“Algunas personas creen que los votos en blanco se le suman al candidato más votado”, cuenta Javier Pallares, consejero de juventudes de Fonseca (La Guajira), cuando habla sobre la desinformación que se mueve en las elecciones. Sin embargo, este es tan solo uno de los mitos que circulan en época electoral y que en ocasiones logran confundir al elector o lo llevan a abstenerse o hasta cambiar su voto.
Para que usted pueda votar informado el 29 de octubre, Consonante le explica 10 de los mitos que más están sonando de cara a las próximas elecciones regionales y por qué no debe creerlos.
- En estas elecciones sólo se vota por alcalde y gobernador
El 29 de octubre se votará para elegir las cuatro autoridades regionales: el alcalde, que es la máxima autoridad en el municipio; los concejales que harán aparte del Concejo Municipal y cuya labor principal es realizar control político al alcalde; el gobernador, que es la máxima autoridad del departamento; y los diputados que integrarán la Asamblea Departamental y deberán hacerle control político al gobernador. Además, en los distritos o municipios con localidades se elegirán ediles de las Juntas Administrativas Locales.
Esto quiere decir que el 29 de octubre cada votante recibirá cuatro tarjetones.
Esteban Salazar, coordinador de la Línea de Gobernabilidad y Democracia de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), explica que las autoridades locales se eligen al mismo tiempo y en una fecha distinta a las nacionales como parte de la descentralización del país. “Esto se hizo bajo la lógica de que cuando se hiciera un proceso electoral nacional, que es el que se hace primero, como ocurrió el año pasado, no tuviera injerencia en las elecciones locales”, dice.
- Los candidatos que se lanzan por primera vez no van a quedar electos
Legalmente, los candidatos que se lanzan por primera vez tienen las mismas posibilidades que los demás candidatos y no es un requisito previo haber aspirado antes al mismo cargo de elección popular. Un ejemplo de esto es que el exagobernador de La Guajira, Nemesio Raul Roys, y el gobernador del Chocó, Ariel Palacios, no habían aspirado a ese cargo antes de ser elegidos. También hay casos como el de Guillermo Torres, conocido como Julián Conrado, actual alcalde Turbaco (Bolívar), un reincorporado de las antiguas Farc que quedó elegido y nunca había sido candidato a un cargo de elección popular.
Para Salazar, la idea de que los candidatos nuevos no son elegidos, pasa sobre todo por imaginarios que existen en zonas “dominadas por los clanes políticos”: “En el resto del país creo que es más bien común que quien se lanza por primera vez tenga unas buenas probabilidades de llegar. Por supuesto que es difícil, no porque los candidatos nuevos nunca se puedan elegir por una regla generalizada, sino porque existen unas condiciones preexistentes que generan que la competencia electoral sea muy difícil”. Como puede ser la financiación de la campaña.
- Las elecciones se ganan o se pierden el día de la votación
“Las elecciones no se ganan o se pierden solamente el día de las elecciones — dice Esteban Salazar de Pares —, también pueden ganarse o perderse las dos semanas siguientes a la votaciones durante el proceso del escrutinio, que es el que tiene validez jurídica”. En realidad lo que vemos el día de las votaciones en medios de comunicación o en la página de la Registraduría es el preconteo y es de carácter informativo. De ahí sigue el proceso de escrutinio que es el conteo y la consolidación oficial de los resultados de las votaciones para cada candidato y lista de candidatos.
En el escrutinio, por ejemplo, se verifica si lo que se informó en el conteo estuvo bien o si hubo errores que se deben subsanar. A veces hay errores, intencionales o no, de contar un voto que debía ser válido como uno nulo o viceversa. Eso puede aumentar o disminuir el número de votos de un candidato. En el proceso de escrutinio participan a nivel municipal un registrador, testigos electorales, los candidatos, abogados o apoderados de los candidatos y funcionarios de los entes de control como la Procuraduría.
- Votar en blanco no sirve para nada
Sí lo tiene, tanto jurídico como simbólico. La Corte Constitucional reconoce el voto en blanco como una expresión de inconformismo, abstención o disentimiento político en la elección. “La importancia del voto en blanco es simbólica, puede mandar un mensaje de hastío de los políticos que están en la contienda electoral”, dice Diógenes Rosero, director del capítulo regional Costa Atlántica de la Fundación Foro Nacional por Colombia, una ONG que busca fortalecer la democracia en el país.
El voto en blanco también se cuenta dentro de los votos válidos como si fuera otro candidato. La diferencia es que sólo puede ganar con la mitad más uno del total de los votos válidos. Según la Constitución Política de 1991, si esto pasa, las elecciones deben repetirse con nuevos candidatos, ya que el triunfo es leído como un inconformismo de los ciudadanos con los candidatos postulados. En la historia del país, al menos tres veces ha ganado el voto en blanco en elecciones regionales: en 2011 en Bello (Antioquia) y en 2015 en Tinjacá (Boyacá) y Florida (Valle del Cauca).
