Ilustración: Camila Bolívar.
Ilustración: Camila Bolívar.
El Carmen de Atrato

Así funciona la iniciativa que intenta frenar los embarazos adolescentes

Desde el 2019 el proyecto Valiente, de Profamilia, trabaja con 232 niños, niñas y adolescentes a quienes han capacitado en derechos sexuales y derechos reproductivos. Aún así, los embarazos de menores de edad siguen en aumento: el año pasado 31 menores, entre los 13 y 17 años, quedaron embarazadas; dos más que en el 2021.

En El Carmen de Atrato antes de que llegara el proyecto Valiente poco se hablaba de salud sexual y reproductiva. El programa trabaja con 232 niños, niñas y adolescentes desde el 2019, a quienes han acompañado desde el grado quinto para tratar temas como la sexualidad, la prevención de embarazos y cómo acceder a diferentes métodos de planificación.

“En una semana andina, realizada para la prevención de embarazos, hicimos unos talleres vivenciales y lo que salió del taller fue impresionante: no conocían los términos, faltaba acompañamiento y no se hablaba de la sexualidad de manera natural. Ellos estaban muertos de la risa al hablar”, cuenta Natalia Mazo, exsecretaria de salud, cargo que ocupó por siete años.

“Lo más difícil ha sido sostener este proyecto en el tiempo. Valiente trabaja con niños a quienes ha ido acompañando desde muy pequeños en formación de derechos sexuales y reproductivos. El proyecto hace que los niños tengan una base sólida y clara para tomar decisiones sobre su cuerpo”, agrega Mazo.

Diana Cardona, analista en Educación Integral para la Sexualidad del proyecto Valiente, señala que buscan romper el tabú que hay a la hora de hablar de sexualidad. “En un estudio piloto les preguntamos qué pensaban sobre la sexualidad y encontramos que la mirada sobre la sexualidad era literalmente genitalidad y muchas veces les daba pena hablar y los padres también se quedaban callados, seguía el tabú”, cuenta.

Según un informe estadístico del Dane, el embarazo adolescente en Colombia ha sido identificado como un fenómeno multicausal que responde a condiciones como bajos niveles educativos, deserción escolar, desconocimiento, falta de acceso a programas educativos integrales sobre sexualidad, matrimonio infantil y precoz, riesgos asociados a la violencia de género y riesgos al interior de las familias y de las comunidades. 

Entre 2015 y 2020, la tasa de fecundidad de Chocó se mantuvo en 3,7 por cada 1.000 niñas de 10 a 14 años, una de las seis tasas de fecundidad más altas del país en el mismo período, reporta el Dane y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Además, según datos del ICBF de 2019, el departamento del Chocó tiene el mayor porcentaje de madres adolescentes con un 26,9%, el más alto de Colombia. 

En El Carmen de Atrato, según cifras de la Secretaría de Salud y Bienestar Social, en los últimos cinco años 144 niñas entre los 13 y 17 años quedaron en embarazo. Y solo durante el 2022 se registraron 31 embarazos en menores de edad y, en 2021, fueron 29.

"En los últimos cinco años 144 niñas entre los 13 y 17 años quedaron en embarazo. Y solo durante el 2022 se registraron 31 embarazos en menores de edad y, en 2021, fueron 29"

Secretaría de Salud y Bienestar Social

La apuesta de Valiente

El proyecto Valiente está dirigido por Profamilia y es financiado por la Embajada de Canadá. Tiene como objetivo principal empoderar a los niños, niñas y adolescentes del municipio para que ejerzan sus derechos sexuales y reproductivos, y buscan reducir las tasas de embarazo adolescente y la violencia de género, especialmente en los lugares con alto índice en violencia basada en genero, abuso sexual y embarazo adolescente como el Chocó. En el departamento se encuentran trabajando en Bahía Solano y El Carmen de Atrato.

Además del Chocó, el proyecto Valiente se está implementado en los municipios de Aracataca y Pivijay (Magdalena), Caloto y Miranda (Cauca), y Dibulla y Uribia (La Guajira).

Desde el 2019 el programa está activo en las dos instituciones educativas del municipio con un grupo de niños, niñas y adolescentes de los grados 5, 8, 9 y 10, quienes reciben formación en Educación Integral para la Sexualidad por varias etapas, entre ellas: identificar las problemáticas alrededor de la salud sexual, contribuir a posibles soluciones, realizar iniciativas y ejecutarlas.  Los estudiantes adelantan varios proyectos que ejecutarán este año sobre prevención del embarazo adolescente, educación integral para la sexualidad, diversidad, violencias basadas en género y acoso escolar.

“Mientras hemos venido trabajando con estos niños y niñas hemos notado cambios. Tanto para ellos como para los adultos hay una mirada mucho más allá de la sexualidad”, agrega Cardona, analista en Educación Integral para la Sexualidad.

"Mientras hemos venido trabajando con estos niños y niñas hemos notado cambios. Tanto para ellos como para los adultos hay una mirada mucho más allá de la sexualidad"

Diana Cardona, analista en Educación Integral para la Sexualidad

Elizabeth Caicedo, gestora del proyecto en El Carmen de Atrato, señala que se trabaja la estrategia “Creciendo con los niños”, con la que buscan que los temas de sexualidad, protección, prevención de la violencia de género y violencia sexual sean un tema que se hable entre las familias. En paralelo, implementan “Adultos significativos”, es decir, capacitaciones con los padres de los niños para que tengan sus derechos garantizados y que tengan nuevas estrategias de abordar estas problemáticas.

En el Carmen, además, las orientadoras tratan otras problemáticas como: consumo de sustancias en colegios, bullying, violencia intrafamiliar, falta de comunicación, acoso verbal, homofobia y machismo. 

