Marino Marín y Adriana L. Wilkinson tienen mucho en común, aunque sean de generaciones diferentes: él de 76 y ella de 42 años. Él sin hijos y ella con dos que ya son adultos. Adriana viviendo en Estados Unidos, a donde llegó buscando nuevas oportunidades; Marino en El Carmen de Atrato, dedicado a desentrañar la historia y la cultura del municipio en su soledad. Sin embargo, a los dos el amor por la lectura y las letras que cultivaron desde que estudiaban en las escuelas rurales de las veredas de El Siete y El Ocho, les dio un sueño: dedicarse a la escritura.
A través de la autogestión, estos dos carmeleños se abrieron camino para poder publicar sus obras. Adriana, quien se define como una guerrera emigrante, es escritora de las obras Cuando habla el corazón, Javar, Bajo la misma Luna y Seduce, enamora o recupera, una combinación de cartas, prosa, pensamientos, suspenso y reflexiones. Javar, su novela de suspenso, y Seduce, enamora o recupera de autoreflexión, están incluso traducidas al inglés. Por su parte, Marino Marín, quien se reconoce como un romántico empedernido, ha publicado tres libros: Mis vitrinas literarias, Mis poemas y algo más y Coantri, una monografía de El Carmen de Atrato; además de las decenas de poemas que han quedado entre papeles sueltos.
Consonante: ¿Cómo decidió empezar a escribir?
Adriana Wilkinson: Aunque mi primera obra literaria fue publicada en el 2003, Cuando Habla el Corazón, considero que soy escritora no desde esa fecha, sino desde que la profesora Lucia Marín, en la escuela de El Siete, me enseñó a leer y a escribir. Creo por experiencia propia que se nace con el don de escribir y luego se cultiva el arte con estudio y práctica.
Escribo desde que tengo memoria: en diarios, servilletas y hojas sueltas, donde me llega la inspiración. Sólo llegué a pensar en publicar, cuando estuve en la universidad y mi decano, Enoc Iglesias, conoció mi trabajo literario y creyó que muchas personas más deberían leerlo. Así que me ánimo, orientó y acompañó en todo el proceso de lo que fue mi primera obra, que es una recopilación de algunos de mis escritos desde que tenía 14 años.
Marino Marín: Desde muy niño tuve esa inquietud. Inclusive, leí mi primer libro a escondidas de mi papá (él leía también). Lo leía por ahí a ratos, a escondidas, porque era un libro para adultos. Titulaba, si no estoy mal, Cumbres Borrascosas, de Emily Bronte.
Escribía desde antes de la secundaria, pero nunca llegué a publicar y esos borradores se me perdieron en los trasteos. Luego acá trabajé en un principio como profesor en varios pueblos de Antioquia y luego ya vine a ocupar el cargo de rector aquí en el Liceo Marco Fidel Suárez. Y estando aquí como rector me quedaban algunos tiempecitos y empecé a escribir bastante en las tardes o en las noches. Me ha gustado mucho la noche, porque la inspiración me viene mucho en ese momento. Ahí empecé a escribir estos libritos que he podido publicar. Más o menos entre 1993 y 1997.
En la actualidad tengo, ya digital y todo, un libro sobre la historia completa de nuestro querido municipio del Carmen de Atrato, Chocó. Ya lo tengo digitado, está en el proceso de la corrección, entonces vamos a ver si en este año lo podemos publicar porque yo digo que está haciendo mucha falta. Aquí sobre historia solamente en la monografía que hice hay algo escrito, de resto no se ha escrito mucho.
C: ¿Qué opina sobre la cultura en el Carmen de Atrato, cree que hay potencial para escribir?
A.W.: Se escribe cuando se tiene algo que decir, cuando se quiere comunicar algo que uno percibe, algo de lo que se toma conciencia. Se escribe sobre algo que uno quiere denunciar, para traer al presente aquello que corre el riesgo de ser olvidado, porque no se quiere que se olvide.
El Carmen de Atrato tiene mucha cultura e historia que debe ser plasmada por todos los escritores que tiene nuestro municipio. Tenemos la fortuna de contar con escritores con libros publicados como: Amparo Agudelo Cardona, Rocío López Correa, María Teresa Alzate, Marino Arturo Vargas rivera, Fernando Cardona Caro, Rita Antonia Taborda Corrales, Lorena Salazar Masso, Marino de Jesús Vargas Agudelo, Avelino Marín Bedoya, Marino Marín Giraldo.