- Los votos en blanco se le suman al candidato con más votos
“El voto en blanco es una opción para los que no se sienten representados. Se contabiliza como voto válido, pero no se le suma a ningún otro candidato que gane o pierda, es una opción aparte”, explica Rosero de Foro Nacional por Colombia.
Es decir, la Registraduría contabiliza el voto en blanco de forma independiente como si se tratara de otro candidato.
- Dibujar o escribir sobre la foto de un candidato anula el voto
Según la Registraduría, el voto es nulo — o sea que no es válido para ningún candidato, partido o movimiento— sólo cuando la intención del elector no es clara. Eso pasa, por ejemplo, porque marca dos casillas en el tarjetón y no es posible saber qué era lo que quería manifestar el votante.
Es decir, cualquier marca o rayón que haga sobre una de las casillas de los candidatos que aparecen en el tarjetón es interpretada como un voto a favor del candidato que está ahí. Si usted dibuja un corazón, hace una línea, dibuja un bigote o escribe insultos dentro de una de las casillas del tarjetón, ese voto es válido y es sumado a favor del candidato que estaba en esa casilla porque es considerado como una marca clara e intencional.
Sin embargo, la recomendación es poner siempre una equis (X) en la casilla del candidato por el que quiere votar. De esta manera no hay dudas sobre su intención de voto.
- Hay que votar por el mismo partido o movimiento en todos los tarjetones
No es necesario elegir a los candidatos del mismo partido o movimiento en cada uno de los tarjetones.
“El sistema político colombiano es muy diverso y permite que tú votes por diferentes partidos a diferentes corporaciones”, afirma Diógenes Rosero de Foro Nacional por Colombia. Dice que una muestra de eso es que hay partidos, movimientos y grupos significativos de ciudadanos (que son los que recogen firmas) que no tienen candidatos en todas las corporaciones. Por ejemplo, no es obligatorio que un candidato a la Alcaldía que se inscribió por firmas tenga inscrita una lista al Concejo. Por eso mismo, hay un tarjetón para cada cargo al que aspiran y los votos se cuentan por separado.
- Un voto no hace la diferencia
Sí lo hace. El sistema electoral del país cuenta cada voto válido y puede ser decisivo para definir si un candidato es elegido o no. Por ejemplo, en las elecciones de 2019, Cristian Copete fue elegido como alcalde de Tadó en el Chocó, por una diferencia de ocho votos.
También hay otros casos en los que un voto puede alterar la balanza. En 2015, dos candidatos al concejo de Barranquilla quedaron empatados y tuvieron que definir quién se quedaba con la curul al azar sacando el nombre del concejal electo de una urna. El procedimiento está contemplado en el Código Electora, la ley que regula los procesos electorales en el país. En este caso, si alguno de los aspirantes al Concejo hubiera tenido un voto más, no hubieran tenido que recurrir a la suerte.
Salazar, coordinador de Pares, también dice que votar tiene varias implicaciones: “El voto no sólo es la decisión sobre el día de las elecciones, sino sobre el futuro de un municipio. Ese voto puede cambiar la dirección y el desarrollo de un territorio en los próximos cuatro años y de muchas personas que dependen del presupuesto público”.
- No hay nada que obligue a los candidatos a cumplir lo propuesto
Según el artículo 259 de la Constitución: “Quienes elijan gobernadores y alcaldes, imponen por mandato al elegido el programa que presentó al inscribirse como candidato”. Eso quiere decir que el programa que se inscribe ante la Registraduría — y que contiene las propuestas y las visiones del candidato frente al municipio— deberá coincidir con el Plan de Desarrollo Municipal que deberá formular en caso de ser elegido.
Si hay un incumplimiento, los concejos y las asambleas que hacen control político a alcaldes y gobernadores y las veedurías ciudadanas que vigilan la gestión pública, son los llamados a denunciar ante los entes de control. Esto teniendo en cuenta que hay incumplimientos que obedecen a circunstancias de tiempo, modo y lugar que pueden alterar lo propuesto, como lo fue en su momento la pandemia de covid.
- Votar no sirve para nada
La Ley 403 de 1997 estableció varios beneficios para los votantes, esto como parte de la idea de reconocer y estimular el voto. Entre los beneficios está: media jornada de descanso remunerada en el mes siguiente del día de la votación, rebaja de un mes en la prestación del servicio militar para soldados y auxiliares bachilleres y de dos meses para soldados campesinos y regulares, 10% de descuento en la matrícula de universidad pública y en la expedición del pasaporte, y preferencia de ser elegido en caso de igualdad de puntaje en exámenes para ingreso de universidades públicas y privadas o para empleos de carrera en el Estado.
Para acceder a estos beneficios debe tener el certificado electoral — un pequeño documento que le dan después de votar— que contiene datos como su nombre completo, número de cédula y el puesto de votación, y va firmado por el jurado de votación.