El pasado 7 de marzo, el proyecto Valiente dio una capacitación a prestadores de servicio de salud y a funcionarios de la Alcaldía en enfoques de derecho, género y discapacidad para que sean implementados en la atención al usuario. Ese mismo día se hizo un curso sobre el retiro e inserción de implantes subdérmicos a siete personas del hospital, entre ellos, médicas y jefas de enfermería, debido a que en el municipio no se contaba con ese servicio.

Y los días  8 y 9 de marzo se realizó la primera jornada de salud junto con la Alcaldía y el Hospital San Roque. Se brindaron servicios de salud y de planificación a 150 mujeres. Entre los servicios hubo citas sobre métodos de planificación anticonceptiva, inserción de implantes subdérmicos, pruebas de VIH y sífilis y citologías para la detección del VPH.

Una joven*, de 21 años, quien participó en la jornada de Valiente y el Hospital San Roque sobre planificación familiar, considera que poco a poco se han ido rompiendo las barreras a la hora de hablar de planificación. “Hace poco me retiré el Jadelle y estoy en planificación con inyección (cyclofem). Creo que ahora hay menos barreras, yo quedé embarazada a los 19 años y ahora desde el hospital nos permiten planificar con lo que queramos, con inyección, pastillas, la T de cobre, entre otros”, agrega.

Desde el proyecto también trabajan con colaboradores de la mina, con los docentes de las instituciones educativas, las EPS y funcionarios de la alcaldía.

Mujeres indígenas piden acceso a métodos de planificación

Uno de los principales retos del programa es llevarlo a las comunidades indígenas y a las zonas rurales. Aunque por parte de la Secretaría de Salud y el Hospital San Roque se han realizado jornadas en las comunidades indígenas, lograr hablar de sexualidad en estos lugares ha sido difícil. Los líderes hombres de las comunidades indígenas no permiten que las mujeres accedan a los servicios de salud ni a métodos de anticoncepción.

Claudia Domicó, lideresa del resguardo indígena Abejero, señala que aunque con la llegada de Valiente, las mujeres del municipio han perdido la pena de acceder a estos métodos y tener la confianza de que todo es confidencial, todavía falta mucho por hacer. “Eso es un tabú en las comunidades indígenas, prácticamente la planificación occidental no es manejada ni bien vista porque se requiere de más producción, digámoslo así, somos productoras de niños”, dice. 

El proyecto Valiente no tiene un trabajo activo con las comunidades indígenas puesto que al momento de la priorización de las instituciones educativas quedaron seleccionadas las que se encuentran en el casco urbano.

“En estas comunidades hay mujeres que no están de acuerdo con tener más hijos. Hemos estado influyendo en las autoridades para que se dé a conocer y se respete la decisión que hemos tomado en colectivo y es que no somos solo reproductoras y quienes sostenemos la casa”, agrega Claudia Domicó. Además, cuenta que "cuando desde los resguardos buscan acceder a estos métodos de planificación las sancionan, las maltratan, les cortan el cabello, es una violencia bastante fuerte. Por eso pedimos que Profamilia busque espacios que sean solo mujeres para mujeres y que se brinden otras oportunidades para que podamos acceder desde las comunidades”.

"Cuando desde los resguardos buscan acceder a estos métodos de planificación las sancionan, las maltratan, les cortan el cabello, es una violencia bastante fuerte. Por eso pedimos que Profamilia busque espacios que sean solo mujeres"

Claudia Domicó, lideresa del resguardo indígena Abejero

El año pasado, recalca Domicó, se registró una muerte materna indigena. “ Esto fue por falta de acompañamiento al ser un embarazo precoz. Hay un alto índice de embarazo a muy temprana edad y no hay una orientación o un acompañamiento de sus mayoras y es muy poco lo que se habla del tema. Es como un tabú en general”. Según datos de la Secretaría de Salud de El Carmen de Atrato, en el 2022 una menor de 14 años falleció estando en embarazo y para el 2019 se registró otra muerte de una niña de 17 años.

La Secretaría de Salud le dijo a Consonante que para evitar estas muertes se realizan acciones como “la detección temprana para el cuidado preconcepcional, cuidado prenatal y la promoción de la alimentación y nutrición. Además, de la asesoría en la interrupción voluntaria del embarazo y la atención de partos, cuidado y seguimiento del recién nacido”.

Los límites del proyecto

El proyecto finaliza en el año 2024, pero desde el municipio se necesita un programa permanente que siga formando a los niños desde muy pequeños y lograr demostrar resultados a largo plazo. 

Yudely Mosquera, directora de la Asociación de Mujeres Asomupepe en el Chocó, indica que en el departamento se debe impulsar una educación completa y profundizar en educación sexual y reproductiva. “Se necesita atención y enseñar desde la primaria y la secundaria porque la mayoría de casos pasa por el desconocimiento. Se debe ir a las zonas más olvidadas y hacerlo de una manera completa, es decir, no solo llegar y dar una charla sino hacer un proceso educativo con niños, niñas y adolescentes que envié un mensaje de conciencia responsable de valorarse, de quererse y de llevar un proyecto de vida", dice. 


Mosquera también recalca la importancia de que los proyectos lleguen a las zonas rurales y donde hay menos competencia académica. Y que en esos lugares se trabaje con los colegios y los profesores.

"Se debe ir a las zonas más olvidadas y hacerlo de una manera completa, es decir, no solo llegar y dar una charla sino hacer un proceso educativo con niños, niñas y adolescentes"

Yudely Mosquera, directora de la Asociación de Mujeres Asomupepe
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