Cuatro meses después de que la Superintendencia Nacional de Salud ordenara el cierre de la EPS que tenía 270 mil afiliados, sus usuarios enfrentan una serie de inconvenientes para acceder a los servicios de salud. Muchos están atrapados en los recovecos de un sistema que, en vez de ayudarlos a gestionar su salud, empeora sus enfermedades.