Por qué es importante
Hay 765 sujetos de reparación colectiva en el país que tienen puestas en este proceso las esperanzas de mejorar sus condiciones de vida. En Córdoba, las comunidades afro de Ayapel y Montelíbano están cerca de iniciar la implementación de las medidas de reparación como sujeto colectivo luego de seis años de haber sido incluidas en el Registro Único de Víctimas. Esta comunidad, conformada por un poco más de 800 personas, espera desde hace mucho tiempo su reparación.
¿Qué está pasando?
Miles de víctimas en todo el país se encuentran en proceso de construir su Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC). En el caso de los sujetos de reparación colectiva afro víctimas de conflicto armado de estos municipios del sur de Córdoba el proceso está en la fase de formulación de un plan para reconstruir su tejido social y fortalecer sus proyectos productivos. Además, concertaron con la Unidad para las Víctimas una medida de indemnización que equivale a una compensación económica entre los 242 y 394 salarios mínimos legales vigentes.
En Consonante quisimos entender qué ha pasado en el caso de las comunidades de Montelíbano y Ayapel y, en general, cómo funciona el proceso de reparación colectiva en el marco de la implementación de la ley 1448 de 2011. Aquí te contamos:
Primero, ¿qué es la reparación colectiva?
La reparación colectiva es un proceso que adelanta el Estado colombiano a través de la Unidad para las Víctimas (UARIV) en el que se acuerdan los mecanismos para aplicar una serie de medidas que van encaminadas a la restitución de los derechos vulnerados a los sujetos de reparación colectiva en el marco del conflicto. Estas son medidas de restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantía de no repetición, ya sean políticas, materiales o simbólicas.
¿Cómo es el proceso?
El Sujeto de Reparación Colectiva (SRC) inicia el proceso con su solicitud al inscribirse en el Registro Único de Víctimas. Por lo general, este proceso suele tardar varios años pues contempla seis fases que requieren de acciones concertadas entre la Unidad y las víctimas.
Es un proceso complejo. Muchas comunidades inician este camino con mucha desconfianza en la institucionalidad, una sensación que suele aumentar cuando no ven avances significativos en los diálogos. “Los funcionarios que están encargados de los procesos de reparación colectiva no son los que toman las decisiones entonces mucha gente siente que está hablando con alguien con quien no tiene por qué hablar. pues no es quien va a tomar la decisión final” explica Lida Núñez, Coordinadora Estrategia de Lobbying y Presión Política de la Corporación Viva la Ciudadanía.
En pocas palabras, estas son las fases del proceso:
- Fase de alistamiento: La Unidad le explica al sujeto de reparación colectiva en qué consiste la reparación y su alcance.
- Fase de identificación: en esta etapa el Estado busca conocer las características e historias del sujeto.
- Fase de diagnóstico del daño: en este punto se pretende identificar y entender a profundidad los daños colectivos para poder concertar medidas acordes para la reparación.
- Fase de formulación del plan: es un proceso concertado con el sujeto colectivo en el que se establecen las medidas que se van a llevar a cabo para la reparación. En el caso de las comunidades étnicas, como los Consejos comunitarios Afro de Ayapel y Montelíbano, se debe hacer una consulta previa.
- Fase de implementación de acuerdo al plan desarrollado.
- Fase de seguimiento y evaluación: El plan cierra cuando se ha cumplido con lo pactado.
Elimeleth Cossio cuenta que desde que empezaron en su comunidad se han enfrentado a dos grandes retos: “el volver a recordar y narrar esos momentos dolorosos vividos y la falta de confianza de la comunidad con el proceso”. Ingrid Acosta, Directora Territorial de la Unidad para las Víctimas en Córdoba, coincide: “el reto principal es lograr que las víctimas vuelvan a creer en el Estado y su institucionalidad”.
¿Quiénes pueden acceder a la reparación colectiva?
Los sujetos de reparación colectiva pueden ser organizaciones, grupos o comunidades de carácter étnico o no étnico que comparten un objetivo común. En el caso de Ayapel el sujeto de reparación colectiva está compuesto por el consejo comunitario afro al que pertenecen 683 personas, mientras que en Montelíbano está conformado por 164 personas.
Desde la Unidad de Víctimas explican que las personas pueden ser reparadas colectivamente cuando hayan enfrentado hechos victimizantes en el marco del conflicto armado interno que hayan producido un daño colectivo (como masacres, desplazamientos forzados, tortura, secuestro, entre otros). La ley considera un daño colectivo los casos en los que se vulneran los derechos de algunos miembros de un colectivo, de algún líder o lideresa o, en general, de toda la comunidad, organización o grupo.
