Josué Restrepo ve lo que otros no ven. Cuenta que aprendió a observar buscando ranas, serpientes y culebras en la vereda Guaduas de El Carmen de Atrato. “Para encontrar a las ranas, uno ya conoce más o menos el punto donde están. Por ejemplo, entre las 9 y 12 del día las encuentra fácil porque salen a tomar el sol. La que es un poquito más difícil es la ‘dardo dorada’ porque se mantiene entre la hojarasca. Pero como es muy territorial, uno le graba la vocalización, ella sale a ver quién llegó al territorio y así uno la coge fácil”, cuenta Josué.
“Escuchen… esa es la rana transparente”, dice Josué interrumpiendo la charla en medio del camino hacia su casa, ubicada en las estribaciones de los Farallones del Citará, a seis horas a pie desde el sector La Sánchez. “Suena como una campanita”, afirma y agrega que para convertirse en un avistador de reptiles, anfibios y aves es indispensable ser paciente.
Josué es uno de los tres guías locales de Guaduas reconocidos en el municipio y el primero en convertir sus redes sociales en una ventana, para que otros habitantes de El Carmen de Atrato y de Colombia conozcan la biodiversidad de plantas y animales que tiene su vereda. En Guaduas se han encontrado especies de orquídeas, bromelias, anfibios y serpientes que, según la Fundación Alianza Natural, no se pueden encontrar en otras partes del país y algunas, incluso, son “desconocidas para la ciencia”.
El avistamiento hace parte de la cotidianidad de Josué. En los recorridos diarios que emprende desde su casa hacia la vereda Guaduas puede encontrar hasta tres serpientes diferentes, diez pájaros distintos o, al menos, una rana. Esto no sería posible sin la abundancia de agua que hay en el camino. Tiene que cruzar la quebrada La Cristalina, a través de un puento de madera y otro metálico; el río Grande, el río Pedral y el río Grande, nuevamente, en un punto en el que confluyen los ríos Guaduas y Piedras, la quebrada La Albería y otras cañadas. Por eso siempre lleva su celular en el bolsillo, “listo para la acción”, como él dice. En su cuenta de Instagram ya cuenta con 100 fotografías y videos de culebras tierreras, caracoleras y “juetiadoras”, serpientes mapaná y “rabo de chucha”, iguanas, camaleones, ranas y sapos.
La pasión de Josué por avistar anfibios y reptiles inició en 2021 después de que participó de una caracterización biológica de la vereda realizada por la Fundación Alianza Natural, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID), la Red Adelco y la asociación Agroecotur Guaduas. Josué y otros once habitantes de la vereda se convirtieron en guías locales para los científicos e investigadores expertos en aves, mamíferos, anfibios, orquídeas y reptiles, quienes recorrieron Guaduas durante 15 días para buscar, identificar y registrar diversas especies de fauna y flora, analizar la riqueza hídrica e instalar cámaras trampas y redes de niebla para el monitoreo y observación de mamíferos.
A través de su trabajo como guía local, Josué conoció la vereda, aprendió a identificar los animales y cómo relacionarse con ellos. Desde entonces ha mezclado su labor de avistador con sus labores como campesino en el cultivo de peces, cacao, caña, pasto para el alimento del ganado y plantas aromáticas. Esto le ha permitido despertar una mayor sensibilidad para escuchar, ver y registrar a los animales.
“Uno aprende cuál es la diferencia entre una culebra y una serpiente. Es fácil confundir a las culebras con las serpientes, pero son inclusive más rápidas y astutas. Las culebras muerden pero no son venenosas, pero si una serpiente te pica es muy posible que mueras”, advierte Josué. “Conociendo esto no solo se puede salvar la vida de una especie, sino también la de una persona. La mayoría de los campesinos al ver esta especie, sacamos el machete y cortamos la cabeza, por miedo, por desconocimiento. Si aprendiéramos a conocerlas otra sería la historia”, agrega.
La labor de avistamiento que lleva realizando Josué ha inspirado a otros habitantes de la vereda y del municipio a realizar avistamiento. Flor Alba Dávila, quien también fue guía local como Josué, se ha enfocado en las orquídeas. Recorre la vereda buscando especies, las siembra en su casa y las colecciona. Flor Alba cuenta que, incluso, hace poco encontró una variedad que antes no había identificado: “era una orquídea de hoja ancha”.
El tener una mayor visibilidad de la riqueza de fauna y flora que tiene Guaduas también ha generado que los habitantes de esta vereda trabajen por la conservación de las especies y el territorio. En consenso entre la comunidad, que es representada por Agroecotur Guaduas y la Junta de Acción Comunal, han acordado no permitir la entrada de empresas minero energéticas o el uso de maquinaria para extraer minerales, prohibir la pesca con atarraya, venenos o chinchorros, y la cacería de cualquier especie. Además, no se puede extraer madera para la venta. Algunas personas incluso han optado por destinar grandes áreas de sus fincas para conservarlas y permitir que la fauna y la flora se pueda desarrollar.
