La registradora de Fonseca, Cecilia Linares, dice estar preocupada ante la baja asistencia a las jornadas pedagógicas. “Fue insólito que en los corregimientos de El Hatico y Conejo tuvimos que salir a reclutar personas para que asistieran. La reunión más nutrida se presentó en el resguardo de Mayabangloma”, dice. “A mi despacho no se ha presentado ningún líder para solicitar apoyo de esta dependencia en cuanto a este tema”, agrega.
En Fonseca, donde hay un censo electoral de aproximadamente 5.900 personas, existen tres candidaturas que aspiran a tener uno de los 16 cupos de las curules en el Congreso para representar a las víctimas del conflicto armado: Jurith del Socorro Fonseca del resguardo de Mayabangloma, Dalia Molina, de la vereda El Confuso, y Nairobis Jiménez. Recientemente desistió Francisco Acosta de Mayabangloma por falta de garantías para realizar la campaña.
Al respecto, Dalia Molina asegura que varias situaciones han impedido el desarrollo de una campaña equitativa como establece el Acto Legislativo 02 de 2021. “La pedagogía en los territorios no llegó para inscribir las cédulas porque la mayoría de las víctimas están en los centros poblados por la situación de victimización. La otra falencia es que nos confunden con las elecciones de congresistas que son las grandes maquinarias políticas, y los medios de comunicación no nos han abierto los micrófonos”, detalla.
Aunque reconoce que las campañas de pedagogía funcionan, dice que dejan a la mayoría de las personas habilitadas por fuera. “Nosotros tenemos una cantidad de población que no sabe leer ni escribir por la situación del conflicto armado y a esa población deberían darle un trato especial, un acompañamiento. Eso se lo hemos dicho a la doctora Cecilia Linares”, añade.