Entre las afectaciones sufridas por los sujetos colectivos afro de Ayapel y Montelíbano están “desplazamiento forzado, delitos contra la libertad, reclutamiento forzado, amenazas a líderes de sus comunidades” señala Ingrid Acosta, Directora de la UARIV Córdoba.
¿Cómo se repara a un sujeto colectivo?
La Unidad de Víctimas y las personas afectadas conforman mesas de trabajo con el fin reunirse, discutir y definir cómo se materializarán cada una de las medidas reparadoras. En el caso de los consejos comunitarios de Montelíbano y Ayapel, en diciembre van a recibir el dinero acordado para la medida de indemnización.
Por parte del consejo afro de Montelíbano, quienes desde 1983 fundaron la Institución Técnica Afrolibanés, desean “activar como era la institución y luego de esa parte educativa ahora sí afianzarnos e irnos para el desarrollo de nuestra empresa (...) nuestro deseo es llegar a tener una empresa de producción de alimentos (...) arroz plátano, yuca, maíz, pescado”.
Sin embargo, este es un caso excepcional, puesto que de los 496 sujetos colectivos étnicos reconocidos, tan solo 52 se encuentran en fase de implementación de su PIRC, es decir, el 11 por cierto. Las demás están en proceso de identificación (212), y comenzando la fase de alistamiento (144).
A pesar de los retrasos, Ingrid Acosta, Directora UARIV Córdoba afirma que “uno de los mayores compromisos por parte de la Unidad para las Víctimas es llevar a cabo la implementación de las acciones reparadoras en los próximos tres años, con el fin de brindar los recursos, bienes y servicios que conlleven a generar procesos de autogestión sostenible”.
¿Se incluye la restitución de tierras?
Si bien este no es el caso de los SRC afro de Ayapel y Montelíbano, la restitución de tierras sí se puede incluir en la reparación colectiva.
La Unidad para las Víctimas interviene cuando hay procesos de retorno y reubicación, es decir, cuando esas tierras no están ocupadas por alguien más y no se han apropiado de ellas sino que están solas, despojadas y lo que hay que hacer es retornar a las personas o reubicarlas en otras zonas.
Sin embargo, cuando se trata de restitución quien está a cargo es la Unidad de Restitución de Tierras. Esto lleva a que la reparación se dilate a raíz de la descoordinación entre las instituciones que hacen parte del proceso. Además, porque en el transcurso de la restitución no se puede garantizar la seguridad en esos territorios.
¿Cuántas veces se reparan a los sujetos de reparación colectiva? Si a una comunidad, organización o grupo después de su proceso de atención le vulneran nuevamente sus derechos, este puede volver a solicitar su reparación.
Este es un escenario común en muchas zonas del país como el sur de Córdoba donde algunos de municipios siguen estando entre los más afectados por hechos de violencia armada, como consta en un informe de La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés).
Esto demuestra que aún falta mucho para que los procesos de reparación colectiva, en muchos casos, cumplan con garantizar la no repetición de los hechos que han sufrido las víctimas.
Si usted es sujeto de reparación individual, ¿puede hacer parte de un proceso de reparación colectiva?
Sí, alguien puede hacer su declaración individual para solicitar su reparación, y a la par estar ligada a un proceso de atención del sujeto colectivo. No es incompatible que hayan declaraciones individuales y declaraciones colectivas para el proceso de reparación.
¿Hay suficientes recursos para financiar los procesos de reparación colectiva?
Según la Unidad de Víctimas, actualmente las fuentes de financiación de estos procesos de reparación colectiva provienen del presupuesto asignado del Presupuesto General de la Nación. Asimismo, en el marco de los Acuerdos de la Habana se especifica que de los dineros o bienes declarados por la antigua guerrilla de las FARC y del dinero de los bienes objeto de extinción de dominio de ese actor armado se tomará una parte para reparación colectiva.
Aunque para el 2021 el presupuesto de la Unidad aumentó en un tres por cierto, la inversión para atender a todas las víctimas es insuficiente. “Hay una desfinanciación, es muy preocupante que no hayan ni siquiera reparado un millón de los casi 12 millones de víctimas, pero además de eso la Contraloría ha advertido de pagos e indemnizaciones a muertos, ayudas humanitarias a muertos, desviaciones de recursos en algunos subsidios en particular de vivienda”, cuenta Lida Núñez de Corporación Viva la Ciudadanía.
Lo que sigue
El 10 de octubre se tiene proyectado realizar jornadas con las entidades del SNARIV Sistema de Atención y Reparación Integral a las Víctimas para que se vinculen en el proceso y puedan aportar sus servicios.
Las comunidades afro de Montelíbano y Ayapel esperan que se cumplan las reuniones mensuales con la Unidad para culminar en diciembre el proceso de concertación de las medidas, y con ello empezar la fase de implementación durante los próximos tres años.