa el dato a su pupilo para que los contacten con tiempo y se haga el compromiso. También hay familias que siempre se lo venden al mismo comprador sin importar de qué lado esté para evitar que la cosa se riegue.
C: ¿Cómo es el negocio?
Comprador: La persona tiene que ser de plena confianza del candidato para evitar que este hable y/o se vuele con la plata. Por esta razón, ya no se le entregan grandes sumas de dinero a los compradores como se hacía antes. Muchos engañaban a los candidatos quedándose con la plata o con gran parte de ella y no compraban los votos. Esa plata se perdía ganara o perdiera el candidato… Antes era más fácil la cosa.
Hoy la vaina es diferente y te puedes meter en problemas. Antes un solo comprador manejaba hasta $100 millones; hoy un solo candidato puede tener hasta 20 compradores con sumas menores de $20 millones cada uno para comprar votos. Así el riesgo es menor.
Además, hay dos modalidades: el voto individual tiene un precio y la plancha completa (que incluye Gobernación, Alcaldía, Asamblea y Concejo) tiene otro precio. La plancha completa puede costar hasta $400.000, dependiendo del marrano.
C: ¿Quiénes suelen vender más el voto?
Comprador: Definitivamente los jóvenes entre 18 a 25 años. Por ahí, en un 70%, y las personas de más edad como en un 30%. Los pelaos cojen la plata para beber y divertirse. Otra cosa, la gran mayoría (de las personas que venden el voto) son hombres. Las mujeres pocon, pocon. Las pocas mujeres que lo venden agarran la plata para gastos de ellas, personales.
C: ¿Cuántos votos alcanza a negociar cada comprador?
Comprador: Con lo que (los candidatos) te dan ahora pueden ser entre 180 y 200 votos, porque uno también tiene que ganar. Yo soy quien corre el mayor riesgo si me agarran. Uno a veces habla claro con el candidato y le dice de frente a cómo va uno a pagar los votos. El resto es para uno. Por ejemplo, si el voto vale $100.000 uno le dice al candidato que los va a pagar a entre $70.000 y $80.000. El resto es para uno. Ahora, hay personas y familias que dicen: si no me dan tanto, no voto. Esto contribuye a encarecer el voto.
C: ¿Por qué otras razones cree que ha incrementado el precio del voto?
Comprador: La gente no le cree al político. No hay empleo y hay hambre. Además, la gente dice que lo único que se come de ellos en cuatro años es esto y más na’.
C: Comprar y vender votos constituye un delito que puede acarrear de cuatro a ocho años de cárcel y una multa de 200 a mil salarios mínimos legales vigentes. ¿Conoce los riesgos que corre al conseguir votos?
Comprador: Sí, son bastantes. Me arriesgo a que me agarre la ley, a que me señalen y quedar al descubierto. Pero todavía no conozco a la primera persona que haya pagado cárcel acá en Fonseca. Muchas veces la ley es cómplice: te agarran, se negocia con el policía o con quien te agarre y te sueltan. Te retienen unas horas para hacer el parapeto y te dejan ir. Para ellos, ese proceso de las audiencias, las pruebas y todo ese cuento es engorroso y prefieren ganarse un a platica y dejar la cosa quieta.
C: Es decir, ¿sabe a que se expone?
Comprador: Sí claro. Ya leí todo lo nuevo que dice la ley, pero como te dije: todo tiene su riesgo. Uno sabe manejar el toro y ¿quien dijo miedo? Vamos pa’esa.