La comunidad del corregimiento Caracolí levantó el bloqueo que mantenía en la principal vía del sur del departamento, en el sector del puente El Guanábano, en la medianoche de este lunes 11 de octubre tras concretar una serie de acuerdos con la Gobernación de La Guajira y la Alcaldía de San Juan del Cesar. El paro, que se inició el pasado 10 de octubre y permaneció activo durante 46 horas, afectó a transportadores y habitantes de la zona que utilizan esta ruta con frecuencia.
¿Qué acordaron? Representantes de la comunidad de Caracolí, la administración municipal y la Gobernación se dieron cita en la sala de juntas del edificio de la alcaldía a las 8:30 de la noche. La reunión duró tres horas y al final la comunidad aceptó, al menos temporalmente, reabrir la vía.
La Gobernación y la Alcaldía se comprometieron a:
- Contratar la maquinaria para hacerle mantenimiento a los puntos más críticos de la vía: la Gobernación aportará 200 millones de pesos y la Alcaldía, 28 millones. Trabajarán en mejorar los 51 kilómetros más críticos del tramo de la Ye de Guayacanal a La Laguna. La Agencia de Desarrollo Rural (ADR), por su parte, se comprometió a contratar la maquinaria necesaria.
- Agilizar la contratación de los estudios y diseños para la pavimentación de la vía Caracolí-Tembladera
- Convocar una reunión con la Agencia de Desarrollo Rural e Invías para gestionar la adecuación de la placa huella en la vía: se acordó que esta reunión será el 21 de octubre.
- Verificar el cumplimiento de los compromisos: se conformó una mesa de seguimiento que se reunirá el 18 de octubre.
¿Cuál fue el motivo del bloqueo? Alrededor de 300 personas, entre ellas indígenas, se instalaron desde el lunes en el puente el Guanábano. Pusieron cabuyas de un lado a otro de la carretera y acomodaron ramas en el asfalto para impedir el paso de automóviles y camiones. Además, montaron carpas para resguardarse del sol y un fogón para cocinar un sancocho.
La comunidad protestó por el mal estado de la vía de acceso al corregimiento que, aseguran, les genera pérdidas económicas y pone sus vidas en peligro. El camino sin pavimentar es estrecho y suele tener derrumbes durante en épocas de lluvia. “Los choferes hacen maniobras para llegar al corregimiento. Pagamos el pasaje más caro del sur de La Guajira: cuesta 50.000 pesos ir a Caracolí”, dice Juan Montaño, autoridad de la comunidad indígena wiwa de Caracolí. Montaño asegura que el mal estado del camino ha llevado a que hoy no haya puesto de salud y el colegio esté deteriorado. “Sabemos que si mejora la vía vamos a poder cubrir nuestras necesidades”, afirma.
¿Qué tan grave fue el bloqueo? El cierre paralizó la movilidad en la carretera y generó una fila de carros y tractomulas de unos 3 kilómetros de extensión. Los transportadores fueron unos de los más afectados. Carlos Ramírez, un conductor que transportaba alimentos a Riohacha, permaneció detenido unas 30 horas. “Estamos sin agua, sin alimentos, y corriendo peligro porque ahorita más tarde puede venir la delincuencia a hacer de las suyas. Nadie nos ayuda, no hay autoridad”, dijo Ramírez el martes en la tarde.
Varios habitantes desistieron de viajar mientras otros buscaron otras rutas para poder desplazarse hacia el norte del departamento. Los conductores de camionetas tomaron las vías de El Tablazo a Conejo, o la de la Ye de Guayacanal a Distracción, que están deterioradas por las lluvias de los últimos días.
Quienes querían pasar por el bloqueo debían tomar un mototaxi hasta el Puente del Guanábano, caminar unos 200 metros, y tomar otro mototaxi para llegar hasta Distracción o a Fonseca. Este trayecto alcanzó a costar 14 mil pesos. Según un mototaxista, que se vio beneficiado y pidió no revelar su identidad, dijo que alcanzó a producir unos 300 mil pesos.
La deuda con Caracolí: En este corregimiento, que es la despensa agrícola de San Juan del Cesar, la gente cultiva yuca, plátano, tomate, guineo, ñame, café, aguacate, leche, carne y otros productos de pancoger. Pero hace 12 años resultó afectado por la construcción de la represa El Cercado. A inicios de los 2000, se clausuró la tradicional vía de acceso al corregimiento y se abrió una vía alterna que sigue en uso hasta hoy.
La comunidad lleva varios años denunciando el mal estado de la vía, como lo ha registrado Consonante. Además, ha reclamado la atención de la Gobernación y del Gobierno nacional para mitigar las afectaciones por la construcción de la represa El Cercado, en el río Ranchería. Pero no han tenido respuestas contundentes. Las peticiones de la comunidad se han convertido en una papa caliente que se han pasado de mano en mano las autoridades.
“Se hace necesario que los entes pertinentes entren a plantear o llevar a cabo un proyecto que mejore la vía o que se haga la pavimentación. El municipio tiene hasta cierta responsabilidad, y la Gobernación, pero es la ADR quien administra la represa”, dice Johana Daza, personera municipal.
Lo que sigue: En los próximos seis días la población de Caracolí conformará la veeduría ciudadana para revisar los avances en las obras. Llevarán los resultados a la mesa de seguimiento programada para el 18 de octubre. Mientras tanto, está pendiente la respuesta del Gobierno nacional a través de Invías y la ADR.