Y los que aún están en las sombras, no publicados. Entonces contestando a tu pregunta, sí tenemos mucho potencial en nuestro municipio.
M.M.: Sí, tenemos mucho potencial. Inclusive hay algunos paisanos que han escrito unas obras muy interesantes. Está por ejemplo Amparo Agudelo Cardona, con su libro El Carmen de Atrato, Pueblo de Posta’, que está bien concebido. También está Marino Vargas, que tiene varios libros.
Como un homenaje al cumpleaños de nuestro municipio, José Jesús Sánchez Velázquez sacó un hermoso poema que estuve leyendo ahora. Y entre los jóvenes también uno ve que hay algunos que están por ese camino de cultivar las letras, entonces yo creo que de El Carmen de Atrato hay buen potencial.
Princesita de mi vida
Marino Marín - Mujer Carmeleña
carmeleña sin igual
eres linda, eres bella
cual idilio no normal.
Carmeleña, carmeleña
de figura angelical
aquí te canto con cariño
por ser toda una verdad.
Ojos glaucos tienes
tu cuerpo estructural
tus labios rosa, los ansío
fuiste siempre mi ideal.
Morenita de mi vida,
morenita angelical
al murmullo del Atrato yo te arrullo
yo te beso y te adoro más y más.
Carmeleña de mi vida, carmeleña angelical.
C.: ¿Cuáles han sido las cosas más difíciles que ha tenido que enfrentar para escribir?
A.W.: Si tengo que decirte sólo una de tantas, te diría que el bloqueo del escritor es una de las más difíciles. Siempre me pasa que hay días que escribo páginas como la seda, y otros en los que estoy estancada en la primera línea. Para remediar esto dejo de escribir por un par de días, cambio de actitudes y luego leo todo lo que he escrito y comienzo a escribir otra vez.
M.M.: Yo siempre digo que uno debe leer bastante para mirar los pensamientos de muchos autores y tener el léxico apropiado. A veces eso se dificulta….
La edición de libros es difícil por los costos. A veces no se encuentra un patrocinio. Yo precisamente estoy mirando a ver quién me va a patrocinar la edición de este libro de historia de nuestro municipio, todavía estoy en ese proceso. Entonces, sí, hay dificultades como en cualquier cuestión de nuestra vida. Esto tiene sus más y sus menos. Otra cosa es atreverse a publicar. Porque siempre piensa uno “bueno, ¿esto sí va a caer bien en la gente?, ¿sí me estoy expresando bien?, ¿sí les va a gustar?”. Entonces es una cuestión para la que uno tiene que estar psicológicamente preparado.
C.: ¿Cuál es su mejor recuerdo vinculado a la escritura?
A.W.: Cuándo hice el lanzamiento en el Carmen de Atrato de mi segundo libro JAVAR. Hicimos una tertulia y me tatué el recuerdo tan hermoso de ver que el lugar se llenó de adultos y sobre todo de jóvenes de todas las edades que deseaban escuchar de literatura y participar del evento. Aún me erizo de solo recordarlo.
M.M.: La escritura le trae a uno mucho placer, mucho goce cuando ve editado su primer libro, cuando ya está en la calle y de pronto alguien que le gustó ese libro lo para a uno en la calle o lo llaman telefónicamente a felicitarlo y a decirle “me gustó esto y esto”; entonces sí, goza uno con esos momentos.
C.: ¿Qué cree que falta en el municipio para que quienes quieran escribir, puedan salir adelante?
A.W.: En El Carmen de Atrato hace falta apoyo del gobierno y de la comunidad misma. Desde la alcaldía se pueden gestionar cursos o talleres donde las personas con el talento literario puedan formarse y acompañarse en el arduo proceso de publicar.
También hace falta motivación a los escritores con reconocimientos públicos. Además se debe crear más cultura literaria en la comunidad, mediante actividades didácticas. Aumentar el gozo de consumir literatura y así apoyar a los escritores del municipio.
M.M.: Pues yo creo que motivación, a la juventud hay que motivarla, hay que hacer más eventos culturales tendientes a la lectura. En la actualidad en la Biblioteca Municipal están haciendo una buena campaña con los niños, hacen allí su reuniones sobre cuentos y libros interesantes. Yo creo que ese es un buen camino porque va motivando a la niñez y a la juventud para que lleguen a la senda del escritor.