Era la primera de ochenta horas del proceso de formación. Esa mañana, a los líderes y lideresas les preguntamos: ¿qué expectativas tenían sobre el periodismo? Varios respondieron: aprender cómo funciona la radio; luchar para que nunca se apague mi voz; poder expresar mejor mis pensamientos y mis ideas; escribir mejor; comunicar para cambiar la imagen de que en mi vereda somos guerrilleros.
Desde entonces el laboratorio ha seguido su recorrido. Hemos visitado 18 municipios, en cinco departamentos y trabajamos con cerca de 400 personas para fortalecer sus capacidades de producción de información local. La mayoría de los y las participantes que se han acercado al laboratorio no tienen experiencia previa en periodismo, pero están interesados en aprender sobre libertad de expresión, redacción de artículos periodísticos, producción de videos y gestión de redes sociales para fortalecer el debate público en sus territorios.
Hoy, con ellos y ellas, abrimos el laboratorio para poner a prueba esta sala de redacción abierta y participativa. En esta plataforma encontrarán noticias, historias y proyectos especiales en distintos formatos. Buscamos cubrir la agenda noticiosa de los desiertos de información, lugares como El Carmen de Atrato (Chocó) o Montelíbano (Córdoba) en donde la población no tiene acceso a noticias y contenido producido por un equipo de periodistas.
Para conseguirlo, haremos periodismo a varias manos, sobre temas locales, en distintos formatos y distribuido por canales locales y accesibles a esas audiencias. Los trabajos publicados serán producto de un esfuerzo colectivo realizado por el equipo de periodistas del proyecto junto con los líderes y lideresas locales de distintas regiones del país que han sido formados y hoy hacen parte de la Red Consonante.
Este laboratorio móvil de periodismo nació en 2019 luego de que el equipo de la FLIP hiciera el primer diagnóstico del ecosistema de los medios de comunicación en Colombia. Esta investigación, llamada Cartografías de la Información, arrojó un panorama alarmante: en 666 municipios —más de la mitad del país— no existen medios o equipos de periodistas que produzcan información local. Es decir, cerca de 10 millones de personas no tienen acceso a información veraz e independiente y confiable sobre lo que sucede a su alrededor.
La ausencia de comunicación local en centenares de municipios debe ser una realidad que llame a reaccionar al conjunto de la sociedad: universidades, empresas, sociedad civil y, por supuesto, al gobierno. En una era de noticias falsas y políticas nacionales divisivas, el destino de las comunidades en todo el país, así como de la democracia debe estar vinculado estrechamente a la vitalidad del periodismo local.
¡Bienvenidos y bienvenidas!
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