Ángel José Rentería, presidente de la Junta de Acción Comunal de Guaduas, explica que identificar la biodiversidad del territorio es importante porque: “se reconocen muchas especies que uno desconoce y allí uno puede adquirir conocimiento de qué es lo que hay en nuestra región para poder cuidarlo. El hombre ha depredado e invadido, extinguiendo tantas especies, pero algunas de estas aún están en nuestro municipio y por eso nuestra postura es que hay que conservar y cuidar, antes que tumbar y destruir”.
Una opinión similar tiene Floralba. “Necesitamos conocer la riqueza natural que tenemos. Nuestros ancestros la conocían y valoraban más, pero nosotros la desconocemos y por eso no nos duele tanto su destrucción, porque no conocemos lo que tenemos, no lo valoramos”, afirma.
Guaduas, una vereda con especies por descubrir
Guaduas es la única de las 31 veredas que tiene El Carmen de Atrato donde se ha hecho una caracterización específica sobre su biodiversidad. En 2021, fue escogida por la Fundación Alianza Natural, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID) y la Red Adelco porque su ubicación en el piedemonte de las montañas de los Farallones del Citará y la humedad que allí se presenta le permite albergar especies diversas. “Cuenta con varios ecosistemas cada uno con grupos de fauna y flora diferentes entre sí, lo que ha permitido que su riqueza de especies sea uno dentro de los más altos tanto en el municipio como en el departamento”, dice el informe presentado por Alianza Natural.
En Guaduas, los investigadores identificaron 213 anfibios y ocho especies de reptiles. Hubo tres especies que no coincidían con registros anteriores de ninguna otra conocida en la región: las ranas dardo venenosa (Phyllobates sp), “dink” (Diasporus sp). y de cristal (Hyalinobatrachium sp). “Se pueden tratar de especies potencialmente nuevas para la ciencia o como mínimo registros nuevos de distribución”, dice el informe. Asimismo, se encontró por primera vez en el departamento la rana C. xanthocheridia, que antes solo se había visto en los departamentos de Antioquia, Córdoba y Risaralda.
Además, hallaron 92 especies de orquídeas. Durante el recorrido, se identificaron dos especies nuevas para la ciencia que hacen parte de la familia Lepanthes. Según los investigadores, registraron dos especies de orquídeas endémicas y una de bromelia y encontraron por primera vez en Colombia la especie de orquídeas Elleanthus, que antes solo se había identificado en Ecuador. Si bien lograron registrar las especies, los biólogos consideraron que posiblemente habría otros nuevos organismos, pues no se tenían detalles para la clasificación de algunos.
Se observaron nutrias, zorros, monos maiceros, venado colorado, taira, kinkajou, murciélagos, armadillo, chucha, conejo de monte y perro de monte. Algunos de estos animales están en peligro de extinción o con algún tipo de amenaza para su subsistencia.
El turismo de naturaleza para hacer pedagogía
Josué, Floralba y el resto de la comunidad han encontrado que la conservación está ligada a la posibilidad de hacer turismo consciente. Josué cuenta que desde que comenzó a publicar sus fotografías y videos lo contactan “profesionales y turistas que desean venir a mirar las especies”. Por eso sueña con hacer: “un turismo para avistadores de aves, un turismo para personas que más allá de un simple paseo buscan aprender y al mismo tiempo conocer un territorio en donde prima la conservación y el respeto por la vida en toda su expresión”.
Josué junto a otras personas del municipio que han comenzado a hacer avistamiento tienen como proyecto hacer un inventario vereda por vereda de las especies de flora y fauna en El Carmen de Atrato, para generar conciencia de la biodiversidad. “Aquí se sabe muy poco. Tenemos algunos registros propios de aves y reptiles, pero falta mucho”, dice Kenyi Paolo Pérez, un joven avistador de aves. Pérez considera que esta puede ser una oportunidad para demostrar que se puede conocer el Chocó. “El departamento y el país aún se encuentran altamente estigmatizados por el conflicto, lo que influye principalmente en el turismo internacional”, agrega.
Al respecto, Olivia Usuga Montoya, socia de la asociación Agroecotur Guaduas que trabaja posicionar a la vereda como un destino ecoturístico, cuenta que “es muy importante que todas las veredas del municipio aprecien las riquezas naturales de su territorio y aporten a su conservación”. Por su parte, Flor Alba Dávila considera que para que estos proyectos se puedan materializar es necesario el apoyo del Estado. “Hay ausencia del Estado para generar una cultura de cuidado, en donde le den a ese campesino un sustento para no tumbar por ejemplo un árbol y poder comer. Si así fuera, en Colombia la flora y la fauna sería más grande todavía”.
La proyección para Josué en un futuro es llevar su conocimiento a otras campesinas y campesinos del municipio. Su misión iniciará el 29 de abril en la Escuela del Campesinado de El Carmen de Atrato, que se desarrollará en todas la veredas a lo largo del año y convocará a personas de todas la edades. Allí Josué enseñará las diferencias entre serpientes y culebras, cómo se hace avistamiento y otras recomendaciones para cuidar el ambiente. "Uno aprende de lo que le gusta. Mi propósito es dar a conocer toda la variedad de especies de reptiles y anfibios que tenemos en la vereda y en el municipio. Acá seguiré", recalca Josué.